Pasteras:
defendamos la asamblea de Gualeguaychú
Se
hunde la estrategia K
Socialismo
o Barbarie, periódico, 23/11/06
La
resolución del Banco Mundial de aprobar el crédito a la pastera de
Botnia representó un nuevo revés para el gobierno, que se suma al
anterior en la Corte de La Haya. La votación en el organismo no dejó
lugar a dudas: hubo 23 votos a favor y uno solo en contra, el de
Argentina.
Se
trata de un final de lo más anunciado. Nadie en su sano juicio podía
suponer que el Banco Mundial, organismo que representa y defiende los
intereses imperialistas en todas partes, iba a romper una lanza por
los reclamos ambientalistas de Gualeguaychú.
La
asamblea de la ciudad entrerriana ahora amenaza con extender los
cortes del puente sobre el río Uruguay por tiempo indefinido. Aunque
tardíamente, se ha hecho visible para la mayoría de los activistas
que las promesas y dilaciones del gobierno nunca tuvieron por objeto
realmente frenar la construcción de las pasteras. Por el contrario,
Kirchner sólo intentó hacer equilibrio entre la movilización de
Gualeguaychú y las necesidades de la “alta política” regional
con Uruguay y el Mercosur, pero ahora se terminó cayendo de esa
cuerda floja. Parte de esas maniobras distractivas fue la designación
de Romina Piccolotti como secretaria de Medio Ambiente, cuya
continuidad, como símbolo del fracaso de todo el manejo oficial, está
ahora en duda.
De
esta manera, el gobierno, que quería salvar la imagen frente a todos,
se quedó sin el pan y sin la torta. En efecto: las relaciones con
Uruguay están en un punto bajísimo –en el marco de que los
“organismos internacionales” beneficiaron la posición de Tabaré
Vázquez–, y al mismo tiempo el desprestigio de Kirchner en
Gualeguaychú crece aceleradamente. Toda la estrategia oficialista
para el conflicto se desplomó como un castillo de naipes, y el
gobierno sencillamente no tiene idea de cómo zafar del callejón sin
salida en el que se metió.
Cada
vez son más los que en Entre Ríos sacan la conclusión de que las vías
legales e “institucionales” sólo sirvieron para beneficiar al
sector más poderoso, es decir, las empresas multinacionales, y que la
única garantía real no vendrá de las instituciones ni del gobierno,
sino de la fuerza de la movilización. Asimismo, empieza a haber un
desarrollo de la conciencia a partir de la experiencia con el gran
capital imperialista, los organismos a su servicio y el gobierno de
Kirchner.
Justamente
por eso, y ante la perspectiva de que la lucha adquiera un curso
definidamente independiente, es que distintas voces, desde el
gobierno uruguayo hasta Mauricio Macri, están reclamando el uso de
la fuerza para desalojar a los manifestantes que cortan el puente.
En
otras oportunidades hemos planteado la necesidad de que el perfil
programático de la asamblea de Gualeguaychú avance hacia una
propuesta que contemple las necesidades de los trabajadores de ambas
orillas, evitando como la peste cualquier tinte chauvinista en el
reclamo. Más allá de que eso sigue siendo una tarea pendiente, la
gran necesidad de la hora es defender incondicionalmente a la
asamblea de cualquier intento represivo, así como apoyar la medida
del corte del puente internacional resuelta democráticamente.
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