Brutalidad y gravedad en las
detenciones de Caleta Olivia
Informe del programa radial: El Cielo por Asalto, 18/09/04
FM Klara 96.3Mhz – Comodoro Rivadavia
Este informe del programa El Cielo
por Asalto pretende hacerle llegar al pueblo, a los trabajadores y a
las organizaciones sociales de todo el país los alcances de la
terrible situación por la que se está atravesando en la ciudad de
Caleta Olivia tras avanzada represiva iniciada por el gobierno de Néstor
Kirchner y sus secuaces locales.
Desde principios de septiembre el
poder político nacional, el santacruceño y el caletense ha iniciado
una fuerte oleada represiva contra los luchadores sociales del flanco
norte de la provincia de Santa Cruz.
Tras una seguidilla de tomas de la
playa de tanques de las empresas petroleras que operan en la Cuenca
del Golfo San Jorge y de la Municipalidad de Caleta Olivia, los
trabajadores desocupados de la región consiguieron arrancarle a las
multinacionales más de 2.000 puestos de trabajo genuino en el sector
y con salarios por encima de los 800 pesos mensuales.
Hasta aquí los logros tan
importantes obtenidos por las diferentes organizaciones sociales de la
región, pero toda esta situación ha desencadenado una oleada
represiva de la misma magnitud de las conquistas.
Caleta Olivia es una ciudad que
posee alrededor de 40.000 habitantes y los procesados por reclamar
puestos de trabajo genuino alcanza a 200 compañeros, lo que
representa la friolera del 0,5% de la población llevada ante la
justicia por el poder de turno. Este altísimo nivel de procesamiento
transforma a Caleta Olivia en la capital nacional de la persecución
social, política e ideológica.
Luego del último triunfo obtenido
por los desocupados en lucha el Estado puso en marcha los mecanismos
represivos de sus poderes y salió salvajemente a encarcelar, al mejor
estilo de la dictadura militar, a casi 70 compañeros luchadores
sociales.
A tal punto llegó la locura
represiva que uno de los compañeros caletenses que estaba en su casa
con su pequeño hijito a la hora de recibir la brutal visita policial
fue a parar a cárcel y de su mano terminó tras las rejas su bebé.
Esta reciente oleada represiva
terminó procesando a 70 compañeros, de los cuales aún hoy continúan
con prisión preventiva 6, tres hombres y tres mujeres. Entre las tres
mujeres una tiene 7 hijos y uno de esos niños es discapacitado. Otra
de las presas tiene un bebé de pecho al que no puede amamantar. La
tercera posee dos hijos que han quedado al cuidado de sus vecinos
porque no tienen familia.
El abogado defensor y militante del
Frente Obrero Socialista, Mario Villarreal, visitó a los detenidos y
relató que las mujeres encarceladas le pidieron si podían llevarles
bidones con agua, uno para tomar y otro para higienizarse, porque en
las comisarías no les suministran agua diariamente.
El caso del trabajador desocupado
Hugo Iglesias es particular ya que al momento de ser detenido no se
encontraba participando de la toma de Termap. Iglesias sí había
estado colaborando y solidarizándose con los huelguistas pero cuando
se hizo la última toma él estaba participando de un curso de
capacitación para ingresar a la industria petrolera, ya que había
conseguido un puesto de trabajo en una toma anterior.
Desde hace algunas semanas Caleta
Olivia se ha convertido en una ciudad militarizada por la participación
de efectivos de la Gendarmería, la Prefectura y la policía
provincial, a los que se debe sumar los efectivos de las agencias de
seguridad privada que han sido contratados por las propias empresas
petroleras.
Las multinacionales no sólo han
contratado a efectivos armados de fuerzas privadas sino que también
están solventando los gastos de los gendarmes que han llegado a
Caleta Olivia desde La Pampa y desde casi todas las guarniciones de
Chubut y Santa Cruz. Existen pruebas contundentes que demuestran como
la empresa Panamerican Energy y Repsol han pagado los gastos de
combustibles de los efectivos de Gendarmería.
Por todos estos elementos la lucha
contra la ola represiva de la “horda K” toma una relevancia
fundamental. Este es el momento de oponerse con todas las fuerzas a
esta avanzada represora porque, salvando las distancias, podría
decirse que estamos frente a una situación similar a la de Puente
Pueyrredón cuando fueron masacrados los compañeros Kosteky y Santillán.
Para acompañar a los luchadores
sociales de Caleta Olivia múltiples organizaciones de trabajadores,
sociales y políticas han iniciado una campaña de recolección de
fondos para sustentar la resistencia y el mantenimiento económico de
los compañeros presos y sus familias.
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