Unificación
de la CGT: ante el avance de los luchadores y sectores clasista
intentan
Recuperar
el terreno perdido
Por
Francisco Torres
Socialismo
o Barbarie, periódico, 23/07/04
Los
“gordos” y los “combativos” acordaron un triunvirato
encabezado por Moyano para unificar las CGTs. Nadie se puede llamar a
engaño. Juntos o separados, los dirigentes burocráticos harán más
de lo mismo: acompañar, en lo esencial, los planes de la patronal
y los gobiernos de turno.
El
camionero Moyano recordó sin tapujos su ubicación frente a los últimos
gobiernos: “Duhalde cumplió un papel fundamental en los momentos más
difíciles, y Kirchner está haciendo una gestión importante”. Lo
que Moyano no recuerda, y los trabajadores no podemos olvidar, es que
Duhalde, devaluación mediante, pulverizó casi el 40% del poder de
compra del salario y que la “gestión importante” de actual
presidente intenta legitimar y consolidar lo esencial de las
transformaciones laborales de los 90: precariedad laboral,
flexibilización, contratos basura,
AFJPs y ARTs, y sobre todo
salarios de hambre. La unificación cegetista es la unidad
de los responsables sindicales de la pérdida sistemática de
conquistas y de puestos de trabajo.
“Recuperar
el terreno perdido”
La
unificación no fue discutida en ninguna asamblea obrera, ni ningún
trabajador sabía de ésta. Tampoco fue resultado de una discusión
entre los supuestos dirigentes sindicales: “No hubo ningún debate y
hasta se aprobó –también por “unanimidad”– el plan estratégico
que deberá seguir la central sindical y que, pequeño detalle, todavía
no fue elaborado. (..) Nunca hubo ninguna votación, pero se llegó a
leer un escrutinio ficticio” (Clarín, 15/07/04).
Más
allá del fraude y la mentira –cosa a la que nos tienen
acostumbrados los burócratas sindicales– la unificación tiene una
claro objetivo político: el intento de recuperar el terreno
perdido, y no seguir perdiéndolo. Eso se traduce en volver a
ocupar el espacio de la protesta social ganado por los movimientos de
trabajadores desocupados.
“El
movimiento piquetero está agotado y la sociedad comienza
rechazarlo”, dijo Moyano. Apoyándose en la campaña
“antipiquetera” del gobierno, el camionero se postula para ser su
reemplazo “serio” y “responsable”, pero no sólo eso. La
unificación es un intento por reagrupar a los sectores burocráticos
para cerrarle el paso al proceso de nuevas delegados, internas y
hasta sindicatos recuperados por los trabajadores.
Una
unificación defensiva
Es
que el peligro menos visible pero más real que tienen los burócratas
en todas sus variantes es el creciente cuestionamiento en sus propios
“reinos”. En forma incipiente, pero consistente, se están
desarrollando toda una serie de experiencias entre los trabajadores
ocupados que apuntan en primer lugar contra la burocracia.
Así
fue la lucha de los trabajadores del Subterráneo, que consiguieron la
jornada laboral de 6 horas enfrentando a la burocracia cuando se les
quiso contrabandear un acuerdo entre la patronal y el gobierno a
espalda de los trabajadores y de su cuerpo de delegados. Cuatro días
de paro con ocupación de las vías garantizaron el triunfo de los
compañeros. Los trabajadores estatales de la provincia de Buenos
Aires comenzaron a crear organizaciones independientes en pleno
conflicto, como la interestatal. Los mineros de Río Turbio están
dando un ejemplo histórico de verdadera democracia sindical, desde
las bases, al echar en asamblea a los burócratas de ATE por su co-responsabilidad
en el accidente y su complicidad con el gobierno.
En
estas páginas presentamos una serie de reportajes que reflejan
distintos procesos de recomposición y de recuperación de las
organizaciones por parte de los trabajadores: el ejemplo de los
trabajadores de la salud de Córdoba, el triunfo de la Lista Negra en
el Astillero Río Santiago, las elecciones que se preparan en SUPHE,
todo un conjunto de internas y cuerpos de delegados que ya se
recuperaron y toda una serie de batallas electorales contra la
burocracia sindical, en algunos casos en frentes únicos. Es el caso
de la lista que unificó a toda la oposición en docentes, la
Blanca-Bordó en la Sanidad, la oposición Celeste y Blanca en
Alimentación, la Lista Violeta de la carne, etc. Este proceso menos
publicitado pero muy real es el que explica también la unidad burocrática.
Porque lo que está en curso es un profundo proceso de recomposición
de la clase trabajadora y de sus organizaciones. Proceso que no es
homogéneo, sino desigual y fragmentario, donde entran a tallar viejos
componentes de la clase trabajadora y nuevos sectores, porque lo que
está en juego en definitiva es “quién se quedará con la
representación del movimiento obrero” (Clarín, 16-07-04)
Furgón
de cola
Como
no podía ser de otro modo, la reunificación cegetista cuenta con el
visto bueno y el aliento del gobierno y la misma patronal. El apoyo a
esta movida de la burocracia no sorprende, ya que ésta ha dado
sobradas muestras de su “madurez” y “responsabilidad” en los
momentos más calientes del Argentinazo, sentando el precedente histórico
de la huelga por tiempo indeterminado más corta de la historia: se
decretó el 20 de diciembre del 2001 a las 18 horas y se levantó
minutos después ante la renuncia de De la Rúa.
La
burocracia sindical siempre ha sido y será funcional a la estrategia
de algún sector burgués. Pero para poder jugar este rol era
inevitable un cambio de cara, y no encontraron ninguna mejor que la de
Moyano. Como lo ha reconocido toda la prensa: “El objetivo
compartido entre la Rosada y la CGT es desplazar del escenario de la
protesta social a los piqueteros combativos” (La Nación,
12-07-04)
Este
objetivo tiene dos límites muy precisos: por un lado, la mayoría de
los trabajadores desocupados se encuentran en esa situación producto
de que la CGT acompañó las políticas que llevaron a la
desocupación masiva y a la esclavitud laboral y no tuvo política
para, ni quiso, contener a los millones que perdían su trabajo. Pero
la estrategia de ocupar “el espacio de la protesta social” tiene
una limitación mucho más importante: su política y su
programa es apoyar en lo esencial al gobierno, ofreciendo sus
servicios para contener, frenar, desviar y traicionar la lucha de los
trabajadores ocupados y desocupados. “No vamos a confrontar con
nadie”, “vamos a actuar con toda seriedad, con toda
responsabilidad”, fue el claro mensaje de Moyano al gobierno y a la
gran patronal.
Y
en esta estrategia está lo esencial del sector burocrático, la
falta de una política independiente de todo
sector patronal y /o gubernamental.
La
burocracia sindical peronista siempre fue y será pro-burguesa, y esa
es la explicación de sus métodos burocráticos, de sus mentiras, de
sus tramoyas y “arreglos” con la patronal, de sus enjuagues con el
poder político. La burocracia sindical es tributaria del aparato
estatal y está ligada por infinitos canales a las necesidades del
estado patronal y a la clase que lo hegemoniza, la burguesía.
Por
eso llevan y llevarán a los trabajadores al callejón sin salida de
ser furgón de cola de algún proyecto ajeno. Por eso entregaron una a
una todas las conquistas.
Enterrar
a la burocracia con la unidad clasista de ocupados y desocupados
El
proceso de la recomposición ha dado pasos en el sector de la clase
trabajadora sin trabajo, ajena a las presiones en el ámbito laboral.
Este sector ha construido organizaciones muy combativas pero que
tienen el límite de que, en su mayoría, se centran en sus reclamos
sectoriales como desocupados, que es la política de sus direcciones.
Entre
los trabajadores con trabajo, el proceso de recuperar y ganar nuevas
ubicaciones es más lento, pero innegablemente ha comenzado. Unir a
ambos sectores de la vanguardia obrera y popular en un verdadero
congreso de todas las experiencias y expresiones de lucha de los
trabajadores es una necesidad de primer orden que tiene la
vanguardia, y es a lo que le teme la burocracia y sus mentores políticos
e ideológicos del gobierno y la gran patronal.
Un congreso de estas características se convertiría rápidamente
en punto de referencia para miles que están luchando en el país y
una referencia real y alternativa a la de las podridas burocracias
sindicales.
En
este sentido, el camino es fortalecer los distintos encuentros que
realizan los trabajadores ocupados, como la campaña por la jornada
laboral de las 6 horas que han llamado a realizar los trabajadores del
subte, y trabajar para realizar un plenario obrero por la causa minera
y demás reclamos y
problemas de los trabajadores.
Ante
la unificación cegetista hay que responder con más unidad de las
bases y los sectores clasistas para enfrentar y desterrar a este
verdadero cáncer de las organizaciones de los trabajadores: la
burocracia sindical.
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