Ante
las declaraciones de Hebe de Bonafini
¿Se
acabó la resistencia?
Por Ana Vázquez
Socialismo o Barbarie, periódico, 26/01/06
Con la convocatoria a la
Marcha 25º de la Resistencia los días 25 y 26 de enero, cuando se
cumplen 1500 jueves en la Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini anuncia que
ésta será la última, aunque continuarán con la ronda de los
jueves.
La reivindicación del rol
indiscutido de vanguardia de las Madres de Plaza de Mayo en la lucha
por los desaparecidos en la más terrible dictadura que vivió el país
no escapa a ningún luchador por los derechos humanos y democráticos ni
menos a los socialistas que hemos compartido junto con otros
organismos una lucha que llevó muchas vidas, como la de Azucena
Villaflor, entonces presidenta de esa organización.
A pesar de la dureza del
momento, compartimos también con ellas agudas discusiones políticas
sobre cómo mejor encarar la difícil tarea que nos agrupaba, sobre cómo
mejor llevarla adelante y luchando por la unidad y la confluencia,
aunque tuviéramos distintas formas de ver las cosas.
Polemizamos también sobre
varios acontecimientos políticos como el atentado a las Torres en
Nueva York, y sobre todo desde la asunción del gobierno de Kirchner, a
quien cada vez más han girado en su apoyo, transformando la última
Marcha de la Resistencia del 2004 casi en un acto oficial.
Pero hoy es otra la
discusión la que encaramos con Hebe de Bonafini. No es sobre cómo
mejor seguir la lucha, ni por qué opinamos que no hay que apoyar a
este gobierno, sino cómo cuelga los guantes de boxeo y por qué.
Ella lo fundamenta de esta
manera: “Con 1.500
jueves en la Plaza y 25 Marchas de la Resistencia creemos que ya es
momento de cerrar un ciclo (...) Primero porque a muchas de nosotras
ya se nos hace difícil aguantar durante toda la marcha, algunas
incluso tienen dificultades para caminar, y además porque somos
concientes de que ya no tenemos un enemigo en la Casa Rosada
(…) Las Madres estamos viejas y el enemigo no está ahí. ¿Para qué
seguir?”.
No hay por qué mezclar las
cosas. Si las Madres decidían dejar de ir a las marchas por razones de
salud de sus integrantes, nadie iba a reprocharles nada. La verdadera
razón del abandono de la “resistencia” es que el gobierno de Kirchner
no sólo no es visto como un “enemigo”, sino que se lo declara
abiertamente amigo y aliado, y se lo defiende de quienes lo critican.
Las Marchas de la
Resistencia siempre tuvieron entre sus consignas los reclamos
democráticos contra el gobierno de turno. Como Hebe de Bonafini no
puede evitar que esos reclamos se cuelen en las marchas, opta por la
solución más brutal: con tal de que no critiquen a “su” gobierno,
prefiere levantar la Marcha.
Ella misma deja en claro de
qué se trata: “Primero tuvimos allí a la dictadura, luego a los que
vendieron al país, a los que negociaron. Ahora estamos
viviendo un momento político interesantísimo, en el país y a
nivel latinoamericano”. Y remató con su estilo tolerante marca
registrada: “el que no lo ve así es un ciego” (Clarín,
14-1-06).
Si además de que las Madres tienen “dificultades para
caminar”, los opositores a Kirchner tenemos dificultades para ver, no
extraña que Hebe de Bonafini considere que las marchas no tienen
sentido. Pero su trayectoria no le da derecho a decidir por los miles
de luchadores y activistas por los derechos humanos que, aunque tengan
simpatías por Hebe –y hasta por Kirchner–, puedan pensar que todavía
quedan muchos motivos para marchar.
¿Ya hubo “juicio y castigo a todos los culpables”
gracias a K?
Por supuesto que no comparamos a este gobierno y este
Estado con la dictadura militar. Tampoco tiene un signo igual con los
que la sucedieron, desde Alfonsín en adelante. Pero que no sea lo
mismo no quiere decir que el gobierno K sea “el adalid de los derechos
humanos” ni que no haya motivos para seguir luchando.
En primer lugar, el reclamo por el cual empezaron a
nuclearse las Madres no se ha terminado porque no hay todavía, a casi
30 años del golpe, juicio y castigo a todos los militares involucrados
en la represión. Y el gobierno de Kirchner tampoco ha hecho nada para
que alguno vaya preso. Muchos procesados, alguna detención que entran
por una puerta y salen por la otra, alguno preso en sus casas, pero no
hubo castigo todavía para los miles involucrados. Ese es el primer
hecho por el cual la lucha por los desaparecidos no puede ser sólo
testimonial, por la memoria, sino que debe ser por una reivindicación
concreta y actual que no ha sido cumplida.
La lucha contra la represión kirchnerista continúa
Además, la lucha contra la represión y por las
libertades democráticas es una necesidad de hoy. Según declaraciones
de la Correpi (Boletín Informativo Nº 358, 16-1-06) es el gobierno que
“tiene el récord absoluto de gatillo fácil, torturas, muertes en
cárceles y comisarías desde 1983”. El gobierno “progresista” y “piola”
tiene encerrados todavía a Cristian Ruiz en Caleta Olivia por reclamar
trabajo, a Ricardo “Chacho” Berrozpe, por protestar contra Bush, por
dar sólo dos ejemplos. Trabajadores apaleados como los telefónicos,
doscientas familias desalojadas violentamente en el Chaco, gatillo
fácil en todos los lugares del país. ¿No hay ningún problema
democrático, de vida, de libertad para expresarse y reclamar por el
cual salir a luchar? ¿Con Kirchner se acabaron los problemas
democráticos?
El ataque a la vida y a la integridad física y mental
de los trabajadores no es sólo con las balas y los palos. Hay un
sistemático bombardeo desde la explotación laboral cotidiana.
¿Expresión de qué es sino los 14 mineros accidentados de Río Turbio,
los de los trabajadores de la construcción, los de los pibes que andan
arriba de las motos, los de los trabajadores de los frigoríficos? ¿Qué
fue la masacre de 194 jóvenes en Cromañón?
Son estos ejemplos y muchos más porque estamos
sufriendo un verdadero genocidio social, que es producto de que,
justamente, no se ha solucionado ninguno de los problemas de fondo de
los trabajadores y el pueblo. Y la única forma de luchar para
solucionar los problemas de fondo es empezar por luchar contra este
gobierno que lo permite. Deroga las leyes de Obediencia Debida y Punto
Final, cambia las cúpulas militares y crea el Museo de la Memoria no
sólo para intentar poner punto final con al tema del terrorismo de
Estado y de los desaparecidos en nuestro país, sino también para
intentar reconstruir unas fuerzas represivas más legitimadas para
enfrentar en el futuro las luchas de los trabajadores y el pueblo.
Al revés de lo que opina Hebe de Bonafini, hoy la
lucha por los compañeros desaparecidos de ayer está presente y viva en
la lucha por los derechos democráticos de los trabajadores y la
juventud hoy. Contra las persecuciones, los procesamientos, por la
libertad de los presos, por el juicio y castigo a los asesinos y
torturadores, contra la esclavitud laboral.
Por la
más amplia unidad por esta pelea, enfrentándonos al gobierno que
distribuye la riqueza a favor de los capitalistas y los banqueros, es
como creemos que hay que seguir adelante. |