Muertos de primera y de segunda y también de tercera
Por Elena Luz González Bazán
Argenpress, 19, 20 y 21/01/05
Las Masacres
Pero entonces la sangre fue escondida
Detrás de las raíces fue lavada
y negada
(fue tan lejos), la lluvia del Sur la borró de la tierra
(tan lejos fue), el salitre la devoró en la pampa:
y la muerte del pueblo fue como siempre ha sido:
como si no muriera nadie, nada,
como si fueran piedras las que caen
sobre la tierra, o agua sobre el agua...
Pablo Neruda -28 de enero de 1946
Han transcurrido 19 días desde la masacre en el boliche República de
Kromañón, 19 días, tres marchas, un altar en las fauces de la disco
y en pleno corazón del barrio de Once, en la Capital de la República.
Un altar popular que cada vez es visitado por más personas que se
acercan a mirar el lugar, a reencontrarse con sus seres queridos, o
bien, vuelven una vez y otra y no encuentran explicaciones del porqué
de semejante masacre.
Represión y detenidos, bronca y desasosiegos. Heridos que regresan a los
hospitales y otros que se debaten entre la vida y la muerte, estos
fueron sumando uno a uno el dolor de una cifra que no ha dicho que sea
el final, hay casi un centenar de internados y más de tres decenas
están en terapia intensiva. Las cifras de los muertos se modificaron
ya dos veces, como si se tratara de números fríos y no personas que
han fallecido, las explicaciones de cómo se han contabilizado los números
de la masacre son tan endebles como todo el operativo posterior al
incendio, donde se pueden rescatar los valores humanos de médicos,
enfermeras, equipos de salud y bomberos que trabajaron con ahínco. O
aquellos solidarios del propio barrio, de los mismos jóvenes y de
quienes se fueron acercando al lugar del horror.
En las fauces de los gobiernos: Nacional y de la Ciudad Autónoma, la
muerte sin sentido ha hecho regresar en un enero caluroso a los
apurados, y no tanto, a legisladores que discutieron sobre la
interpelación al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal
Ibarra, rendición de cuentas que no existirá.
El mediocre talentoso empresario de la noche pasa sus días encarcelado
en la Superintendencia de Investigaciones, de la Policía Federal en
el barrio de Villa Lugano, y a la vez protegido y visitado, mientras
se ha llamado a silencio, amparado por una legislación que permite
que luego de semejante catástrofe, alguien pueda ampararse en el
secreto de sumario y no declarar sobre lo sucedido en su boliche. El
martes 18 de enero, citado por segunda vez por la jueza María Angélica
Crotto, según la estrategia de su abogado defensor Pedro D´Attoli,
se excusó de declarar hasta que se levante el secreto del sumario.
Por otro lado el abogado defensor que tiene una estrategia de defensa
afirmó que: ¨es casi seguro que pagó coimas para que se le
habilitara el local¨ y dejo trascender que espera que Omar Emir Chabán
sea trasladado al penal de Marcos Paz. Y luego de las 16 horas y ante
la negativa de Chabán, la jueza se tomará diez días para definir la
situación procesal de Chabán, lo destinó a la unidad carcelaria de
Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, alejado del resto de los
presos.
Mientras esperaban desde horas muy tempranas que la jueza decida las
acciones a seguir, el abogado le dijo a su defendido que dijera todo
lo que sabía y comprometiera a todos los responsables.
Y los muertos en estos escasos 19 días han seguido en ascenso, suman
todos los días alguno más, otro joven que se lo tragó la noche del
30 de diciembre del 2004. Heridos que luchan por vivir, y los que
queden vivos deambularan heridos para siempre en su alma y espíritu.
El recuerdo de los amigos, seres amados, que, inexplicablemente, no
estarán más a su lado cantando a la alegría.
Las soluciones son tenues, insignificantes, comparadas con el ahínco que
pusieron los gobiernos provincial y nacional para capturar la banda de
secuestradores que dio muerte a Axel Blumberg. No hay comparación
posible, una sola muerte le marcó el camino a la justicia y a los políticos.
Estas 191 muertes, hasta el momento, y el casi millar de heridos y
damnificados no arrastran a un conglomerado de políticos. Por el
momento están preocupados buscando una puerta de salida para el
gobierno de la ciudad, o que todo se vaya diluyendo, transformando, la
noticia salga de la primera plana, algo que ya sucede y los grandes
medios salven, nuevamente, a la clase política que no debe quedar
comprometida en su falta de voluntad para explicar tanta negligencia e
ineptitud política, para exigir que la justicia actúe y triunfe,
para lograr que los responsables de semejante barbarie reciban su
castigo.
Una muerte vale más que muchas...
La cantidad de muertos y heridos no pesa, no son relevantes a la hora de
decidir. Los legisladores del Poder Legislativo de la Ciudad
decidieron de acuerdo a las internas partidarias, fueron miserables,
nadie explicará desde el poder político, desde la función del
Estado que cumplen o deberían cumplir aquellos que detentan la
administración de dicho Estado, que deben rendir cuentas de las
funciones que ejercen y de las acciones que generan, y más en una
situación como esta, sin embargo, eso es harina de otro costal, aquí,
como en ninguna otra situación se juegan los diferentes poderes y 200
muertos y cientos de heridos pesan menos que una sola muerte.
La presión del padre de Axel hizo pasar leyes y normativas aberrantes
para con los jóvenes, mientras estas muertes no dejan más que
funcionarios renunciantes.
Si bien la tragedia ha sido con un alto costo en vidas, los funcionarios
actuantes han montado un operativo de inspecciones donde se descubre
hora a hora que no habían actuado antes, o mejor dicho existen sobres
que pasan para hacer la vista gorda a la trasgresión en la aplicación
de las leyes que pueden terminar por completo con estas discos,
boliches o lugares de la noche no autorizados, tal como denuncia la
Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
El jueves 13 de enero el flamante Secretario de Seguridad Juan José
Alvarez en conferencia de prensa, junto a Aníbal Ibarra informaba que
hicieron 314 fiscalizaciones, de esas inspecciones sólo 61 de esos
lugares están en condiciones, pero las cifras son alarmantes: 253
lugares requisados no reúnen las medidas de Seguridad, las de la ley
nacional 19587, la ordenanza 50.250 y el ahora decreto 6 del 5 de
enero del 2005 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 78 discos o
boliches están cerrados por la disposición preventiva hasta el 18 de
enero, otros 35 fueron clausurados preventivamente. Estas cifras
hablan a las claras que casi ninguno de estos lugares donde asisten
1.500.000 de jóvenes en las noches del fin de semana porteño tienen
las condiciones exigidas. En la conferencia de prensa del jefe de
Gobierno porteño y del Secretario de Seguridad se sostuvo que no
resistieron la prueba del encendedor. ¿Qué es esto? Simplemente, que
ante el encendido de una chista de encendedor todo se transforma en un
gran incendio.
En el relevamiento que había realizado la Defensoría del Pueblo a cargo
del Adjunto Alimena, a principios del 2004, de los 258 boliches eran
222 lugares, entre ellos República de Kromañón, que no reúnen, ni
reunían, las medidas de seguridad exigidas en las leyes y ordenanzas
mencionadas.
Valen las comparaciones, luego de la aparición sin vida de Axel Blumberg,
su padre militó con su poder sobre las Cámaras alta y baja del
Congreso de la Nación, con el apoyo de la Iglesia Católica, estamos
hablando de las altas esferas, y el Poder Ejecutivo Nacional que lo
recibió en varias oportunidades, y a través de él, le mandó un
mensaje al Santo Padre, que fue recibido de inmediato. Lo mismo que
gobernadores provinciales, y arrancó leyes que penan aún más a jóvenes
de sectores medios bajos y bajos de la sociedad argentina. Estos jóvenes
expuestos por la debacle del sistema, que a partir del modelo
neoliberal los dejó sin futuro, viviendo un permanente presente
incierto.
Los grandes medios cubrieron en forma de cadena durante estas
concentraciones de Blumberg. Sus petitorios fueron exhibidos por las
principales cadenas de supermercados y centros comerciales de primera
línea de todo el país, tuvo la presencia de, en primer momento,
muchos que pensaron que era una marcha para todos, pronto las aguas se
dividieron y las otras dos marchas fueron en disminución de público,
pero la composición social fue clara, sectores medios, medios y
altos.
Esta muerte, la cruzada por Axel tuvo al Coro Kennedy, se le montaron
escenarios dentro del ámbito de la Capital Federal y en las
escalinatas del Congreso Nacional, vedado por rejas para el Pueblo.
Acto que pagamos todos, su sonido, luces, velas y todo una
parafernalia propia de la muerte de un elegido.
Las muertes de nuestros jóvenes, estos por ahora 191, según siempre
cifras oficiales, contaron y cuentan con las gargantas, las palmas, la
fuerza y el dolor de miles, sus marchas no tuvieron la difusión, ni
la propagandización de las concentraciones de Blumberg, por el
contrario en más de una ocasión los conductores televisivos
alertaron sobre los posibles inconvenientes, esos mismos conductores y
periodistas se azoraban de la buena conducta en las marchas de
Blumberg.
Todo parecido con el presente no es casualidad...
La historia de nuestro continente, de nuestro territorio nos cuenta sobre
las formas de discriminación, tanto durante la vida como llegada la
muerte, los cuerpos, de los muertos desobedientes, eran enterrados
fuera de la comunidad, como escarmiento: Los rebeldes como Túpac
Amaru eran destrozadas, descuartizados y sus restos diseminados,
cremados, para evitar un lugar donde visitarlo. Los cientos de miles
de muertos por viruelas, escarlatinas y las pestes europeas eran
acumulados, amontonados en la muerte sin sentido.
Las encomiendas, primero, las mitas después, la República de Indios,
las reducciones, fueron formas de explotación de la mano de obra
india, la evangelización fue represiva, y aquellos que desafiaron el
Dios cristiano fueron a parar a la hoguera, perseguidos o muertos de
la forma más vil.
No hubo en, ni durante la conquista española rasgos de humanidad por
parte de los conquistadores.
La hipocresía latifundista, aristocrática y conquistadora tuvo bajo su
mando negros, indios en forma esclava, no importando las condiciones
humanas, las mujeres fueron reducidas a servidumbre o sirvieron para
placer, los niños y los ancianos sacrificados en aras de la explotación
laboral.
Mientras ellos, los encomenderos, aristócratas o señores se
encomendaban a Dios y a todo el boato antes de la muerte y para lavar
culpas entregaban donativos a sus esclavos que nunca se hacían
realidad. La hipocresía del poder dominante fue la imagen diaria y el
reflejo de explotadores y explotados.
Movilizaciones y discriminación
Las movilizaciones por los masacrados en Once tuvieron represión y
detenciones, incomunicación y formas represivas hacia los
manifestantes, muchos de ellos arrancados de los pelos, algunos
trabajadores de prensa cumpliendo su tarea periodística, mientras el
empresario de la noche, el que afirmó cuando se escapaba del infierno
de su disco: ¿Se dan cuenta de lo que pasó porque no me hicieron
caso? Bueno, ahora cáguense¨, recibe visitas, no hay incomunicación.
Eso sí, los trabajadores desocupados de Caleta Olivia, por reclamar
trabajo genuino, quedaron incomunicados por un mes, entre ellos tres
mujeres con niños pequeños, una amamantando.
Los revoltosos, los inadaptados, los intolerantes son los calificativos
que se emplean para descalificar a los trabajadores desocupados, jóvenes
indignados, trabajadores reclamando por sus derechos, del otro lado al
asesino de casi 200 personas se lo trata como el empresario... sin más
comentarios.
Los familiares y jóvenes, miles de jóvenes que marcharon estos días
calurosos del verano 2005 son los exponentes de la bronca ante la
muerte sin respuesta, y del compromiso de muchos de ellos para lograr
esclarecer con su participación, su protesta y su responsabilidad que
los jóvenes muertos por querer divertirse con una de sus bandas
favoritas, logren justicia luego de la muerte.
No todos somos iguales
No todos los muertos son iguales, no toda la justicia actúa de igual
forma ante la muerte irrazonable. Mientras un ladrón de gallina para
alimentar a su prole carga con la cárcel, Juan Carlos Blumberg evade
por 25.000 pesos, al 5 de diciembre del 2004, por el inmobiliario de
su residencia en Martínez, no pagaba desde 1997, y no va a la cárcel.
Esos miles de pesos pueden ser la comida de varios comedores
comunitarios, escolares y sociales en la provincia de Buenos Aires,
pero no, evadir es la consigna, porque total como dirían alguna vez
los niños de otras generaciones: ¨tiene coronita¨.
Sin embargo, los pobres irán a la cárcel y los ricos se quejarán por
los medios: que le hacen una campaña en contra.
Dos jóvenes desocupados fueron encarcelados en la zona de Haedo,
provincia de Buenos Aires por levantar dos durmientes podridos del
ferrocarril de vía donde no circulan trenes, para venderlos y poder
comer, no podemos justificarlo, pero pagaron con la cárcel, Juan
Carlos Blumberg evade impuestos y sigue viajando y hablando por los
medios, y estos no lo condenarán jamás...
Hay muertos de primera, de segunda y también de tercera, algunos que se
eligen y otros que no importarán. Son chicos pobres, como decía un
manifestante el jueves 6, y ellos son de la calle y por eso no son
importantes. Lo sienten, lo viven, lo razonan y tienen razón, son
objetivos en su planteo, están marginados, excluidos y no son dignos
de tenerlos en cuenta. Sospechados de estar bebidos o drogados o ambas
cosas, y entonces aparece el aparato discriminatorio y la muerte de
estos jóvenes no es igual a la de los elegidos.
Y dentro de la muerte de tantos apuestan al divide y reinarás, unos son
convocados para parlamentar en las entrañas del poder político,
otros, directamente, no son tomados en cuenta.
Y si uno se retrotrae y busca en los confines de la historia, emergen los
hechos sangrientos de la Semana Roja, en 1909, la violenta represión
a los trabajadores de los Talleres Metalúrgicos Vasena y a todos los
trabajadores que se solidarizaron en aquella Semana Trágica, enero de
1919, que fueron violentamente reprimidos, mientras la Liga Patriótica
se cobraba la vida de muchos de ellos.
Más tarde el aluvión zoológico y las patas en la fuente, los cabecitas
negros y los desocupados avanzando por la Capital Federal, mientras a
su paso se cerraban negocios, se bajaban cortinas metálicas y se hacían
cruces pensando en los desmanes de estos desarrapados.
Después, los trabajadores cordobeses que se comieron y bebieron los
manjares de la Confitería Oriental frente a la plaza Colón, en aquel
memorable Cordobazo, mayo de 1969, y todos los azos que continuaron,
todos irreverentes que protestaban contra un sistema injusto.
No hay cambios, hay 191 muertos por ahora, hay entre la lista de muertos
dos NN, o sea, dos personas no identificadas. Las consultas de
familiares y sobrevivientes fueron 2190 al 5 de enero pidiendo ayuda.
El martes 4 se habían contabilizado 1.600 llamadas telefónicas,
todas fueron atendidas por la Dirección de Salud Mental. Desde la
Subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad se está trabajando en
forma coordinada con el Gobierno de la provincia de Buenos Aires para
asistir a quienes vivían en la provincia. Se buscan personas
denunciadas por el Registro de Búsqueda de Personas, en la Dirección
de Asistencia a la Víctima aparece un niño de 4 años, Nicolás
Flores, cuya mamá falleció en el lugar y su padre y abuela lo buscan
incansablemente. La nueva información nos dice que son 3.500 los
llamados pidiendo algún tipo de ayuda, entre ellos 550 personas
reclaman asistencia psicológica, todo esto al 0800 habilitado por el
gobierno de la Ciudad.
Un párrafo para esta desaparición donde hay demasiados distraídos;
para Nicolás no hay una cadena informativa incansable y hastiante, no
es el hijo de los dueños de cadenas de centros comerciales, ni vive
en Martínez o San Isidro, para él no hay una policía de
investigaciones que busca afanosamente, ni se desbaratan redes de
secuestradores. Para Nicolás que vive en Florencia Varela, provincia
de Buenos Aires, zona castigada por la desocupación, si las hay, no
hay nada de esto, no es un secuestrado vip... para él hay una cadena
solidaria y muchas esperanzas de sus familiares que aparezca y lo
puedan recobrar.
Por otro lado según las últimas informaciones hay 68 internados, de los
cuales 32 están en Terapia Intensiva, según informa SAME, 42 son
varones y 26 mujeres, 6 son menores de 15 años, la lucha por la vida
continúa, por restablecerse también...
Mientras los muertos de esta masacre se acumulan sin el canto del Coro
Kennedy, los grandes escenarios y las velas, la prolijidad y la
guardia policial, las largas sesiones en el Parlamento nacional, los
recibimientos especiales por parte de los legisladores a Juan Carlos
Blumberg, con los medios que magnifican cifras hacia un lado y las
disminuyen para el otro, mientras todo esto sucede, no se esclarece lo
sucedido, y si bien cuatro testigos involucran a Yamil Chabán,
hermano de Omar, como responsable, también, del boliche de aquella
noche de terror, aún no ha sido detenido.
En las dos primeras marchas que reclamaron justicia hubo represión y
también detenidos, la violencia de arriba engendra la violencia de
abajo, dijo un estadista argentino. Y los muertos en Kromañón son
suficiente violencia. En la última del jueves 13 de enero fue todo
tranquilo, pero el reclamo por justicia no tiene final, quienes buscan
el final son todos los políticos de toda estirpe que están mirando
el calendario electoral 2005 y sus posiciones electorales en la
Capital Federal. No hay dolores, hay cálculos políticos más que
mezquinos.
Quienes también esperan que pare el chubasco son los dueños del mercado
de la noche para que se abra nuevamente el esplendor de la fiesta, el
baile y el olvido. Para que las arcas vuelvan a llenarse y se cumpla
la regla del sistema: ganancia máxima, no importa a que precio. El
mercado regula la muerte, y existen muertos de primera, de segunda y
también de tercera... para unos el esplendor y para otros los
santuarios populares... como la Difunta Correa, como María Soledad
Morales y tantos otros...
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