Tras
la estatización del Hospital, asegurar este gran triunfo e ir por el
control obrero
“El
Francés para los trabajadores, y al que no le gusta...”
Editorial
de Socialismo o Barbarie, periódico, 08/02/07
El
martes 30 de enero, en un hecho de gran importancia política, el
gobierno, por intermedio de Alberto Fernández y Graciela Ocaña)
anunció la expropiación del Hospital Francés. Horas antes, la
propia burocracia de ATSA adelantaba la noticia.
Al
día siguiente, el diario Página 12 titula “El Francés, PA’
MI” (alrededor del hecho de que pasará a la órbita del PAMI) y
presenta la información como una “gran jugada” por la cual
Kirchner y su amigo Daer, burócrata de la Sanidad, “se quedan con
el Hospital”. Lo que se pretende es escamotear el hecho de que si el
gobierno se ha visto obligado a anunciar la estatización del hospital
(cosa que no quería), sólo fue producto de la dura lucha de sus
trabajadores a lo largo de casi dos años, soportando patoteadas y
aprietes.
Sin
embargo, aún no se conoce el anunciado proyecto de ley de expropiación,
que habrá que ver con detenimiento para no encontrarse con
“sorpresas” y maniobras desagradables. Pero de concretarse el paso
del hospital al Estado en las condiciones exigidas por sus
trabajadores, estaremos ante un triunfo de enorme valor. La formulación
que podría responde mejor al contenido de los anuncios es: “el
Francés, para los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se
jode”. Y al primero que no le gusta es al propio gobierno.
¿Por
qué la estatización?
El
anuncio tomó casi por sorpresa a los mismos compañeros del Hospital.
Pero en el fondo no es tan
sorprendente: los tiempos se estaban agotando y al gobierno le
quedaban sólo dos alternativas. O bien el desguace definitivo,
cientos de despidos mediante –lo que hubiera significado una lucha
de impacto y repercusiones nacionales en pleno año electoral–, o un
camino con “menos costos” desde el punto de vista político:
aceptar la realidad y, “silbando bajito”, estatizar el hospital.
En
el fondo, esta disyuntiva estuvo planteada desde el comienzo mismo del
conflicto, tal como lo señaláramos desde el MAS. Por mas que el
gobierno, por boca de Alberto Fernández –el mismo que ahora tuvo
que anunciar la expropiación– señalara una y otra vez que el
hospital “no se iba a estatizar”, la alternativa de un despido
masivo se hubiera enfrentado con una base aguerrida que, a lo largo de
meses y meses, ha venido realizando una inmensa experiencia de lucha y
que de ninguna manera se iba a dejar pasar por arriba.
Al
mismo tiempo, la única solución consecuente desde el punto de vista
de los trabajadores para asegurar la fuente de trabajo y el
financiamiento sólo podía venir de la mano del paso al Estado.
La
estatización del hospital se explica entonces en un escenario en el
que, si bien el gobierno controla de conjunto la situación política
y ha ido reabsorbiendo la rebelión popular por medio de métodos
“reformistas”, tiene en su haber el gran déficit de que no ha
logrado imponer prácticamente ni una derrota de importancia a la
vanguardia de trabajadores en lucha, lo que es un precedente muy
peligroso para el mediano plazo.
Letra
grande, letra chica y no bajar la guardia
Respecto
del significado del anuncio de expropiación, algunos compañeros lo
han graficado correctamente así: “tenemos la letra grande, ahora
hay que ir por la chica”. Porque, como en cualquier contrato, hay
que estar atentos a aquello que aparece como imperceptible y que es
por donde puede venir alguna trampa. La expropiación es casi un hecho
y este es un enorme triunfo. Pero la cosa no termina ahí: sigue
habiendo compañeros de la interna procesados. Hay una masa acumulada
de deuda salarial de importancia. Hay que garantizar que todos los
compañeros pasen al hospital estatizado con sus categorías y años
de antigüedad. También que nadie sea “reasignado” y que todo el
personal (incluido el administrativo) se mantenga como parte del Francés
estatizado. Esto no es todo: hay que empezar a cobrar el 100% de lo
que se venía cobrando y ser pasibles incluso –como todos los demás
trabajadores– de aumentos salariales a partir de ese piso.
Pero,
sobre todo, hay una cuestión de inmensa importancia: si el Hospital
ha sobrevivido y ahora se ha logrado la gran conquista de la
continuidad de la fuente de trabajo vía la estatización, esto sólo
ha ocurrido como producto directo de la lucha de los trabajadores. A
lo largo de meses y meses se ejerció un control obrero en los hechos
del funcionamiento del Hospital. Por ejemplo, evitando el vaciamiento
y que la aparatología fuera retirada, evitando la evacuación de
pacientes, etc. Los interventores y funcionarios del gobierno
intentaron todas estas maniobras y muchas más. Por eso hay que estar
en guardia, exigiendo participación en el proyecto de ley y
desarmando una a una todas las trampas que pueda intentar montar el
gobierno de Kirchner.
Los
trabajadores deben participar en la redacción del proyecto de ley
Por
esto, el proyecto de Ley de Expropiación no puede dejar de contemplar
que el Francés estatizado funcionará bajo el control de sus
trabajadores: son los que se jugaron por la continuidad de la fuente
de trabajo; los que mas interés van a tener en que los funcionarios
no roben o despilfarren su presupuesto, y los que deben controlar su
funcionamiento o, llegado el caso, imponer la administración obrera
del hospital.
El
completo financiamiento estatal del Hospital (un Estado con superávit
récord, no hay que olvidarlo) y el control de los trabajadores son la
“fórmula” para llegar hasta el final en esta lucha y dar un
ejemplo de lucha a todo el resto del movimiento obrero.
En
lo inmediato, hay una manera muy clara y comprensible de colocar sobre
la mesa ese control obrero: los trabajadores del hospital deben exigir
al gobierno K tener voz y voto en la redacción del decreto de
expropiación.
Ya
que la anunciada expropiación del mismo ha sido producto de su lucha,
y que además va a afectar sus vidas de aquí para adelante, no puede
ser que los trabajadores no tengan participación en la redacción del
proyecto. Seria una aberración que fuera presentado en el Congreso
sin que los trabajadores sepan nada de su contenido.
Lecciones
para la izquierda
La
lucha del Francés también nos deja lecciones a las corrientes de la
izquierda, que en su mayoría no centraron su política en la
continuidad de la fuente de trabajo, que no podía obtenerse de otra
manera que no fuera dando una lucha política alrededor de la
estatización del hospital.[1]
Puede
haber muchas razones para esto, pero creemos que hay una fundamental:
la mayoría de las corrientes actuantes dentro del Francés –el MST,
pero también el PO y la Izquierda Socialista [2]– tienen la
característica de que ubican las luchas sólo en el terreno meramente
“reivindicativo”.[3] Con diversos matices, han impulsado la lucha
solo en el terreno de las
–muy justas, por supuesto– reivindicaciones “inmediatas”
(deudas salariales, etc.) aduciendo que otra cosa sería
“propagandismo”. Justamente, han calificado muchas veces de esa
manera a los compañeros militantes o simpatizantes de nuestro partido
en el Hospital. Lo que no advierten es que no se trata de
“propagandismo”, sino de la elevación de las peleas de la clase
trabajadora al plano político de la lucha contra el gobierno y por
las salidas de fondo.
Además,
en el caso del Francés, se trataba (y se trata) de una cuestión
elemental: el centro de la lucha no podía ser otro que la pelea por
la continuidad de la fuente de trabajo. Una y otra vez insistimos,
incluso en asambleas, que cualquier otra cosa era como bailar en la
cubierta del Titanic.
Es
por esto que la conquista de la expropiación es también una lección
de los trabajadores del hospital y de la propia lógica de esta lucha
a los límites meramente reivindicativos que muchas veces marcan el
accionar de las corrientes de izquierda entre la clase trabajadora. Y
esto no significa desconocer las reivindicaciones inmediatas sino, más
bien, no perder de vista el hecho que toda pelea consecuente que parte
precisamente de esas necesidades inmediatas se traslada en última
instancia al plano de la lucha política, a la pelea por objetivos más
de fondo si es que se pretende darles realmente satisfacción.
Un
triunfo para todos
Cuando
se concrete la expropiación del Hospital, estaremos ante un gran
triunfo de sus trabajadores, uno de los más importantes de los últimos
años. No se debe perder de vista que el gobierno de Kirchner ha
tenido hasta ahora éxito en estabilizar de conjunto la Argentina
capitalista. Pero también es verdad que esto no se logró sino a
costa de conquistas y/o importantes concesiones a los trabajadores y
demás sectores populares. Porque la relación de fuerzas ha venido
siendo la más favorable a los explotados de las últimas décadas y
se han arrancado una serie de conquistas de importancia, que pueden
ser un fundamental punto de apoyo para las luchas del próximo período.
Entre
ellas, una de gran importancia fue la reducción de la jornada laboral
a 6 horas en el Subte, votada en la Legislatura porteña en 2004. Más
recientemente, en el terreno democrático, y a pesar de la gravísima
desaparición del compañero López, la condena a perpetua por
genocida al ex comisario Etchecolatz.
La
estatización del Francés apunta a establecerse en un lugar de
privilegio en este terreno: no todos los días se obliga a un gobierno
burgués a que se haga cargo del sostén financiero de una fuente de
trabajo. Este precedente quedará como un ejemplo para otras empresas
que en el futuro cierren o despidan masivamente, así como para todas
las cooperativas cuyo status legal (por no hablar del económico)
sigue indefinido.
Notas:
1.
Ver el artículo publicado oportunamente: “Estatización bajo
control de los trabajadores. ¿Consigna de propaganda o tarea
inmediata?”, en SoB 91.
2.
Por su parte, el PTS, inexplicablemente, nunca le dio mayor
importancia a esta lucha.
3.
Es conocido que en el movimiento piquetero, por ejemplo, durante años
y años estas corrientes centraron la pelea alrededor de los planes
trabajar, negándose a colocar el centro en el trabajo genuino.
Lecciones de la experiencia del Francés
Estatización, cooperativas y control obrero
Por José Luis Rojo
Socialismo o Barbarie, periódico, 08/02/07
La lucha por la estatización del Francés esta
dejando un sinnúmero de enseñanzas y lecciones. De concretarse, sería
un hecho sin precedentes en los últimos años.
Por un lado, en el apogeo de la crisis de 2001 y
2002, trabajadores de determinadas empresas ocuparon los lugares de
trabajo y, poniéndolas a funcionar, lograron su cooperativización
transitoria. Una conquista muy importante y una experiencia de que
para que funcione una fabrica no hace falta el patrón.
Sin embargo, el carácter transitorio de la
cooperativización ha significado que no esté resuelto de manera
definitiva el problema de la expropiación del bien, y estas
experiencias siguen en un “limbo” legal que amenaza con el
desalojo de sus trabajadores ante el primer cambio del clima político
del país.
A esto se agrega otro grave problema: la opción por
la cooperativa (impuesta, la más de las veces, por el propio estado,
además de ideologías ingenuas echadas a rodar por políticos
“progresistas”) tiene la consecuencia de que son los propios
trabajadores, sin un solo peso de financiación por parte del Estado,
los que tienen que hacerse cargo del resultado económico de la
empresa; es decir, que no dé perdida en la competencia con las demás
empresas capitalistas sobre la base de su propio esfuerzo y sudor.
Por otro lado, también es sabido que en los últimos
años grandes empresas de servicios públicos como el Correo Argentino
y la ex Aguas Argentinas (hoy AySA) volvieron a manos del Estado al
revertirse la concesión. Pero en estos casos se trataba meramente de
empresas “concesionadas”, no privadas.
La expropiación del Francés tiene dos
particularidades de mucha importancia: por un lado, al pasar al Estado
y no ser meramente “cooperativizada”, el Estado está
“obligado” –o, más bien, se lo debe “obligar” con la
lucha– a hacerse “solidario” respecto del financiamiento de la
operación del hospital.
Al mismo tiempo, en el caso del hospital, no se
trataba de un bien concesionado anteriormente, sino lisa y llanamente
de una empresa privada que es estatizada, lo que sienta un precedente
fuerte en el sentido de que otras empresas que quiebren y/o despidan
masivamente pueden ser estatizadas.
El
control obrero es fundamental
Pero también hay que decir con claridad que la
estatización no resuelve todos los problemas. No casualmente la
burocracia de ATSA ya salió con los tapones de punta en contra del
planteo del “control obrero”. Su argumento mas o menos así:
“que más quieren; ya está la estatización, que es una salida
integral al problema del Francés”. Como apelando al “sentido común”
de la población, quieren dar a entender que los trabajadores del
hospital “no tienen límites, que quieren “la chancha y los
veinte”.
Por el contrario, en el tema del control de los
trabajadores hay un problema real. El paso a la órbita del Estado
garantiza la continuidad de la fuente de trabajo y su financiamiento.
Pero estamos hablando de un estado capitalista, no de los obreros,
donde además, los criterios que se utilizan son en general los del
propio sistema: la búsqueda de la ganancia y la explotación de los
trabajadores.
Además, todo el mundo sabe que los funcionarios,
librados a sus intereses (es decir, sin control de las bases),
transforman las empresas públicas en ámbitos de lucro personal y
corrupción, como ocurrió mil veces en el pasado.
Es por esto que en interés de los propios
trabajadores y de los pacientes que vayan a atenderse al hospital
buscando un servicio de calidad, es fundamental que el hospital sea
escrupulosamente controlado por el propio personal no médico y médico,
incluso dejando abierta la posibilidad, de ser necesario, de pasar a
la administración obrera del mismo.
En síntesis, el control es lo único que puede
evitar que los funcionarios del gobierno, del PAMI o los burócratas
de la Sanidad (que ya se están restregando las manos por un eventual
jugoso negocio) se apropien indebidamente de los fondos, el trabajo y
las necesidades de enfermeros, médicos y pacientes.
Hablan
los luchadores del Hospital
Francés; el anuncio de la expropiación
“Le
torcimos el brazo al gobierno”
Socialismo o Barbarie, periódico, 08/02/07
Estamos presentando este reportaje a Daniel Rodríguez,
trabajador del Francés, militante del MAS e integrante, junto a otros
compañeros, de la agrupación El Antídoto, donde hace una primera
evaluación sobre los anuncios del Gobierno de expropiar el Hospital y
su traspaso al PAMI. También
hablamos con Mario, de almacenes
e integrante de la nueva agrupación
SoB –Después de dos años de pelea tan dura, ¿cómo ven
esta medida que propone el gobierno de expropiación del hospital y
que se haga cargo el PAMI?
Daniel Rodríguez –En principio, hay que hacer una
valoración muy positiva, porque el plan del gobierno era
reprivatizar. Eso significaba cientos de compañeros en la calle, como
sucedió en los sanatorios Mitre, Güemes y Antártida. Eso el
gobierno acá no lo pudo hacer. Y no lo pudo hacer por la lucha de los
trabajadores, por el grado de movilización que llegamos a lograr. Eso
es lo primero que hay que decir y asimilar: le torcimos el brazo al
gobierno.
Pero pasar al PAMI significa saber en qué condiciones, ¿cuánto,
cómo, y demás? Y en ese sentido ya tenemos experiencia. Cuando fue
la ley para cobrar el subsidio, la deuda salarial que pagó el
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, una vez que estuvieron hechos
los anuncios mediáticos, hubo que seguir movilizándose para cobrar.
Una cosa son los anuncios mediáticos y otra cosa es la concreción de
lo que el gobierno anunció. Desde El Antídoto lo que le estamos
diciendo a los compañeros es que hay que tener los ojos abiertos, que
en los funcionarios no se puede confiar y que nuestra única confianza
es en la movilización y organización. En ese sentido, vamos a tener
que seguir dando pelea para que se concrete la ley de expropiación y
más te diría los trabajadores queremos ser parte de ese proyecto de
ley, para que la ley
contemple nuestros intereses y sobre todo queremos introducir un punto
que para nosotros es esencial que es el control de los trabajadores.
Y acá quiero destacar que si no era por el control de
hecho que tuvimos los trabajadores sobre el Hospital hoy estaría
cerrado. Nosotros queremos que desde la ley se formalice el control de
los trabajadores. Esa es la única manera en que nosotros vamos a
garantizar que se cumplan con nuestros reclamos y tener un salario
acorde a nuestras necesidades.
SoB –¿Cuál sería la diferencia entre la estatización
con control de los trabajadores y esta expropiación?
D.R. –La diferencia es que nosotros denunciamos
que la población, el pueblo trabajador, no tiene una cobertura
de salud como debiera tener. El doctor Ginés González, avalado por
el presidente Kirchner, entrega todo el negocio de la salud a pulpos
privados y el costo de estos pulpos siempre recae sobre los usuarios.
Los “dirigentes” como Cavalieri, que tiene acciones en el
Sanatorio Mitre, participan de este negocio. Ellos hacen el negocio y
lo pagamos los trabajadores y los pacientes.
Nacionalización con control de los trabajadores, implica
para nosotros, que la salud no tiene que ser un negocio. Tiene que
haber un sistema único de salud para beneficio de todos los
trabajadores.
Nosotros decimos que hay que pelear en la salud, tanto en
los hospitales públicos como privados, por un sistema único de salud
y pelear por un mayor presupuesto y para que ese presupuesto sea
controlado por los trabajadores. Si no fijate lo del Clínicas y otros
hospitales públicos, nunca se sabe cuál es el presupuesto y encima
al no haber control de los trabajadores en muchos casos la plata se
llevan os funcionarios corruptos que arman los negocios con la
tercerización de servivios.
También la mayoría de las obras sociales sindicales son
de terror. Las obras sociales son
un curro de la burocracia, esto hay que denunciarlo con todas
las letras. Tanto Moyano, Daer, West Ocampo, Cavallieri, manejan cajas
millonarias mientras que los trabajadores afiliados no tienen la
prestación que deben tener. Hoy, por ejemplo, un compañero
enfermero, tuvo que llevar a su hijo a Traumatología del Hospital
Garrahan, porque FATSA no le da ese servicio.
Entonces, volviendo a tu pregunta, la salida que nosotros
pretendíamos tenía que ver no solamente con el salvataje del
Hospital Francés, sino también una salida para todo el pueblo y los
trabajadores. Por eso decíamos que queríamos un hospital estatal,
abierto a la comunidad, con toda la capacidad tecnológica y
profesional para brindar a la población.
SoB –Han logrado el compriso del gobierno de mandar la
ley de expropiación. ¿Como la piensan seguir?
D.R. –Bueno, acá hay un acierto de determinada política.
Hay un grupo de compañeros que venimos sosteniendo desde un principio
que la empresa iba a la quiebra y que los trabajadores ni los
afiliados debían pagar los platos rotos. Acá hay que exigirle al
gobierno. Esa fue la orientación que tuvimos y que evidentemente, hoy
por hoy, acompañada por la movilización, el Estado, el gobierno, de
alguna manera, se tuvo que hacer cargo.
Cuando vino la intervención de Salvatierra, muchos compañeros
tenían la expectativa que podría ser la salida. El tiempo nos dio la
razón, porque evidentemente, hubo que seguir peleando a brazo partido
por la fuente de trabajo y por la salida de fondo, y hoy estamos acá.
A las puertas de resolver la situación del hospital y la garantía de
los puestos de trabajo. Obviamente, está planteado el tema de cómo
vamos a pasar al PAMI. Esa es otra pelea. Para mí hay que exigir
participar del proyecto de ley. Hay un anuncio oficial, mediático,
que es un proyecto de ley del Ejecutivo para llevar al Congreso.
Nosotros no queremos quedar afuera. Tenemos la impresión, de que es
en la letra chica donde nos van a tratar de meter, de algún modo, lo
que no pudieron hacer antes. No hay que aflojarles ni un centímetro.
En cuanto aflojemos un poquito...
Muchos compañeros me preguntan sobre el control de los
trabajadores. Visto así, como una consigna, suena abstracta. Pero yo
les digo, cuando fue que quisieron evacuar el hospital, los que lo
impidieron fueron los trabajadores. Se pararon frente al hospital,
denunciando a los medios que si estaban evacuando, era porque lo querían
cerrar. Eso es control de los trabajadores. En otra oportunidad, se
querían llevar los insumos de todos los servicios y los trabajadores,
parados en la puerta, lo impidieron. Los compañeros administrativos
sacaban la facturación de la comercializadora para hacerla pública.
Eso es control de los trabajadores. Lo que hemos realizado de hecho,
ahora lo queremos de derecho. Pretendemos que la ley formalice una
comisión fiscalizadora, comisión de control, un ente
institucionalizado que permita que los trabajadores controlemos, de
alguna manera, a la patronal. Esa es la única manera de salir
adelante. Por más que venga Ocaña, y se vista de nueva
administradora, sabemos perfectamente que el PAMI tiene agujeros
negros. No peleamos para que este hospital sea un recinto de corrupción.
Queremos que sea un hospital de excelencia al servicio de los
trabajadores.
SoB –Vos decís que no está garantizado cómo va a ser
el pase al PAMI. Ese es un aspecto pendiente. Los otros reclamos
pendientes, ¿cuáles son?
D.R.
–Por un lado están todas las deudas salariales, luchar
por cobrar el 100% del salario. Hoy por hoy estamos cobrando el 55%
del salario, como acordó el sindicato a espaldas nuestras. No se
sometió a la decisión de la asamblea, que rechazó permanentemente
cualquier acuerdo de paz social y de rebaja salarial o resignar la
deuda salarial aún pendiente. El sindicato no acata las decisiones de
las asambleas. Para nosotros es gravísimo y lo venimos denunciando.
Por otro lado un tema pendiente muy importante es luchar
por el desprocesamnieto, además porque siguen abriendo nuevas causas.
La medida del procesamiento es eminentemente política. Quieren
escarmentar, procesando a este grupo de trabajadores, a todos los que
estábamos luchando para que el hospital no se cierre. Acá los compañeros
el único delito que cometieron fue defender el hospital, la fuente de
trabajo. El gobierno deja afuera a la patota y procesa a los
trabajadores. No puede ser que el gobierno que quiere aparecer, entre
comillas, como defensor de los derechos humanos, procese a un grupo de
trabajadores por defenderse. Todos los trabajadores de la salud, en
las fábricas, en todos los lugares de trabajo, tienen que levantarse
en contra de esta injusticia. No puede ser que los trabajadores que
han recibido golpes de los patoteros, sean los procesados. Por eso
estamos llamando a todos los trabajadores, al cuerpo de delegados del
Subte, del Garrahan, a todas las internas opositoras y combativas, a
que se sumen a la marcha. Porque no hay derechos humanos si no se
defiende a los trabajadores. No es posible que un grupo de
trabajadores que lo único que ha hecho fue defender su fuente de
trabajo, hoy sean víctimas de lo que está haciendo el gobierno. Lo
mismo pasa con los compañeros en Las Heras. No puede ser que cada
trabajador que se levanta en defensa de sus intereses, reciba un
ataque por parte del gobierno. Esto pasa sistemáticamente desde que
Kirchner asumió. Estamos llamando desde los trabajadores del Hospital
Francés, en particular desde la agrupación El Antídoto, a que los
compañeros se sumen a la marcha del 8 a los tribunales desde el
Hospital Francés.
SoB –¿Querés agregar algo más?
D.R.
–Evidentemente, se
vislumbra que el paso no es nada fácil, no está nada garantizado.
Hay que seguir peleando. Esa ley se tiene que votar. Si no se vota, sólo
queda el anuncio mediático. Quedamos a la deriva. Si no tenemos el
sueldo en el bolsillo, los recibos y la seguridad laboral, esto es un
anuncio mediático. Entonces, les decimos a los compañeros que no hay
que confiar en los funcionarios. Creemos que si nos mantenemos firmes,
esto se puede concretar. Sobre todo, llamamos a todos los compañeros
a mantenernos unidos, organizados porque la lucha no termina acá. Y
también los invitamos a participar, porque los trabajadores somos
arte y parte, no podemos quedarnos al margen, que nuestro destino lo
decidan por nosotros. Nosotros tenemos que decidir, no los demás. Y
nosotros podemos modificar las cosas con la movilización y
participando. Llamamos a
todos a que se sumen y que estemos en pie de lucha. Si no luchamos,
difícilmente el gobierno cumpla sus anuncios. Y también va un
mensaje a los trabajadores de la sanidad, lo que logramos en el Francés
dejó claro que Daer no puede ser el representante de los
trabajadores, hay que sacarlo. Como agrupación sabemos que no es fácil
pero me parece que hay que aprovechar esta oportunidad para poner en
pie una nueva oposición que le de pelea a la burocracia en los
sanatorios, por los cuerpos de delegados y a nivel del sindicato.
Habla
Mario “Orteguita”
“No
somos delincuentes, queremos que nos desprocesen”
Socialismo
o Barbarie, periódico, 08/02/07
SoB: ¿Vos qué opinás Mario sobre la situación que se
abre y los temas pendientes?
Mario: Si se concreta lo que dijo Ocaña y el gobierno por
todos los medios de prensa, mal no está. En relación a como estábamos
antes de este anuncio, no está mal. Porque es un punto importante del
paquete que nosotros veníamos pidiendo, que se estatice, se
nacionalice el hospital, como salió en título grande en Página 12,
diciendo que el hospital va a ser nacionalizado. Eso es lo que veníamos
pidiendo. Hay que ver ahora si se hace concreto y cómo.
Después de ahí en más, hay que ver si después de
expropiar, si se paga a los acreedores, porque nosotros somos
acreedores. A nosotros nos deben 10 años de aportes jubilatorios que
no nos han aportado. Así como nosotros somos uno de los principales
acreedores, también hay otros acreedores, son 32 millones de pesos
que nos deben de aportes jubilatorios a todos los trabajadores que
fuimos del hospital, que ahora hay menor cantidad de compañeros.
También hay que ver que sueldo vamos a tener. Ella dice
que un trabajador de PAMI no cobra menos de 1.500 pesos, que cobra del
1 al 5. Pero nosotros queremos saber cómo vamos a trabajar y de quién
vamos a depender. Si vamos a ser empleados del PAMI o de prestadores
del PAMI. Ese es un punto importante a saber. Hoy estamos cobrando un
subsidio que es el 55% de nuestro sueldo. Además de los meses que nos
deben tanto esta administración como la anterior, la intervención
patotera. Queremos saber de la deuda esa.
Por otro lado hay compañeros que fuimos despedidos en esa
etapa, con 12 años de trabajo, ellos eran visitantes, yo local y
vienen y me despiden y después de echar a Salvatierra nos
reincorporan. Creo que se han equivocado mucho. Ahora nos chantajean
dicen que si se ocupan 20 camas, nos pagan un 20% de la deuda, si un
compañero pelea, toma medidas de fuerza, no cobra la deuda. Ese es el
chantaje que están haciendo.
También queremos saber sobre el procesamiento. Yo estoy
procesado junto con otros seis compañeros, por una causa que nos abrió
la intervención anterior que mandó el gobierno. Por ese tema vamos a
hacer una marcha el día jueves 8 para exigir nuestro desprocesamiento.
No somos delincuentes, la prensa nos compara con Mohamed y los de la
patota que trajo la intervención anterior. Yo soy un trabajador, como
mis compañeros, que cumplo con mi trabajo, tengo carga de familia, no
me pueden comparar con un barra brava.
Por último quiero
advertir que a partir de que la señora Ocaña dijo que se va a
Pamizar el hospital, están haciendo un censo entre los compañeros,
sector por sector, con gente de afuera, y después de preguntar los
datos personales, preguntan: “¿usted quisiera pasar a la República?”
Hay compañeros que les han preguntado y ellos a su vez preguntaron cuáles
serían las condiciones. Y los encuestadores no saben dar las
condiciones. Entonces, cómo pueden venir a hacernos una pregunta, si
ellos no tienen la respuesta para darnos, sobre cuáles serían las
condiciones para pasar. Si hoy por hoy decimos que sí, no sabemos
bajo qué condiciones vamos a tener que trabajar. Así que creo que
debe ser una jugada de doble filo, si vos decís que sí, mañana te
dicen: “usted dijo que sí, que quería pasar a la República”.
Hoy ellos lo deben saber, lo deben tener claro, de qué manera están
haciendo esa pregunta, pero hoy por hoy, yo, desde mi punto de vista,
voy a seguir peleando en el hospital, así sea el último en salir del
hospital y poner un candado en la puerta.
Nueva
agrupación de los trabajadores del Francés
EL
antídoto
Socialismo
o Barbarie, periódico, 08/02/07
SoB –¿Nos quieren contar cómo surge y qué objetivos
tiene la agrupación?
D –Surgió por la necesidad de defender la fuente de
trabajo y nos unió también la pelea por la nacionalización con
control de los trabajadores. Acá algunas otras organizaciones
plantearon la nacionalización como salida, el tema no es quién lo
planteó primero, sino quién se mantuvo consecuente. Nosotros decíamos:
“nacionalización con control obrero” y
el resto de las organizaciones no mantenían esta postura
consecuentemente y mientras no mantuviéramos la pelea por la salida
de fondo, era difícil encontrar la solución. Entonces, otros grupos,
no quiero decir que retrocedían, pero de alguna manera, no daban la
pelea en forma consecuente y no vinculaban la pelea del salario con la
salida de fondo. Una cosa que nosotros decíamos: “compañero,
cuando el subsidio se acabe, ¿de qué vamos a vivir?” La pelea por
el salario tenía ese techo. El resto de los grupos, las
organizaciones, llegaban hasta ese límite. Nosotros le decíamos: el
tema del salario, de la deuda, de la salida de fondo, está todo
relacionado. Era un solo paquete y no podíamos separarlo. Nos
agrupamos alrededor de esa pelea. Los compañeros que entendieron que
esa era la orientación que había que dar, nos empezamos a juntar, a
discutir, a intercambiar ideas, algunos pertenecemos a agrupaciones
políticas, otros no. Pero ese no era el tema. El objetivo es que el
hospital siga adelante, dar la pelea mucho más política que por el
salario. Porque el mismo ministro Fernández decía: hablemos de
cualquier cosa menos de la estatización. Pero la estatización
llevaba a otro problema: el cuestionamiento al sistema de salud.
M –Formamos esta agrupación para defender los derechos
de los trabajadores del hospital. Entendemos que éste es un tema político,
que la nacionalización es una pelea política, pero más allá de la
política, nosotros trabajamos y nos agrupamos como trabajadores del
hospital, y en la agrupación hay compañeros que son del MAS y compañeros
que no pertenecemos a ninguna agrupación política.
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