Jornada
de lucha del 19 de abril de los movimientos de desocupados
A la calle con unidad obrera
Por Patricia
Pérez
Socialismo o Barbarie, periódico,
14/04/05
Luego
de meses de marchar separados, o cada uno con su “bloque”, los
movimientos de desocupados volvieron a unirse en un plan de lucha
conjunto. Comenzó el 6 de abril con cortes de ruta en todo el país,
y su segundo paso será una movilización a Plaza de Mayo el 19 de
abril, con los siguientes reclamos: aumento del plan a 350 pesos y
universalización de un seguro de desempleo, es decir, que todos los
trabajadores que quedan sin trabajo puedan cobrarlo; trabajo para
todos: reparto de las horas, reducción de la jornada laboral; no a
los tarifazos y aumentos de precios; por un salario mínimo igual a la
canasta familiar; libertad a los presos y procesados por luchar; no al
pago de la deuda externa.
Es
un buen paso adelante que los movimientos vuelvan a unirse para
enfrentar claramente al gobierno. Pero el destino de los movimientos
de desocupados depende además, y en mayor medida, de otro factor:
este nuevo plan de lucha se desarrolla junto con un despertar de los
reclamos salariales (algunos de los cuales, como subtes y Taym,
lograron romper el techo salarial que quería imponer el gobierno), y
con nuevos conflictos en defensa de las fuentes de trabajo, como en
Parmalat, Crónica, y la empresa de aviación Lafsa. Si logramos
instalar la lucha de los desocupados como uno más de los reclamos por
salario y por trabajo que se están extendiendo, la fuerza de este
nuevo plan de lucha se va a multiplicar por mil. La preparación de la
jornada del 19 no tiene que centrarse sólo en tratar de llenar la
plaza de desocupados. La gran preocupación de los movimientos (y los
partidos que los integran) tiene que ser llevar a sus compañeros
ocupados que están peleando en su lugar de trabajo, y a los
trabajadores de los conflictos que los movimientos estamos apoyando.
Tenemos
que ir convirtiendo cada movilización, cada vez más, en actos de
unidad obrera.
Tenemos
que explicar que el aumento a los desocupados beneficia a todos,
porque en este país el verdadero “salario mínimo” son los 150
del plan. Tenemos que explicar que la reducción de la jornada laboral
no significa sacarle el trabajo a nadie. Los movimientos podemos
explicarlo largamente en discursos y volantes, pero ¡cuánto más
convincente sería para la población trabajadora si el 19, en vez de
aparecer por TV Pitrola u otra cara de los movimientos, eso mismo lo
explica un ocupado que vino a solidarizarse, sea del partido que sea!
En
el encuentro del 2 de abril (ver nota aparte) muchos delegados decían:
“el sindicato nos dejó tirados, el apoyo que tuvimos vino de los
movimientos y de otros trabajadores en lucha”. O sea que la unidad
empieza a aparecer como una necesidad para ganarles algo a las
patronales. Sobre todo ante la deserción y la traición de los
sindicalistas aliados al gobierno. Por eso el MAS y el FTC proponemos
formar ya una tendencia clasista de los que luchan para enfrentar a
esas burocracias sindicales. Empecemos por movilizarnos y expresarnos
en conjunto cada vez que salimos a la calle.
|
|