La
crisis de las elecciones en Córdoba
Un
fraude esKandaloso
Por Adrián Peryam
Socialismo o Barbarie, periódico, 13/09/07
De pronto, lo que era
calma se desvaneció para sacudir a Córdoba, que todavía está en
esa confusión de quien se despierta bruscamente y quiere entender que
pasó. Todo este escándalo desató, sin duda, una profunda crisis
institucional.
La
crisis se abrió porque la gran mayoría de los cordobeses vive con la
sensación de que hubo un escandaloso fraude
en las recientes elecciones a gobernador, y eso hace que la
provincia mediterránea –en cierta forma y tardíamente– de alguna
manera entre en el proceso más general de cuestionamiento
a las instituciones, al cual no había entrado en 2001.
Unas
elecciones que todos preveían tranquilas y con “continuidad”
gubernamental garantizada se transformaron en un remolino
de posiciones, especulaciones y discusiones, en las que se
cuestiona todo y se salpica al gobierno y régimen de los K.
Una crisis político-institucional
Ya
el pasado año señalábamos el profundo cuestionamiento
que venía habiendo hacia la Justicia en la provincia, basado en la pueblada
que incendió los tribunales de Corral de Bustos, como así también
con la marcha del
“perejilazo” del caso Dalmasso, o cuando un jurado popular votó en contra de los jueces ordinarios. Pero
este cuestionamiento era una muy inicial muestra del malestar reinante
en los trabajadores y el pueblo frente a los atropellos de los
sectores de poder.
Lo
del 2 de septiembre es cualitativo.
Se abrió una crisis que no queda solamente en lo electoral, sino que
se extiende hacia todo el
sistema institucional. A partir del fraude, se empieza a poner en
duda todo. Desde las formas de representación, pasando por la
independencia de la “Justicia” y el funcionamiento de los
organismos oficiales como el Correo.
El
sentimiento masivo es que existió
fraude. La gente se movilizó en función de eso. Esto ha generado
un estado deliberativo
entre la población, cuestionando el régimen y su legitimidad y
generando una crisis
institucional que sin duda va a dejar golpeada
la gobernabilidad en la provincia.
El
columnista de La Voz del
Interior Roberto Bataglino, sostuvo el 9 de septiembre que “la
gobernabilidad parece compleja de alcanzar, no sólo por el
pronunciamiento de la Capital (75% de la ciudadanía votó en
contra del candidato oficialista en la principal ciudad de la
provincia), sino por el peso
simbólico de la marcha del jueves 6. Tuvo la magnitud de aquellas
manifestaciones, sin aparatos partidarios, de abril de 1995 contra
Eduardo Angeloz (cayó tres meses mas tarde), y de agosto de 1996
contra Ramón Mestre. Schiaretti aún no asumió. La mano de los
Kirchner será clave para sostener
al probable futuro gobernador de Córdoba”.
Esta crisis tiene su correlato
en las calles. Desde el momento en que se empezó a hablar de
fraude, la gente se empezó a
movilizar. Primero Juez se aprovechó de esto y buscó presionar,
pero cuando se lo empezó a desbordar,
comenzó su discurso de “ir por los canales institucionales”. Así,
si bien todo está cuestionado, por ahora no
se ha escuchado el grito del 2001 de “que se vayan todos”. E,
igualmente, tampoco hay un clamor por que se le dé la
gobernación a Juez.
La marcha del 6 y la apuesta por la “paz social”
A
todo esto, el temor de la burguesía es a posibles desbordes. Es reiterado el pedido de “paz social” y el de que “no
se saque la población a las calles”. La Iglesia, Carolina
Scotto (rectora de la universidad) y demás sectores de la burguesía
también reclaman la “paz social”. Ante la gran expectativa que
hubo frente a la marcha del 6, hicieron de
todo para que no haya movilización o para que resulte lo menor
posible. El gobierno provincial salió a hacer una campaña diciendo
que “venían infiltrados de otras ciudades del país”.
Pero
el juecismo tampoco se preocupó por la
masividad de la movilización. Ninguno de los sectores sindicales
que lo apoyaban movilizó masivamente.
Fue visible su falta de
voluntad para hacerla más grande de lo que fue, dejando en claro
su intención de que esta disputa no
sea en las calles sino lo más institucional posible. El discurso
de Juez por más “incendiario” que parezca, se reduce a una
apelación a la “transparencia
institucional”.
Así
y todo, la movilización fue muy importante, llevando a 30.000 personas a las calles. Juez todo el tiempo tuvo un doble discurso: “no nos vamos a dejar robar” y “todos
tranquilos”. Intentó siempre controlar
las movilizaciones. En la marcha del 6 no
hubo oradores, fue sólo por tres cuadras y, dada la cantidad de
gente, casi ni se caminó,
por lo que fue más concentración
que marcha. No se vio a los sindicatos (muchos de los cuales apoyaron
a Juez en la campaña) movilizando gente, sino que la marcha concentró
un descontento sin banderías, casi sin
cantos, y los pocos que hubo se reducían a pequeños grupos, en
general ligados a algún partido de la izquierda.
Inmediatamente
después de la marcha empezó el operativo de silenciar el tema: los medios la mostraban como de apoyo al
juecismo, pero tampoco se
redujo a eso. Hubo muchos sectores independientes que llegaron a
las marchas indignados por el
fraude. La gente se acercaba a pedir volantes y preguntaba
mucho.
Lo
que queda bien claro es que en la marcha muchos sectores que se
acercaron no acudieron en apoyo de Juez, sino que tuvo un componente
de espontaneidad, tal como viene ocurriendo desde que se denunció el
fraude.
Elecciones, empresarios y fraude
Se
llegó a las elecciones con encuestas que marcaban un triunfo del
oficialismo por un 7 por ciento. Todas daban por ganador a Schiaretti.
Evidentemente, nadie esperaba que Juez hiciera la elección que hizo.
Nadie lo previó y ahí está otra posible explicación del fraude,
preparado desde las encuestas mismas, que cada vez más asumen el
papel de instrumentos de
manipulación político-electoral.
Una
de las claves es que la burguesía cordobesa no veía en Juez a un
posible ganador y le venía muy bien tener una continuidad.
De la Sota ya le había garantizado buenos negocios a los Call Center
de las grandes empresas telefónicas, a los sojeros, a INTEL, a los
Urquía, a la Arcor, a los Roggio y a las automotrices
como Volkswagen, Fiat, Renault y otras.
Por
ende, la continuidad de quien gobernaba le venia como anillo al dedo.
No es lo mismo mantener negocios con quien ya conocen que con el
“excéntrico” Luis Juez. No porque éste fuese a cambiar de fondo
las políticas del gobierno, sino porque siempre es “mejor malo
conocido que bueno por conocer”...
El
delasotismo gastó una fortuna en
la campaña electoral: mucho aviso televisivo, mucho acto público…
Y además, impulsó la campaña del radicalismo, cosa que le venía
muy bien para que le polarizase los votos al juecismo. Por supuesto
que este dinero salió de los empresarios
ligados al delasotismo, que durante todo este gobierno les generó
ganancias fabulosas,
producto de los grandes subsidios recibidos por la provincia y la
coyuntura económica favorable.
La
elección fue irregular por
donde se la mire, con casos que llegan al ridículo:
a)
Ley de lemas encubierta:
había más de 30 boletas en el cuarto oscuro, pero candidatos a
gobernador, sólo unos diez. Otros partidos que apoyaban a un
candidato a gobernador le anexaban esa boleta a la de sus candidatos a
legisladores, lo que explica cómo la alianza del PC con el PS y
sectores del peronismo de izquierda metería dos legisladores.
b)
Se duplicó la cantidad de
votantes por mesa en Córdoba Capital. Lo que significó horas de
cola para emitir el voto, alentando así aún más la deserción, que
ya de por si fue grande (según el fraudulento escrutinio, votó algo
menos del 70% del padrón). Esto favorecía a Schiaretti, porque
disminuía la cantidad de votantes en un distrito desfavorable.
c)
Los punteros dirigiendo el
comicio. Faltante de boletas, presidentes de mesas que no llegan y
punteros que terminan metidos ahí… cosas a las que estamos
acostumbrados.
d)
Cortes de energía en los
barrios durante todo la tarde de la elección.
e)
Las encuestas: durante toda
la campaña los medios levantaban encuestas a favor de Schiaretti.
Cuando son las 18 en punto, los boca de urna dan ganador a Juez. Pero
a las 18:01, con la gente haciendo cola, y en algunos casos tenían
como más de 30 minutos de espera, Schiaretti se proclama ganador,
dando por finalizada la elección
f)
Irregularidades en el recuento
de votos. Fue un verdadero escándalo. Más de 16 horas de
escrutinio. Primero se presentó como ganador a Schiaretti; a las dos
de la mañana, cuando pasó a ganar Juez, se
cae el sistema por un tiempo prolongado. Los periodistas son desalojados
del centro de cómputos. El escrutinio termina a las 10 de la mañana
y encima falta un porcentaje ínfimo de mesas, que no modificaría el
resultado, pero que acercaría a Juez aún más.
g)
Las diferencias entre la
cantidad de votantes a gobernador y a legislador, siendo ambas
obligatorias. Y, por ende, si hay voto en blanco, una de las dos tiene
que figurar como votante y al mismo tiempo aparecen con votos para
gobernador los únicos dos partidos que no llevaban boleta a
gobernador.
h)
Varios partidos hablan de sus
fiscales golpeados, insultados, y todo lo que sabemos que pasa
cuando las elecciones a los burgueses no se le presentan con el
escenario que esperan.
En
fin, hicieron de todo para que gane Schiaretti. Pero el juecismo no es
“santito”: avaló gran
parte de todo esto, salvo los resultados. No dijo nada de la Ley
de Lemas, y sus punteros actuaron de igual manera que los otros.
El fraude salpica al gobierno de K en plena campaña
presidencial
Sin
ningún lugar a dudas, el gobierno K no ha sido ajeno a este problema.
Puso sus huevos en las dos canastas... pero le salió mal. Coqueteó tanto con Schiaretti como con Juez, pero ahora tiene
varios problemas.
La crisis institucional en la provincia generó que se ponga en discusión
la gobernabilidad en una de
las provincias más importantes (tercer distrito electoral del país).
Bajo ninguna circunstancia el gobierno de Schiaretti, en caso de
que le den por ganada la elección y que el kirchnerismo le dé una
soga (lo que ya está ocurriendo), será un gobierno legitimado.
Por
otro lado, el fraude ha tenido un grave impacto
nacional sobre el gobierno K. El propio Luis Juez salió a prender
el ventilador quejándose de que Cristina K “habla de calidad
institucional en forma ideal, mientras a esa institucionalidad se la están llevando puesta en Córdoba”. Fraude en el que no sólo
estaría involucrado el Ejecutivo provincial y la justicia cordobesa,
sino también el correo
oficial, en manos de la administración K y dirigido por Di Cola,
que se había precandidateado a gobernador.
Todo
esto muestra los limites del operativo de relegitimación
institucional K, uno de los terrenos en el que peor le ha ido
Kirchner. Es que, en el fondo, su conservadora opción (aun siendo lo
que es, un gobierno patronal
tradicional) fue por los aparatos:
tanto sindicales como el del PJ. El operativo fue maquillado por el
“apoyo” a varios candidatos a la vez; maniobra que le ha hecho
ruidosa crisis en Córdoba, amén de derrotas electorales en
provincias de importancia como Santa Fe. Para no hablar de la aberración
de que Jorge Julio López cumpla un año como desaparecido y de cómo
se ha venido incrementando el accionar represivo
gubernamental.
Todo
esto significa que en un sentido la crisis institucional expresada en
el 2001 sigue ahí, agazapada, y
en determinado momento podría volver a estallar.
Con una Córdoba sumida en un interminable recuento de votos; con la
probabilidad de un gobierno provincial sin ninguna legitimidad; con
empresarios preocupados… Todos ingredientes de un escenario no muy
favorable para los Kirchner a dos meses de unas elecciones
presidenciales a las que Cristina K llega con el mensaje de avanzar en
la “normalización ” de las instituciones...
Córdoba
La
izquierda, la movilización y la Constituyente
Por
Adrián Peryam
Socialismo o Barbarie, periódico, 13/09/07
Toda
la provincia habla del fraude. Lo que más se escucha es el pedido del
recuento voto a voto, derecho
democrático elemental. Esto se pide fundamentalmente para que se demuestre el fraude. Y también genera polémica que las urnas ya
pudieron haber sido cambiadas. La custodia de las urnas está a cargo
de la policía provincial y la Gendarmería, que tampoco tienen la
confianza de la sociedad.
Otro
planteamiento es el que sostiene que se vuelva a votar, levantado
entre otros sectores por el MST. El argumento del MST: las elecciones
fueron truchas y son parte de la vieja política. Su solución es que
se vote de vuelta el día de las presidenciales. Esta posición tiene
varias aristas; la primera, genera
un ballottage encubierto que le da pie al voto útil: el que no
quiere a Schiaretti lo vota a Juez. O, si van candidatos distintos,
oficialistas versus oposición. Por otro lado, esa posición también
es equivocada porque en la próxima votación también participará lo
que ellos llaman “la vieja política”.
Otra
de las discusiones es el problema de las elecciones como tales: hay
muchos sectores que salen a sostener posiciones del tipo “es un
problema electoral; no hay que meterse porque es hacerles el juego a
los burgueses”.
Pero
esto es parte de la confusión que hay. Un ejemplo fue la marcha del
jueves 6. Era llamada por el juecismo, pero uno no sabía como podría
llegar a terminar, si iba más allá del juecismo o no. Desde ya que había que participar, claro está que sin brindarle ningún apoyo ni
confianza a Juez.
El
tema del apoyo o no a las movilizaciones es importante, porque si bien
la burguesía se acomoda también en función de las movilizaciones,
la posibilidad de desborde
y debatir con todo un sector que se moviliza en contra del
funcionamiento del régimen político permite discutir qué fueron y
qué serán las elecciones burguesas: un mecanismo en el fondo tramposo
y poco democrático, al
que la clase capitalista utiliza para dirimir sus disputas legitimando
su dominación sobre los trabajadores y el pueblo.
En
este marco, el conjunto de las corrientes de izquierda tenemos una
visión distinta a la del MST. De hecho, se ha firmado un comunicado
conjunto por el FIT (IS-PO), el PTS, el nuevo MAS y el Partido Humanista, en
el que se llama, entre otras cosas, a
defender la banca obtenida por
Olivero. [Ver a continuación] El MST fue invitado a la reunión...
pero no asistió.
Como
nuevo MAS, llevamos a la movilización del jueves 6 la posición de
que no se podía confiar ni
en el régimen, ni en las instituciones, ni en Schiaretti, ni siquiera
en el propio Juez. Que la manera de derrotar el fraude y más en
general acabar con todos los mecanismos fraudulentos del régimen de Córdoba
pasa por que la clase
trabajadora se movilice e imponga una Asamblea Constituyente Soberana
que modifique, desde los trabajadores, todo el sistema que nos
rodea.
Declaración común de la izquierda en Córdoba
Ante el fraude y la crisis política provincial
Reproducimos el
comunicado firmado en forma conjunta en Córdoba por el PO, IS, el
nuevo MAS, el PTS y el PH respecto de la crisis desatada en la
provincia por el fraude electoral.
Es una sensación casi admitida por todos, salvo Unión por
Córdoba, que hubo fraude en las elecciones del 2 de Septiembre. Es un
reclamo generalizado la exigencia de que se abran las urnas para
contar nuevamente los votos. Reclamo que hacemos nuestro para saber qué
votaron quienes concurrieron a las urnas el pasado domingo.
Más allá de que siempre hemos considerado fraudulentos
todos los mecanismos que nos impone esta democracia formal, este
fraude, que contó con la complicidad de la Justicia, ya fue
denunciado desde antes por la izquierda, cuando se la proscribió de
los debates públicos, cuando comprobamos durante el comicio que se
robaban nuestros votos o directamente no se los enviaba en las urnas,
y hasta agredían físicamente a nuestros fiscales.
Pero nuestra denuncia se inició con la que consideramos la
estructura que permite el fraude, esto es, una “ley de lemas
encubierta”, mal llamada sumatoria de votos, admitida, utilizada y
defendida por Unión por Córdoba, la UCR y el propio Juez. Que
permite que nos gobiernen los partidos tradicionales que se benefician
con ella y también que obtengan bancas fuerzas que jamás las lograrían
si se postularan solas, dando acceso a la Legislatura a todo
tipo de oportunistas y arribistas. Planteamos la necesidad de la
derogación de este retrogrado mecanismo de elección. Una Asamblea
Constituyente soberana deberá dar respuesta, entre otras necesidades,
a un mecanismo electoral donde no se distorsione la voluntad popular.
Esta crisis sólo podrá resolverse con la participación y
movilización del pueblo. Los dos que se enfrentan para quedarse con
la gobernación sólo han obtenido el apoyo efectivo del 22% del
electorado, es decir que 1.300.000 electores votaron en contra de
ambos o no fueron a votar.
Nuestras fuerzas dan en estos procesos una pelea
absolutamente desigual; por eso, a la banca lograda por el Frente de
Izquierda y los Trabajadores (FIT) la consideramos una conquista de
los trabajadores y el pueblo, y como tal llamamos a defenderla de todo
intento por arrebatárnosla.
Por todas estas consideraciones, las fuerzas firmantes nos
pronunciamos por:
1.
La apertura de todas las urnas para el escrutinio
definitivo.
2.
Una movilización masiva con este reclamo el jueves 13 a
las 18.30 en Colón y Cañada.
3.
La defensa de la banca del FIT que legítimamente ocupará
Liliana Olivero.
Frente de Izquierda y
los Trabajadores (Izquierda Socialista-Partido Obrero), Partido de los
Trabajadores Socialistas (PTS), Partido Humanista (PH), Movimiento Al
Socialismo (MAS)
Los
sectores políticos patronales en pugna
¿A
quién representan delasotistas y juecistas?
Por
Adrián Peryam
Socialismo o Barbarie, periódico, 13/09/07
Si
tomamos el resultado de las elecciones, Córdoba aparece dividida en dos “bloques” electorales. Por un lado, la Córdoba
en que predomina el aparato del PJ delasotista, que es la que vive del campo, sobre todo la de la soja, aunque con
peso de la ganadería y sectores ligados al mundo agrario. Estos
tienen su máxima expresión en toda la
región sur. Al norte de la provincia, podemos encontrar un sector
también ligado al campo, pero mucho más atrasado y que vive de los
subsidios que le brinda el Estado provincial.
Por
otra parte, el sector que habría votado a Juez es el sector más urbano, donde están las grandes fábricas, la concentración
de empleados públicos y una gran población de estudiantes
universitarios. Muchos de los que habrían votado a Juez provienen de
sectores de empleados públicos provinciales.
En
este contexto, vale la pena destacar las importantes luchas del año
pasado, con movilizaciones de 20.000 personas contra el gobierno De la
Sota. También cabe mencionar que en Córdoba capital se encuentra el
40% de la población de toda la provincia, y el PJ nunca
pudo tener peso allí propio como primera fuerza. Desde 1983
siempre dirigió el radicalismo, después Kammerath por el
delasotismo, para que luego ganase Juez como una expresión del 2001
(su única bandera es la de la “transparencia” y la
“honestidad”).
El
delasotismo se dio cuenta de que en la Capital provincial no tiene un
escenario favorable, y con el crecimiento producto de la soja y la
agroganaderia intenta darle mucha trascendencia a la ciudad de Río
Cuarto, buscando convertirla en una segunda capital.
Al
mismo tiempo, esto se expresa en bloque
políticos patronales: el aparato del PJ, con el delasotismo,
basado en el interior; y Luis Juez con un frente en el que aparecen
empresarios, sindicalistas como Varas de la UOM y partidos de
centroizquierda como el PI, el PC y otros sectores vinculados a la
Iglesia.
En
una misma lista estaban un candidato que fue jefe de personal en la
FIAT en el conflicto obrero provincial más importante de los últimos
15 años (1996), junto con el secretario general de la UOM que fue
echado a patadas por los trabajadores de esa misma fábrica durante
ese conflicto.
Entonces,
no sólo se enfrentan dos sectores del kirchnerismo, sino que también
hay una interna de sectores
burgueses de importancia.
En
este contexto, grandes empresarios de la provincia manifiestan su
preocupación por el rumbo que puede tomar la economía en la crisis
provincial. A tal punto que emitieron comunicados preocupados por lo
que pueda pasar con las inversiones, que en los últimos años se han ido concentrando
en Rosario. Sacaron un documento con las definiciones de “paz
social y transparencia” y luego se reunieron con De la Sota (en el
caso de las grandes automotrices). Mientras tanto, la Asociación de
PYMES, dirigida por el juecismo, sacó su comunicado. La preocupación
de los sectores económicos por el desarrollo de la crisis es grande
y cada uno juega su partido en esta crisis. Hay otra discrepancia
sustancial entre los candidatos: la vieja estructura del PJ y un
gobierno de tipo neoliberal por un lado, y la supuesta “renovación
burguesa” que muestra a Juez como un referente de la política post
2001.
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