Diario Crónica de Buenos Aires
Los trabajadores discuten una
salida
Socialismo o Barbarie, periódico,
17/02/05
El dueño de Crónica, Héctor
Ricardo García, está preso (con arresto domiciliario), acusado de
evadir 18 millones de pesos de impuestos. También la justicia lo ha
inhibido y no puede tocar ningún bien de su propiedad y en el mes de
marzo será llevado a juicio oral.
Por otra parte, el concurso de acreedores de la
empresa se venció, luego de que los directivos pidieran todas las prórrogas
posibles. La empresa dice que ya tiene el acuerdo con los acreedores,
con lo cual el juez ya debería fallar la homologación. Tendría dos
años para pagar las deudas con los acreedores comunes que son, por
ejemplo, los proveedores; y, en lo inmediato, están obligados a
empezar a pagar la deuda con los acreedores privilegiados, que son los
actuales trabajadores del diario y los ex trabajadores que tienen
juicios ganados contra la empresa. Algunos de esos juicios son
millonarios. Se calcula que en lo inmediato ellos tendrían que
arreglar con los ex trabajadores del diario en una suma que está
entre los tres y los seis millones de pesos.
Hace ya tiempo, García trajo a la
consultora Córdoba, Álvarez y Asociados, que conoce bastante de
medios. Por ejemplo, puso en marcha el canal TN, y a Crónica llegó
con el objetivo de ver si este diario era un negocio viable. Es decir,
ha venido, fundamentalmente, para conseguir un inversor, o, mejor
dicho, un comprador. Y según las mismas fuentes patronales, si no
consiguen a la brevedad un comprador el diario va a la quiebra.
Un poco de historia
Los trabajadores vienen denunciando
hace varios años el vaciamiento que se produjo en el diario. Desde
1988 hasta ahora hubo un vaciamiento sistemático organizado a través
de dos empresas fantasma que eran las que efectuaban la limpieza y la
distribución y publicidad, respectivamente. Entre 1988 y 2001, cuando
la empresa decía que tenía que bajar los salarios por la crisis económica,
porque habían bajado las ventas, etc., movieron a través de esas
empresas cincuenta millones de pesos. Y el juez Brugo tiene
documentado, cheque por cheque, el movimiento de ese dinero.
Cuando, en junio del 2001, la
empresa presenta un recurso preventivo de crisis, que entre otras
cosas la habilitaba para despedir personal, los trabajadores se
movilizaron al Ministerio de Trabajo y allí el gobierno crea una
“mesa de crisis”, integrada por los trabajadores gráficos, de
prensa, la empresa y Noemí Rial, que por entonces era ya la
secretaria de Trabajo. El gobierno de Duhalde asiste a la empresa a
través de un subsidio de recuperación productiva, con los cuales se
pagaba una parte de los salarios y la empresa se comprometía a pagar
el resto. Los trabajadores entonces exigieron que la empresa se
comprometiera a no despedir. Mientras tanto, la patronal seguía en
sus maniobras de evasión..
Ahora andan dando vueltas alrededor
del diario Romero, Fontevecchia, Hadad, Tinelli y hasta de Narváez,
con la intención no solo de quedarse con el diario sino también con
parte del canal de televisión. El 2005 es un año electoral y es
evidente que hay una disputa sobre qué sector político se va a
quedar con el control de un medio de comunicación que, aunque de
venta restringida, llega a amplios sectores populares.
La respuesta de los trabajadores
Los trabajadores, en todo este período,
ante los cambios de directivos y la inestabilidad laboral, se
mantuvieron en estado de asamblea permanente, hicieron paros y otras
acciones; sobre todo, para conseguir que les pagaran los salarios y
para recuperar parte de lo que la patronal les había descontado en el
2001. Tanto el sector gráfico como el de prensa llevaron adelante
estas acciones pero en forma separada, lo cual es un problema
fundamental a superar. Las asambleas aún no son conjuntas entre gráficos
y trabajadores de prensa.
Los trabajadores, no obstante, han
comenzado a tener injerencia en sectores importantes; de no haber sido
así, el diario se hubiera desbarrancado hace ya tiempo. Los
trabajadores, por ejemplo, han intervenido en la distribución del
diario: en su momento, los gráficos plantearon que se tenía que ir
el director de circulación, Jorge Tonarelli, y lo consiguieron. Por
su parte, los distribuidores, que son del sector de prensa, plantearon
los problemas que les acarreaba a la distribución que el diario
arranque tarde. Entonces la Comisión Interna de prensa, luego de la
aprobación de la asamblea, realizó reuniones con la empresa y los
distribuidores para que el diario arrancara más temprano. A partir de
esta medida en enero, el diario mejoró su venta. Otro ejemplo es que
la patronal destruyó la sección automotores: contrataron una remisería
y le dieron tres autos del diario para que los usara, con lo cual la
remisería cobraba los servicios usando los autos del diario. Los
trabajadores plantearon entonces que se rearmara la sección
automotores con personal de la empresa
Esto lleva a que muchos compañeros
empiecen a descubrir que el diario sigue saliendo por la pelea que están
dando. Las circunstancias fueron llevando a los trabajadores a meter
mano en cuestiones que hasta hace poco eran decisiones exclusivas de
la empresa.
Lo que se empieza a discutir en las
asambleas de prensa es que si los trabajadores no controlan a la
patronal, que viene robando hace años, no hay garantías de mantener
la fuente de trabajo.
¿Cooperativa o nacionalización con control
obrero?
La Comisión Interna de los gráficos
es burocrática y ha hecho todo lo posible por mantener la desunión
de los trabajadores dentro del diario. Además, quieren hacer una
cooperativa ante la eventualidad de la quiebra. Anteriormente, habían
propuesto la cogestión obrera (2001). Por su parte, los trabajadores
de prensa comenzaron a discutir, en primer lugar, que no querían
convertirse en patrones, y también la inviabilidad de un proyecto
cooperativo para el diario, de autogestión en un medio periodístico.
¿Por qué consideramos que es inviable la autogestión en Crónica?
Debemos tener en cuenta el desastre
financiero a que ha sido llevado el diario por la patronal de García
y Cía. La patronal seguramente exagera cuando dice que está poniendo
un millón de pesos por mes, pero algo de verdad refleja. El diario
vende 50 mil ejemplares, lo que significa más o menos (sin tener en
cuenta la publicidad) un millón de pesos por mes, y en relación a
los gastos sabemos que de insumos se gasta más o menos eso y de
salarios igual. Si a esto le agregamos los gastos de mantenimiento
(que hoy es precario), junto a los servicios de luz, gas, telefonía,
etc., los números no cierran si no se consigue la plata que falta.
Entonces, en la cooperativa se va a terminar aplicando una variable de
ajuste que es bajar los salarios. Además de que se pierden la antigüedad,
el convenio y otros derechos. Los compañeros piensan “si esta es la
situación del diario, como cooperativa ¿de qué manera vamos a
afrontar su mantenimiento?. Si no conseguimos quien ponga la plata,
estamos jodidos”. Entonces, se empieza a ver como más sensata la
posición de que el estado nacional se haga cargo. Y a la vez comienza
a haber una embrionaria conciencia de la necesidad del control obrero.
Pero esta embrionaria conciencia de
clase no puede desarrollarse si no es a través de avanzar en las
propuestas y las acciones de los trabajadores. Para esto hay que tomar
conciencia plena de que no podemos confiar un milímetro en
funcionarios, administradores y burócratas. El gobierno, la patronal
y la “verde” gráfica trabajan para confundirnos, desunirnos y
desarmarnos. La dirección de la UTPBA (sindicato de prensa)
directamente no apareció.
Los compañeros de prensa han
comenzado a plantear una movilización al Ministerio de Trabajo, esto
es muy importante y debemos hacer todos los esfuerzos para que esta
movilización sea del conjunto de los trabajadores de Crónica,
organizada en asambleas conjuntas, así como también una campaña
sobre el resto de los medios. Es el estado nacional quien tiene que
hacerse cargo del diario con el control de sus trabajadores.
Ante la eventualidad de que el
diario sea vendido o quiebre, peligra la fuente de trabajo. Los compañeros
se han manifestado a favor de la defensa activa de la empresa, decisión
que también tomaron los compañeros gráficos.
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