La desnutrición
infantil es un flagelo, pero para los ministros de salud el problema
central es el sobrepeso
Por Elena Luz González
Bazán
Especial para ARGENPRESS, 17/02/06
En la provincia de
Salta hubo, el pasado 12 de febrero del 2006, resultados preliminares
de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud en la población
infantil de todo el país. La misma abarcó niños hasta cinco años y
mujeres en edades fértiles y embarazadas.
Según el ministro de
Salud de la Nación Ginés González García sostuvo que: Hoy la
Argentina está dentro de la normalidad en el tema de la desnutrición
aguda, que afecta al 1,2 por ciento de los chicos menores de 5 años¨,
esto fue afirmado en la reunión del Consejo Federal de Salud
(Cofesa), el pasado 12 de febrero.
Según acordaron los
ministros de salud provinciales, de Santiago del Estero, Juan Carlos
Smith, Alberto Díaz Legaspe de Salta, de La Rioja, Ricardo Buso, y
del Chaco Ricardo Mayol, todos coincidieron en los descensos de la
morbimortalidad.
Ahora bien, el ministro
Ginés González García destacó que es más preocupante que la: ¨Argentina
tiene un mayor problema por excesos, que alcanzan grandes magnitudes
en regiones como la Capital Federal, el conurbano bonaerense y la
Patagonia, y están asociados a enfermedades como diabetes o los
accidentes cerebrovasculares¨, que es el crecimiento de obesidad o
sobrepeso.
Por otro lado dijo que
mientras la desnutrición está en un nivel del 1,2 por ciento, el
sobrepeso está en el 20 por ciento: ¨Esto no significa que el
problema de los desnutridos dejó de ser un problema, pero hay que
poner el foco de atención en los ambientes obesígenos, el gran
consumo de gaseosas, hidratos de carbono y de comida chatarra¨
reflexionó uno de los participantes.
Se relevaron 311.182
hogares, 36.459 personas y se realizaron 27.178 extracciones de
sangre, trabajaron más de mil profesionales.
En el país,
sostuvieron, tenemos más problemas por exceso que por déficit, y
cuando hablamos de carencias son más bien de minerales y algunas
vitaminas, esto lo afirmó el ministro de Salud de la Nación.
Si no se tratara de
declaraciones realizadas en nuestro país, uno podría concluir que
está informándose de un país color de rosa.
Para el ministro y
estos ministros provinciales, y para muchos más, el problema de la
desnutrición infantil es problema de falta de minerales y algunas
vitaminas. No se habla de la desnutrición por décadas y de los
efectos que ha dejado sobre la población infantil, hoy adolescente o
adulta en la actualidad.
Nada se dice de las
altas tasas de pobreza, desocupación, subocupación que vienen desde
hace treinta años en ascenso, profundizadas en la década del noventa
y consolidadas en estos años.
Los chicos que nacieron
pobres o indigentes en los 90 siguen siendo pobres o indigentes. En la
actualidad, las últimas cifras hablan del 38 por ciento de la población
nacional pobre o indigente, 9.500.000 de chicos y adolescentes son
pobres o indigentes. Su desarrollo fue truncado, para ellos la comida
chatarra y las gaseosas, son un festejo.
El ministro de Salud de
Santiago del Estero parece que ignora que en su provincia las madres
adolescentes venden a sus hijos por algo de dinero y ropa, que van
esas familias que tienen dinero y se aprovechan de la pobreza de estas
familias que viven en zonas rurales, les ofrecen migajas y se llevan
sus niños.
El ministro Ginés
parece desconocer que en la Villa 21, en el barrio porteño de
Barracas, el 90 por ciento de los chicos tienen problemas odontológicos,
porque no hay atención, no hay dinero que puedan sus padres tener
para llevar a sus hijos al dentista.
Con el lema: El hambre
es un crimen, y luego que los Niños del Pueblo recorrieran 4.500 kilómetros
desde Tucumán hasta la Casa Rosada, el pasado junio del 2005 y
llegaron el 1º de julio, demandando medidas efectivas por el flagelo
que genera en los chicos el hambre, la falta de educación y el
trabajo infantil, el reclamo quedó en el olvido.
En un estudio del
segundo semestre del 2004 (1), donde hay que decirlo, no hay grandes
variantes, el 58,8 por ciento de la población menor de 18 años es
pobre o indigente.
Las cifras para el
Chaco: 75,20 por ciento de pobreza e indigencia para los chicos
menores de 18 años.
Santiago del Estero: 72
por ciento
La Rioja: 56,10 por
ciento
Provincia de Buenos
Aires: 58,90 por ciento
Los 24 partidos del
Gran Buenos Aires: 60,80 por ciento.
Tasa de Indigencia:
Santiago del Estero:
42,80 por ciento
Salta: 38,30 por ciento
Chaco: 31,30 por ciento
La Rioja: 18,70 por
ciento
Provincia de Buenos
Aires: 24,30 por ciento
Los 24 partidos del
Gran Buenos Aires: 25,40
En sus conclusiones el
estudio sostiene, luego de dejar reflejado que más de la mitad de los
chicos menores de 18 años son pobres o indigentes, que: La
“infantilización de la pobreza” es el rasgo central de una
Argentina impresentable desde un punto de vista ético y moral. Es
también la clave para interpretar la realidad destruyendo las
falacias del neoliberalismo o del actual discurso neodesarrollista
(Lavagna) que, bajo otra modalidad pretende reinstituir la vieja y
falsa teoría del derrame¨.
Por otro lado plantear
que la realidad de una población empobrecida como la infantil o
adolescente implica que el futuro de la capacidad productiva por
hombre en nuestro país será menor, esto implica que la mano de obra
no tendrá formación, no habrá una continuidad de las enseñanzas
laborales, por el contrario, eso nos dice que los oficios han ido
desapareciendo, no hay especialización, es el producto de un país
desindustrializado, donde la cultura del trabajo se ha hecho añicos,
la han destruido.
Algunos sostienen que
tenemos un país para 300 millones de habitantes, por su capacidad
económica y productiva, este informe sostiene que 110 millones podrían
vivir dignamente, sin embargo, en nuestro país hay 37 millones y algo
más y según las últimas cifras unos 15 millones son pobres e
indigentes, la mayoría son niños y adolescentes.
Hay que decirlo, la
brecha entre ricos y pobres se profundizó, los chicos que comen
comida chatarra, toman gaseosas y están sobrepasados de peso no son
la misma realidad que la desnutrición, la pobreza o indigencia
extrema.
Los señores ministros
parecen preocuparse por los problemas de sectores sociales medios o más
altos que concurren a los centros comerciales, a los lugares de comida
yanquis que nos han invadido. Los chicos desnutridos miran con sus
caritas estos lugares, los observan y saben que de ahí pueden sacar
las sobras.
La desnutrición, y hay
que preguntarle a los señores ministros si saben como es, muestra sus
pancitas hinchadas, sus cuerpos raquíticos, sus ojos hundidos, una
profunda tristeza, empiojados, no hay vacunas al día, ni atención médica,
no saben con su corta edad porqué les toca vivir así, y las secuelas
son profundas e irreversibles.
La desnutrición, señores
ministros, deja a los chicos internados con cuadros graves, como el
caso de tres niños en Misiones, dos niños y una niña de distintas
comunidades aborígenes del norte de Misiones. ¡Esto es la
Argentina!, están internados en el hospital Samic en Eldorado, tienen
un grave cuadro de desnutrición y diversas enfermedades a causa de
sus bajas defensas, así lo sostienen los médicos que los atienden.
Los chiquitos son: José
Luis Benítez, de un año y diez meses, de la aldea Perutí, de El Alcázar,
padece desnutrición en primer grado y entró al hospital con
infecciones en la piel. Graciela Villalba, de un año y dos meses, de
la aldea Fortín Mbororé, presenta un grave estado de desnutrición y
neumonía. Daniel Barreto, de un año y siete meses, tiene desnutrición
grave, infección urinaria y problemas pulmonares y estuvo internado
en terapia intensiva con un asepsia grave.
Esto, señores
ministros, es desnutrición, grave, crónica, es producto de la
pobreza. ¿Qué dicen ustedes sobre esta noticia que refleja el diario
El Territorio de Misiones?.
En cuanto a los
hidratos de carbono, algunos los consumen porque les gusta, los que se
han empobrecido o están en la indigencia los consumen porque no
tienen otra cosa.
Para la información de
los ministros, les decimos que en el departamento de Susque, en la
provincia de Jujuy, los niños tienen desde cuatro centímetros menos
de estatura que los niños de Bolivia, por falta de proteínas,
vitaminas y alimentos. En Susque comen achuras con arroz desechable,
¿saben por qué señores ministros?, porque es barato, lo van a
buscar al matadero. Estos chicos tienen altos índices de colesterol,
Pero saben otra cosa, son pobres, no comen comida chatarra, salvo que
ustedes crean que esto es la comida chatarra que les dan a los hijos
de las clases acomodadas en la Capital Federal.
La mirada de estos
ministros y planificadores es portuaria, miran la realidad de una
Capital Federal que se alimenta con comida chatarra, gaseosas o
hidratos de carbono con la mirada atenta y permisiva de sus
progenitores. Eso sí de una parte de la Capital Federal.
Es bueno preguntarles a
los ministros, ¿quiénes son los concurren a los negocios yanquis que
invaden la cultura del país, los que han modificado el lenguaje, y
donde muchos se han avenido graciosamente, mientras sus hijos desde
corta edad lloran por una hamburguesa con papas fritas?.
Es bueno preguntarles a
los ministros de Salud ¿en qué lugares de sus provincias los chicos
desnutridos pueden comprar comida chatarra, gaseosas o hidratos de
carbono de los que tanto se preocupan?.
¿Cómo pueden sostener
que la desnutrición es del 1,2 por ciento, quien les puede creer con
9.500.000 de chicos empobrecidos o indigentes?.
Decir con soltura de
cuerpo que es más preocupante la obesidad de los chicos que se
alimentan con comida chatarra porque sus padres lo permiten, y es
menor el problema de la desnutrición es parte de una política de
Estado que ha decido abandonar a nuestros niños, en pos de un
proyecto político y social para una determinada clase social…
Fuente:
1)
El Hambre es un crimen, la Infantilización de la pobreza en la
Argentina – Instituto de Estudios y Formación – CTA Claudio
Lozano, Ana Rameri y Tomás Raffo.
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