Contra
Kirchner, la represión y
por las 6 horas
¡Hagamos un gran acto el 20 de
diciembre!
Socialismo o Barbarie,
periódico, 26/11/04
Las fiestas de fin de año están llegando con la demagogia
habitual de Kirchner. Cual Papá Noel, ha salido a repartir unos miserables
paliativos que son pan para hoy y hambre para mañana: $200 a los
jubilados y $75 a los desocupados que reciben planes Jefe y Jefa a ser
cobrados por... única vez. Al mismo tiempo, un aumento en las
asignaciones familiares, con el objetivo de cerrar toda discusión
respecto de genuinos aumentos salariales al básico.
Detrás de estos tramposos
paliativos, lo que queda ausente es la respuesta favorable a los crecientes
reclamos de aumento del salario real. Los compañeros del Subte,
así como los docentes bonaerenses, los judiciales, los telefónicos y
otros están saliendo a la pelea por aumentos. Y mientras el
gobierno ofrece estas migajas a los desocupados, al mismo tiempo sigue
la ofensiva para intentar vaciar y quebrar a las organizaciones
piqueteras combativas e independientes.
Todo esto pinta de cuerpo entero el
carácter del gobierno K: demagogia y paliativos para “la gilada”,
al mismo tiempo que sigue adelante en la orientación de relegitimar
las transformaciones de los 90 y la democracia capitalista.
Naturaleza del gobierno K
Mucho se dice respecto del carácter
del gobierno de Kirchner. Hebe de Bonafini, Luis D’ Elía, Patria
Libre y el “progresismo” en general, gustan pintar al gobierno
como “antiimperialista”... A otro nivel, también en la izquierda
independiente se introduce una confusión, al pintarlo como
representante de una inexistente “burguesía nacional”.
No hay manera de apoyarse en algo
que prácticamente no existe. Mas bien, se trata de un gobierno que
expresa ciertos sectores de la gran patronal imperialista beneficiados
por las transformaciones reaccionarias de los 90, pero más ligados
a la producción y menos a la banca y los servicios. El caso de la
Repsol y Techint son emblemáticos. Caracterizarlo como “progresista”
neoliberal es quizás la definición que mejor se ajusta a su carácter
político y a su base de clase. O sea, un gobierno de relevo de los 90
(en las condiciones del Argentinazo), que viene a relegitimar (posando
de centroizquierdista), el “modelo” heredado del gobierno de Menem.
Al mismo tiempo, las bravuconadas
del gobierno en el terreno de la deuda en default demostraron una vez
más ser solo eso: ante la presión del imperialismo se vio obligado a
postergar la nueva emisión de deuda al mes de enero, tiempo en el
cual los capitales financieros extranjeros seguramente lograr obtener
alguna concesión más.
La vanguardia obrera y popular da
pelea
En estas condiciones, en pocas
semanas más se cumplirá el tercer aniversario de la gesta del
Argentinazo. Está claro que llega en una coyuntura de estabilización
y ofensiva del gobierno sobre la vanguardia. Sin embargo, esto no
quiere decir que, desde un punto de vista más de conjunto, el profundísimo
proceso abierto con las jornadas revolucionarias y sus expresiones a
nivel de la vanguardia de los trabajadores no sigan bien presentes.
Tres acontecimientos de los últimos
días marcan como sectores de la vanguardia de los trabajadores y
sectores populares están dando significativas peleas.
Por un lado, el pasado martes 16 de
noviembre se realizó la más importante y combativa marcha de los
movimientos de desocupados en los últimos meses. Unos 15.000
compañeros, encabezados por el Polo Obrero y el FTC, lograron quebrar
el cerco policial, cruzar el Puente Pueyrredon y llegar a Plaza de
Mayo en una clara demostración política de que los sectores
combativos siguen presentes y que el gobierno no ha logrado
derrotarlos. La jornada significó un triunfo político de
quienes se plantaron ante un gobierno que no estuvo en condiciones de
–o no quiso jugarse a– reprimirlos. Fue una guerra de nervios a
lo largo de tres horas, que demostró la vigencia de una relación
de fuerzas entre las clases que sigue siendo muy distinta a la de la década
pasada. Esta misma acción ayuda a sostener al resto de la
vanguardia de lucha de los trabajadores, que se pueden mirar en este
espejo a la hora de salir a dar pelea.
Junto con lo anterior, con gran
repercusión pública (más aún por tratarse de un sector de
vanguardia de los ocupados), estuvieron las medidas de fuerza en el
Subte. Es evidente que lo compañeros vienen fortalecidos y el
cuerpo de delegados muy prestigiado ante la base. Se plantaron aun
a pesar de que el gobierno buscó por todos los medios tirarles la
opinión pública y los pasajeros encima. Porque los compañeros saben
que constituyen un sector estratégico de la Capital y vienen con
conquistas y un aprendizaje de lucha que es un ejemplo para toda la
clase obrera.
Todo esto no quiere decir que no
haya que medir bien cada paso y medida que se toma, marcando los
trabajadores y no la patronal (y el estado) los tiempos de la lucha.
Se trata de una pelea abierta y habrá que seguir, siempre con el
apoyo incondicional a su lucha, los pasos que se den en los próximos
días.
En tercer lugar, dentro de la pelea
por la libertad de los presos por luchar del gobierno de Kirchner y
subrayando ahora la represión y persecución contra la vanguardia
obrera como es el caso de los ferroviarios de la Bordo y el
“Pollo” Sobrero –que al cierre de esta edición estaban en un
serio conflicto enfrentando la represión–, hubo en el terreno
“democrático” un acontecimiento de gran valor simbólico.
El lunes 22, producto de la pelea
sistemática de los padres, familiares, la Correpi y movimientos de
desocupados, se logró la condena a 22 y 19 años de prisión de los
ex sargentos Cáceres y Puyó por el asesinato a mansalva de José
“Nuni” Ríos, un joven hijo de trabajadores ocurrido en Don
Torcuato el 11 de mayo del 2000.
Esta condena es un subproducto
de las condiciones generales creadas por el Argentinazo. En las
barriadas pobres y olvidadas de trabajadores campea la barbarie y
la impunidad. La policía está acostumbrada a matar chicos como
moscas. La impunidad para matar que tiene la policía en las calles es
la que disfruta la patronal para explotar a los obreros en muchas fábricas,
como por ejemplo en oportunidad de la pelea que desde el MAS y el FTC
dimos en Ecocarnes.
Porque, tal como se quejó el
asesino Puyó, “los jueces están presionados por la política”,
esto es, por las condiciones políticas más generales y por los
movimientos de trabajadores en particular. Por esto, en ciertos casos
no pueden fallar en defensa de la policía, como hacen habitualmente.
El fallo significa entonces un importante triunfo, que el FTC y
el MAS, presentes de manera masiva en las audiencias, saludamos.
Hagamos un gran acto de unidad de
clase
Las próximas jornadas y acto del
19 y 20 deben intentar ser una síntesis de esta realidad. Esto
es, un gran acto de unidad de clase que se pare de frente contra el
gobierno de Kirchner y donde estén presentes lo mejor de la actual
vanguardia de los trabajadores y la izquierda.
Respecto del carácter del acto ya
comenzó un cierto “tironeo”. No se puede tratar de un acto sólo
“democrático”, que prescinda del enfrentamiento explícito a
Kirchner. Esto es, no se puede aceptar una ubicación que no sea
de categórico desenmascaramiento y lucha contra el carácter patronal
y reaccionario del actual gobierno, que sigue trabajando por liquidar
el proceso abierto el 19 y 20. Gobierno al cual sectores
autoproclamados de “izquierda” le hacen de comparsa.
¿Debemos hacer un acto unitario? Sí.
Pero de todos aquellos que están dispuestos a que sea una clara
manifestación de lucha y rechazo político del gobierno. Sí
al acto unitario, pero sin mezclar las banderas y delimitando
claramente los campos de clase en disputa.
Junto con este carácter de acto
antigubernamental y de lucha democrática contra la represión y por
la libertad de los presos, desde el MAS y el FTC nos haremos presentes
levantando bien alta la bandera de la campaña por la reducción de
la jornada laboral. Creemos que es la que mejor sintetiza hoy un
programa alternativo al del gobierno: una bandera de unidad para
toda la clase trabajadora, radicalmente alternativa al reino de la
superexplotación, fragmentación y miseria de los trabajadores sobre
la que pretenden gobernar Kirchner, los capitalistas y el
imperialismo.
En estas condiciones, desde el MAS
y el FTC estamos jugados en esta pelea con el compromiso de hacer un
gran esfuerzo de asistencia para el 20 de diciembre, con una cabecera
que combine la lucha por la reducción de la jornada laboral y casos
representativos de la lucha contra la criminalización de la pobreza.
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