Opina
Silvana, delegada del
Garrahan
"Micheli
[dirigente del sindicato ATE de la CTA] fue el de vocero de Tomada
[ministro de Trabajo de Kirchner]
Entrevista
de Socialismo o Barbarie, periódico, 02/05/05
SoB–
¿Qué está pasando en este momento?
Silvana: Hasta el
día de hoy el conflicto no está resuelto [miércoles 27]. A pesar
que se suspendió el paro en la asamblea del viernes pasado. La
suspensión vino porque aceptamos los $ 300 que ofreció el gobierno.
Pero nosotros pusimos una condición: que de esos $ 300 la totalidad
vaya al básico. En la primera negociación dijeron que no y
ofrecieron sólo un 10% al básico. Ahí hubo dudas, vacilaciones de
la Junta Interna. Esas vacilaciones marcaban que se estaba para atrás,
el mensaje los trabajadores lo interpretaron de esa manera. Por eso en
la última asamblea se resuelve aceptar ese 10%. El resto estaría
conformado por una suma remunerativa, que no es tan malo porque va a
la jubilación, al aguinaldo y otros ítems más. También se votaron
una serie de condiciones: que no haya sanciones ni descuento por los días
de paro, el pase a planta de los contratados, que este aumento no
absorba los $ 250 que había dado el hospital el mes anterior a través
de sumas fijas no remunerativas. La patronal no quiere firmar el acta
con esos puntos. Hay idas y vueltas. La última reunión fue hoy miércoles
y la patronal ni siquiera se presentó.
Todo esto tiene una lectura que no es la misma para todos los compañeros
de la interna. Siempre en la interna sostuvimos que si había fuerza y
decisión en los compañeros, lo que convenía era negociar con una
relación de fuerza favorable, a la ofensiva. Cosa que, al suspender
el paro, se hizo lo contrario. Cuando nos sentamos a negociar con el
paro suspendido le entregamos la pelota a la patronal, y todavía la
tienen ellos. De ahí la ofensiva de no poner los $ 300 al básico,
que no los cobremos a fin de mes y negarse a firmar el acta.
Ante
esta situación, la junta interna tiene que tomar una urgente decisión
porque hay confusión entre los compañeros y esto puede enfriar aun más
la cosa. Yo creo que tenemos que retomar la ofensiva y en una próxima
asamblea plantear que si la patronal nos sigue bicicleteando, volvemos
al paro. Porque hay condiciones para hacerlo, muchos compañeros no
quedaron conformes con la suspensión y están dispuestos a seguirla.
Además existe una situación favorable a nuestro alrededor: tres
hospitales porteños y otros de provincia paran esta semana; también
se formó la interhospitalaria para que podamos coordinar las luchas
de los distintos hospitales.
SoB: ¿Cómo tomó la gente lo de los $ 300?
S.: Cuando ofrecen los $ 300 una mayoría quiso aceptar, pero con la
salvedad de que vayan al básico. Cuando la patronal ofrece solamente
el 10% al básico un sector importante de compañeros no quería
aceptar, decían que había que continuar con el paro. Pero... esos
compañeros no encontraron en el conjunto de la junta interna el
respaldo necesario para llevar adelante esa posición. Era evidente
que algunos delegados estaban para atrás. Esta situación condicionó
el resultado de la asamblea que terminó votando aceptar el 10% que
ofreció la patronal.
SoB: ¿Como evaluás
los resultados del conflicto, en términos más generales?
S.: Todavía no podemos
hablar de triunfo... pero si cobramos los $ 300 y no hay sanciones,
descuentos, absorción, etc; es, sin duda, un triunfo. Yo tengo una
posición personal que, hasta cierto momento del conflicto, la
compartimos todos los delegados, que era que había que sentarse a
negociar “en caliente”. Por eso creo que si hubiéramos llevado
esta posición hasta el final, seguramente, se podría haber
conseguido algo mejor.
SoB: ¿Qué papel jugó
Micheli?
S.: Micheli [dirigente del sindicato ATE (Asociación de Trabajadores del
Estado) enrolado en la CTA (Central de los Trabajadores Argentinos)] fue el de vocero de
Tomada [ministro de Trabajo de Kirchner]. Intentó, en todo momento,
levantar el conflicto; pero, eso sí, siempre diciendo, frente a la
asamblea, que nos apoyaba... En la primer asamblea que apareció, tiró
la propuesta de que levantáramos para sentarnos a negociar. La
respuesta de los compañeros fue contundente: le
votaron un paro de 72 horas en la cara. En las siguientes
asambleas la cosa fue cambiando. Porque a medida que una parte de los
delegados comenzaba a vacilar, Micheli, por su lado, ganaba cada vez más
espacio. Hasta que, finalmente, logró cumplir el objetivo que el
ministro Tomada le había encargado. Lo
más grave de todo esto es que Micheli pudo reacomodarse frente a los
trabajadores, cuando la situación daba para avanzar en la ruptura con
la burocracia.
SOB:
¿Por qué?
S:
Por varias razones: la primera es reconocer que los trabajadores
ya no le creen más a los burócratas de los sindicatos, por eso no
les obedecen; por otra parte están las nuevas comisiones internas
opositoras, como la del Garrahan, que cuentan con la confianza de los
compañeros; y los autoconvocados que, en varios hospitales reúnen
cada vez a más compañeros. Estas son las razones que hoy nos ponen
ante un gran desafío: o avanzamos en la construcción de una
alternativa independiente o continuamos sembrando expectativas en
la burocracia.
Este es un debate que también se dio entre los delegados del Garrahan.
Algunos compañeros opinan que todo pasa por la exigencia, y otros
opinamos que a la burocracia ya le exigimos, durante mucho tiempo, un
plan de lucha, que nunca llegó. Por lo tanto, si de desenmascarar a
los dirigentes se trata, ese objetivo ya se cumplió. Pero si creemos
que la burocracia, verdaderamente, va a encabezar un plan de lucha en
serio, estamos equivocados. Esto solamente sería posible si existiera
una rebelión en las bases de los principales hospitales que obligara
a los dirigentes a encabezar la lucha, por temor a que le pasen por
encima.
Pero hoy no está
planteada esta situación; por lo cual la táctica de “exigencia”
no es más que un saludo a la bandera.
Hoy estamos en un
momento preparatorio. Aunque estén parando algunos hospitales, es un
proceso que se tiene que desarrollar, porque la situación no es la
misma en todos lados.
En este
sentido la formación de la Interhospitalaria es un paso muy
importante. Marca un camino distinto donde tienen que estar los
activistas y delegados honestos y luchadores para empezar a construir
una alternativa opuesta a la burocracia sindical que cuente con el
apoyo y la confianza de los compañeros para llamar a un plan de lucha
discutido y votado en asambleas de base.
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