Argentina

 

Jornada del 4 de julio en el país – En Buenos Aires, acto frente a la Casa de Neuquén

Carlos Fuentealba vive en la lucha de los trabajadores
Por una Asamblea Permanente en Apoyo a las Luchas Obreras

Por “Chino” Heberling
Socialismo o Barbarie, periódico, 19/07/07

El pasado 4 de julio se realizó en Buenos Aires una importante jornada de lucha convocada por los trabajadores y delegados del Casino Buenos Aires y del Hospital Francés, que vienen protagonizando dos de los más importantes conflictos en el ámbito de la Capital Federal.

La convocatoria surgió como resultado de reuniones entre ambos centros de trabajo a la que se sumaron otros delegados y activistas. En estas se decidió  realizar una acción conjunta a 3 meses del fusilamiento público del compañero Carlos Fuentealba. Esto, con un acto frente a la Casa de Neuquén para “exigir el juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de su asesinato”. Y junto con esto, continuar con una marcha hasta la Secretaría de Derechos Humanos para reclamar el “inmediato desprocesamiento y cierre definitivo de las causas abiertas contra los trabajadores del Casino, Hospital Francés y de todos los trabajadores atacados por el gobierno y su justicia con el objetivo de acallar sus luchas”. También se resolvió terminar en el Ministerio de Trabajo, donde nuevamente se “exigirá a las autoridades la solución inmediata de los reclamos pendientes, que en el caso del Casino es el rechazo al encuadramiento compulsivo en el SOMU y en el Hospital Francés es el pase de TODOS los trabajadores a la planta permanente del PAMI”.

La jornada empezó pasadas las 16 en el Obelisco. A esa hora comenzaron a llegar los compañeros del Casino y del Francés. Se sumaron delegaciones de los SUTEBA combativos de Gral. Sarmiento y Lomas de Zamora, del Garrahan, del Correo, telefónicos, estatales, estudiantes de la FUBA y organizaciones políticas, destacándose la columna del MAS–FTC, que participó con más de 300 compañeros.

Con banderas, carteles y entonando consignas recordando a Carlos, en repudio a la represión del gobierno y en apoyo a las luchas de los trabajadores, la marcha de alrededor de mil compañeros llegó hasta la Casa de Neuquén, donde se realizó un emotivo acto. Una delegada del Casino leyó una carta escrita por Sandra Rodríguez, compañera de Carlos. Luego de leer algunas adhesiones, hablaron compañeros docentes, Daniel Rodríguez de la Agrupación “El Antídoto” del Francés y Leonardo, delegado del Casino. Se cerró el acto con un vibrante y repetido “Carlos Fuentealba, presente”.

Luego de marchar hasta la Secretaría de Derechos Humanos, y ya entrada la noche, la jornada de lucha finalizó frente al Ministerio de Trabajo. Un dato de color –señalado por los chicos del Casino– fue que los policías (que en esta oportunidad “dialogaban y consultaban con suma delicadeza” el recorrido para agilizar la marcha por el micro centro porteño) eran los mismos que el 5 de junio los habían reprimido salvajemente frente al Ministerio. Por supuesto, hubo cantitos especiales para ellos.

Aunque había un poco de cansancio, los participantes no ocultaban su satisfacción por lo realizado. La conclusión de que la jornada había resultado un éxito invitaba a continuar la experiencia.

Desde el nuevo MAS, apoyamos e impulsamos esta jornada y la valoramos como un ejemplo práctico de cómo “bajar a tierra” la coordinación de las luchas, ya que a nuestro entender, la tarea que tiene planteada la vanguardia luchadora (activistas, delegados, agrupaciones y organizaciones políticas) es coordinar acciones comunes en apoyo de los conflictos particulares para que estos triunfen y se consoliden las direcciones combativas, colaborando en hacer más conciente y organizada la pelea contra el gobierno, la burocracia y la patronal.

Sin lugar a dudas, la Jornada del 4 de Julio fue un paso en ese sentido, ahora es responsabilidad de todos los que participamos en darle continuidad, convocando a una nueva reunión para poner en pie una Asamblea Permanente en Apoyo a las Luchas Obreras.


Miles marcharon en Neuquén contra la impunidad

Hace falta un gran paro nacional de la CTERA

Por Martín Primo
Socialismo o Barbarie, periódico, 19/07/07

Este 4 de julio, al cumplirse tres meses del asesinato de Carlos Fuentealba, más de 7.000 personas manifestaron frente a la Casa de Gobierno de Neuquén exigiendo el juicio y castigo a Sobisch y todos los responsables políticos, materiales e ideológicos de la muerte de nuestro compañero.

Una vez más, las calles de Neuquén se llenaron del grito de basta de impunidad. A tres meses de la muerte de Carlos Fuentealba, los docentes, acompañados por importantes columnas de estudiantes secundarios y con la presencia de los trabajadores judiciales, ceramistas, docentes privados, estudiantes universitarios, organizaciones de derechos humanos y partidos de izquierda (entre ellos, el nuevo MAS), marcharon por el centro de la ciudad, pasando por la sede del Tribunal Superior de Justicia, donde Sandra Rodríguez (compañera de Carlos) y miembros de la directiva de ATEN y de la COCAPRE (Comisión Carlos Presente) tuvieron una entrevista con el presidente del tribunal. Luego se marchó hasta la Casa de Gobierno, donde se hizo un acto en el cual Sandra expresó la necesidad de “construir a nivel nacional un paro inmenso”.

La marcha fue realizada en el marco de un rotundo paro de los trabajadores de la educación, que suspendió las clases en su totalidad y que fue determinante para que sean miles los docentes y estudiantes que expresaran su bronca. El paro fue una conquista de la base docente, y constituyó un paso adelante en el desarrollo de la campaña que debemos mantener.

Profundizar la campaña. Por un Paro Nacional de la CTERA

Desde la COCAPRE debemos analizar bien los pasos a seguir para extender y profundizar la campaña. Quedó demostrado que Sobisch está dispuesto a dar pelea y cuenta con el apoyo de todos los funcionarios y organismos del Estado provincial (ver aparte). Es que terminar con la impunidad y poner a todos los responsables de la muerte de Carlos tras las rejas, Sobisch incluido, es un precedente muy costoso para el Estado burgués y sus funcionarios. Esto obligaría a los gobernantes (se llamen Sobisch o Kirchner) a pensar dos veces antes de mandar a reprimir a los trabajadores. Una conquista de este calibre no la podemos arrancar sin dar una gran lucha nacional que implica poner de pie a los trabajadores del país (empezando por los docentes) en el marco de un paro general docente exigiendo el juicio a Sobisch.

¿Dónde están CTERA y CTA?

La campaña contra la impunidad del asesinato de Carlos empezó con un petitorio que tenía como objetivo difundir la lucha y recoger el apoyo de la población lo que constituía solo una primera etapa. La dirección de CTERA y CTA, sabiéndose en falta por haber dejado aislada la lucha de los docentes neuquinos, intentó lavarse la cara y hacer como que hace algo. Se limitó a juntar firmas en algunas estaciones de tren, es decir, por afuera del gremio, y a ocultar la campaña en la base docente. Y a pesar que desde la COCAPRE Sandra le hizo un llamado expreso a sumarse a las actividades de este 4 de julio, CTERA brilló por su ausencia.

La burocracia encabezada por Yasky demostró que no tiene ningún interés en llevar adelante la campaña. Ellos están comprometidos hasta la médula con el gobierno nacional, que no quiere saber nada con que un gobernador vaya preso por reprimir a los trabajadores. Por esto es que no podemos depositar ninguna confianza en la dirección de CTERA y CTA. Debemos impulsar la movilización nacional de la base docente y del resto de los trabajadores para acorralar al asesino Sobisch. La COCAPRE debe salir a exigirles públicamente a Yasky y cía. que se dejen de dilaciones y de perder el tiempo, y que se convoque –para mediados de agosto– a un gran paro nacional con movilización exigiendo el juicio y castigo a Sobisch.


Declaraciones del jefe de la Policía de Neuquen sobre el ejecutor del asesinato: "Poblete aún hoy es un referente de la policía neuquina"

La impunidad de los responsables

Socialismo o Barbarie, periódico, 19/07/07

La semana pasada, el jefe de la policía neuquina, el comisario general Rolando Figueroa, dijo que el cabo Poblete, único detenido por el asesinato de Carlos, “aún hoy es un referente de la institución”, dándole un contundente respaldo de parte de la jerarquía policial y buscando con esto que éste se abstenga de prender el ventilador y salpicar a “la institución”.

Estas declaraciones son parte una serie de provocaciones que se vienen desarrollando de parte de todos los poderes del Estado. Esta campaña busca desmoralizar a quienes venimos exigiendo que se castigue a los responsables del asesinato de Carlos, en pos de garantizar la impunidad de Sobisch y del conjunto del aparato represivo.

Pasemos revista: la Legislatura provincial dio el primer paso, y después de que la oposición “progre” montase el circo del juicio político a Sobisch cuando el conflicto estaba en su apogeo, los diputados votaron archivar el expediente sin pena ni gloria; Sobisch en su discurso en la escuela de policía le exigía a ATEN que se autocriticara por haber cortado la ruta el día que fusilaron a Carlos; el juez de la causa, Cristian Piana, le otorgó a Poblete el traslado a Zapala (donde vive su familia y su hermano es comisario), y esperó para dar a conocer esta decisión al 4 de julio, día en que se cumplieron tres meses del asesinato de Carlos (más de una semana después de efectivizado el traslado), y tres horas después que Sandra pidiese en el acto frente a la Casa de Gobierno que no trasladen a Poblete. Por otro lado el fiscal del caso declara que quienes desempeñaban los cargos de subsecretario de Seguridad y el jefe del operativo el día que mataron a Carlos, si es que tienen alguna responsabilidad, es por ser negligentes y no asesinos.

Estas actitudes y declaraciones nos muestran el carácter de este Estado. Nos muestran que es un Estado de la clase burguesa, que tiene la función de defender los intereses de los capitalistas y tratar de mantener a los trabajadores y todos los sectores explotados y oprimidos a raya. Y que para poder cumplir su finalidad cuenta con todo un aparato de funcionarios que va desde el presidente y los gobernadores hasta el ùltimo fiscal, pasando por los diputados y jueces. Pero especialmente cuenta con los aparatos de represión del estado sobre el pueblo, es decir, la policía, la Gendarmería y las Fuerzas Armadas, que cuando los patrones o los gobernantes los necesitan salen al choque contra los trabajadores y el pueblo. Y si hace falta, salen a matar, como fue el caso de la Semana trágica, la Patagonia rebelde, el Proceso militar, los asesinatos el 20 de diciembre del 2001, la masacre en Puente Pueyrredón y Carlos Fuentealba, entre tantos otros.

Por eso es que el comisario Figueroa no miente, lo que indigna es el cinismo con que declara su rol social. Poblete es un referente de la Policía, es un “buen policía” que simplemente estaba cumpliendo con el trabajo sucio de la burguesía para el cual fue preparado. Porque en el fondo la policía no es más que la garante de los intereses de una clase social minoritaria, reaccionaria y asustadiza que para mantener sus privilegios condena a la miseria, la explotación y la represión a millones de trabajadores.


El fiscal busca salvar a Sobisch y sus cómplices

Cárcel a Sobisch y a todos los responsables del asesinato de Carlos Fuentealba

Por Martín Primo
Socialismo o Barbarie, periódico, 19/07/07

El 11 de julio, el fiscal Richard Trincheri, que entiende en la investigación del asesinato de Carlos Fuentealba, hizo una presentación ante el juzgado pidiendo el procesamiento de Raúl Pascuarelli, Carlos Zalazar (entonces subsecretario de Seguridad y jefe de Policía respectivamente) y 21 policías más, por estar involucrados de distinta forma en los acontecimientos del 4 de abril.

La información tuvo un gran impacto mediático y creó la sensación que se estaba avanzando en la investigación. Pero, ¿esto es así?

Hasta ahora el único procesado por el asesinato de Carlos es el cabo José Poblete, que es quien efectivamente disparó el cartucho de gas en la cabeza de Carlos. La presentación del fiscal no varía en nada esto.

La acusación de la fiscalía contra Pascuarelli y Zalazar indica que actuaron “con negligencia en el cumplimiento del mandato legal que ambos detentaban en el ejercicio de sus funciones” y que “dicho procedimiento, sin origen en una orden de operación escrita, aun después de logrado el fin que se pretendía cumplir, devino en un desmesurado, descontrolado y anárquico operativo de represión policial” (Río Negro, 12–7).

Por lo tanto, se los acusa por homicidio culposo (sin intención) e incumplimiento de los deberes de funcionario público, todos delitos menores que aseguran la libertad de los procesados, aun cuando se los declare culpables. Y a los otros policías que participaron de la represión junto con Poblete se los acusa de que “deliberadamente omitieron decir la verdad” y que de esta forma ayudaron a Poblete a “eludir la investigación”. Es decir que el fiscal  sostiene la hipótesis de que en la represión hubo excesos, descuidos, negligencias, mentiras y encubrimientos, pero no hubo la intención de matar a Carlos, y que todo se hubiese evitado si la policía hubiese sido más profesional a la hora de reprimir a los trabajadores en lucha.

Es preciso denunciar esta maniobra del fiscal que, al acusarlos por un homicidio sin intención, los libera de su responsabilidad directa y activa en la represión y muerte de Carlos y que, en caso de prosperar esta línea de investigación, le pone un tabique legal a la investigación sobre Sobisch, al mismo tiempo que justifica el derecho a reprimir a los trabajadores en lucha.

Sobisch, Pascuarelli y Salazar son tan responsables como Poblete del asesinato de Carlos Fuentealba. Ese 4 de abril hubo una orden directa de la Gobernación de escarmentar a los docentes que llevaban 30 días de huelga y dar un mensaje a todo el país, que desembocó en una premeditada cacería humana que tuvo como resultado la lógica y previsible muerte de un manifestante.

Por lo tanto, denunciamos la maniobra del fiscal y exigimos cárcel para Sobisch y todos los responsables políticos ideológicos y materiales del asesinato de Carlos.