Uzbekistán:
el
presidente afirma que el viernes murieron 10 soldados y 'muchos más'
rebeldes – Acusa a una corriente islamista
Activistas
humanitarios y habitantes locales denuncian que unos 500 civiles
murieron cuando se disparó contra una protesta popular
Agencia
EFE, Moscú, 14/05/05
Moscú.-
El presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, ha acusado a una
corriente islamista de organizar los desórdenes en Andizhán,
donde desde el viernes se registran enfrentamientos entre el Ejército
y rebeldes. Karimov ha afirmado que el viernes murieron 10 soldados y
"muchos más" rebeldes, a los que tildó de "criminales
armados". Según fuentes humanitarias, los fallecidos en los
disturbios podrían ser unos 500.
"Los
desordenes fueron organizados por los 'akramitas' una nueva corriente
del (movimiento fundamentalista proscrito) Hizb–ut–Tahrir",
afirmó Karímov en una comparecencia ante la prensa en Tashkent, la
capital de ese país de Asia Central.
Agregó
que los "extremistas", movidos por el "odio y el
rechazo del desarrollo laico" del país, se dedican a captar
almas entre la juventud con el objetivo de crear "un califato islámico"
en Asia Central, según la agencia rusa Interfax.
"Conocemos
los nombres de los líderes de esa corriente, cuyo objetivo es
derrocar el orden constitucional actual y establecer un régimen islámico",
afirmó el jefe de Estado uzbeko.
Según
Karimov, los servicios secretos establecieron que los cabecillas
rebeldes mantuvieron conversaciones telefónicas con supuestos cómplices
en Afganistán y la vecina Kirguizistán, donde una revuelta popular
desbancó el marzo al régimen de Askar Akáyev.
Disparos
contra los manifestantes
Activistas
humanitarios y habitantes locales han denunciado que unos 500 civiles
murieron cuando el Ejército empleó las armas contra un grupo de
rebeldes armados y una multitudinaria protesta popular, y que la mayoría
de las víctimas es civil.
El
presidente declaró que las tropas entraron en acción sólo después
de que fracasaran los intentos de persuadir a los rebeldes a que se
rindieran o abandonaran Andizhán y cuando éstos plantearon la
demanda "inadmisible" de liberar a sus ideólogos
encarcelados.
Karímov
recordó que previamente los rebeldes atacaron un puesto policial y
una unidad militar para capturar armas y donde –afirmó–
"fusilaron" a una decena de agente y soldados, y liberaron
de la prisión local a unos 600 prisioneros.
También
indicó que los protagonistas de los desordenes capturaron como
rehenes a una veintena de agentes y funcionarios y que, tras ocupar el
Ayuntamiento de Andizhán, llamaron a sus familiares y amigos para que
formaran un "escudo humano".
El
mandatario uzbeko, en el poder desde 1989, señaló que parte de los
rebeldes huyeron a Kirguizistán (donde este sábado miles de
refugiados intentan cruzar la frontera cerrada) y prometió no emplear
la fuerza contra los civiles que vuelven a manifestarse en Andizhán.
La
rebelión se extiende
La
violencia que azota la localidad uzbeka de Andizhán parece haberse
extendido por otras zonas del país. En las últimas horas, los
manifestantes han ocupado los edificios gubernamentales de una
localidad de la frontera de Uzbekistán con Kirguistán y han abierto
fuego contra coches de Policía y atacado a guardias fronterizos, según
informaron fuentes del Gobierno.
Los
últimos choques se declararon en Korasuv, a unos 50 kilómetros al
este de Andizhán, donde han muerto decenas de personas en las últimas
horas.
La
Policía uzbeka y las oficinas de la Policía fiscal fueron
incendiadas, y varios coches policiales resultaron destrozados, según
dijo un funcionario kirguís bajo el anonimato. Mientras, helicópteros
uzbekos fueron vistos sobrevolando la localidad.
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