Kirguizistán: el día después
BBC News, 25/03/05
La república central asiática de Kirguizistán inició su primer
día en manos de la oposición, tras 24 horas de masivas
manifestaciones antigubernamentales y de desórdenes que llevaron al
presidente Askar Akayev a abandonar el poder.
Según reportes de agencias rusas indican que Akayev dijo que su
salida del gobierno es "inconstitucional", y que su estadía
fuera del país es "temporal".
No existe confirmación de estos comentarios y se desconoce su
paradero, aunque otros informes indican que Akayev abandonó el país
con su familia y posiblemente se encuentre en la vecina república de
Kazajstán.
Ayer, miles de manifestantes salieron a las calles de la capital,
Bishkek, y tomaron el palacio presidencial.
Durante la noche hubo saqueos de tiendas y varios locales fueron
incendiados. Se informó que tres personas murieron en los incidentes.
La oposición formó el Consejo Coordinador de Unidad Popular (CCUP),
que cumplirá las funciones del gabinete de ministros, en un intento
de reunir a varios grupos opositores al gobierno.
Uno de los líderes opositores, Kurmanbek Bakiyev, afirma que el
Parlamento lo nombró presidente interino y prometió celebrar nuevas
elecciones en junio.
Aunque la chispa que detonó las manifestaciones fueron las
acusaciones de fraude en los recientes comicios parlamentarios, según
los corresponsales en la región existe un desencanto general por la
pobreza, el desempleo y la corrupción oficial.
El presidente Askar Akayev gobierna Kirguizistán desde que se
convirtió en una república independiente en 1991 tras la caída de
la Unión Soviética.
Reacciones
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, le ofreció refugio al
presidente Akayev en su país.
Putin también criticó la manera "ilegal" en que la
oposición obtuvo el poder en Kirguizistán, pero dijo que su gobierno
está listo para cooperar con la nueva administración.
Rusia tiene una base aérea militar en
Kirziguistán.
Washington señaló que es gratificante ver como los eventos en
Kirguizistán transcurren hacia un proceso democrático y un gobierno
estable.
La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, dijo que
todas las partes deben abandonar la violencia y que la comunidad
internacional debe promover elecciones.
Sin embargo, el embajador de Kirguizistán en Washington, Baktybek
Abdrissaev, defendió al presidente Askar Akayev.
En entrevista con la BBC, Abdrissaev afirmó que el presidente
había sido electo de forma legítima por el pueblo de Kirguizistán y
que la constitución lo respaldaba.
El embajador describió los eventos en su país como un golpe
orquestado por una oposición respaldada por grupos que calificó de
criminales y por otros países.
China, que comparte la frontera con Kirguizistán hizo un llamado a
la calma.
Semana de protestas
Las protestas comenzaron después de una segunda ronda de las
elecciones parlamentarias el pasado 13 de marzo, cuando los
movimientos de oposición vieron su número de escaños reducido
sustancialmente.
Durante la semana, grupos opositores locales se tomaron las
instalaciones gubernamentales de tres ciudades del sur del país.
En la capital, Bishkek, lo que comenzó como una marcha de cientos
de personas desembocó el jueves en miles de personas desfilando por
las calles pidiendo la renuncia del presidente Akayev.
Los manifestantes ocuparon el palacio de gobierno de manera
pacífica, pues la policía abandonó sus puestos de vigilancia. Luego
ondearon banderas kirguises desde las ventanas.
Poco después, la Corte Suprema de Justicia anuló las elecciones
parlamentarias que desataron las protestas.
Los analistas han puesto sus ojos en la situación en este país
por su cercanía a Afganistán.
Además, Kirguizistán está en "la región más densamente
poblada y pobre de Asia Central, y es un semillero de fundamentalismo
islámico", según explica Dovlat Quadrat del Servicio de Asia
Central de la BBC.
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