Según
el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) sigue
aumentando la brecha entre ricos y pobres
Donde
mueren las palabras... de Kirchner
Argenpress,
27/03/06
A
pesar de avances en la reducción de los índices de pobreza y
desempleo, el sostenido crecimiento de la economía argentina de los
últimos dos años benefició mucho más a los ricos que a los
sectores menos favorecidos.
De
acuerdo con datos de Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC), divulgados hoy, en el tercer trimestre del 2005 los ingresos
del 10% más rico de la población son en 31 veces superiores a los
del 10% más pobre.
Según
la fuente, en el área metropolitana de la capital la situación es aún
peor, pues la brecha de diferencia es de 35 veces.
Mientras
el 10% más rico tiene ingresos per cápita superiores a 2.629 pesos
(más de 876 dólares), el 10% más pobre no rebasa los 75 pesos (unos
25 dólares) en la Capital Federal y el llamado Conurbano.
De
acuerdo con el INDEC, el desbalance significa un record desde que está
registrando este indicador, 1974, cuando la brecha era 'sólo' de 12,3
veces.
Precisa
que el 15,5% de los 12 millones y medio de personas que viven en la
región metropolitana, es decir dos millones de ciudadanos, sobreviven
con 75 pesos por mes o 2.50 pesos diarios, es decir, poco más de 80
centavos de dólar.
Las
estadísticas publicadas establecen que la distribución de los
ingresos empeoró sensiblemente en los últimos 30 años, con picos
dramáticos durante la hiperinflación de 1989 y 1990 y la debacle
económica posterior de 2001-2002.
De
esa manera, la mejor tajada de los dividendos por el crecimiento económico
de los últimos dos años fue a parar a los bolsillos de los sectores
históricamente más favorecidos.
Economía
Pese
al crecimiento económico, hay más pobres en Argentina
Prensa
Latina / Argenpress, 27/03/06
Pese
al crecimiento de la economía tras la fuerte crisis social de fines
de 2001, la pobreza en Argentina es mayor a la registrada en 1998,
reveló hoy un estudio.
De
acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA),
durante 2005 se consolidó una recuperación de la producción en el
país sudamericano, pero con más pobres.
Los
especialistas de ese centro, especializado en la temática del mercado
laboral, el sistema educativo y la seguridad social, sostuvieron en su
habitual informe semanal que el crecimiento es más acelerado que la
reducción del mencionado flagelo.
La
economía trepó 9,2 por ciento y la pobreza cayó a 33,8 por ciento
de la población al cierre del año anterior.
Sin
embargo, 'la economía produce prácticamente la misma cantidad de
bienes y servicios que antes de la crisis, mientras que una proporción
muy grande de los argentinos dispone de menos bienes y servicios para
satisfacer sus necesidades', indicó el IDESA.
El
ajuste por la devaluación y la violación de contratos implica
motorizar una masiva transferencia de recursos hacia el exterior, cuya
contrapartida es un menor nivel de inversión y consumo de las
familias, en particular la de más bajos ingresos, precisó.
Son
claras y significativas las mejoras, pero la expansión se produce a
un ritmo muy diferente que la recuperación social, insistió el
reporte.
Para
IDESA, la solución no pasa por medidas como la reducción del mínimo
no imponible de las ganancias, aumento de asignaciones familiares ni
el incremento del salario, porque al operar sobre el segmento formal
del mercado laboral no llega a los hogares pobres.
Los
cambios tienen que ser estructurales para promover un mercado de
trabajo más integrado y elevar la inversión, de manera que la
competitividad sea más en función de la productividad y menos del
empobrecimiento de la gente', consignó.
La
combinación de devaluación, contexto internacional único y
prudencia fiscal y monetaria fueron suficientes para impulsar la
recuperación, pero exiguos para que los indicadores sociales acompañen
a los económicos, agregó el centro.
Mientras
los ingresos de los trabajadores informales subieron 36 por ciento
desde 2001, la canasta básica de alimentos escaló a 110 por ciento.
Esa
drástica caída en el poder de compra de los hogares más humildes es
la clave para reducir el consumo de las familias, que pasa a engrosar
el incremento de las exportaciones, concluyó el IDESA.
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