¿Por qué
debemos pelear por la jornada legal de 6 horas?
Con un salario igual
al que hoy cobramos trabajando 8, 10 o más horas por día
Hay, por lo
menos, 6 razones:
1. Porque así
tendremos más tiempo para compartir con nuestra familia, nuestros
hijos, nuestros amigos; para divertirnos, para educarnos, para
desarrollarnos como personas; en definitiva, para vivir.
2. Porque con
una jornada de 6 horas un trabajador hoy produce mucho más que con 8
horas treinta años atrás, haciendo ganar más a los capitalistas.
3. Porque si
se reduce la jornada, se abre la posibilidad de obtener trabajo
genuino a millones de nuestros compañeros desocupados, que de otro
modo no podrán encontrarlo jamás en este sistema.
4. Porque si
hay más trabajadores asalariados (por lo menos un 25 % más), habrá
más consumo. Y, por lo tanto, más inversión y más producción. Y,
por lo tanto, se crearán aún más puestos de trabajo.
5. Porque, si hay pleno empleo,
todos los trabajadores tendremos protección sanitaria, posibilidad de
mandar a la escuela a nuestros hijos y tener una vivienda digna.
6. Porque se
ha demostrado que es posible pelear y ganar. Los compañeros delegados
de subterráneos lo hicieron, enfrentando casi solos a varios enemigos
a la vez: la desconfianza, el temor y el escepticismo de
muchos de sus compañeros, la empresa, el sindicato al que
pertenecen, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y el propio
gobierno nacional. No sólo reconquistaron la jornada de 6 horas (que
les correspondía por el régimen de insalubridad) sino que la
conquistaron también para secciones que nunca la habían tenido.
Crearon así 500 nuevos puestos de trabajo. Y hoy todos ganan un
salario que es por lo menos tres veces superior al medio que se paga
en todo el país.
¿Es económica
y políticamente posible?
Contamos con
muchas fuentes de financiación para la masa salarial adicional
requerida para pagar a muchos nuevos asalariados (aportes legales no
pagados actualmente, los $ 150 que cobra cada desocupado en el Plan
Jefes y Jefas que se contratara para un trabajo genuino, incremento de
las retenciones a las exportaciones, etc.) Para financiar un salario
promedio de 1.000 $ mensuales a 2.000.000 de trabajadores nuevos,
durante 3 meses, se necesitan 6.000 millones de pesos. En el primer
semestre de este año, el Tesoro Nacional obtuvo un superávit
(diferencia a favor entre los ingresos y los gastos) de 17.500
millones. Es decir, con sólo un tercio de ese superávit semestral,
se podría cubrir financieramente ese objetivo. Claro: se necesita que
ese dinero se destine al pago de la deuda interna, y no a pagarle al
F.M.I. y a otros chupasangres mundializados.
Cada
actividad económica y social tiene una forma particular de aplicar la
norma general. Por ejemplo, con una jornada general de 6 horas, las
tareas insalubres deberían reducir la jornada aún más (por ejemplo,
a 5 horas diarias). Pero se requiere una ley nacional que establezca
como límite la jornada de 6 horas -o 35 semanales-, como la que hace
un siglo obtuvieron millones de trabajadores del mundo, peleando por
la jornada de 8 horas. Nació así una nueva cultura de la jornada de
trabajo, que de treinta años a esta parte el capital se encargó de
aplastar. Hoy es necesario que el trabajo pase de nuevo a la ofensiva,
no sólo para recuperar viejas conquistas sino también para
mejorarlas, conforme a los nuevos tiempos y a las nuevas tecnologías.
Ningún régimen
político puede ignorar por mucho tiempo el reclamo que, en las
calles, le formulan millones de trabajadores, ocupados y desocupados.
Después de todo, y a diferencia de los trabajadores de subterráneos,
tenemos un solo enemigo importante: el capital. Todos los demás son
sus agentes, sus gerentes o sus fuerzas de choque.
Y si algún
gobierno persiste en ignorar el reclamo de millones, o pretende
suprimirlo por la fuerza, entonces, peor para ese gobierno.
Todos
juntos podremos lograrlo
Movimiento
Nacional por la Jornada Legal de 6 hs. y Aumento General de Salarios
¡Vení con nosotros!
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