Ley
de Hidrocarburos K
Otra
vuelta de tuerca al saqueo de las privatizadas
Socialismo
o Barbarie, periódico, 28/09/06
El
gobierno acaba de mandar dos proyectos de ley sobre Hidrocarburos al
Congreso Nacional. Uno de ellos, ya obtuvo media sanción en
Diputados. Los proyectos se caracterizan por su conservadurismo y
continuismo neoliberal, que resalta aún más de parte de un gobierno
que vive haciendo demagogia de que “defiende los intereses
nacionales”. Y si, por ejemplo, en el caso de Bolivia, aun cuando el
gobierno de Morales no ha llevado adelante una verdadera
“nacionalización”del gas, existe una pelea por el reparto de la
renta hidrocarburífera, en el caso de Kirchner se trata de la más
escandalosa continuidad. En ningún país productor importante el petróleo
está tan completamente privatizado como aquí.
La
escasez de gasoil en distintos puntos del país aviva una vez más el
problema energético nacional. En un país cuyos recursos naturales
están amenazados por la voracidad de las empresas multinacionales,
los hidrocarburos no escapan a este ataque.
La
falta de combustible es una de las consecuencias de esto y ya está
provocando serios problemas en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y
Corrientes, entre otras provincias. En Córdoba, por ejemplo, hay
suspensión de servicios de ómnibus, falta de combustible para las
ambulancias y sobreprecios. En Santa Fe, los camioneros se ven
obligados a pagar el gasoil más caro y con cupos de venta. Ya
productores agropecuarios de Entre Ríos y Corrientes han cortado la
ruta 14 reclamando al Gobierno nacional una solución al problema.
La
falta de gasoil debemos ubicarla en el marco del problema energético
internacional. Y en nuestro país las reservas de petróleo y gas
han caído. Según un informe de la Secretaria de Energía de la Nación,
“las reservas de petróleo cayeron un 15% y las de gas natural un
16,7% respecto de 2004” (Claudio Mansilla, infoMoreno). Esto
significa que las perspectivas de extracción en cantidad de años se
han reducido. En 1988, las reservas de hidrocarburos alcanzaban para
mantener por casi 14 años la extracción de petróleo y 37 las de
gas, mientras que hoy quedan 8,1 años para el petróleo y 8,7 para el
gas. Es en la cuenca neuquina donde se registra la mayor caída de
reservas: 50% de disminución de petróleo y 83% en gas natural.
Ahora
bien, aun teniendo en cuenta que desde el 2000 las reservas vienen
cayendo, hay que resaltar que este descenso ha sido de gran magnitud
durante el año pasado. Según Diego Mansilla “No sólo no se repuso
ni un solo metro de cúbico extraído en el 2005, sino que
‘desaparecieron’ reservas equivalentes al 40% de la extracción de
petróleo y el 70% de la de gas” (infoMoreno).
En
gran parte lo que ha ocurrido es, lisa y llanamente, un saqueo de las
reservas por partes de las empresas como Repsol: ella sola representa
el 47 % de la disminución de petróleo y el 61% de la de gas.
Por
su parte, los patrones han pedido que la gente “consuma menos energía”
para poder sostener el crecimiento de la economía. Luis Pagani,
principal dirigente de la Asociación Empresaria Argentina y dueño de
Arcor, dijo que la población debe “acompañar el esfuerzo” de los
empresarios para ahorrar energía (Clarín, 27-9-06). Este
“esfuerzo” que reclama Pagani seguramente le va a servir también
para instalar la planta de cartón corrugado en Chile para lo cual va
a invertir 30 millones de dólares. Esto también es parte del
crecimiento económico del que habla el gobierno: el crecimiento de
las ganancias capitalistas a costa del “esfuerzo” que deben hacer
los trabajadores, en este caso ahorrando luz, gas y combustible.
Proyecto
de Ley de Hidrocarburos: la continuidad de las privatizaciones
La
punta del ovillo de este saqueo es la privatización del petróleo en
los años 90, durante la gestión de Carlos Menem. En este sentido, es
importante tener en cuenta que, en el resto del mundo, las empresas
petroleras no fueron privatizadas. Por otro lado, según Félix
Herrero, “Argentina vende desde 1989 petróleo a las refinerías al
precio internacional, y no al valor del costo de extracción más un
porcentaje normal de utilidad. Nuestro propio crudo resulta para los
argentinos como si fuera importado” (23-4-05) Y los gobiernos que
sucedieron al privatizador Menem no han hecho otra cosa que continuar
con esta política entreguista. De esta manera, Kirchner suele
ponerse su deslucido traje de los años 70 para ocultar su camiseta de
los 90. Y, en el terreno energético, no hace otra cosa que
continuar respaldando y fortaleciendo el robo de nuestro subsuelo a
manos de los capitales transnacionales.
En
este sentido, Kirchner ha enviado dos proyectos de ley. El primero,
que ya fue aprobado por Diputados, liquida el riesgo empresario, dándoles
la exención de impuestos a las ganancias, a la importación
de capitales y también para su actividad de exploración y
explotación en el Mar argentino y otros territorios continentales.
Con este sistema se termina con la licitación pública para el
otorgamiento de permiso de exploración y concesiones de explotación.
El segundo proyecto plantea una modificación a la vigente Ley de
Hidrocarburos. Se trata de convertir el “dominio originario”[1]
que las provincias hidrocarburíferas lograron mediante la Constitución
de 1994, en “dominio juridiccional o útil”. Esto daría la
potestad de manejar las concesiones a las provincias, algo que antes
era privativo del propio Estado nacional. De esta manera, los
gobernadores de las provincias con hidrocarburos, como Sobisch en
Neuquén, ya se están refregando las manos para embolsar las regalías
y ganancias que surjan de la explotación de los recursos.
Estos
proyectos, como vemos, lejos de poner algún límite al saqueo de los
hidrocarburos, desarrollan y perfeccionan la política del menemismo
en los 90, adecuándola cada vez más a los intereses capitalistas
imperialistas.
Una
tarea de los trabajadores
La
lucha para terminar con este robo no es fácil. Pero no puede venir de
manos que no sean las de los trabajadores, fundamentalmente de los
petroleros y de los del sector de la energía. Deben incorporar a sus
reclamos cotidianos la necesidad de anular las privatizaciones,
nacionalizando la exploración y la explotación de las cuencas
hidrocarburíferas para echar a las empresas que hacen del subsuelo
nacional su principal fuente de ganancias. En este marco, debemos
ubicar al gobierno de Kirchner como el principal defensor de las
empresas privatizadas. Es el mismo gobierno que hace pocos días fue a
cantar loas al capitalismo en el mismo corazón del imperialismo
mientras aquí recorre el país hablando del “proyecto nacional”.
El
gobierno ha contado también con la corrompida burocracia sindical que
amenaza con solicitadas y palabrerío pero no sabe más que buscar la
prebenda del gran patrón. Por eso, la nacionalización de los
recursos energéticos bajo el control de los trabajadores no puede ser
entendida como “música del futuro”, sino como una pelea que ya se
instaló en la vida cotidiana de las masas obreras y populares. La
escasez de gasoil y el encarecimiento de la garrafa de gas se suman a
los apagones de luz y la falta de agua potable en diversas zonas, y no
son más que los eslabones de la cadena con que nos azota la política
kirchnerista. Esta pelea es política y no se dirime en los estrados
parlamentarios, sino en el impulso de la organización de la
movilización obrera y popular para acabar con las privatizaciones y
las leyes que las sostienen.
Nota:
1.
El “dominio originario” significa que la provincia tiene la
propiedad de los recursos que posee el subsuelo, pero no pueden
ejercer totalmente ese derecho con respecto a la explotación de los
recursos.
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