Las vueltas

del Argentinazo

 

Intentarán crear un partido unido de revolucionarios

El Partido Comunista se declara opositor al gobierno de Kirchner

Por Isidoro Gilbert (La República, 22/01/04)

El Partido Comunista se declara opositor del gobierno de Néstor Kirchner, aunque valora positivamente algunas medidas enderezadas a luchar contra la impunidad o recrear el sistema judicial, y postula la unidad de todos los revolucionarios, otorgándole un papel importante al Partido Socialista o, al menos, a una de sus alas.

De manera significativa, el secretario del PCA, Patricio Echegaray, destacó días atrás, en un mitin recordando el 86 aniversario de su partido, que "el momento de ruptura de 1918 no fue un momento de ruptura definitiva, sino que siguió el proceso que había de debate en el movimiento revolucionario mundial. Y las idas y vueltas del proceso de la lucha de clases nos van a llevar nuevamente a que todos los revolucionarios que aspiramos a una sociedad socialista volvamos a juntarnos para conformar, no sé con qué forma, un nuevo y único partido de la revolución".

El comunismo local nació de una escisión del socialismo, creado en 1890, y desde entonces se dijo que la ruptura con el reformismo era definitiva. En las elecciones legislativas del año pasado, los comunistas (que integran con el sector trotskista del Partido Socialista de los Trabajadores --PST--, la Izquierda Unida) hicieron listas comunes con el socialismo histórico en distritos importantes como la provincia de Buenos Aires, sin suceso electoral.

En rigor, la experiencia unitaria Izquierda Unida-Partido Socialista no tiene partidarios en esa última agrupación donde, además, conviven varios enfoques de política práctica, especialmente en la Capital Federal o en la provincia de Santa Fe, muy diferentes a lo aplicado en la provincia de Buenos Aires.

Echegaray sostiene que "el desafío de esa nueva fuerza tendrá que ser abordar el corazón, conciencia y voluntad de grandes masas, que hoy tienen un grado importante de influencia por parte de esos partidos del sistema, y que algunas desgracias como la pobreza, la indigencia estructural, favorecen prácticas clientelísticas que complican bastante la lucha por disputar la hegemonía sobre el conjunto de las masas populares".

Pero "éste es el camino y tenemos que construirlo así; y por este enfoque de oposición que no es sistemático, sino que es desde un proyecto, nosotros podemos valorar todos los gestos de perfeccionamiento institucional. Por supuesto para nosotros es mejor que en la Corte Suprema de Justicia estén los miembros que han sido designados en el nuevo período que los anteriores como los menemistas fundamentalistas que fueron desplazados, y si se reemplaza la cúpula militar no echamos eso en saco roto". 

Contra la política económica

Sin embargo, "decimos que los que vienen forman parte de la misma estructura militar formada en la doctrina de seguridad nacional, y estamos de acuerdo en que se meta mano a las mafias policiales y que se invite a Fidel y Chávez, pero naturalmente nosotros tenemos la obligación de denunciar, y lo hacemos, que ni en un momento de borrachera (Carlos) Menem y (Domingo) Cavallo soñaron con que se iba a decretar un superávit primario del tres por ciento para garantizar pagos de deuda externa al FMI".

Para el PCA hace falta una oposición que señale estas cosas, "que marque los peligros de este doble discurso, porque, es claro, así siempre se fortalece a la derecha. Entonces, hace falta una oposición que denuncie el contenido de esta ley fundamental de la nación (el Presupuesto) que se aprobó con una acción emblocada no sólo del Partido Justicialista, sino de la Unión Cívica Radical, y con la sola oposición muy digna de los compañeros (nuestros) y otros de izquierda y avanzados que los acompañaron".

El PCA tiene una nueva táctica, que "es ir construyendo alternativa aparte de articular oposición. El partido único del sistema quiere que no haya oposición y eso es peligroso. Ese afán de poder puede ser muy atractivo en un primer momento, pero después nos va a debilitar. Por lo tanto, nosotros vamos a seguir en esta política, vamos a articular a todos los sectores que se opongan a los elementos de continuidad neoliberal".

Reuniones por la unidad, sin éxito

De todas maneras, Echegaray aclaró que el gobierno no va "a continuar en la misma tesitura fundamentalista que Menem y (Fernando) De la Rúa. Pero van a tratar de que la disyuntiva se presente entre neoliberalismo y una nueva etapa del modelo neoliberal basada en destinar un saldo de la balanza comercial al pago de la deuda y la exportación de ganancias de las transnacionales, manteniendo achatado el consumo para que haya grandes saldos exportadores".

El discurso de Echegaray es cauto respecto de la líder del ARI, Elisa Carrió, que supone también liderar a la oposición progresista. La consigna de la "unidad de los revolucionarios" no es novedosa: hubo intentos en el pasado reciente de avanzar en esa dirección con los trotskistas del Partido Obrero.

Un atajo pareció nacer con los intentos de unidad política de las organizaciones piqueteras, que se reconocen amparadas por el paraguas político de distintas entidades de izquierda leninista. Por caso, el comunismo, el Partido Obrero, y otros, con influencia en el Movimiento Territorial de Liberación (el PC) o el Polo Obrero (el PO).

Pero reuniones realizadas en la sede central del PCA están por ahora estancadas, aunque el próximo 26 de enero saldrán a manifestar en conjunto con otras organizaciones de desocupados organizados, dando fin, si se quiere, a cierta "tregua" con el gobierno.

El PCA pide un programa de redistribución del ingreso, destinar la plata para pagar la deuda externa a desarrollar el mercado interno, pide "que se avance en un enfrentamiento más enérgico con el ALCA, no al ALCA light", y "no tenemos que permitir que avancen los procesos de militarización de Argentina en proyectos norteamericanos".

Es en referencia a proyectos de maniobras conjuntas que hoy están en controversia con los norteamericanos por exigencias de inmunidades para sus tropas que el gobierno argentino no otorga.

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