Argentina

 

Para garantizar el pago de deuda externa

El gasto público se achicó y afectó más a jubilados, la salud y la educación
Entre 2001 y 2003 aumentó, pero menos que la inflación; así, cae 29% en términos reales, según el último informe del ministerio de Economía

Por Ismael Bermúdez
Diario Clarín, Buenos Aires, 27/04/05

Mientras el Gobierno busca acrecentar el superávit fiscal para garantizar el pago de la deuda, el Ministerio de Economía divulgó ayer un estudio que revela que entre 2001 y 2003 el gasto primario consolidado (Nación, Provincias y Municipios), antes del pago de intereses, cayó 29% en términos reales. Y los más afectados fueron los gastos sociales, que incluye rubros como educación, salud y seguridad social.

Esa caída en términos reales se debió a que el gasto nominal (en pesos corrientes) creció un 25% en un período en que el índice combinado de precios (mayorista y minorista) subió casi un 80%. Así, en 2003, el gasto primario sumó 101.000 millones de pesos cuando si se hubiera ajustado el gasto de 2001 por la inflación minorista debería haber sido de casi 120.000 millones de pesos. Y de más de 140.000 millones si se utilizara el índice combinado.

Del estudio se desprende que la devaluación fue un factor clave para licuar el gasto público, mientras la pesificación y el default ayudaron a reducir el peso de los intereses de la deuda. Y que si bien el crecimiento del 2003 ayudó a compensar gran parte de la caída de 2002, el gasto público se mantuvo en los mismos porcentajes del año más crítico de la Argentina.

Así, el gasto público total se redujo del 35,65% del PBI que alcanzó en 2001 al 29,24% en 2002 y redondeó el 29,41% en 2003. Se estima que en 2004 el gasto total consolidado del Estado se mantuvo en torno a ese porcentaje, uno de los más bajos de la serie histórica, y también en la comparación internacional.

Del trabajo también se desprende que hubo una fuerte reducción anual en el llamado "gasto social" equivalente a 3% del PBI, que hoy representan unos 15.000 millones de pesos. De este modo, más de la mitad del superávit fiscal se explica por esta poda del gasto social.

Los más afectados, por el peso en el gasto, fueron los jubilados y pensionados, y las partidas de educación y salud. Y eso se debe al semicongelamiento de los haberes previsionales y los sueldos de los empleados públicos y docentes. Por ejemplo, el gasto en jubilaciones subió de 21.828 millones en 2001 a 24.631 millones de pesos en 2003, una suba del 13% cuando la inflación minorista fue del 45%. Así el gasto previsional en términos reales se redujo un 22%.

En cambio, hubo un aumento de las partidas de asistencia social, básicamente por la implementación del Plan Jefas y Jefes de Hogar y otros planes sociales provinciales.

Por otro lado hubo un aumento del gasto público "en servicios económicos" que subió del 1,77 al 2,46 del PBI. Este rubro engloba subsidios, básicamente en materia de energía y transporte.

También por el default y la pesificación, se produjo una fuerte reducción en los intereses de la deuda que bajaron del 5,31 al 2,41% del PBI. Por tratarse de un análisis del gasto, dentro de ese porcentaje no se incluyen los pagos por el capital de la deuda que representan una disminución de pasivos. Básicamente entre intereses y vencimientos de capital la Argentina está destinando ahora unos 5 puntos del PBI.

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