Estados
Unidos–India
Seguridad
es clave en nuevo vínculo
Por
Praful Bidwai
Inter Press Service (IPS), 01/03/06
Nueva Delhi.– La
visita de tres días a India del presidente de Estados Unidos, George
W. Bush, marca la intención de ambos países de consolidar su alianza
política y especialmente la militar, a pesar de retrocesos en la
cooperación nuclear.
El nuevo vínculo
marca un viraje respecto de la política internacional y de seguridad
de India, que durante décadas se ha enorgullecido de su carácter
independiente y no alineado que le valió el carácter de portavoz de
los países del Sur en desarrollo.
Paradójicamente, un
afianzamiento de la alianza estratégica entre Washington y Nueva
Delhi debe eludir diferencias en materia de armamentismo nuclear.
India no ha firmado el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares
y posee este tipo de arsenal.
Contrariamente a lo
que se esperaba, parece poco probable que Bush y el primer ministro
indio Manmohan Singh alcancen un acuerdo que acelere la vigencia del
acuerdo de cooperación nuclear firmado por ambos países en julio
pasado.
Representantes de los
dos gobiernos participaron en otra ronda de negociaciones la semana
pasada, pero no lograron allanar diferencias sobre la separación de
las instalaciones nucleares civiles indias de las militares, y de
admitir en las civiles las inspecciones de la Agencia Internacional de
Energía Atómica.
Este lunes, Singh
descartó ante el parlamento la inclusión en la lista de
instalaciones fiscalizables de los "reactores rápidos
realimentados", que, en teoría, producen más combustible
nuclear de lo que consumen y son una fuente de plutonio de duración
indefinida, tanto para propósitos civiles como militares.
Además, indicó que
apenas 65 por ciento de la capacidad de generación de electricidad
quedará sujeta a inspecciones. Eso dejaría fuera del control
internacional entre ocho y nueve reactores indios, que quedarían
libres para producir material físil de uso militar.
La declaración de
Singh fue respuesta a las intensas presiones del Departamento de Energía
Atómia y el poderoso grupo de presión indio de los científicos
expertos en defensa, que reclaman plena libertad para desarrollar un
ambicioso arsenal nuclear.
Pero el plan
delineado por Singh tiene escasas posibilidades de lograr la aprobación
del Congreso legislativo estadounidense, y, sin la ratificación, el
tratado de cooperación nuclear no entrará en vigencia.
Muchos legisladores
en Washington aspiran a percibir alguna señal de contención nuclear
por parte de Nueva Delhi antes de levantar su mano.
Lo más probable es
que Bush y Singh firmen sobre el asunto una declaración de carácter
positivo, en que reafirmen su compromiso con el éxito de la negociación
y enfatizando los acuerdos alcanzados en otras materias.
Se prevé la firma de
hasta 14 acuerdos, relativos a ciencia y tecnología, explotación
espacial, agricultura, energía, comercio, relaciones económicas,
mejoras del vínculo diplomático y cooperación militar.
Estados Unidos se
comprometió a ayudar a India a lanzar una segunda "revolución
verde" y a investigar en conjunto nuevas formas de producción de
carbón, entre otros asuntos relacionados con el desarrollo y la energía.
La cooperación en
materia de energía es parte de la agenda de la Sociedad Asia–Pacífico
sobre cambio climático creada el año pasado por algunos de los
principales contaminadores del mundo, entre ellos Estados Unidos, Japón,
China, Corea del Sur, Australia e India.
La iniciativa supone
eludir, en cierto modo, el Protocolo de Kyoto que ordena a los países
industrializados la reducción de las emisiones de gases invernadero,
a los que la mayoría de los científicos atribuyen el recalentamiento
planetario.
Dos de los seis países
de la Alianza no firmaron el Protocolo. El acuerdo, por otra parte, no
incluye reducciones en la emisión de gases invernadero –producto,
en buena medida, de la quema de combustibles fósiles–, ni establece
objetivos, pero enfatiza en avances tecnológicos para el aumento de
la generación de energía.
La participación de
China e India en la Alianza podría tener grandes consecuencias en el
recalentamiento planetario. Estos dos países, al igual que Estados
Unidos y Australia, se han negado a reducir sus emisiones.
De todos modos, los
principales acuerdos durante la visita de Bush se referirán al área
militar, "clave en la alianza bilateral emergente", dijo
Achin Vanaik, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad
de Delhi.
"Estados Unidos
busca un imperio mundial. Para construirlo, necesita un elaborado
sistema de alianzas que neutralicen a los rivales o impidan su
surgimiento. India se ha convertido en un pivote en el esquema
estadounidense para Eurasia", agregó Vanaik.
En el esquema
estadounidense es clave el rol potencial de India como contrapeso de
China, que, según los expertos del Departamento de Defensa, es una
"amenaza potencial".
Los acuerdos
militares tendrán dos componentes: consolidación de un acuerdo de
cooperación en defensa de amplio alcance firmado en junio pasado y
compras de grandes equipos bélicos de avanzada.
Según el acuerdo de
cooperación, barcos indios escoltarán a los buques estadounidenses
de carga a través del océano Índico y hasta el estrecho de Malaca.
También incluye la realización de contactos militares de alto nivel
y ejercicios conjuntos.
Desde 2002, los dos
países realizaron 30 ejercicios militares, desde Alaska hasta el mar
Arábigo e incluso en selvas semitropicales de India.
Este país asiático
ya es uno de los tres mayores importadores de armas, con más de 5.500
millones de dólares en compras el año pasado. Ahora apunta a Estados
Unidos en busca de productos de alta tecnología, como aviones de
combate y de vigilancia, sistemas de alerta temprana, radares, misiles
y vehículos aéreos sin tripulación.
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