Kirchner y las
petroleras
Por Gustavo Calleja
InfoMORENO, Boletín Nº 106, 22/06/05
Resumen: el
presente artículo consiste en un análisis de las medidas del
gobierno en el sector del petróleo. El mismo fue publicado por la
revista mensual Mate Amargo, dirigida por Omar López,
en su edición correspondiente al mes de mayo de 2005. Su actualización
fue realizada para el InfoMORENO por el mismo autor.
Recientemente, el Dr.
Kirchner encabezó una violenta campaña en contra de la Shell,
a la que agregó posteriormente a la Esso, cuyo aumento del
precio de los combustibles fue realmente desafiante, ya que fue
concretado a posteriori de las declaraciones presidenciales.
Las "espontáneas"
manifestaciones de grupos piqueteros afines y el apoyo de una entidad
empresaria apta para todo servicio, no deben hacemos equivocar en la
evaluación del hecho, pues es positivo que se promuevan campañas
tendientes a que los consumidores y usuarios defiendan sus derechos,
ya que estas opiniones no liberan al gobierno de sus
responsabilidades. Muchos de quienes criticaron las manifestaciones
piqueteras nunca hicieron oír su voz cuando el oligopolio refinador, desde
abril de 1991 hasta la fecha, incrementaba sus precios en
forma armonizada y apenas disimuIada para evitar ser acusado de
distorsionar la competencia, alegando el aumento del precio
internacional y basándose en la libertad de precios que les otorgaron
Menem, Dromi y Aráoz con los tres decretos
desreguladores de 1989. La "sanción" que le aplicaron a
Duhalde por la aplicación de los derechos a la exportación de
hidrocarburos y derivados (aplicación de aumentos constantes en todos
los combustibles y por todas las empresas, sin coincidencia aparente
en porcientos y fechas) fue ejemplarizadora, ya que desestabilizaron
la muy precaria situación económica postdevaluatoria y beneficiosa
para las productoras, pues obtuvieron la ratificación del
mantenimiento en el exterior del 70 % de las divisas provenientes de
sus exportaciones.
La fecha citada
(abril/91) corresponde a la sanción de la Ley de Convertibilidad,
que, además del uno a uno y la limitación de emitir sin disponer de
reservas libres, establecía la prohibición de aumentar precios
sobre la base de indexaciones de cualquier tipo.
De acuerdo con la
actual Ley de Emergencia Pública N° 25.561 esta prohibición sigue
vigente, sólo son aplicables los ajustes por CER y CVS, impuestos
por ley o DNU. En la época de De la Rúa, uno de los más
encumbrados directivos de YPF declaró que a ellos no les interesaban
las leyes de la Nación Argentina y que aplicaban las leyes del
mercado. Cabe recordar que el equilibrio macroeconómico diseñado
por el Ministro Machinea en el inicio de su gestión, basado en el
ideario del "1 a 1 no se toca" y fundado en el mantenimiento
de un determinada situación de los precios relativos, fue
desarticulado con los incrementos de los precios de los combustibles líquidos,
especialmente del gasoil.
Es decir, que
mientras ningún gremio pudo incrementar sus salarios, ni un locador
su alquiler, ni un banco sus préstamos, los petroleros si lo hicieron
con sus precios sin que ninguna autoridad administrativa ni judicial
adoptara medida alguna. De esta forma, sin que se
incrementaran los costos internos, los precios de los combustibles
-garrafas incluidas- duplicaron el índice de precios al consumidor o
al mayorista. Esta demostración de poder sirvió de ejemplo a grupos
económicos vinculados a la exportación y provoca una real dolarización
del mercado interno que castiga fuertemente los bolsillos de los
consumidores.
Además, a pesar de las
declaraciones presidenciales en contra de los aumentos, la
inoperancia de los funcionarios sigue igual y las causales invocadas
para llevar a la Shell y la Esso ante Defensa de la Competencia -que
en el mejor de los casos terminarán en una multa- no la mencionan.
REPSOL, la intocable
La realidad es que
tanto Shell como Esso no son las formadoras de precio en el mercado
argentino; actúan en el segmento de la refinación y la
comercialización y deben comprar el crudo a las productoras
donde Repsol y Petrobras maneian el 70 % del mercado; estas últimas
y siete empresas multinacionales más son las verdaderas responsables
de los aumentos. Contra las mismas no va el Poder Ejecutivo. El
hecho concreto es que el boicot convocado por Kirchner, los apoyos
espontáneos y las acciones que pueda adoptar Defensa de la
Competencia no resuelven ninguno de los problemas creados por la
privatización del sector petrolero.
Si el PE quiere
cambiar, debe recuperar las áreas productoras y entregárselas
a ENARSA; de esta forma volveríamos a administrar los yacimientos,
regular la producción sobre la base de las reservas correctamente
evaluadas, fijaríamos precios, suspenderíamos las ilegales
exportaciones de petróleo y gas, volveríamos a invertir en exploración
y en el desarrollo de infraestructura energética, volveríamos a
tener en los sistemas de los servicios públicos esenciales -luz y
gas- regímenes tarifarios que permitan a todos los argentinos acceder
a ellos. ¿Cuáles son las causas por las cuales a ENARSA se le
otorga la fabricación de pilas y un extraño y misterioso convenio
con los chinos que podría terminar con todas nuestras cuencas marinas
adjudicadas directamente a las multinacionales del sector? ¿Por
qué ENARSA no administra los fideicomisos recientemente creados y
capitaliza esos aportes? ¿Será cierto que ENARSA contratará en
directo con Repsol la exploración y posterior explotación de
gran parte del subsuelo marino? ¿Por qué las obras las concretan las
mismas empresas privatizadas que incumplieron leyes y contratos? ¿Por
qué todos los gasoductos los amplía o construye solamente Techint?
¿Es posible recuperar
las áreas? Si lo es, solamente hace falta decisión política
y aplicar las leyes vigentes, en especial la de Hidrocarburos; por
ejemplo, las personas físicas o jurídicas que posean más de cinco
concesiones de explotación deben revertirlos al Estado Nacional,
quienes hayan llegado a la categoría de concesionario de producción
o permisionario de exploración mediante las reconversión de sus
contratos de locación de obras y servicios, también deben
devolverlos al Estado por ser, de acuerdo a la Ley de Hidrocarburos,
"absolutamente nulos". Para ello hay que convencerse de que el
poder político es más fuerte que el económico y de que, tal como lo
sostenía Arturo IlIia, la ley es la fuerza de todos; en caso
contrario, seguiremos convalidando que los ilícitos son fuente de
derecho, que es la verdadera forma de leer las continuas apelaciones
de la derecha sobre la seguridad jurídica. El 90% de las áreas están
en infracción y la misma ley las califica de nulas, de nulidad
absoluta. Silenzi de Stagni solía asombrarse de tener que defender la
vigencia de una Ley de Hidrocarburos gestada por Onganía, Krieger
Vasena y Gotelli, a la que en 1967 denominábamos Estatuto del
Vasallaje. Kirchner se ha referido en numerosas oportunidades a la
corrupción que imperaba en los gobiernos anteriores. ¿Qué espera,
entonces, para anular la prórroga del único yacimiento gasífero
gigante -Loma de La Lata- otorgada por De la Rúa y Machinea? ¿Será
porque afecta a Repsol?
La misma Ley de
Emergencia Pública le otorga al Ejecutivo la potestad de fijar los
precios de los combustibles en todo su ciclo, con la finalidad de
proteger a los usuarios y consumidores, que son los argumentos usados
por Kirchner para atacar a la Shell, que, por otra parte, debe ser la
compañía menos querida del mundo, pues la odiaban Churchill y
Franklin D. Roosevelt por sus simpatías con el nazismo, la acusa de
fraude la SEC (Comisión de Valores) de Nueva York, no la aprecian sus
propios estacioneros y ni qué hablar de la opinión de los vecinos de
Magdalena. Cabe preguntarse por qué el Ejecutivo no fija precios
oficiales y deja de avalar la existencia de un margen de utilidad del
590 % entre el costo de producción y el precio de entrada a destilería
(4,60 dólares vs. 32 dólares el barril, neto de retenciones y regalías).
Tiene también la vieja Ley de Abastecimientos Nº 20.680 que
le permite fijar precios e intervenir a las empresas y están vigentes
las Leyes de Defensa de la Competencia y del Consumidor.
No se reducen los márgenes
de super rentas de las petroleras para no tocar a REPSOL – Tampoco
se regulan ni controlan la extracción y las exportaciones
¿Cuál es la causa por
la cual el PE no observa la necesidad de, por lo menos, reducir ese
margen? ¿No será que de esta forma afecta a Repsol YPF? El gobierno
nacional tiene un director titular y un suplente, y un síndico
titular y un suplente en YPF SA, que han sido nombrados por la
actual administración. ¿Alguna vez han planteado esos representantes
la necesidad de que se respeten las leyes de la Nación, como la
de Convertibilidad, por ejemplo? Si la empresa no ha explorado y no ha
desarrollado correctamente los yacimientos que deben abastecer al
mercado interno, los representantes estatales ¿han planteado
alguna acción? ¿O será que si lo hicieran podrían dañar los
intereses de Repsol YPF?
Día a día los
argentinos vemos que disminuyen las reservas y la producción de petróleo,
mientras que se mantienen las de gas natural y sus exportaciones,
sobre las que cabe preguntarse a qué precio se concretan, pues el
precio internacional oscila en los U$S 6 el MM/BTU y estaríamos
vendiendo a Chile a sólo U$S 2; tal "desventajosa" venta
está prohibida por la Ley N° 17.319 en su artículo 6°, a saber:
"El PE permitirá la exportación de hidrocarburos y sus
derivados no requeridos para la adecuada satisfacción de las
necesidades internas y siempre que esas exportaciones se realicen a
precios comerciales razonables".
El gobierno ya ha
puesto en vigencia la Ley de Promoción de las Obras en
Infraestructura, hecha a medida de Techint, Repsol y Petrobrás, y ha
enviado al Congreso el proyecto promocional para las inversiones en
exploración que, con suerte, darán sus frutos dentro de varios años.
Al mismo tiempo no limita las exportaciones y menos aún, la producción.
Al respecto, la Ley de Hidrocarburos establece que es el PEN quien
fija la política nacional teniendo como "objetivo principal
satisfacer las necesidades de hidrocarburos del país con el producido
de sus yacimientos, manteniendo reservas que aseguren esa
finalidad"; también determina que las reservas son de propiedad
inalienable e imprescriptible del Estado Nacional y que a los
concesionarios de producción y permisionarios de exploración sólo
le corresponde el dominio de los hidrocarburos extraídos.
Si también tenemos
presente que el 40 % de los habitantes no accede al gas natural por
redes, podemos preguntarnos: ¿Por qué no se termina con
exportaciones que sólo favorecen a las empresas vendedoras y cuál es
la causa por la que no se las controla? ¿El PE considera que los
compatriotas del NEA están autoabastecidos de gas gracias a la
provisión de garrafas que tienen un precio ocho veces más elevado
que el gas por redes? ¿Por qué se castiga con la marginación energética
a esos argentinos, si ellos y sus antecesores colaboraron en la
construcción de toda la infraestructura energética en uso (reservas,
gasoductos, represas, etc..)? ¿Cuál es el motivo por el cual el PE
no limita la producción de petróleo y gas a lo estrictamente
necesario para el mercado local? ¿Será porque no se quiere
perjudicar a Repsol?
Petróleo, política
y dependencia
Recientemente han
sucedido dos hechos que nos avergüenzan. Repsol YPF es una sociedad
con capitales privados mayoritariamente españoles, pero, sucedido el
cambio de Aznar por Rodríguez Zapatero, también cambió el
presidente de la empresa. Es claro entonces, que es una herramienta
clave del Reino de España en defensa de sus intereses estratégicos,
tales como asegurar petróleo en caso de eventuales conflictos en
Oriente Medio, analizar sus inversiones y generar de recursos para
España. Está bien, entonces, que se reúnan ambos presidentes.
Que el presidente de
Repsol informe de esos planes al presidente Kirchner nos muestra que
somos una colonia; es decir, que hemos retrocedido a los tiempos
previos a 1810, donde el jefe del organismo estratégico mas
importante del reino borbónico transmite las decisiones adoptadas en
la metrópoli.
El segundo de los
hechos vergonzantes está referido al apoyo brindado al entonces
presidente Mesa, actuando juntamente con los presidentes Bush y
Lula en contra de los derechos del pueblo boliviano.
Los intereses que
defendía Mesa son los de las petroleras, que al igual que en la
Argentina, se apropiaron de las riquezas hidrocarburíferas de Bolivia.
Casualmente la multinacional más importante es Repsol YPF.
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