A
dos años del argentinazo
Todos a Plaza de Mayo
(Socialismo
o Barbarie –periódico– 04/12/03)
Acto unitario y debate estratégico
El
martes 25 no fue una mañana cualquiera en el barrio San Lorenzo de Neuquen. Ese día el gobierno lanzó un nuevo empadronamiento de
trabajadores desocupados para readjudicar planes asistenciales,
entregar tarjetas magnéticas para comprar solamente mercadería y sólo
en las cadenas que Sosbich autorizara. El objetivo político evidente
es desarticular y terminar con el movimiento de trabajadores
desocupados. La terrible represión, prepotencia policial, los
allanamientos, los heridos de bala de plomo fueron el saldo de este
primer enfrentamiento. La masiva movilización en repudio a la represión
paró el empadronamiento pero pende como una espada de Damocles sobre
el movimiento.
Los
hechos de Neuquen destaparon una discusión nacional en el seno de la
burguesía y sus partidos. ¿Qué hacer con los piqueteros?
Reprimir o dialogar es el debate que recorre a la patronal Argentina y sus partidos. El periodista Joaquín Morales Solá
editorializó, en La Nación del 26 de noviembre las preocupaciones
del presidente: “No son las empresas de servicios públicos las que
agitan la preocupación presidencial. Tampoco la oposición política
–dentro y fuera del peronismo– provoca la inquietud de Néstor
Kirchner. Y el actual curso de la economía no sirve para quitarle el
sueño a nadie. Es, definitivamente, el movimiento piquetero, con sus
formas diversas y sus líderes contradictorios, con su enorme
capacidad parar paralizar la ciudad y crispar el ánimo social, el que
espolea el berrinche y la vacilación del jefe de estado”.
Las
declaraciones de Duhalde criticando a Kirchner por actuar con mano de
seda y reclamando “el Estado, en ciertos delitos, tiene que poner en
marcha una actitud represiva”, terminaron por abrir el debate y la
crisis entre ellos.
Por
su lado La Nación de la descripción de la preocupación de la
burguesía se ha pasado lisa y llanamente a una campaña pro represión.
El filósofo periodista Mariano Grondona, el demócrata de la
cachiporra, lo expresó mejor que nadie en su columna dominical
del mismo diario “una represión prudente y ajustada a
derecho es necesaria...” (destacados nuestros), porque se sabe
que los pobres, los trabajadores, los desocupados, no tienen
derecho a comer, menos a reclamar y menos que menos a cortar calles y
marchar.
Las
diferencias, no deben llamar a error, tanto Kirchner, como Duhalde
o Sosbich quieren terminar con el sector más masivo de la vanguardia
que emergió el 19 y 20 de diciembre del 2001 y que signó esa primera
fase del argentinazo. La discusión es cómo. El objetivo compartido.
Los
gobernadores, los intendentes y el gobierno nacional tienen presiones
distintas. Este teme tener sus propios “Kosteki Y Santillán “ y
terminar como Duhalde adelantando su mandato, por eso prefiere el
camino del diálogo –por el momento–, la integración vía planes,
subsidios a las “pymes piqueteras”, la cooptación, y el
aislamiento político. A esto le agrega la intención de crear
organizaciones de desocupados propias que se sumen a la ya oficialista
FTV. En cambio los intendentes del Gran Buenos Aires están en disputa
territorial con las organizaciones de desocupados, éstas les disputan
el control social en su propio territorio,
donde hasta ayer lideraban sus punteros
y sus mafias.
Pero
lo que todos los luchadores deben registrar es que este debate se ha
hecho público. Y que si públicamente e impúdicamente se pide
“mano dura” es porque el movimiento ha perdido cierto consenso en
la sociedad y está relativamente aislado.
Donde
mueren las palabras: dos
estrategias
Esta
situación de relativo aislamiento no es solo obra del gobierno y la
campaña que los medios reproducen hasta el hartazgo que los
trabajadores desocupados son vagos, como dijo Monseñor Casaretto, o
la de los encapuchados y violentos. Las direcciones mayoritarias del
movimiento de trabajadores desocupados (obviamente nos referimos acá,
a las que a pesar de todas las diferencias, consideramos mínimamente
independientes del Estado burgués) también tiene responsabilidad en
este aislamiento: estas han impulsado una orientación estricta y
cerradamente piquetera que ha favorecido esta situación. Esto se
ha visto agravado por las conductas ultimatistas y burocráticas del
PO.
Desde
el MAS y la FTC hace tiempo que estamos denunciando y batallando
contra esta orientación mayoritaria del Bloque Piquetero. Ya en la
tercera Asamblea Nacional del Bloque (septiembre del 2002) peleamos
para que éste tome como eje de su reclamos la lucha por el trabajo
genuino y la pelea por el reparto de las horas: el Polo Obrero votó
en contra. Planteamos la necesidad de que entre los luchadores se
discuta con los métodos de los trabajadores, con la democracia
obrera: el Polo votó en contra de tan elemental criterio. A
los pocos meses el FTC fue expulsado del Bloque.
El
Partido Obrero tiene parte de responsabilidad en este aislamiento. Su
fundamentación es que “el proceso es así”, “que la vanguardia
es piquetera”, que las expresiones clasistas entre los trabajadores
ocupados “se pueden contar con los dedos de una mano”, que son los
piqueteros los que ganaron “la batalla de las calles”, etc., etc.
Mas allá que las luchas y las expresiones clasistas de los ocupados
son mucho más que los dedos de una mano, el problema es qué
orientación pelea uno en la vanguardia. No hay progresión del
argentinazo si no entran al proceso de lucha y organización los
trabajadores ocupados que siguen siendo mayoritarios en la sociedad.
Hay que preparar la segunda fase del argentinazo y ésta tiene que
encontrar a los ocupados y desocupados pelando por reclamos comunes.
Es que si no se tienden puentes reales y concretos entre la vanguardia
de los movimientos y la mayoría de los trabajadores ocupados, el
aislamiento de esta porción mayoritaria de la vanguardia está
asegurado y su derrota es cuestión de tiempo.
Una
estrategia de unidad de clase, no son solo declaraciones, no pasa solo
por hablar de los ocupados, de aumento de salarios, y del reparto de
horas. Es una práctica política muy concreta, es poner al
servicio de la unidad de clase los actos, los encuentros, las marchas,
es volcarse al apoyo de cada lucha (por mínima que sea) que los
trabajadores ocupados comienzan a dar, es el levantar un pliego
realmente común de reivindicaciones. En caso contrario, no solo se
estará aislando a los trabajadores desocupados, sino que (peor aun)
se estará regalando a la burocracia sindical la mayoría de la
representación de los trabajadores ocupados, que es una clara
orientación del gobierno de K, darle aire a la podrida burocracia
sindical.
Acto unitario y debate estratégico
Para este segundo
aniversario del argentinazo, la ANT (con El MIJD y el POLO a la cabeza)
salió desde hace un mes a convocar a un acto en la Plaza de Mayo de
manera ultimatista y con el método de los hechos consumados.
Intentaron así –inicialmente- apropiarse de una fecha y de un lugar
que es patrimonio de todos los sectores independientes y no de la ANT.
Y menos que menos de Castells y su política profundamente ecléctica
y populista por decir lo menos.
Luego, ante la
posibilidad de que se dividiera el acto, el PO ha retrocedido
parcialmente y se está comenzando a organizar un acto unitario. Es lo
que corresponde, en momentos donde la patronal y el gobierno están intentando derrotar y reprimir a la vanguardia.
Desde el MAS y el FTC
concurriremos con toda nuestra fuerza a dar una batalla política.
En primer lugar, llamando expresamente a los trabajadores a que no
confíen en este gobierno “que no es lo que parece”: “ninguna
confianza en el gobierno de K” debiera ser una consigna explícita
de la convocatoria del acto. Porque se trata de un gobierno que ya
ha dado muestras de sobra de cual es su rumbo: acuerdo con el FMI,
presupuesto a la medida de los acreedores y la firma del ALCA.
Al mismo tiempo,
pelearemos porque los trabajadores ocupados tengan una participación
especial y privilegiada. Por ejemplo, sectores independientes de
los ocupados tienen la posibilidad de participar con columna propia,
como es posible con las secciónales opositoras del SUTEBA. También
para que los oradores que cierren el acto, sean trabajadores ocupados
que vienen librando luchas importantes como los de subtes que han
conseguido las 6 horas, los trabajadores del pescado,
los ferroviarios, los trabajadores de la carne, los propios
docentes, etc.
Para estos objetivos,
llamamos a marchar y a encolumnarse con el MAS y el FTC. Para que este
19 y 20 hagamos una gran columna de unidad de clase contra el
gobierno, por el trabajo genuino, por el reparto de las horas,
contra la flexibilización laboral, por el gobierno de los
trabajadores y el pueblo. Para que por intermedio de nuestros oradores
demos el debate estratégico que está planteado dar y que es
de vida o muerte para el futuro de la vanguardia. Porque
ocupados y desocupados somos una misma clase y tenemos una
misma lucha.
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