Nuevo aumento de los
disturbios en China
Por Rafael Poch
Corresponsal en Pekín
La Vanguardia, 19/01/06
Los disturbios sociales
son una enfermedad en aumento en China. Fueron 58.000 los casos
registrados en 2003, 74.000 en 2004, un aumento del 28%, y 87.000 el año
pasado, un 6,6% más respecto al año anterior. Todo según la estadística
oficial divulgada esta semana por el Ministerio de Seguridad Pública.
De esa estadística se desconoce casi todo; cómo se elabora, cual es
el criterio para clasificar un disturbio como “incidente de masas”
y mucho más. Lo que está claro es que divulgando estas cifras, que
podrían guardarse como “confidenciales”, las autoridades
advierten – se advierten – de que la situación social está
cargada, y que hay que tomar medidas de diversa índole para hacerla
frente.
Buena parte de los
disturbios, frecuentemente los más graves, son reacciones a
confiscaciones de terrenos agrícolas sacrificados a la urbanización
y el avance de las infraestructuras, muchas veces gestionados de forma
fraudulenta por autoridades locales en incestuosa alianza gangsteril
con grupos empresariales. La ausencia de instituciones independientes
fuertes capaces de ejercer de contrapeso, convierte el abuso en
irremediable y muy difícil de combatir, por enérgica que pueda ser
en algunos casos la voluntad del gobierno central.
Un informe de la
organización de derechos humanos con centro en Estados Unidos,
“Human Rigths Watch”, estima ésta semana que el gobierno chino ha
reaccionado al aumento de los disturbios, “reprimiendo de forma
diversa a los manifestantes y sus aliados, así como reprimiendo la
divulgación de informes y de organización de protestas sobre todo en
Internet”. China contabiliza 60 ciudadanos encarcelados por delito
de opinión pacifico a través de la red, dice. El informe cita
“crecientes restricciones” de la libertad de prensa desde que el
actual Presidente Hu Jintao llegó al poder.
El portavoz del
ministerio de exteriores chino, Kong Quan, respondió a este informe,
diciendo que Human Rights Watch, “siempre ha mantenido un fuerte
prejuicio contra el gobierno, el pueblo y las realidades de China” y
que, sus informes anuales, “siempre mezclan y sacan de contexto
cuestiones que están por completo motivadas políticamente”. El
portavoz también dijo que China ha realizado “esfuerzos sin
precedentes” para mejorar los derechos civiles, auque aun tiene
mucho trabajo por delante.
“Como cualquier otro
país en desarrollo, limitado por sus características, su historia y
niveles de desarrollo político y económico, China tiene terreno para
mejorar”, dijo el portavoz.
Limitada por la
ausencia de un sistema judicial independiente, la buena voluntad
institucional del gobierno central se estrella contra la realidad en
asuntos como la campaña oficial contra el generalizado uso de la
tortura en interrogatorios. Según publicó ayer el “China Daily”,
los interrogatorios de sospechosos de corrupción deberán ser
grabados en vídeo a partir de marzo, en el marco de un plan oficial
para poner coto a las “confesiones” arrancadas mediante violencia.
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