XV Marcha del Orgullo GLTTTBI
El orgullo como tradición de
lucha
Por César Rojas
Agrupación Carne Clasista
Contra la Opresión Sexual y
Social
Socialismo o Barbarie, periódico,
07/12/06
Como cierre de las actividades de
la Semana del Orgullo que incluyeron debates, discusiones y el
encuentro con otros grupos de minorías sexuales, Carne Clasista
participó el pasado 25 de noviembre de la XV Marcha del Orgullo
GLTTTBI (Gay, Lésbico, Travesti, Transgénero, Transexual,
Bisexual e Intersex).
Como todos los años, Carne
Clasista estuvo en la columna de la izquierda de la Marcha, dentro del
espacio denominado habitualmente “Contra marcha” junto a otras
agrupaciones gltttbi (Alitt, Futuro transgenérico, etc.) y “Las
Rojas”, la agrupación de mujeres socialistas (MAS y FTC), entre
otras organizaciones políticas y sociales. Si bien la marcha fue mas
chica que otras veces “la contra marcha” fue mucho más sólida y
compacta políticamente, hecho que se plasmó en la claridad de
nuestras consignas y el sostenido nivel de agitación y entusiasmo que
animó el recorrido desde la Plaza de Mayo al Congreso. Esta mayor
consistencia política empieza a reflejar los acuerdos y luchas
compartidos durante el año, por ejemplo con el movimiento de mujeres
con el cual confluimos en la marcha, en el sentido de ir construyendo
alianzas estratégicas con otros sectores.
“Desigualdad” y
“diferencia” en el movimiento de minorías sexuales
Marchas del Orgullo surgen en el
mundo en los 70 como respuesta a una situación de opresión, y
discriminación que el conjunto de las personas gltttbi viven en lo
cotidiano, y como acto de lucha y resistencia contra la represión
policial. En nuestro país en los 90 comienzan a realizarse las
Marchas del Orgullo, alrededor de reivindicaciones para las minorías,
en particular contra la discriminación y luego progresivamente por
derechos como la Unión Civil, la adopción, etc.
Pero este sentido asociado a la
fiesta, la afirmación y celebración de la “diferencia” ha
devenido cada vez más marcadamente en una lucha estrechamente
sindical, como si las minorías fuesen algo aparte del conjunto de
la sociedad y en esta celebración de la “diferencia” se diluyeran
las desigualdades existentes entre los distintos grupos
sociales. Las agrupaciones tradicionales que organizan la Marcha han
venido haciendo lobby con políticos, partidos patronales y
empresarios sponsors, negando la existencia de los intereses económicos
en juego que hacen al “mercado rosa”. Es decir, el nuevo
“nicho” de mercado por explotar para el capitalismo al que muchas
veces se pretende presentar como la “comunidad”.
Así, la Comisión Organizadora
cuya consigna central este año fue “Somos todas y todos
maravillosamente diferentes”, se queja de que esta democracia
burguesa “a más de 200 años de la revolución francesa, no haya
dado todavía (!!) una sociedad
para todos y todas”. Su discurso va en el sentido de que en
el marco del capitalismo con un rostro más humano haya salida para
los problemas de “los/las maravillosamente diferentes” y el
conjunto de la sociedad.
Agregan algunas consignas más a
la izquierda que otros años [1] (todas sin ton ni son y en cualquier
orden de jerarquía) y se pronuncian por la aparición con vida de López,
pero en último lugar de una lista encabezada por el
pedido de “Unión Civil en todo el país” y sin denunciar la
responsabilidad del Gobierno, ni exigir la disolución de los aparatos
represivos. Lo mismo ocurre cuando se pronuncian en contra de la
violencia hacia las mujeres, pero organizan la Marcha del Orgullo ese
día histórico para el Movimiento de Mujeres, o levantan el derecho
al aborto pero no exigen la libertad de Romina Tejerina.
Las organizaciones que no
creemos que dentro del marco del capitalismo haya respuestas
posibles para las minorías sexuales, ni para el conjunto de los
problemas de la humanidad, es que seguimos marchando con nuestra
propias consignas y nuestras banderas. Por supuesto que abrazamos y
defendemos las reivindicaciones propias del movimiento gltttbi, pero
creemos que esta lucha se debe dar por fuera de los partidos
patronales y sin la connivencia con el Estado burgués y sus
iniciativas “progres” como la del INADI.[2]
Para nosotros el Orgullo es
una tradición de lucha; por eso no levantamos la “diversidad”
sexual en sí misma, en abstracto, sino que combatimos y luchamos
contra un sistema patriarcal y capitalista que oprime y reprime
a la vida humana, que en sí misma es “diversa” en todas sus
infinitas manifestaciones. Por eso marchamos exigiendo la aparición
con vida del compañero Jorge Julio López y denunciando la responsabilidad
política del Gobierno, exigiendo la disolución de los
aparatos represivos del Estado.
También marchamos conmemorando
el Día Contra la Violencia hacia la Mujer, recordando el
asesinato de las hermanas Mirabal a manos de la dictadura de Trujillo
en la República Dominicana, exigiendo junto a nuestras compañeras
luchadoras el derecho al aborto libre, legal, seguro y
gratuito, y la inmediata libertad de Romina Tejerina. Orgullosas/os
de ser revolucionarias/os, marchamos para refundar un movimiento de
minorías combativo e independiente para construir una sociedad
sin explotación ni opresión de ningún tipo.
Notas:
1. Por ejemplo, este año aparece
en el discurso oficial una y otra vez la consigna “contra la opresión
sexual”.
2. Como parte de la ofensiva
“progre” del gobierno y con intenciones de cooptar a grupos y
activistas gltttbi, el Instituto Nacional Contra la Discriminación
(que dirige la ahora kirchnerista María José Libertino) realizó un
“Foro sobre Diversidad Sexual” en la Semana del Orgullo.
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