Kirchner y el acampe
piquetero
Socialismo o Barbarie,
periódico, 28/08/05
En estos días, el
gobierno está viendo como su estrategia hacia los movimientos de
trabajadores desocupados –cooptar a un sector y aislar, debilitar,
reabsorber y derrotar al otro–, que ha logrado importantes avances,
sin embargo no ha logrado barrerlos del todo.
Mientras los amigos
piqueteros le traen más dolores de cabeza que servicios prestados (ya
no saben cómo despegarse de D’ Elía), los movimientos
independientes no sólo no fueron derrotados, sino que en los últimos
días demostraron una importante permanencia en su capacidad de
organización y de lucha.
Donde más se ve el
fracaso del gobierno es en que después de más de dos años de
gestión y de 3 años de crecimiento interrumpido, la desocupación
sigue siendo masiva y la subocupación, más masiva: entre ambas
siguen afectando a más de 4.000.000 de personas.
Esta es la razón
objetiva de la permanencia de los movimientos. Y muestra el fracaso
del "país en serio" que pregona Kirchner.
Subir el piso
salarial del conjunto de los trabajadores
Al mismo tiempo, es un
hecho que los movimientos no están en su punto más alto de
popularidad y legitimidad social, y que, luego de las elecciones, no
es descartable que el gobierno pretenda ensayar una ofensiva mayor.
Por esto, es correcto aprovechar para intentar pegar ahora con los
reclamos.
Pero el aislamiento y
la debilidad más de conjunto de los desocupados se han debido en gran
medida a la orientación completamente equivocada de la mayoría de
los sectores combativos, como es el caso del Polo Obrero: una
orientación crudamente reivindicativa, que de hecho considera al
desocupado separadamente del resto de sus hermanos de clase, los
ocupados.
Para muestra basta un
botón: incluso al plantear en el reciente acampe el justo reclamo del
aumento de los planes sociales a $350, Néstor Pitrola (con gran
exposición en los medios) no ha sido capaz de trasmitir la idea de
que los actuales $150, ese ingreso ultramiserable por desocupado,
operan como piso salarial de TODA la clase trabajadora.
Desde el FTC Nacional
siempre se ha peleado por una orientación distinta: que evite el
aislamiento y tienda puentes hacia el resto de los trabajadores. Con
la consideración, además, que los ocupados deben el ser el centro de
la apuesta estratégica de los sectores consecuentes. Por eso,
permanentemente se ha levantado que el centro del programa de
los desocupados debía ser la pelea por trabajo genuino; por la
reducción de la jornada laboral a 6 horas; por la unidad de ocupados
y desocupados y el apoyo consecuente a luchas como la actual del
Garraham. Creemos firmemente que todo esto está aún mas vigente hoy
que ayer, si no se quiere terminar en un callejón sin salida.
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