25
de mayo, lanzamiento oficial de la campaña por la reelección
¿Por
qué no hay que ir al acto de Kirchner?
Editorial
de Socialismo o Barbarie, periódico, 18/05/06
El
acto del 25 de mayo
es un evento digno de ser organizado por este gobierno de los engaños,
las apariencias y los discursos para la tribuna. El oficialismo lo
pretende disfrazar de “acto patriótico” y de “unidad
nacional”. Incluso llaman a concurrir con banderas argentinas, no
partidarias.
¿Acto
patriótico?
Por
supuesto, el aniversario que se festejará será el del tercer año de
Kirchner... no el de los 196 años del “primer gobierno patrio”.
Pero la oportunidad de la fecha elegida le sirve a Kirchner para posar
como símbolo, representante y sinónimo de la “patria argentina”:
los afiches oficiales dicen “el pueblo ya sabe de qué se
trata”... Como si sus acciones de gobierno fueran
“transparentes” y no el permanente doble discurso que amaga por
la izquierda y –en los hechos– no hace más que relegitimar esta
argentina capitalista semicolonial en la que la distribución de la
riqueza es la más injusta en los
últimos 30 años. Esto es lo que debe “saber el pueblo”, no
asistiendo al acto del 25.
Los
aires “nacionalistas” que se respiran en América Latina se
mezclan confusamente con la supuesta “defensa del interés
nacional” exhibida en Viena y hasta con la disputa por las pasteras
con Uruguay. Todo ese revoltijo sirve para querer mostrar ante
los medios y la opinión pública (vaca sagrada de la política
oficial) la imagen de un gobierno que se identifica a sí mismo con
la “independencia de la nación”, mientras en los hechos remacha
la dependencia. Y que aprovechará el 25 para pedirle a la población
que le “renueve su confianza”.
Esto
es lo que los politólogos llaman generar el “operativo clamor”.
Es decir, presentar el lanzamiento de la reelección de Kirchner no
como una iniciativa del gobierno, sino como una respuesta a un pedido
“espontáneo” del “pueblo”. Claro que la maniobra es tan burda
que no debería engañar a nadie. Hay que mirar con desconfianza
tanta ansiedad presidencial por demostrar que “la Patria soy yo”,
aunque en los afiches se lea “la Patria somos todos”. Ni todos
en la “patria” defienden los verdaderos intereses de la
independencia del país del imperialismo (los grupos capitalistas
menos que nadie), ni mucho menos el gobierno K puede ser identificado
con la independencia nacional.
En
todo caso, lo que no debe dejar dudas, es el carácter del acto: el
gobierno juega todo lo que tiene para comenzar abiertamente la campaña
electoral 2007. Y eso es así más allá del contenido de los
discursos (eventual anuncio de alguna medida “soberana” tan
“impactante” como tramposa) y hasta de quiénes sean los oradores
(aunque todos descuentan que Kirchner va a hablar, oficialmente no lo
quieren confirmar).
Dime
con quién andas y te diré quién eres
Las
primeras declaraciones públicas de Kirchner sobre el acto fueron de
lo más risueñas: “gente de mi partido e independientes (!) se han
decidido a celebrar el día de la patria concurriendo a la Plaza”.
¡Le faltó decir que se enteró de la idea por los diarios! Otra vez,
nadie debería comer vidrio: se está hablando de fletar micros hasta
de Jujuy, a un costo de 12.000 pesos cada uno, porque “el acto del
25 de mayo domina la agenda de los gobernadores, de varios ministros,
del secretario general de la Presidencia” (Página 12,
16-5-06). Como si fuera poco, los empresarios del transporte facilitarían
los viajes gratis ese día a los que asistan al acto.
Pasa
que si en todo acto electoral hay que cuidar de que la asistencia no
sea un papelón, con mucha más razón en éste, que –aprovechando
el feriado– será transmitido por los medios en virtual cadena
nacional. En ese sentido, el aparato del PJ, incluyendo los recursos
de intendentes y gobernadores, ya funciona a todo vapor.
Y
la falta que hace, porque hasta los organizadores más entusiastas desconfían
de que vaya a haber una asistencia independiente genuina importante.
La Plaza se va a llenar, sin duda, pero difícilmente con admiradores
“espontáneos”. Mucho más probable es que la gran mayoría de los
concurrentes sean llevados de la nariz mediante todo tipo de
mecanismos.
Por
ejemplo, los que acostumbran utilizar intendentes del Gran Buenos
Aires como Othacehé (Merlo), Ishii (José C. Paz), Cariglino
(Malvinas Argentinas), Zilochi (riquista de San Miguel) y otros
“nenes” similares. Los funcionarios “piqueteros” y
administradores de prebendas oficiales como D’ Elía, Ceballos, Pérsico,
etc., no dejarán de llevar su clientela fidelizada a fuerza de
planes. También dará el presente lo más rancio de la burocracia
sindical, desde Moyano hasta el último de los gordos, incluido el
inefable Luis Barrionuevo.
En
“sagrada comunión” con este juntadero de impresentables, se sumarán
al acto todas las variantes del oficialismo “progre”: desde Hebe
de Bonafini a los “transversales” no peronistas, pasando por
radicales a la caza de puestos expectables en las listas del Frente
para la Victoria. Desgraciadamente para ellos, su aporte numérico
va a distar de ser considerable, pero al menos le van a aportar al
acto un costado digerible entre tantos sapos. ¿Será verdad que a
algunos activistas de los derechos humanos les va a dar un poco de náuseas
vivar a Kirchner codo a codo con ex miembros de Guardia de Hierro?
A
pesar de que el presidente quiera hacerse el distraído, los
preparativos oficiales para garantizar la concurrencia masiva son
evidentes. Y está a la vista de todos que los que más peso tienen a
la hora de movilizar su clientela masiva son los conocidos
monstruos del PJ. Debe ser por eso que no se percibe –al
menos hasta ahora– mayor entusiasmo ni entre los trabajadores ni
entre los sectores medios por asistir al acto.
La
discusión entre los luchadores
Frente
a este desagradable panorama, es natural que incluso muchos compañeros
que aún confían o tienen expectativas en Kirchner quieran
pensarlo dos veces antes de ir. Y eso les da una oportunidad a los
sindicatos e internas combativos, que pueden y deben tomar la
palabra respecto del acto.
Por
supuesto, en general los sectores independientes y clasistas no
piensan concurrir a hacer de comparsa de Kirchner. Pero es necesario
dar un paso más: discutir políticamente en los lugares de trabajo
dando la explicación de por qué no hay que ir a la Plaza el 25.
Esa tarea se puede intentar tomar no de manera aislada, sino más
coordinadamente.
Por
ejemplo, desde algunos sectores se está haciendo una campaña pública
llamando a “no concurrir el 25”. Desde ya que esto es correcto,
pero creemos que debe ir acompañado de una iniciativa para que la
vanguardia obrera, los luchadores y la izquierda hagan
pronunciamientos conjuntos y públicos de rechazo al acto kirchnerista
que le den mayor contundencia a la misma. La denuncia individual
está bien y es necesaria, pero insistimos: se trata de la necesidad
de discutir políticamente por abajo con los compañeros, aprovechando
que el gobierno y los medios han instalado de hecho el tema.
Para
este objetivo es que llamamos a todas las organizaciones y activistas
independientes, a los luchadores obreros, a los sectores que han
estado a la vanguardia del enfrentamiento a la política del gobierno
de techo salarial, a tomar la discusión del sentido de este acto,
tomar posición y hacerla pública. Al mismo tiempo,
se impone
lograr un pronunciamiento publico de los principales partidos de la
izquierda: el PO, los dos MST, nuestro partido, el PTS y todos los que
se quieran sumar, coordinando de múltiples maneras que esta posición
política de rechazo a Kirchner y su acto sea conocida y compartida en
todos los lugares posibles.
Por
un Movimiento Político de los Trabajadores
Ya
está planteada por el gobierno la discusión política en su sentido
más general: quién debe timonear al país, con qué objetivos, con
qué medios. Kirchner pretende, el 25 de mayo, dar a entender que no
hay mejor opción que él mismo y su proyecto. Y que se propone
llevarlo adelante por otros cuatro años.
Frente
a este desafío, la oposición burguesa se muerde los puños de
impotencia, porque no tiene nada mínimamente consistente para
ofrecer. La UCR es una fuerza en descomposición, cuyos restos se
disputan el kirchnerismo, la centro derecha y la centroizquierda. El
ARI y Carrió son la imagen misma de la esterilidad política. A Macri
y a Sobisch les falta bastante para llegar a la categoría de
postulantes serios. El “Encuentro de Rosario” del CTA y el PC,
oscila entre lo virtual y lo fantasmal.
Si
bien no en el terreno electoral, en el terreno de la lucha cotidiana
las corrientes independientes y de la izquierda tienen un peso de
creciente importancia. En esta condiciones, se impone la necesidad de
dar pasos efectivos para poner en pié un Movimiento Político de
Trabajadores, independiente del gobierno y los partidos del régimen,
apoyado en los luchadores obreros, sin figurones burgueses y que
aglutine a las fuerzas de la izquierda obrera que, más allá de los
evidentes matices y diferencias, se mantienen en un terreno general
de oposición independiente.
No
se trata de un mero acuerdo electoral (aunque llegado el caso pueda
proyectarse en ese terreno). Lo decisivo es crear un ámbito donde
puedan tallar políticamente los sectores que han venido resistiendo más
consecuentemente la política 100% capitalista y anti-obrera de
Kirchner. En primer lugar, los sectores de vanguardia actores del
actual proceso lucha y reorganización de las filas obreras. Es decir,
de proyectar al plano político general el creciente peso que se está
adquiriendo en el terreno de la lucha reivindicativa cotidiana, dando
la pelea a brazo partido por la independencia política de los
trabajadores.
[1].-
El 25 de mayo de 1810, en la plaza donde Kirchner hace el acto, se
produjo la llamada “Revolución de Mayo”, que inició el largo
combate por la independencia del Imperio Español.
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