Liberaron
a los detenidos en Pico Truncado
La
Vaca, 30/06/05
Cámara sorpresa: La presentación de un video en donde
se ve al intendente conversando relajadamente con las mujeres que
protagonizaron el reclamo salarial desbarató la acusación de privación
ilegítima de la libertad y coacción agravada que mantuvo siete días
en prisión a seis representantes gremiales. En esta entrevista, Pilar
–una de las liberadas– cuenta cómo es la trama de excusas –que
mezcla desde el FMI hasta los jueces– para detener tras las rejas a
quienes reclaman 50 pesos de aumento en un municipio con superávit.
Pilar
habla por teléfono con la música de fondo de una sinfonía de bombas
y gritos de alegría. Está en la puerta de la Municipalidad de Pico
Truncado, en Santa Cruz, festejando haber sido liberada, junto a los
otros cinco detenidos y una multitud de compañeros y vecinos, que a
los gritos prometen: “no vamos a aflojar”.
Mientras,
Pilar narra los que significaron para ella estos siete días presa:
–Tengo
36 años, cuatro hijos y soy mamá sola. El domingo mi hija cumplió
15 años y yo estaba en un calabozo, incomunicada. Cuando, al fin, la
pude ver le dije: lo único que te puedo regalar son mis convicciones.
El
viernes pasado, poco después del mediodía, la policía la había ido
a buscar a su lugar de trabajo con una orden judicial. “Yo no soy
ninguna subversiva, ninguna guerrillera, no ando con armas ni
apretando gente. Soy una empleada municipal que reclamó, junto a sus
compañeros, un aumento de salario. Y una militante del PJ que
participó de la agrupación que llevó al poder al actual gobernador,
mire qué paradoja. Sin embargo, el viernes, me agarraron de las
orejas y me metieron en la cárcel, incomunicada, acusándome de
privación ilegítima de la libertad y coacción agravada”.
La
causa se había iniciado por una denuncia del intendente local, Rubén
Maimo, quien aseguró que había sido amenazado de muerte y obligado a
firmar un acta en el que se le otorgaba un aumento de 50$ al sueldo básico
de los empleados municipales. Con esa firma, se había puesto fin a un
conflicto de más de 45 días que incluyó la toma del edificio
municipal. Cuando todos habían regresado a trabajar, el intendente
presentó la denuncia –primero ante los medios y luego, ante la
justicia– y sin mediar más trámite, la jueza ordenó allanamientos
y detenciones. Así fueron tomados prisioneros e incomunicados
Alejandro Garzón, secretario del gremio de empleados estatales de
Santa Cruz y los delegados gremiales del municipio de Pico Truncado,
David Esteré, Belisario Segel, Julio Pesolano, Pedro Pallagulla y
Pilar Peralta. Al secretario gremial, de ATE, Alejandro Barriga, no
pudieron llevarlo a la comisaría porque los vecinos de Río Turbio
corrieron a los gritos al móvil policial.
El
lunes, la jueza Graciela Roarte de Leone denegó la excarcelación de
los seis detenidos. El jueves al mediodía, se las otorgó. El cambio
de actitud tuvo su origen en la presentación de una prueba
contundente: un video casero que una vecina filmó durante la reunión
con el intendente. Allí se lo ve relajado, rodeado principalmente por
las mujeres que participaron del reclamo y que le planteaban firme,
pero sin amenazas, exigencias e información. “Es que nosotros la
tenemos clara, porque sabemos muy bien cuáles son los números del
municipio –cuenta Pilar– La municipalidad tiene superávit, no es
deficitaria. Cuando se fue la anterior gestión dejó una caja de dos
millones de dólares. Y estábamos en plena crisis. Este es un
municipio que administra la compañía telefónica y la energética,
por ejemplo. El 60 por ciento de la energía que se utiliza en Pico
Truncado es aeólica y solo el 40 lo compramos. Plata hay. Eso lo
sabemos. Y por eso pedíamos un aumento: porque lo pueden dar”.
–¿Y
con qué argumento se los negaban?
–Nos
dicen que por exigencia del FMI.
–¿Cómo
es eso?
–La
exigencia del FMI fue lo que obligó a firmar la Ley de Déficit
fiscal que tiene una cláusula que obliga a no modificar el
presupuesto de las provincias. Pero nosotros no pedíamos que se
modifique ningún presupuesto. Para darnos un aumento no es necesario,
porque la municipalidad de Pico Truncado tiene superávit. Y cuando se
lo demostramos, con los números en la mano, nos dijeron que el
problema es que si lo daban acá tenían que hacerlo en otros lados...
y ahí sí el presupuesto se tenía que modificar.
–¿A
que le atribuye que toda esta negociación haya terminado con las
detenciones?
–A
que el intendente no soportó la presión. Y a un problema político.
A la trama que se arma entre gobernador, intendentes y jueces, por
ejemplo. Acá es clarito porque nos conocemos todos. El Tribunal
Superior, por ejemplo, tiene jueces que son socios de estudios de
abogados que trabajan con los intendentes o la gobernación. Ese
Tribunal declaró nulo el acuerdo que firmamos, basándose en la
denuncia penal que nos hicieron. Por eso ahora tenemos que luchar por
sacarnos de encima las imputaciones penales para que ese argumento no
invalide el aumento. Y ahí vamos a ver de qué se van a disfrazar.
–¿Por
qué no presentaron antes el video?
–Porque
todo el mundo se mandó a guardar, apenas empezaron los allanamientos.
Se corrió la voz de que había 60 órdenes de detención y ese
viernes comenzó la cacería acá en Truncado, en Caleta, en Río
Turbio. Recién cuando empezó a verse que no estábamos solos, que
había gente dispuesta a reclamar por nosotros, se pudo organizar
algo. Cuando llegó el video, hasta que no se hicieron suficientes
copias para garantizar que no iba a “perderse” no se presentó.
Ahora lo repartimos por todos lados.
–¿Cómo
la trataron durante la detención?
–La
policía no lo podía creer. A mí me conocen todos. En la gestión
anterior yo estaba en la oficina de la secretaría privada y, por mi
función, trataba todo el tiempo con esa comisaría. Pero la
incomunicación me la tuve que comer igual y los cargos, también. Se
lo dije a mi hija: no soy ninguna delincuente. Espero que entiendas
esto como una forma de defender tus derechos, por estar convencida de
que la dignidad no tiene precio. Aunque a veces nos obligan a pagarla
así.
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