Anulación de las leyes de
obediencia debida y punto final, libertad a Chabán y condena a Romina
Tejerina
Sigue la impunidad
Editorial de Socialismo o Barbarie,
periódico, 23/06/05
“Ayer, mientras en la Capital los
familiares de las victimas de Cromagnon se convencían de que con
Chaban libre ‘no hay justicia’, el presidente Néstor Kirchner
opinaba que el fallo con el que la Corte había declarado
inconstitucional las leyes de obediencia debida y punto final –que
han vedado durante dos décadas la posibilidad de juzgar a militares
por los crímenes de la última dictadura– ‘devuelve la fe en la
justicia’.” (diario La Nación, Buenos Aires, 15/06/05)
El pasado martes 14 de junio, la
Corte Suprema de Justicia declaró nulas las leyes de Obediencia
Debida (1986) y Punto final (1987) que habían sido dictadas bajo el
gobierno de Raúl Alfonsín. Diecinueve años después de este parate
en seco al juzgamiento a los militares, la situación se retrotraería
a la de mediados de la década del ´80.
En contraste, ese mismísimo día
se ratificaba y concretaba la libertad de Omar Chabán,
excarcelación defendida a capa y espada por todo el Poder Judicial.
Al tiempo, se produjo la aberrante condena contra la joven
Romina Tejerina a 14 años de cárcel sin tomar en consideración que
fue objeto de lo más tremendo que le puede pasar a una mujer:
ser violada.
Como citamos arriba, Kirchner salió
como un rayo a decir que en la Argentina “se acabó la impunidad”.
Que el fallo de la Corte “nos devuelve la fe en la justicia” y
sirve para “reconciliar a la sociedad con las instituciones”. Pero
estas dos definiciones esconden una contradicción:
efectivamente, el fallo persigue esa “reconciliación” de las
instituciones con la sociedad luego de que el “que se vayan todos”
planteó el pico del repudio popular a esta falsa democracia de los
ricos y poderosos. Como hemos señalado muchas veces en estas páginas,
esa “reconciliación” y relegitimación de las instituciones de la
“democracia” es uno de los objetivos centrales del gobierno en
la búsqueda de lograr su ansiada normalización de la Argentina.
Sin embargo, lo que no es
verdad, es que se esté en camino de acabar con la impunidad. La
impunidad (tanto en Argentina como por ejemplo ahora el caso del
Brasil de Lula) es estructural al capitalismo. O sea, hace parte íntima,
constitutiva de la democracia de ricos que impera en el país desde la
caída de la dictadura.
El escarnio es producto de la
movilización popular
Actualmente hay unos 150 milicos
presos. Las Fuerzas Armadas no han podido aún salir del todo de la
crisis y desprestigio social que les causó la derrota de la dictadura
militar a principios de la década del ´80. Esa derrota de la
dictadura así como la condena social a las fuerzas armadas por parte
de la mayoría explotada y oprimida del país no se debe a ninguno de
los gobiernos de la “democracia” ni a ninguna de sus
instituciones: se debe a la incansable lucha de los movimientos de
derechos humanos, de la juventud, de los trabajadores y sectores
populares que no han cejado un instante en perseguir a los genocidas.
Como a la rastra de esta
situación, es que en diversos ámbitos de la justicia patronal y el
Congreso, se fueron imponiendo fallos y situaciones por las cuales
decenas de militares fueron presos en las últimas décadas.
Circunstancias como el verdadero escarnio social vivido por una rata
asesina como Astiz (que no puede andar por las calles sin que alguien
lo escupa o le pegue) es lo que metió presión en los tribunales lográndose
fallos de prisión. El “a donde vayan los iremos a buscar” de
organizaciones como “Hijos”, que ahora se resignifica en la pelea
contra la impunidad de Chabán.
Al mismo tiempo, la realidad es que
desde estos mismos gobiernos e instituciones, estas imposiciones de la
lucha popular fueron constantemente “administradas” de manera tal
de ir separando la responsabilidad colectiva de las fuerzas
armadas en el genocidio antiobrero y antipopular que llevaron
adelante, de algunas figuras “emblemáticas” sobre las cuales
poder descargar la responsabilidades. Esta “salvación” y/o
“recuperación” de las fuerzas armadas como tales, pilar
fundamental del Estado patronal, ha sido el objetivo íntimo de todos
los gobiernos desde Alfonsín en adelante.
Hoy, el fallo de la Corte Suprema
de Justicia llega –no casualmente– 20 años después de la
Obediencia Debida y el Punto Final. Los indultos de Menem siguen
vigentes y Kirchner no muestra demasiado interés por anularlos. Pero
20 años no pasan en vano: los milicos genocidas
transformados en unos ancianos despreciables se van muriendo solos de
muerte natural, como el reciente caso de Suárez Mason. Además
como señala el mismo Pampuro, la masa de los posibles procesados y
vueltos a citar se trataría de milicos ya retirados, la mayoría de
los cuales pasan los 70 años y pueden ampararse en el derecho de
prisión domiciliaria.
Lamentablemente, esta anulación
llega 20 años tarde. Y aunque respetamos el sentimiento de tantos
padres, hermanos, hijos y abuelos de los compañeros desaparecidos,
consideramos fuera de lugar los desmedidos festejos de organizaciones,
como las Abuelas de Plaza de Mayo o incluso Hebe de Bonafini. Estas
terminan sirviendo como apoyo a las mismas instituciones que
han trabajado durante años para encubrir a los milicos. O al doble
discurso del gobierno de Kirchner, que toma medidas en gran medida hoy
“inofensivas”, mientras que al mismo tiempo se dedica a
legitimar las instituciones de la democracia patronal que en todo lo
esencial trabajan para mantener la impunidad.
Desde ya que como hemos señalado
en oportunidad de la ley de anulación emanada del Congreso en el año
2003 (ahora ratificada por la Corte), el que no apoyemos políticamente
medidas tomadas por las instituciones burguesas no quiere decir que no
las aprovechemos en los aspectos y/o contradicciones que sirvan a
la lucha popular. Esto es, desde ya que estamos a muerte y nos
comprometemos en la lucha por el castigo a todo genocida como producto
de los juicios que se puedan reabrir a partir de ahora.
Chabán libre, Romina presa
Al mismo tiempo que la anulación
de las leyes, la Corte cumplió un rol “corporativo” de extrema
importancia en la liberación de Chabán. Es un escándalo, repudiado
por la amplia mayoría de la población. Después de un par de gritos
demagógicos sobre el tema, Kirchner se mandó a silencio y la Corte
impuso su criterio de defender a los jueces que declararon la
excarcelación.
A esta horas, a Chabán lo han
trasladado a una isla del Tigre para que el señor pueda gozar de su
libertad, alejado del contundente repudio popular como el que sufrió
a lo largo de una semana en el partido de San Martín. Sin embargo,
incluso hasta allí lo persigue el repudio popular: los vecinos y
hasta la dueña de la casa alquilada quieren a Chabán fuera del Tigre
y los familiares ya están organizándose para movilizarse al delta.
Ahora se habla de que lo trasladarían a un lugar secreto en el
interior del país.
Se puede decir que ha sido hasta
“llamativa” la actitud e insistencia de la justicia patronal por
dejar en libertad a este señor amparándose en el supuesto derecho de
estar en libertad de los encausados sin condena. Se trata de otro
reflejo del carácter de clase de la “justicia”: no hubo la
misma vara con los presos de la Legislatura, a los que nuevamente la
justicia porteña denegó la excarcelación.
Como si esto fuera poco, la
justicia de Salta le dio la friolera de 14 años de cárcel a Romina
Tejerina (una joven que no pasa de los 20 años) en lo que constituye
un escándalo con pocos antecedentes por su grado de saña a
injusticia. Otro ejemplo del carácter de clase de esta justicia,
que condena a Romina por mujer, pobre y víctima de una violación.
NO a Kirchner – Pongamos en pie
una amplia campaña obrera y socialista
“En la puerta de los Tribunales,
Carlotto anticipo que la próxima vez que se cruce en algún acto con
el presidente Néstor Kirchner lo va a abrazar como a un hijo,
‘porque generacionalmente tiene la edad de nuestros hijos (...). La
confianza que nos inspira es autentica” (La Nación, 15–06–05).
Como venimos señalando, nos parece
realmente un grave error este apoyo y confianza en Kirchner.
Entre otras cosas, porque no se debe olvidar que la inmensa mayoría
de los compañeros desaparecidos peleaban por otra sociedad y Kirchner
lo que ha venido a hacer es a estabilizar y relegitimar el mismo
podrido capitalismo semicolonial argentino. Capitalismo en el que
prácticamente la mitad de la población sigue debajo de la línea
de pobreza, trabajando en negro o desempleada.
Lamentablemente, esto sirve para
legitimar al gobierno del permanente doble discurso: gobierno que
busca administrar esta anulación de las leyes para que resulten lo
mas inofensivas posible, mientras que mantiene lo esencial de las políticas
de hambre y ajuste que vienen imponiéndose desde la propia dictadura
militar. Gobierno que para esto último, ataca sistemáticamente a los
que salen a luchar: las luchas obreras que adquieren métodos duros de
lucha o los movimientos de desocupados.
En lo inmediato, esto hace parte de
la campaña electoral de Kirchner en la que pretende “plebiscitar”
su gestión.
Aunque no tenemos lugar aquí para
desarrollar esto, digamos que esta “plesbiscitación” ha estado
cruzada por una serie de problemas, entre otros no menores, por
la aún no resuelta interna del PJ de la Provincia de Buenos Aires, o
el hecho de que distritos de enorme importancia como la Capital y
Santa Fe podrían resultarle esquivos.
En todo caso, desde el nuevo MAS
bregamos por poner en pie una amplia campaña por el NO a Kirchner
desde el punto de vista de los intereses de la clase trabajadora y el
pueblo. Para este objetivo seguimos reiterando nuestro llamado a
los compañeros del PO y el PTS, al tiempo que también sigue abierta
la posibilidad de que compañeros que han estado al frente de las
luchas obreras más importantes del ultimo período (como los del
Subte, el hospital Garrahan, las directivas docentes opositoras y
otros) sean parte de los que estén al frente de la mismas.
Esta lucha política–electoral,
en conjunto con la continuidad de las luchas obreras, de los
movimientos de desocupados, democráticas y la situación de
inestabilidad en la región, seguirán cruzando las próximas semanas
y harán parte de un movido ingreso en la campaña electoral.
Manos a la obra: pongamos en pie el
NO a Kirchner desde una perspectiva obrera y socialista.
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