Conflicto en Aerolíneas
Pinceladas de una lucha
Socialismo o Barbarie, periódico,
02/12/05
El conflicto de los trabajadores
aeronáuticos ha sido uno de los
hechos políticos de la semana. Se trató del personal técnico (APTA)
y los pilotos (APLA) de Aerolíneas Argentinas (en manos de grupo
empresario español Marsans), que han llevado a cabo una nueva gran
pelea luego de la de 2001, que terminó en el traspaso del control de
Iberia al actual grupo empresario.
Al cierre de esta edición,
estaría llegándose a un acuerdo que implicaría la reincorporación
de los despedidos, una suma fija de aumento salarial y una mesa de
negociaciones para discutir los problemas de fondo.
Presentamos un relato del compañero Chino Heberling, que llevó la
solidaridad del MAS al acto realizado en la Federación de Box, que
terminó al son de“Kirchner
sos un botón, Kirchner sos un botón, nos cagás como Menem la puta
madre que te parió”.
En la Federación había más de
2.000 personas, mayoría de técnicos, mucha juventud, había mucha
fuerza entre los compañeros, cantando consignas, con batucadas,
bombos, bocinas. Se presentaron las comisiones directivas de los dos
gremios, se leyeron adhesiones de distintos sectores. Estuvo el
Garrahan, y una muy especial que eran delegados de base de APA (que es
el personal aeronáutico) opositores a la conducción que estuvo
reunida con Alberto Fernández llamando prácticamente a carnerear el
paro. Ahí hubo muchos insultos y cánticos contra Alicia Castro (Aeronavegantes),
diputada furibundamente kirchnerista (y chavista...), que acusó al
paro que llevan adelante los dos gremios, llamando a carnerear. Por
eso la insultaron de arriba abajo. Incluso había un sector de su
propio gremio (las azafatas) apoyando el paro.
Todo el desarrollo del acto fue muy
controlado por las dos comisiones directivas. Se notaba que la gente
estaba bastante enojada con todo lo que está pasando. Pero
aparentemente sin sobrepasar a los dirigentes. Los que hablaron de las
comisiones directivas daban a entender que no era solamente la discusión
salarial, que viene de hace rato.
Contra el vaciamiento y por la
dignidad de los trabajadores
El problema de fondo que se denunció
tanto por los pilotos como por los técnicos es que a Marsans la
acusan de vaciamiento de Aerolíneas. Sacan los aviones propios y la
flota está alquilada. Está el tema de las rutas (que son de Aerolíneas
y las toman otras líneas del grupo) y, después, la política hacia
los trabajadores, que ha sido la de desconocer el convenio colectivo,
de apretar y denigrar a los trabajadores.
Además de la mesa directiva hablaron algunos delegados de los técnicos
y tres pilotos, que no eran delegados pero son muy conocidos y
respetados por todos. Los delegados de los técnicos también hicieron
referencia a que Aerolíneas “es argentina”, que “los españoles
se vayan porque son unos explotadores” y que “hay que seguir la
lucha hasta el final”. Hubo un reclamo a la mesa directiva de
que se hiciera algún tipo de comisión de apoyo de los gremios que
quisieran participar y de todos los sectores de la sociedad que
quisieran apoyar, cosa que evidentemente la dirección no hizo en ningún
momento.
Los pilotos remarcaban que ésta es
una pelea por la “dignidad”, con un discurso más
“profesional”, reconociendo al gremio de APTA porque después de
muchas reuniones y charlas se dieron cuenta de que “tenían en común
los mismos reclamos y problemas”. Le reconocen a APTA que en cierto
modo les “enseñaron a pelear gremialmente”, experiencia que ellos
no tenían.
Respondiendo a las críticas de la patronal y otros sectores de que eran
llevados de las narices, uno de los pilotos dijo “no somos ningunos
tontos y sabemos dónde nos metemos, y acá el problema es que esta
empresa no entiende otro idioma que la pelea”. Varios de estos compañeros
también recalcaron que había un problema de fondo: el vaciamiento,
con los aviones, con la falta de repuestos, las naves que no vuelan y
les están sacando repuestos para ponérselas a otras. Muchos
remarcaron que “estos españoles vienen a llevarse de acá nuestro
esfuerzo”. Había una especie de resurgimiento de la gran pelea
que hubo en el 2001. Resurgieron los cantitos que se expresaban en
aquella época. Se cantó dos veces el himno nacional. Hay toda una
onda “antiimperialista” (o más bien, antiespañola).
Escrache a los carneros y Alicia Castro
Hubo algunas cosas que pegaban mucho. Se notaba una fuerza muy grande
entre la gente, con muchísima bronca y, especialmente, contra los
gremios que estaban carnereando. Alicia Castro era el blanco de
todas las puteadas, y en ese marco ocurrió algo que hacía tiempo
–tal vez desde la huelga ferroviaria de comienzos de los 90– no se
veía: públicamente escracharon a todos los carneros, nombre por
nombre. No eran más de 50 entre los dos gremios, con 22 pilotos
en un plantel de 400. Y a los técnicos también, entre 20 o 30. La
directiva de los gremios señalando a los carneros y remarcando
siempre de que “no hay que olvidarse de esta gente”... y todo el
mundo carajeándolos. Eso fue toda una parte del acto.
Aunque en un principio se dijo que era una reunión “informativa”, de
hecho se transformó en un acto, cuyo sentido fue plantarse claramente
ante el gobierno diciéndole “acá no vamos a ir para atrás de ningún
modo”. La empresa, con los despidos, quiso cambiar el eje de la
discusión que se venía llevando por el salario y otras
reivindicaciones. Por eso fue clara la postura en contra de sentarse a
negociar y acatar la conciliación obligatoria. Hay un argumento de
que la empresa está tratando de llevar el conflicto a largo porque en
el fondo está tratando de presionar al gobierno para lograr una serie
de beneficios extra: que le subsidien el combustible, que le
permitan aumentar las tarifas, que puedan dejar de volar las rutas que
no son rentables, etc. Esto parece coherente con lo que está
ocurriendo, ya que la empresa, por más que está perdiendo millones,
no se calienta, porque aparentemente están jugando a fondo de que el
gobierno le reconozca esto para después poder dar algún tipo de
aumento. O sea, que el aumento lo pague el Estado. Algo parecido al
tratamiento que se le dio a Metrovías y ferrocarriles, donde el
aumento fue a base de subsidios.
Durante todo el acto no hubo una referencia al gobierno (obviamente, los
dirigentes no querían saber nada de esto). Pero, al final, salió un
canto que decía “Kirchner sos un botón, Kirchner sos un botón,
nos cagás como Menem la puta madre que te parió”. Fue cantado
masivamente y salió por todas las cámaras de la TV. Los periodistas
estaban medio azorados –ya estaban bastante “asustados” por lo
caliente del ambiente y la decisión de seguir– y eso los puso un
poco más asombrados por lo que estaba pasando ahí.
Todos los que hablaron decían
“esto hay que seguirlo con todo”, “hay que mantener la
unidad”. El cántico más extendido y que se repitió muchas veces
fue “unidad de los trabajadores, al que no le gusta, se jode, se
jode”, cada cinco minutos lo repetían, otra era “los gremios
unidos, jamás serán vencidos”.
Explícitamente, uno de la
burocracia de APTA dice que este es “un conflicto gremial”... Y lo
remarcó varias veces como para que los compañeros no unieran la
situación con la evidente responsabilidad del gobierno. También dijo
que “quien quiso politizar el conflicto fue la empresa”. Esto es
una media verdad (y como toda media verdad, una mentira). Porque
aunque se dijo que era un conflicto “por salario”, la mayoría de
las intervenciones (tanto de los directivos como de los delegados de
los dos gremios), se referían en cierto modo a un conflicto político,
porque decían que “había un vaciamiento por parte de los
empresarios, de que el gobierno hacía la vista gorda”.
En la conciencia de la gente hay un
odio terrible contra el grupo español. Y ahí hay una
contradicción entre la conciencia de la gente y lo que plantea el
gremio. O mejor dicho, lo que no plantea. Porque en ningún
momento desde la Mesa Directiva plantearon que la solución es que
Aerolíneas vuelva a ser estatal bajo control de los propios
trabajadores. Al revés, un piloto dijo “no me interesa que sean
coreanos, chinos, o alemanes; pero que nos respeten como profesionales
y como trabajadores”. Pero, por otro lado, están diciendo que están
vaciando la empresa. Esa es la contradicción de fondo. Insisto. Nadie
dijo hay que renacionalizar o reestatizar Aerolíneas. Y ahí,
obviamente, caería en la volteada Kirchner, porque gobierna hace más
de dos años y no ha tocado a ninguna privatizada.
Lo más positivo –desde el punto
de vista de apuntar a dar una alternativa a la conducción burocrática-
fue lo que había planteado un delegado en el sentido de llamar a
todos los compañeros que son aeronáuticos y cuyos gremios no están
adheridos al paro –al revés, lo carnerearon– a hacer algún
tipo de comisión que coordine a todos. También habló una
azafata de un gremio nuevo, que dijo que ellos eran parte de los
aeronavegantes, el gremio de Alicia Castro. Ella no era de Aerolíneas
sino de la empresa LAN, pero había sido de LAPA, una de las fundidas
de hace unos años, y contó que el gremio de aeronavegantes los dejó
en banda y por eso se vieron obligados a crear otro gremio. También
aquí la que se llevó todas las puteadas es Alicia Castro, que no
sólo defiende al gobierno sino al grupo Marsans, eso hay que
remarcarlo. La kirchnerista y chavista es la primera carnera.
La fuerza de la base fue decisiva
El acto que fue un bombazo. Porque
son dos gremios que se le plantaron a esta empresa y al gobierno, que
decretó la conciliación obligatoria y se la rechazaron. El paro está
fuertísimo y han venido haciendo acciones. No se quedan en sus casas,
sino que se juntan todos los días en las dos cabeceras. El otro día
cortaron la Autopista Ricchieri y se planteó que no sólo había que
reincorporar los más de 300 despidos que hubo hasta ahora, sino
también los once del año pasado. Inclusive un delegado planteó
que sería correcto reincorporar a los seis compañeros de
Aerohandling que quedaron este año de la época del conflicto de
LAFSA.
El actual subsecretario de
transporte aéreo, Ricardo Cirielli, que era el secretario general de
APTA hasta hace un tiempo. Fue uno de los que estuvo en el conflicto
del 2001 de Aerolíneas-Iberia. Uno de los que atacó a Cirielli fue
Alicia Castro, diciendo hay que preguntarle a él por qué su gremio
hace esto. En respuesta a eso, los de APTA dijeron que “este
conflicto se soluciona con Cirielli o sin Cirielli”. O sea:
“estamos jugados, no vamos a ir atrás aunque Cirielli se haga el
boludo”...
¿Cómo se explica esto? Es
evidente que la presión por abajo, de la base, es muy grande para
conseguir aumento y la conducción difícilmente pueda retroceder.
Además, con los despidos masivos, la cosa ha ido muy lejos. La base
está muy firme y es poco probable que se levante así nomás, con
chauchas y palitos. La oferta de la patronal era de 50 pesos: una
burla.
Conclusión: el conflicto se
transformó en un conflicto político con trascendencia no sólo
nacional sino internacional. Ésa es la cuestión de fondo: la
patronal del grupo Marsans son unos buitres, es una multinacional con
cadenas de hoteles, etc, que evidentemente está presionando al
gobierno para obtener ventajas. Lo que se da en un contexto
complicado en el mercado aerocomercial, con costos altos, y hay mucho
déficit en las compañías. Para mejorar sus ganancias, está “apretando” al gobierno para
que le dé más ventajas y subsidios. El otro problema de fondo es el vaciamiento,
como lo había hecho Iberia también. El gobierno K no ha hecho
nada con esto, al contrario.
Esto vuelve a poner sobre el tapete
la reestatización bajo control de los trabajadores y echar a la
empresa extranjera sin indemnización. Porque estaría contemplado
en todas las trapisondas que hizo esta empresa imperialista. Esto es
parte fundamental de nuestro programa, además del apoyo incondicional
a los trabajadores, es que se trata de una lucha de todos y
denunciamos a Kirchner como responsable.
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