China:
Choque mortal sin precedentes entre
campesinos y policías chinos
Los
agricultores emplearon explosivos y los agentes dispararon
Por
Rafael Poch
Corresponsal en Pekín
La Vanguardia, 10/12/05
Las
protestas de campesinos aumentan cada año en China pero la de
Dangzhou, al sur, tuvo la peculiaridad de la violencia con la que se
empleó la policía y la resistencia de los manifestantes, también
violenta, que acabó con al menos cuatro muertos.
Los
vecinos de Dangzhou aseguran que se están produciendo detenciones, y
que muchos jóvenes han huido o se han escondido. La policía
antidisturbios china disparó contra campesinos que protestaban por la
expropiación de sus tierras, ocasionando por lo menos cuatro muertos.
Los hechos ocurrieron el martes en la localidad de Dangzhou, un pueblo
de pescadores de la costa de la provincia de Guangzhou, de la que Cantón
es la capital.
El
pueblo mantenía un pleito con las autoridades por la construcción de
un parque eólico que ocupó terrenos de la comunidad. Al parecer, los
vecinos no estaban de acuerdo con las indemnizaciones establecidas,
explicó el jueves en un comunicado Amnistía Internacional.
Este
tipo de conflictos son crónicos en China, donde desde principios de
los ochenta entre 30 y 40 millones de campesinos han sufrido
expropiaciones de tierras que dan lugar a enfrentamientos violentos en
infinidad de ocasiones. Lo nuevo de este caso es el uso de armas de
fuego por parte de la policía con resultado de muertes, así como la
resistencia de los vecinos.
Al
parecer, la comunidad en la que viven unos 10.000 vecinos hizo frente
a la policía con botellas de líquido inflamable y cartuchos de
dinamita, que los pescadores usan para pescar. La policía hizo fuego
con pistolas y fusiles AK, en una situación sin precedentes por ambos
lados, que se está investigando.
Desde
ayer el pueblo está rodeado y fuertemente vigilado. Vecinos
contactados por teléfono por la agencia Reuters, estimaron en más de
diez el número de muertos. Los vecinos dijeron que se están
produciendo detenciones, y que muchos jóvenes han huido o se han
escondido para evitarlas. Los medios de comunicación chinos no han
informado del caso, como suele ocurrir.
Las
autoridades de la provincia de Guangzhou han destacado en diversas
ocasiones por la dureza de sus respuestas a las protestas. El año
pasado se registraron 74.000 protestas con incidentes en China, unas
20.000 más que el 2003, según la estadística oficial.
El
tiroteo de Dangzhou se produce tras la ambigua conclusión de una insólita
visita a China del relator de la ONU para la tortura, Manfred Nowak.
La visita de 12 días de duración, iniciada a finales de noviembre,
fue, en sí misma, un signo esperanzador. Aprobada por las máximas
autoridades chinas con promesa de libre acceso a cárceles y
entrevistas a solas con presos, seguía a toda una serie de obstáculos
interpuestos por las autoridades de EE. UU. a Nowak, que impidieron
algo similar en la base de Guantánamo. Ese precedente dejaba muy bien
la imagen de China, ya que incluso se le autorizó a visitar cárceles
de Tíbet y Xinjiang, dos regiones muy complicadas para Pekín, pero
en la práctica las cosas se torcieron.
Nowak
dijo al final del viaje que su delegación había estado
"vigilada", que la policía impidió a ciudadanos hablar con
él. Su conclusión ha sido que China necesita un sistema judicial
independiente y demás mecanismos de control. También que la tortura
se aplica sistemáticamente en los centros de detención chinos, pese
a que está prohibida por ley. Estas consideraciones provocaron el
malestar del portavoz chino de Exteriores, Qing Gang.
Protesta
por la expropiación de tierras. Primera represión a tiros por parte
de las autoridades tras los hechos de Tiananmen.
La
policía china abre fuego contra manifestantes
Por
Pierre Haski
Corresponsal en Pekín
Libération / El Periódico, 10/12/05
Las
fuerzas del orden chinas no habían abierto fuego sobre manifestantes
desde la masacre de la plaza de Tiananmen, en 1989. Este tabú de más
de 15 años se ha roto esta semana en la ciudad de Dongzhou, en la
provincia del Guangdong (sur), cuando la policía paramilitar disparó
contra campesinos que protestaban por la expropiación de sus tierras.
Resultado: al menos dos muertos, hasta 20, según algunos habitantes.
Las
autoridades se mantienen mudas y la prensa china ha recibido la orden
de no informar sobre estos acontencimientos. Ayer, la ciudad estaba
totalmente rodeada por la Policía Armada del Pueblo (PAP) y los
periodistas que intentaban llegar fueron detenidos y expulsados. Los
pocos testimonios que llegan de Dongzhou hablan de detenciones y de
mucha tensión social, tres días después del tiroteo del martes,
revelado por la radio Free Asia (financiada por Washington).
Cócteles
molotov
Los
incidentes se produjeron después de varios días de manifestaciones
de miles de campesinos. Cuando la policía intervino para poner fin al
movimiento, fue recibida con cócteles molotov que hirieron gravemente
a un oficial, según el diario South China Morning Post. Los policías
abrieron fuego.
Una
vez más, es el tema de la tierra el que está en el centro del
conflicto. Centenares de manifestaciones y de movimientos de protestas
tuvieron lugar este año por todo el país a raíz de este asunto, que
ha echado a más de 60 millones de campesinos fuera de sus tierras en
los últimos años. Unas tierras que pertenecen al Estado, lo que
permite a las autoridades locales disponer de ellas fácilmente. El
motivo siempre es un proyecto industrial, de infraestructura o
simplemente la expansión urbana, pero son sobre todo las
indemnizaciones, la corrupción de las autoridades locales y la
imposibilidad de recurso lo que muestra la arbitrariedad de las
medidas.
Corrupción
del poder local
En
el caso de Dongzhou, ironías del destino, es un proyecto "ecológico"
de producción de energía eólica el que ha desatado la cólera de
los campesinos. El aumento de las protestas, en particular en el
campo, inquieta mucho a los dirigentes chinos. Hace un año, el
Gobierno central aprobó nuevas directivas para frenar la confiscación
de tierras e impuso reglas estrictas para las indemnizaciones. Pero,
como ocurre a menudo en China, los poderes locales encuentran mil
maneras de esquivar los decretos llegados de la capital y siguen
permitiendo que la arbitrariedad reine a expensas de los campesinos.
El
año pasado, según una estadística oficial, China registró 70.000
manifestaciones, seis veces más que en el 2003. El ritmo continúa,
sobre todo en Sichuan, Hebei y Mongolia Interior (región autónoma de
la República Popular China).
La
policía uso armas de fuego contra una protesta comunal, en la que se
usaron botellas de liquido inflamable y explosivos, un cuadro sin
precedentes
Varios
muertos por disparos policiales en una protesta en el sur de China
Por
Rafael Poch
Corresponsal en Pekín
La Vanguardia, 09/12/05
La
policía antidisturbios china disparó contra campesinos que
protestaban contra la expropiación de sus tierras, ocasionando por lo
menos cuatro muertos. Los hechos ocurrieron el martes en la localidad
de Dangzhou, un pueblo de pescadores de la costa de la provincia de
Guangzhou, de la que Cantón es la capital.
El
pueblo mantenía un pleito con las autoridades por la construcción de
un parque eólico que ocupó terrenos de la comunidad. Al parecer, los
vecinos no estaban de acuerdo con las indemnizaciones establecidas,
explicó el jueves un comunicado de la organización de derechos
humanos "Amnistía Internacional".
Este
tipo de conflictos son crónicos en China, donde desde principios de
los ochenta entre 30 y 40 millones de campesinos han sufrido
expropiaciones de tierras, y dan lugar a enfrentamientos violentos en
infinidad de ocasiones.
Lo
nuevo de este caso es el uso de armas de fuego por parte de la policía
con resultado de muertes, así como la resistencia de los vecinos.
Al
parecer, la comunidad en la que viven unos 10.000 vecinos hizo frente
a la policía con botellas de líquido inflamable y cartuchos de
dinamita, que los pescadores usan para pescar. La policía hizo fuego
con pistolas y fusiles AK, en una situación sin precedentes por ambos
lados, que se está investigando.
Desde
ayer el pueblo está rodeado y fuertemente vigilado. Vecinos
conectados telefónicamente por la agencia Reuters, estimaron en más
de diez el número de muertos. Los vecinos dijeron que se están
produciendo detenciones, y que muchos jóvenes han huido de la
localidad, o se han escondido, para evitarlas. Los medios de
comunicación chinos no han informado de este caso, como suele ser
habitual.
Las
autoridades de la provincia de Guangzhou han destacado en diversas
ocasiones por la dureza de sus respuestas a las protestas.
El
año pasado se registraron 74.000 protestas con incidentes en China,
unas 20.000 más que al año precedente, según la estadística
oficial.
El
tiroteo de Dangzhou tiene lugar tras la ambigua conclusión de una insólita
visita a China del relator de Naciones Unidas para la tortura, Manfred
Nowak. La visita de 12 días de duración de Nowak, iniciada a finales
de noviembre, fue, en si misma, un signo esperanzador. Aprobada por
las primeras autoridades chinas con promesa de libre acceso a cárceles
y entrevistas a solas con presos, seguía a toda una serie de obstáculos
interpuestos por las autoridades de Estados Unidos a Nowak que
impidieron algo similar en la base de Guantánamo.
Ese
precedente dejaba muy bien a China a efectos de imagen, ya que incluso
se autorizó al relator visitar cárceles de Tibet y Xinjiang, dos
regiones muy complicadas para Pekín, pero en la practica las cosas se
torcieron. Nowak dijo al final de su viaje que su delegación había
estado "vigilada", que la policía impidió a toda una serie
de ciudadanos hablar con él. Su conclusión ha sido que China
necesita un sistema judicial independiente y demás mecanismos de
control. También que la tortura se aplica sistemáticamente en los
centros de detención chinos, pese a que está prohibida por ley.
Estas consideraciones provocaron el malestar del portavoz chino de
exteriores, Qing Gang.
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