Las heroicas huelgas patagónicas
La clase obrera de la Patagonia
Argentina viene protagonizando una serie de luchas históricas que
sacuden a las sociedades de las provincias del extremo sur del país.
Con el templado espíritu de los peones rurales que efectuaron la
Patagonia Rebelde, los obreros y los trabajadores de Santa Cruz y
Chubut han dado claras muestras de que están dispuestos a luchar por
su dignidad.
Por Marcelo García (*)
Enviado por el autor el 07/05/06
La alta conflictividad social que
se viene experimentando en todo el país no escapa a la Patagonia
Argentina. Los obreros y los trabajadores ocupados y desocupados han
iniciado una oleada de luchas casi sin precedentes en las provincias
del extremo sur del país.
Los 37 días de huelga de los
obreros de la pesca en Chubut y los casi 50 días de los trabajadores
municipales y provinciales de Santa Cruz son una demostración más
que en la Patagonia no todo funciona como los gobernadores y el Estado
Nacional se empeñan en demostrar.
Los salarios siguen estando en
niveles bajísimos, mucho más aún si se tiene en cuenta que los estándares
de vida patagónicos han tenido incrementos descomunales. Por ejemplo,
los precios de la canasta familiar en Comodoro Rivadavia (ciudad más
importante de la Patagonia) están entre un 40 y un 50 por ciento por
encima de los resto del país. Si a esto se le suma que para vivir en
las frías tierras del extremo sur de la Argentina hace falta más
luz, más gas, más leña, más kerosén, más alimentos con potencial
calórico, etc.; el nivel de vida se hace casi inalcanzable para
cualquier trabajador.
Aunque inconscientemente los trabajadores patagónicos han
retomado el ejemplo de los peones rurales de la histórica Patagonia
Rebelde y se pusieron en pié de guerra contra estos gobiernos y
patronales opresoras que pretenden seguir pagando lo mismos que hace
10 o 15 años atrás.
Las importantes huelgas patagónicas
bien pueden ser divididas en dos grandes actos, aunque mucho de lo que
hoy sucede tiene que ver y tuvo sus antecedentes en el paro que los
trabajadores petroleros santacruceños realizaron en marzo del 2004,
que se entendió por casi un mes y que le torció el brazo a las
multinacionales del sector.
El aumento de 260 pesos en concepto
de ayuda alimentaria que obtuvieron los petroleros de santacruceños
hace un año hoy es el motivo por el que los petroleros chubutenses
han iniciado un plan de lucha. Porque aunque Chubut y Santa Cruz son
provincias vecinas y los trabajadores petroleros desempeñan funciones
indistintamente en ambas provincias, las petroleras se han negado a
los petroleros de Chubut a pagar la cifra que sí abonan en Santa
Cruz.
Buena de estas peleas también
tuvieron sus inicios y los constantes y continuos cortes de ruta de
los desocupados chubutenses y santacruceños que en casi toda la
cuenca petrolera del Golfo San Jorge conquistaron más de 1.000
puestos de trabajo genuinos y pagaron el precio de seis piqueteros
presos, hoy liberados, en Santa Cruz.
Primer acto
En el orden cronológico inverso,
por estos días de junio se viene desarrollando uno de los mayores
paros estatales de la historia de la provincia del presidente Néstor
Kirchner. A punto de cumplir 50 días de lucha (las protestas
escalonadas se iniciaron sobre finales de abril) los estatales
provinciales y municipales de casi toda Santa Cruz son parte de luchas
que se han extendido a casi la totalidad de la provincia y que en
algunas localidades del norte santacruceño se han convertido en
verdaderas puebladas, tal es el caso de Pico Truncado y Caleta Olivia.
Reclamando un aumento de pesos en
los sueldos básicos los municipales caletenses iniciaron un plan de
lucha escalonado que terminó desencadenando un paro por tiempo
indeterminado en Caleta Olivia al que se sumaron localidades como Pico
Truncado, Las Heras, Los Antiguos, Perito Moreno, Puerto Deseado, San
Julián, etc. En fin, la casi totalidad de las localidades del norte y
el centro de Santa Cruz son parte del paro y los múltiples cortes de
ruta que estallaron en la provincia.
En la mismísima casa del
presidente Kirchner se inició una de las huelgas más profundas y
duras de los últimos tiempos en la Argentina, pero claro se trata de
la provincia que fue gobernada por el actual primer mandatario
nacional y es este motivo suficiente como para que el conflicto no sea
cubierto por los grandes medios de prensa y sea minimizado cuando se
habla de estos laburantes patagónicos.
Los empleados estatales y
municipales piden un aumento de 200 pesos al básico porque están
cansados que los incrementos salariales sean en negro y que luego de
una larga década kirchnerista más del 70 por ciento de sus salarios
esté por fuera del básico y sea parte de los aumentos no
remunerativos o parte del presentismo.
El gobierno de Sergio Acevedo, ex
vicegobernador de Kirchner y ex secretario de la SIDE, se ha mantenido
intransigente ante los reclamos de los trabajadores y se ha cansado de
acusarlos de ser partícipes de una interna política del
justicialismo. Desde que Acevedo llegó a la gobernación de Santa
Cruz se rumorea que está enfrentado con el presidente.
Aunque el tiempo pasa, los
trabajadores siguen fuertes en su pelea y lejos de debilitarse cada día
que pasa están más fuertes. El primer viernes de junio, a los 40 días
de iniciado el paro, en Caleta Olivia se efectuó una movilización
sin precedentes que reunió a casi 10.000 personas. De la misma
tomaron parte los trabajadores en huelga, los comerciantes y hasta las
mujeres de los efectivos policiales, quines dicho sea de paso se negarían
a reprimir a los huelguistas.
Como si todo esto fuera poco en
Pico Truncado se produjo un paro cívico al que se sumó la casi
totalidad de los habitantes y la jueza de instrucción (Ruata de
Leone) debió negociar con los estatales piqueteros un cronograma de
apertura de los cortes de ruta y fue así como logró que cada ocho
horas se permita el tránsito durante 30 minutos.
Para desprestigiar la lucha de los
trabajadores en las primeras horas del martes 7 de junio se especula
que las autoridades municipales de Caleta Olivia instalaron un
artefacto explosivo en la Municipalidad que causó serio daños y rápidamente
culparon a los huelguistas del “vandalismo”.
Segundo acto
La otra contienda salarial
significativa de la región la han protagonizado los trabajadores de
la pesca de la provincia del Chubut. Luego de 37 días de huelga los
fileteros (denominación que reciben los obreros que industrializan
los filetes de merluza) consiguieron a finales de mayo un triunfo histórico:
incrementaron la hora de trabajo en un 80 por ciento y consiguieron
que las empresas del sector firmen un acuerdo para abonarles una
garantía horaria que significa percibir un salario mínimo de casi
1.300 pesos más allá de la materia prima que haya para procesar.
La lucha de los fileteros de Puerto
Madryn, Rawson y Comodoro Rivadavia fue durísima y debieron soportar
la embestida de las grandes empresas pesqueras nacionales y de las
multinacionales del sector. Hasta la embajada de España en la
Argentina intervino extraoficialmente para defender los intereses de
los empresarios pesqueros de la península ibérica.
Los obreros de la pesca lucharon a
brazo partido, cortaron el tránsito en los tres puertos del Chubut,
tomaron municipalidades y marcharon los más de 70 kilómetros que
distancian a Puerto Madryn en la costa chubutense de la ciudad capital
de Rawson.
Tras cinco semanas de huelga
consiguieron el aumento que reclamaban y le marcaron el camino al
resto de los trabajadores del Chubut y la región. En medio del
conflicto de la pesca se produjo una huelga de la CTA y la CGT
chubutense en solidaridad con los fileteros, lo que se transformó en
un hecho histórico para la región.
La mayoría de los obreros del
sector concluyó su contienda a finales de mayo, pero los trabajadores
de la empresa Barillari aún siguen con su huelga ya que esta pesquera
se ha negado a pagarles los aumentos conseguidos y es por eso que los
puestos de Comodoro Rivadavia (en Chubut) y de Caleta Paula (en Santa
Cruz) siguen paralizados por los reclamos aún no resueltos.
Mientras estos incumplimientos se
suceden los gobiernos de las provincias de Chubut y Santa Cruz no han
tomado ni una sola medida contra Barillari. Los gobiernos provinciales
son los que otorgan los permisos de pesca a las empresas privadas para
realizar las capturas en sus aguas jurisdiccionales y ante esta
situación ninguno de los dos Estados ha suspendido o quitado estas
autorizaciones de pesca.
(*) Periodista e investigador
|