Para que gane el
Garrahan, los docentes universitarios y todas luchas
Pongamos en pie una
gran marcha nacional
Editorial Socialismo o
Barbarie, periódico, 28/08/05
"Lerer (el
delegado general del Hospital Garrahan en lucha) se despachó contra
la democracia y las elecciones, en su reportaje en la revista Debate,
y se manifestó embelesado por la experiencia de la Rusia
prestalinista. Kirchner andaba por los pasillos del gobierno con esta
revista bajo el brazo; la mostraba como una prueba de que en el
hospital no se esta librando una batalla por los salarios, sino por el
poder del país por los caminos de la insurrección" (La Nación,
diario de Buenos Aires, 21-08-05).
No es para tanto. Pero
es un hecho que no todos los días la editorial del cogotudo diario La
Nación traiga una referencia directa a la amplia vanguardia
antiburocratica y clasista que está despuntando entre sectores de la
clase trabajadora. Es que la lucha de los trabajadores no para. Y
está cruzando de manera creciente la campaña electoral. Como un
sismo de baja intensidad (que tiene picos), recorre el país. Este es
un dato: el proceso de lucha está extendido nacionalmente.
Sigue la heroica huelga
del Garrahan. Los docentes universitarios avanzan en su plan de lucha,
con masivas asambleas estudiantiles en varias facultades de la UBA. En
Córdoba, un marcha histórica de más de 25.000 profesores, padres y
alumnos –no se veía una tan importante desde hacía años–
recorrió la ciudad en reclamo de aumento de salarios a los docentes,
el aumento del presupuesto educativo y contra la Ley de Educación
Superior. Los judiciales bonaerenses están de paro hace 15 días y
van al paro por tiempo indeterminado. Y desde las seccionales rebeldes
del SUTEBA se prepara una serie de acciones por fuera del fraudulento
pacto de Baradel con Solá. Todas estas luchas deben confluir en un
solo torrente.
Además, la semana que
pasó estuvo cruzada por los 4 días del plan de lucha de los
movimientos de desocupados., que incluyó un acampe en la Plaza de
Mayo que le puso los pelos de punta a la derecha vernácula y al
gobierno. Y que se transformó en un hecho político nacional.
El conjunto de estas
peleas está confrontando de manera directa con el gobierno.
Esto es así más allá de que no lo comprendan del todo el conjunto
de los compañeros, porque Kirchner es el responsable de mantener en
niveles de miseria el salario de aquellos trabajadores que dependen
del Estado.
Dado que no quiere
retroceder y busca mantener a capa y espada el superávit fiscal en
particular y el nivel de ganancias patronales en general, está
saliendo, mediáticamente, a tensar la cuerda, buscando que la
opinión pública se vuelque en contra de los que están luchando.
Apela a que se acepte el emparejamiento para abajo, a que las capas
más atrasadas de los trabajadores, en vez de elevarse a reclamar los
1800, repudien por "excesivo" el reclamo del Garraham.
Pisando huevos
"Frente al
recrudecimiento de las acciones piqueteras, el gobierno nacional ha
apostado a un delicado equilibrio. Combinó un discurso
más duro de sus funcionarios hacia los activistas con una actitud de virtual
pasividad ante los grupos que prácticamente se adueñaron de la
Plaza de Mayo y que cortaron parcialmente el puente Pueyrredón"
(La Nación, 19-08).
Luego de que la semana
anterior fracasara su primer intento de despidos en el Garraham, el
gobierno ha seguido endureciendo su discurso. Pero su estrategia se
circunscribe (hasta el momento) al aislamiento, el desgaste, al
alargamiento de la cosa y a instigar a jueces y fiscales a que orden
medidas de hecho.
Es que el gobierno
camina como "pisando huevos". Toda su apuesta
inmediata pasa por ganar lo más ampliamente que pueda las elecciones.
En ese terreno se siente fuerte. Pero en tanto que gobierno
"centrista", tiene temor de perder apoyos tanto por
"derecha" como por "izquierda". De ahí el
"delicado equilibrio" que se ve obligado hoy a seguir
manteniendo, y que difícilmente se rompa cualitativamente antes del
23 de octubre.
Al mismo tiempo, junto
con toda su retórica contra las "huelgas salvajes", está
empeñada en una encarnizada pelea electoral contra el duhaldismo.
Pelea que es centralmente de aparatos y no una división al interior
de la clase dominante, que, aun mascullando, apoya mayoritariamente a
K. Pero que, en lo inmediato, lo obliga a una lucha en dos frentes: al
interior del PJ y contra las luchas obreras en curso.
Es esta situación
coyuntural la que debe ser aprovechada para mantenerse firmes hasta la
obtención de los reclamos, buscando la confluencia y coordinación de
todas las luchas.
Con todo a la marcha
nacional
Poner la campaña
electoral al servicio de las luchas
En el momento en que
escribimos estas páginas se está realizando un nuevo paro de 48
horas de los compañeros del Garraham. Por la tarde, se realizara un
acto en la puerta del hospital y una marcha al Ministerio de Trabajo.
Por la noche, marchan masivamente docentes y estudiantes
universitarios. Para el 8 de septiembre, se anuncia una movilización
de las seccionales rebeldes del SUTEBA a La Plata. Al tiempo, sigue el
paro en el hospital de Moreno y de muchos lugares del país, así como
está vigente la lucha universitaria en Córdoba.
Son estas
circunstancias las que han colocado sobre la mesa un planteo que desde
el MAS venimos haciendo a los compañeros del Garrahan desde hace
semanas y que tardó en ser tomado por la mayoría de su junta
interna: realizar una gran acción y marcha nacional por el triunfo
del Garraham y el aumento general de los salarios a $1800. Esta
marcha se está comenzando a preparar, y será la que podría,
eventualmente, imponerle a los burócratas de la CTA y la CGT la
realización de una medida de alcance nacional, que se niegan
rotundamente a realizar.
Por esto hay que poner
manos a la obra organizando una gran marcha nacional que sirva, a la
vez, para avanzar en la coordinación y organización de los
sectores independientes por fuera de la burocracia en todas sus
expresiones.
Para poner sobre la
mesa el triunfo del Garraham y el reclamo por los $1800 para todos.
Por el aumento del presupuesto educativo y de la salud. Por el trabajo
para todos y la reducción de la jornada laboral. Por poner en pie
experiencias que no han terminado de madurar como la Interhospitalaria,
o fortalecer el plenario de seccionales combativas docentes y otras
que están en curso. Y para ganar más y más sectores a una lucha
unificada que, aprovechando que el gobierno está apretado por la
campaña, imponga las reivindicaciones que crecientemente están
surgiendo desde abajo.
Es este mismo sentido
que podemos utilizar las instancias de la actual campaña electoral.
Desde la izquierda consecuente, en particular del frente MAS-PTS, debemos
poner la actividad de la propia campaña al servicio de que se
desarrollen y triunfen las actuales luchas: pegando carteles, pintando
paredes, realizando volanteadas, charlas, etc., que pongan sobre
la mesa la denuncia al gobierno de K y el peronismo, y el
incondicional apoyo para que triunfen las actuales luchas.
|