La
crisis financiera global y la deuda externa
Por
Eduardo Lucita
Boletin
Entorno (Año 5 Número 71). 03/09/07
Finalmente
llegó el tan anunciado estallido de la burbuja inmobiliaria en EEUU.
Se terminó el dinero barato. A diferencia de las anteriores, esta vez
la crisis global tuvo su epicentro en el corazón del primer mundo.
Ya
es una realidad el pronosticado estallido del boom inmobiliario en los
EEUU. Cesación de pagos, derrumbe de los precios de las propiedades,
expansión hacia el resto del mundo, caída de los mercados bursátiles,
subida de tasas en los países periféricos, peligro de recesión
mundial. algo de lo que este diario ha dado ya cuenta en abundancia.
Lo
que diferencia a esta crisis de las anteriores en este período de
globalización -México, Rusia, Asia, Turquía, la propia Argentina-,
es que no se ha dado en la periferia sino en el centro económico del
mundo, y su rápida expansión se explica tanto por el peso de la
economía estadounidense sobre la mundial, como por el hecho de que el
endeudamiento global es casi tres veces la capacidad de producción
mundial (Las estimaciones hablan de 48.000 billones de dólares de
endeudamiento frente a 14.000 billones del PBI total).
Por
estos días un debate recorre el mundo especializado. ¿Se trata de
una crisis de iliquidez o de solvencia? Si fuera lo primero en algún
momento se arreglaría posponiendo una vez más el ajuste, tirándolo
para adelante. Por el contrario si fuera lo segundo una corredera de
quiebras bancarias y financieras recorrería el mundo y el ajuste sería
no solo inevitable sino inminente.
Se
terminó el dinero barato
Nadie
puede pronosticar con certeza el momento en que las turbulencias de
los mercados se tranquilicen pero hay acuerdo que en la base de la
solución coyuntural de la crisis está el desacuerdo de los poderosos
del mundo. Al interior del G7 hay posiciones enfrentadas entre los
EEUU y los europeos y el Japón. Estos están decididos a intervenir
fuertemente en la crisis, en tanto que el país del norte trata de
aprovechar la situación para provocar un ajuste general de la economía
internacional que los deje mejor colocados. En paralelo está también
la disputa por el control monetario entre EEUU y China. En tanto,
Rusia, que ha recuperado su capacidad de disputa, mira de reojo.
Sin
embargo hay una conclusión común a todos los analistas, el período
de gran liquidez ha concluído y el financiamiento para los llamados
países "emergentes" se encarecerá, y particularmente para
Argentina. De hecho la reciente colocación de bonos a Venezuela fue a
una tasa del 10.6% y el propio presidente Chávez debió postergar una
nueva licitación del Bono del Sur.
Y
esto pone nuevamente en primer plano el problema de la deuda. Ya se
habla de dificultades ¿qué tasa habrá que pagar para los 3.000
millones de dólares que vencen antes de fin de año y para los 6.000
del año entrante? ¿Cómo pesarán los pagos en los años venideros?
Informe
con sorpresas
Semanas
atrás se conoció un informe del Ministerio de Economía que daba
cuenta de la evolución de la deuda pública del país entre diciembre
de 2005 y marzo de 2007. Para sorpresa de los no avisados pasó de
128.600 a 136.700 millones de dólares. Y esto teniendo en cuenta que
en el 2006 se cancelaron 9.800 millones con el FMI, cancelación que
sin necesidad se hizo por adelantado. La estrategia oficial del
desendeudamiento partía del supuesto que con este pago se compraba
independencia frente al Fondo, sin embargo las trabas que este
organismo está poniendo para concretar los acuerdos con el Club de
París son apenas una indicación en sentido contrario
¿Cómo
se explica el crecimiento de la deuda? Hay que tener en cuenta que el
41% de ese total esta emitida en pesos ajustable por CER (Coeficiente
de Estabilización y Referencia)
que implica no menos de 5.000 millones al año que se
incorporan al capital adeudado. Esto calculado según los datos de
inflación "retokados" por el Indec (Instituto Nacional
de Estadística y Censos); si se calcularan en base a la inflación real
otros serían los números. Piénsese que la inflación real está
estimada en el triple de la oficial.
Los
intereses se pagan según el compromiso de aplicar una parte del superávit
fiscal, pero las amortizaciones se capitalizan y también se acumulan
al total; además hay que sumar la emisión de Boden (Bonos del
Gobierno Nacional en Pesos) para cancelaciones con el sistema
financiero y, finalmente, los nuevos bonos que se emiten para cancelar
deuda vencida. La sumatoria de todos estos datos es lo que explica el
incremento de 8.100 millones en esos quince meses. Sin exagerar puede
estimarse que, en las condiciones actuales, la deuda se incrementa
automáticamente, según los compromisos contraídos por la
"negociación más exitosa de la historia" según el
presidente de la Nación, en unos 9.000 millones de dólares al año.
¿Cuánto
suma la deuda pública?
El
citado informe del Ministerio de Economía no computa en el total de
la deuda los 26.500 millones de dólares de los tenedores de bonos que
no aceptaron el canje. Sin embargo en algún momento esta situación
deberá resolverse. Habrá que adicionarle intereses vencidos y
descontarle algún porcentaje de quita, que seguramente no será menor
que el ya aplicado al canje anterior. Algunas estimaciones arrojan que
debieran computarse unos 20.000 millones. A esto deben agregarse los
9.000 millones de lo que llamamos ajuste automático, según hemos
calculado más arriba. Por lo que la deuda ascendería a 165.700
millones.
Finalmente
quedaría un importe cuya inclusión puede ser discutible. Se trata de
la deuda, que ya acumula unos 18.000 millones de dólares, por
instrumentos financieros emitidos por el BCRA para retirar del mercado
los pesos que coloca por la compra de dólares para mantener elevado
el tipo de cambio y que día a día engrosan la reservas. Si se los
toma en cuenta la deuda pública total ascendería a 183.400 millones
de dólares (sin contar deudas provinciales de monto incierto)
Según
estos cálculos la relación del endeudamiento público respecto del
PBI (estimado en 240.000 millones de dólares para 2007) sería del
69% en el primer caso y del 76% en el segundo. Los pagos anuales
(capital más intereses) estarían ya en el orden del 10% del PBI.
Nadie
habla de la deuda
El
gobierno nacional y muchos analistas sostienen que las turbulencias
financieras en el mercado mundial no afectarán mayormente a nuestro
país, que la economía está sólida y en realidad no les faltan
argumentos, pero al mismo tiempo ruegan que la crisis no tire hacia
abajo los precios de las principales exportaciones (granos y petróleo).
En tanto los voceros del sector financiero y los ideólogos del
liberalismo ven con alarma la caída de los bonos y la suba del riesgo
país, proponen controlar el gasto público porque ven achicarse el
superávit fiscal, y por lo tanto enfriar la economía y auguran
tiempos difíciles para el nuevo gobierno.
Unos
y otros omiten hablar del peso de la deuda, que ha regresado una vez
vencido el período de gracia posterior a todo canje. Más aún en un
mundo en el que se acabó el ciclo de dinero barato. En los próximos
tres años vencen más de 40.000 millones que habrá que refinanciar a
tasas elevadas.
Así
como están planteadas las cosas la deuda continúa siendo tan ilegítima
e impagable como antes de la "gran negociación". No tiene
solución si se continúa con el círculo perverso del endeudamiento,
o sí la tiene. Saque el lector sus propias conclusiones.
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