Sudeste asiático
De cómo EEUU regaló
toda una región a China
Por
Tim Shorrock
Inter Press Service (IPS), diciembre 2005
Estados Unidos pierde
aceleradamente influencia en el sudeste asiático ante China, a causa
de su obsesión con el terrorismo y de su tendencia a ubicar lo
bilateral por sobre lo multilateral, según expertos de ambos países.
"China acertó al
tratar con Asia sudoriental como región y con su muy dinámica política
de relacionamiento con la ASEAN", dijo Catharin Dalpino, experta
en asuntos asiáticos de la estadounidense Universidad de Georgetown y
funcionaria del gobierno de Bill Clinton (1993–2001).
"Esto también la
ayuda muchísimo en sus relaciones bilaterales con el sudeste asiático",
agregó Dalpino.
La ASEAN (Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático) está integrada por Birmania,
Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur,
Tailandia y Vietnam.
Frente al enfoque
regional de China, Estados Unidos es "notoriamente y casi
gratuitamente bilateral en Asia sudoriental", sostuvo Dalpino. De
hecho, recordó, no habrá representantes de Washington en la primera
Cumbre de Asia Oriental, que se realizará el próximo miércoles en
Kuala Lumpur.
Además de los países
de Asean, China, Corea del Sur y Japón, participarán en la cumbre
Australia, India y Nueva Zelandia.
Al convertir el sudeste
asiático en su segundo frente en su guerra mundial contra el terror,
el gobierno de George W. Bush dejó en claro que "se preocupa
menos en otras áreas de la política", consideró Dalpino, en un
foro sobre China y la región patrocinado por la filial estadounidense
de la Fundación Sasakawa para la Paz.
Minxin Pei, director
del Programa Chino del estadounidense Fondo Carnegie para la Paz
Internacional, coincidió con Dalpino en que Washington "ha
cedido la región a la iniciativa china".
La política
militarista de Estados Unidos tras los atentados que el 11 de
septiembre de 2001 dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington
fueron fundamentales en su pérdida de influencia en el sudeste asiático.
Pero Minxin remontó el
inicio de esta tendencia a la crisis económica que desde la región
se propagó a todo el mundo en 1997 y 1998. El gobierno de Clinton usó
entonces su poder en el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
imponer a los países asiáticos soluciones que contemplaban, más
bien, los intereses estadounidenses.
Durante la crisis,
"Estados Unidos le demostró a los países de Asia oriental que,
realmente, no le importaban", sostuvo el experto.
A la inversa, la misma
crisis fue el punto de encuentro de China con el resto de Asia, según
Ren Xiao, director del Departamento de Estudios sobre Asia–Pacífico
del Instituto para Estudios Internacionales de Shangai.
Luego de décadas de
ajenidad, coincidentes con la guerra fría, China y Asean comenzaron a
enmendar sus vínculos a comienzos de los años 90. Desde entonces,
sus "necesidades recíprocas" de seguridad económica y
militar "se convirtieron en la fuerza motriz de la relación",
dijo Ren.
Para mediados de los
90, China ya se había convertido en miembro del Foro Regional de la
Asean, un influyente grupo de discusión sobre seguridad en que
oficiales militares de toda la región deliberaban sobre defensa misilística,
piratería y otras cuestiones.
Pero el hito fue la
decisión de China, en 1997, de no apreciar su divisa, el yuan, lo
cual "ayudó a estabilizar el orden económico regional",
sostuvo Ren.
Poco después,
comenzaron las reuniones anuales del "Asean más tres", a
las que se incorporaban a los 10 países del bloque China, Corea del
Sur y Japón. "Fue entonces que comenzó el proceso de cooperación
de Asia oriental", consideró el experto chino.
Estados Unidos y China
alcanzaron en 1999 el acuerdo que permitió al gigante asiático
ingresar en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Los gobiernos
de la Asean comenzaron a temer por el impacto del comercio
chino–estadounidense en la región.
Pero China resolvió
aventar esos temores al proponer un acuerdo de libre comercio con el
bloque, que a la postre se firmó en 2002.
En los últimos tres años,
las epidemias del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) y gripe
del pollo y el acelerado aumento del comercio intrarregional acercaron
aún más a China con el sudeste asiático.
El proceso culminó en
2003, cuando China se convirtió en la primera nación fuera de la
región en firmar el Tratado de Amistad y Cooperación de la Asean.
Luego, le siguieron Japón y Rusia. Mientras, Estados Unidos se negó
a integrarse por sus objeciones al proceso político en Birmania.
Hoy, China es el
segundo socio comercial de la Asean, y el intercambio bilateral podría
alcanzar los 200.000 millones de dólares para 2010. El comercio ya
creció 40 por ciento desde 2002, y alcanzó 106.000 millones de dólares
en 2004.
Pero la política
exterior china tiene poco que ver con el altruismo, según Ren.
"Su modo de pensar tiene mucho que ver con su ubicación geográfica.
Es decir, debemos tener una vecindad estable y pacífica", explicó.
Pero Pei sugirió que
la intención de Beijing es menoscabar el papel de Washington como
superpotencia en la región.
"China tiene mucho
temor de que Estados Unidos desarrolle alianzas estratégicas que
puedan ser utilizadas para contenerla", consideró. Pero hoy, con
Japón de capa caída, "China es indiscutiblemente la potencia
regional en la percepción del sudeste asiático".
De todos modos, los países
de Asean no quieren ser vistos como satélites de China. En ese
sentido, esgrimen sus vínculos con China para promover alianzas con
otras grandes potencias, según Pei. Ésa es, para él, la razón por
la cual India ha estado tan activa en la región en los últimos años.
En ese contexto, la
decisión de la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos,
Condoleezza Rice, de no asistir a la cumbre de Asean en julio
"fue un gran error", afirmó Dalpino. El gobierno de Bush
"no está interesado en participar en el proceso regional",
añadió Ren.
La última declaración
oficial estadounidense sobre el sudeste asiático fue pronunciada en
octubre, cuando la prensa le preguntó a Eric John, un funcionario en
la cuarta fila de las jerarquías del Departamento de Estado
(cancillería), por qué este país estaría ausente en la cumbre de
Kuala Lumpur.
"Es lo que nos
preguntan todo el tiempo: ¿cuál es nuestra política sobre la cumbre
de Asia oriental? Con toda franqueza, no hemos determinado una política
porque la cumbre de Asia oriental, si se la analiza, es una caja
negra... Nadie sabe qué es la cumbre de Asia oriental más allá de
una reunión de líderes."
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