El 18 de octubre, Jornada
Nacional
Paro
y movilización por aparición con vida de López
Por Roberto Sáenz
Socialismo o Barbarie, periódico, 12/10/06
La desaparición de Jorge Julio López ha demostrado los límites
de la política de DDHH del gobierno de Kirchner. López, testigo
clave en el juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz, desapareció
de su casa hace ya un mes: un tiempo infinito en estas circunstancias.
Al momento de la salida de esta edición, ni el gobierno nacional
ni el provincial han podido dar la más mínima explicación y ni
siquiera exhibir una pista más o menos coherente acerca del paradero
o la suerte del compañero. Para colmo, se perdió un tiempo precioso
–el de las primeras horas o días inmediatas al hecho– con la
excusa de que se encontraría “perdido” o en “la casa de su tía”...
A estas alturas, es casi una certeza que López ha sido secuestrado
por un grupo fascista y, acaso, asesinado.
Se ha abierto una nueva coyuntura política, marcada por
elementos de polarización, que analizamos aparte. Ahí ha estado el
acto derechista del pasado 5 de octubre. También la agresión de la
patota del interventor en el Hospital Francés, parada en seco por
la decidida acción de sus trabajadores.
Buscan golpear a la
vanguardia independiente
Etchecolatz
fue condenado a reclusión perpetua en cárcel común el 19 de
septiembre. Mano derecha de Camps como director de investigaciones de
la Policía Bonaerense entre 1976 y 1977, este “asesino serial”
estuvo a cargo de 21 centros clandestinos de detención. Entre ellos,
el “Pozo de Quilmes”, “El Banco”, “El Pozo de Banfield”,
etc., donde estuvieron secuestrados y fueron torturados, violados y
asesinados miles de compañeros y compañeras como los testigos Nilda
Eloy y el propio López. Este período, el más feroz de la dictadura
en la Argentina, fue en el que la provincia de Buenos Aires registró
la mayor cantidad de detenidos-desaparecidos. Etchecolatz fue
encontrado culpable de 91 casos de tormentos y responsable de
homicidios y secuestros.
Fue la lucha popular y los testimonios de los
sobrevivientes
los que permitieron condenar al represor por “genocidio”. Un triunfo
y precedente importantísimo para futuros juicios a los
represores. No es casual, por tanto, que determinados grupos fascistas
con vínculos con la Bonaerense pretendan golpear y amedrentar (con
la desaparición de López) a la vanguardia independiente que ha
venido siendo el motor todos estos años de la lucha por condenar a
estos genocidas.
El papel lamentable de
Hebe de Bonafini
Ante la desaparición del compañero López, Kirchner
salió a sacarse la responsabilidad de encima. Primero se lanzó
la hipótesis de un “shock” emocional momentáneo. Luego se dijo
que podía estar escondido en la casa de algún familiar. Para
restarle importancia a la hipótesis del secuestro, llegaron a sugerir
que se trataría de un “testigo común”. Finalmente, vinieron las
declaraciones repugnantes de Hebe de Bonafini, que se encargó
a echar a rodar la versión de que todo estaba “armado” con la
complicidad del propio López... Un discurso reaccionario que pretendió
transformar a la victima (López) en victimario y al responsable político
de esta desaparición (el gobierno K) en alguien al que se le
“quiere tirar un muerto”.
A un mes de la desaparición del compañero, todos estos
bajos argumentos se han derrumbado. Cada vez se denuncia con
voz mas alta que la búsqueda sigue sin estar unificada y que todavía
hoy se lleva a cabo por “averiguación de paradero” y no por
“secuestro”, que es lo que realmente ha ocurrido. Un
verdadero escándalo, porque a estas alturas es ya un hecho
incontrastable de que se trata de un ataque directo a los sectores
independientes que vienen sosteniendo de manera incansable la
persecución de los genocidas, con el objetivo de escarmentarlos por
juzgar a un ex jefe policial y amedrentarlos.
Disolución de la policía y demás aparatos represivos
El doble juego y los límites de la política
“reformista” del gobierno en el terreno de los DDHH se hacen
obvios si recordamos que K es el jefe de Estado y, como tal, de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad. Pero la desaparición de López
ofrece una contundente evidencia (por si hacía falta) de que la policía
sigue infestada de genocidas.
La policía, por su propio carácter, es “perra
guardiana” de la propiedad privada y de la “autoridad del
Estado”. Y, por tanto, anti-obrera, represiva y, llegado el
caso, genocida. Es decir: la policía es irreformable. Por más
reformas cosméticas que se hagan para echar a las “manzanas
podridas” y dejar a los “policías buenos”, el problema va a
subsistir porque es todo el cajón el que está podrido. Y debe
quedar claro que Kirchner, Solá y Arslanián, al mismo tiempo que
vienen impulsando un limitado juzgamiento a ciertos personajes
siniestros de la dictadura, son hoy los responsables de que antros
represivos como la Bonaerense no se hayan disuelto y se haya
garantizado su continuidad. Y esto es así porque estas
instituciones son imprescindibles para el mantenimiento de este
sistema social de injusticia y superexplotación que es el capitalismo.
Si no, que lo digan los compañeros de innumerables luchas obreras y
populares de los últimos años.
El 18, paro general y
movilización a Plaza de Mayo
No es con los “rastrillajes” del gobierno o poniendo la
foto de López en los patrulleros que se logrará su aparición. El
gobierno pretende mostrarse muy activo por arriba al tiempo que intenta
evitar que se desate una verdadera movilización de masas democrática
desde abajo.
Desde los sectores independientes y la izquierda se debe
tener una orientación opuesta: la desaparición y eventual
asesinato de López no pueden pasar. No sólo hay que encontrar al
compañero: hay que encontrar e imponer que se pudran en la cárcel
sus secuestradores y eventuales asesinos. Pero el gobierno no ha
hecho nada tampoco sobre esto. La única forma de imponer estas
elementales reivindicaciones es desarrollar la más amplia
movilización de masas, lo que todavía no se ha logrado en la
magnitud que es necesaria. Pero para lograr esto hay un elemento
que es imprescindible, decisivo y central: hay que imponerles a la
CGT y el CTA que la jornada del 18 sea con paro general.
En este marco, sería de inmensa importancia que desde
sectores de trabajadores dirigidos por la vanguardia independiente
como es el caso del Hospital Francés, del Garrahan, los compañeros
del cuerpo de delegados del subte, las seccionales ferroviarias y las
directivas docentes opositoras se impulse el paro solidario y/o
para llevar amplias delegaciones de trabajadores el 18. Simultáneamente
con estas acciones obreras, a nivel del estudiantado, se podría
comenzar a resolver la toma de facultades, lo mismo que los
desocupados imponer cortes de rutas en el interior del país. En el
caso del Francés, esto es más importante aún: las
reivindicaciones de ¡fuera la patota y la intervención! ¡nacionalización
ya del hospital bajo control de los trabajadores! deben ser incluidas
entre los reclamos de esta jornada.
En la combinación de la extensión de la movilización
conjuntamente con la herramienta obrera del paro está la garantía de
lograr lo que se necesita: masificar la lucha por la aparición con
vida de López y el castigo a sus secuestradores, parando todos los
zarpazos reaccionarios y represivos.
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