Quinto aniversario del Argentinazo
Una plaza independiente de K, más obrera y por
la aparición de López
Editorial de Socialismo o Barbarie, periódico,
28/12/06
La Plaza de Mayo del 20 de diciembre mostró un tono y un clima algo
distintos a los de años anteriores. La concurrencia fue un poco
mayor que en 2005, más de 15.000 personas colmaron la plaza, cuando
lo lógico sería esperar que a medida que nos alejemos de 2001, y se
cierra la crisis de dominación, la presencia de las jornadas del
Argentinazo en la memoria colectiva fuera menor. Lo que sucede es que
este 20 de diciembre ha tenido un costado menos de conmemoración
–con todo lo importante que es ese aspecto– y más de plantear
las contradicciones y los problemas no resueltos por el gobierno.
Al mismo tiempo, se marcaron las continuidades y discontinuidades con
el 2001, y de ese modo quedaron planteadas las tareas que se
desprenden para la vanguardia y los revolucionarios.
La
presencia de una amplia vanguardia independiente del gobierno
–más allá de todos los matices– subraya con fuerza los elementos
de continuidad del proceso político abierto en 2001. En ese sentido,
puede decirse que esa vanguardia constituye hoy el puente entre la
rebelión de 2001 y las futuras experiencias de lucha que puede dar el
movimiento obrero y popular al compás del comienzo de la
experiencia política con la gestión kirchnerista.
Las
consignas convocantes –que ponían en primer plano la denuncia al
gobierno por su responsabilidad en la desaparición de Jorge Julio López
y el apoyo a la lucha de los trabajadores del Hospital Francés–
como el contenido del documento común leído en la Plaza y, sobre
todo, las delegaciones obreras que pasaron por el palco, pasan en
limpio un hecho: la “posta” de la lucha social ha sido tomada
esencialmente por los trabajadores ocupados. Si bien esto no se
refleja del todo aún en la concurrencia –en ese plano, las
organizaciones de desocupados siguen teniendo un rol importante–,
resulta evidente que el peso y contenido políticos del acto
tuvieron una impronta mucho más fuerte de las luchas de trabajadores
ocupados.
Esto
obedece a razones profundas. En un contexto de salida del pozo más
hondo de la crisis (2002) y de crecimiento sostenido de la actividad
económica e industrial, el centro de la lucha social ha cambiado.
Ya no pasa por la exigencia de asistencia a los desocupados, sino por
la pelea de la clase trabajadora ocupada para evitar que siga
siendo la clase capitalista la que se quede con la parte del león de
un producto social que excede ampliamente los niveles de la crisis. En
ese marco, también son importantes las luchas por conservar fuentes
de trabajo amenazadas por el vaciamiento o los negociados
capitalistas, como ocurre con el Francés. Inclusive, es cada vez más
claro que la salida real para los desocupados sólo puede ser la lucha
por puestos de trabajo asalariados.
Como
decíamos, este quinto aniversario marcó una serie de problemas que
se le han venido acumulando al gobierno. Si bien todavía no alcanzan
para poner en peligro el proyecto de reelección 2007 –más teniendo
en cuenta la dispersión e inconsistencia de la oposición
burguesa–, Kirchner no tiene el panorama tan despejado como quisiera
y se le presentan varios frentes de tormenta.
La desaparición de López
El
primero, que ya no sabe como taparlo, es la desaparición del compañero
Jorge Julio López que tiene todos los elementos de un claro
encubrimiento.
A
más de tres meses de su desaparición, al gobierno y a sus amigos en
el Poder Judicial se le han agotado los argumentos para seguir
caratulando ese hecho como “averiguación de paradero”. En
privado, ministros, gobernadores y el propio Kirchner admiten que se
trata de una desaparición política perpetrada por grupos de
ultraderecha. Pero al mismo tiempo, el gobierno salió a desmentir la
versión del corresponsal en la argentina de la agencia alemana de
noticias DPA que divulgó lo que todos tememos y presumimos:
que un grupo de genocidas actuó como grupo de tareas, y secuestró y
asesinó al compañero.
Mientras
el compañero no aparece y no se sabe su destino, se acaba de anunciar
el juicio al cura nazi Von Wernich, al tiempo que el juez Oyarbide
declaró imprescriptibles los crímenes de la triple A. Esto abre para
la vanguardia y la izquierda un nuevo frente de batalla, así como
nuevas contradicciones para Kirchner en este terreno
¿Pero
qué garantías dará el gobierno que a los testigos no les va a pasar
lo mismo que a López? ¿Por cuánto se multiplicará la respuesta de
los grupos que reivindican el genocidio y al propio Von Wernich (como
la revista nazi Cabildo y otros)? ¿Qué pasaría si López
finalmente aparece de la manera en que la mayoría teme? Todas
preguntas a las que no da respuesta. Como tampoco se sabe si el
gobierno seguirá adelante con su actual política de derechos humanos
o la dejará caer. En todo caso, a nadie se le debería escapar
que el mismo gobierno podría estar preparando el terreno, con las
recientes versiones periodísticas, para que a principios de enero, en
plenas vacaciones y antes que comience el año político, se confirme
el destino de Jorge Julio López.
El laberinto de Gualeguaychú
La
Asamblea de Gualeguaychú, la más nutrida, aguerrida y nuevamente con
un curso independiente, profundiza su lucha contra las pasteras. EL
gobierno no termina de tomar el toro por las astas, como reclama sin
pelos en la lengua todo un sector de la patronal y sus voceros:
desalojar los puentes porque “no se puede permitir que una asamblea
de vecinos defina la política exterior de una Nación”.
Luego
de coquetear con los asambleístas, cooptar a una de sus referentes y
hacer de la lucha contra las pasteras una “causa nacional”, se
prepara para enterrar el discurso ecologista y a la propia asamblea. A
cada llamado a la negociación de parte de la cancillería argentina y
de la gestión mediadora del enviado del rey español, aparecen nuevas
medidas de la Asamblea de Gualeguaychú, ahora con la idea de bloquear
el puerto de Buenos Aires para impedir la salida de buques turísticos
al Uruguay. ¡A lo que Kirchner ya ha respondido con el despliegue de
un operativo especial de la Gendarmería!
Una
cosa es segura: mientras que Tabaré Vázquez ha tomado partido
decididamente por los inversores capitalistas, Kirchner se debate
en una “tibieza” cada vez màs hipócrita: el gobierno está
en su propio laberinto. Y como Gualeguaychú no parece dispuesto a
aflojar, hay que estar muy atentos a que el gobierno, aprovechando las
vacaciones, no intente pegar un zarpazo contra los asambleístas e
intente un desalojo violento de la ruta.
La olla salarial levanta presión
Aunque
buena parte de las paritarias se abren en marzo o abril, ya se abrió
la discusión salarial. Éste será uno de los terrenos propicios
para que la nueva generación obrera, que está dando sus primeras
batallas, se foguee y haga la experiencia con Kirchner. El clima en
muchas fábricas y lugares de trabajo es que no se aguanta más la
miseria salarial. En forma espontánea, en muchos lugares
de trabajo, hubo manifestaciones de repudio y bronca a los
“regalitos” de fin de año que hizo la patronal y que fueron
presentados triunfalmente por la burocracia. Fueron tomados como una
broma de mal gusto, como migajas (que es lo que son realmente) por los
compañeros. Y en muchos casos fueron rechazados y van calentando el
clima para la pelea salarial.
Al
mismo tiempo, hay que marcar que la burocracia moyanista está más
debilitada que en marzo de 2006 para imponer (a todo el movimiento
obrero y los distintos gremios) una única pauta salarial.
El
gobierno esta terminando de dibujar la inflación del año y va a
agitar un índice de inflación para todo 2006 de alrededor del 10%.
Todo el mundo sabe, y los trabajadores mejor que nadie, que ese índice
–manipulado vía los controles de precios “selectivos”– no
refleja la realidad. La patronal, encabezada por la UIA, exige
“moderación”, a pesar de que las ganancias empresarias no paran
de subir. En el medio quedamos los trabajadores, que vamos a tener que
defender nuestro salario contra el gobierno, contra la patronal... y
también contra Moyano y Cía.
La elección de rector de la UBA en el nada honorable Congreso
Párrafo
aparte merece la bochornosa asunción de Ricardo Hallú
como rector de la UBA, en un Congreso vallado, con
“representantes” que entraban de incógnito o custodiados por la
policía, con la estación de subte blindada, con palos y gases contra
los estudiantes de la FUBA, con patoteros oficialistas y con una
“sesión” que duró no más de 40 segundos. Resulta irónico que
los mismos que se quejaban de los estudiantes “violentos” hayan
saludado como triunfo de la “racionalidad” y de la “democracia
universitaria” a esa escandalosa elección, una farsa inédita desde
la Reforma de 1918. La frutilla del postre fue ver al mismísimo
rector, frente a todas las cámaras del país, totalmente desencajado
al mejor estilo barrabrava y berreando “¡delincuentes!” contra
unos pocos estudiantes a los que la policía se llevaba de los pelos.
Que se prepare, porque la lucha universitaria no ha sido aplastada y
continuará con fuerza luego de esta espectacular crisis de legitimación.
Por López, el Francés
y en apoyo a las luchas obreras
Finalmente,
en lo inmediato, cabe reiterar la vigilancia que hay que mantener por
la evolución del caso López, porque en cualquier momento podría
haber “novedades”.
Al
mismo tiempo, no hace falta subrayar la importancia del apoyo a las
luchas obreras hoy en curso y muy especialmente a la de los compañeros
del Hospital Francés, que deben lidiar contra las maniobras de la
patronal y del gobierno aliado a ella. Para ésta y las demás tareas
que se vienen, como la pelea salarial, el apoyo a la Asamblea de
Gualeguaychú y a todos los sectores en lucha, el nuevo MAS se
dispone a ponerse en la primera fila de combate, fortalecido
tras la exitosa realización de su IV Congreso, del que damos
amplia cobertura en estas páginas.
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