La Cumbre Rusia–China
¿Una simple cooperación o una alianza de
futuro?
Por Víctor Wilches (*)
Argenpress, 10 al 13/04/06
Parte I
El presente análisis busca contribuir al debate
sobre las relaciones entre Rusia y China en el mundo de hoy, centrándose
en lo que ha venido aconteciendo entre estos dos poderes, en este
nuevo siglo. A manera de introducción, la primera parte, versa sobre
la última Cumbre de los dos países; la segunda, tercera y cuarta es
un análisis prospectivo sobre las relaciones ruso–chinas, obtenidas
del libro: “Rusia y China: Una Posible Alianza. ¿Existen Factores
Objetivos para una ‘Nueva Guerra Fría’?”. (1)
Introducción
Los efectos de la trascendental cumbre realizada
en el mes de marzo en Pekín entre Rusia y China, enmarcada en la
Asociación Estratégica de Coordinación firmado por los dos países
en 1996, ha permitido que el tratado bilateral entre en una nueva
fase, por un lado, estrecha y mejora sus mutuas relaciones, y por
otro, permite que cada vez vaya tomando mayor cuerpo y solidez el
‘eje’ o ‘alianza’ que se viene gestando entre los dos países.
Alianza a la que el ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei
Lavrov, se refiere, afirmando que “esta estratégica asociación es
irreversible”. Hecho que de por sí, puede alterar en el inmediato
futuro la geopolítica tanto del Asia como del mundo entero.
La Cooperación entre los dos Estados es tan
importante que el presidente ruso, Vladimir Putin, viajó a su
encuentro con el presidente chino, Hu Jintao, acompañado por una
delegación de 800 asesores y empresarios en diferentes áreas para
firmar los 22 acuerdos.
Los acuerdos van desde las áreas militar, económica,
comerciales, incluyendo los energéticos; pero los acuerdos que
realmente están propiciando un verdadero giro estratégico a nivel
mundial, son aquellos que se remiten al campo de: a) el militar, b),
los energéticos –petróleo, gas, carbón y nuclear–, y c) a una
mayor unificación común de las políticas en los foros
internacionales que se orientan a constituir un mundo multipolar.
Entre las materias en el ámbito de la política
regional e internacional se encuentran dos importantes temas en la
declaración conjunta firmada por las partes, Rusia “continuará
adherida la ‘política de una sola China’ y reconoce a la República
Popular de China como el único gobierno legítimo… y Taiwán como
una parte inalienable del territorio de China” (China View,
21–03–2006). Así mismo, Rusia se opone a que Taiwán se adhiera a
las Naciones Unidas o a otra organización internacional ya que sólo
naciones soberanas pueden hacerlo, tampoco venderá armamento militar
a Taiwán; igualmente, “Rusia reconoce la Región Autónoma del Tíbet
como parte inalienable de China”.
A su vez, la declaración “crea una íntima
cooperación para resolver los temas de Irán y de Corea del Norte, en
donde Moscú y Pekín se comprometen a presionar ante los organismos
internacionales para la no–proliferación de armas nucleares”;
esto no es otra cosa que, buscar la solución de los conflictos por la
vía pacífica, con apego al derecho internacional y producto de
acuerdos multilaterales. En cuanto al tema de Irán, que sea la
Agencia Internacional de la Energía Atómica –AIEA–, la que
resuelva el caso, oponiéndose tajantemente a que Irán sea sancionado
económica o militarmente. En el caso de Corea del Norte, impulsan y
respaldan la ‘mesa de conversaciones a seis bandas’ (Rusia, China,
Japón, Corea del Norte, Corea del Sur y EEUU). Además, los dos países
abogan por la “reanudación de las negociaciones entre Palestina e
Israel para establecer el Estado de Palestina”; y en cuanto al tema
de proliferación y carrera armamentista espacial, están preparando
un documento que se expresa sobre ello.
Entre los acuerdos está la exitosa la delimitación
de “sus disputas limítrofes, fronteras comunes de más de 4300 kilómetros
que Rusia y China comparten, que fueron materia de litigio durante los
últimos cuarenta años” (Xinhuanet, 21–03–2006). Además, se
comprometen a continuar con su desmilitarización.
De los “22 acuerdos firmados, dos terceras
partes están relacionados con la cooperación económica y comercial.
Lo que dará un favorable vuelco a los lazos económicos y comerciales
rusos–chinos”. Esas relaciones comerciales bilaterales entre los
dos países fueron en “2005 de U$S 29,1 mil millones de dólares,
significando un aumento del 37% para las dos partes” teniendo como
meta “que estas relaciones comerciales lleguen entre los 60 mil a
los 80 mil millones de dólares en el 2010”, en la misma medida que
los dos países favorezcan sus intercambios comerciales multifacéticos
y de cooperación (Xinhuanet, 22–03–2006).
Además, de estos acuerdos, Sergei Lavrov afirmó
que: “las dos partes firmaron y acordaron, fortalecer, expandir y
continuar la cooperación bilateral en campos de la aviación civil,
exploración espacial, agricultura, anti–terrorismo, y servicios
laborales”. Pero el hito lo marcaron los acuerdos energéticos
firmados: hidrocarburos –petróleo y gas, y en energía nuclear.
La trascendencia que tienen estos acuerdos energéticos
viene dada por la vital importancia que tienen los hidrocarburos en
este nuevo siglo, fundamentalmente el gas en los años venideros.
Un abastecimiento seguro a mediano y largo plazo,
garantiza que los Estados no sufran en el futuro crisis de crecimiento
económico, industrial, comercial. Por ello, vemos hoy cómo los
Estados industrializados, ya sea a través de acuerdos energéticos o
comerciales o través de imposiciones y desestabilizaciones políticas
o, a través de la agresión militar directa, se están haciendo a
estos valiosos recursos. El ejemplo típico es la guerra e invasión
contra Irak por parte de EEUU, secundado por el Reino Unido, y pese al
fracaso, a los elevados costos a todo nivel de la aventura bélica y a
la derrota militar que está sufriendo Washington, ahora intenta una
nueva agresión contra Irán para hacerse a los inmensos recursos de
petróleo y de gas que posee este país.
No en vano, a la vez que el nuevo trazado de los
oleoductos y gasoductos van creando una red de conexiones,
fundamentalmente en el Asia y el Oriente Medio, también construyen
una intrincada telaraña de vínculos, relaciones y alianzas geopolíticamente
estratégicas que están configurando el nuevo orden internacional.
Rusia, con sus inmensas riquezas de petróleo y
gas, se está convirtiendo en el principal actor político a nivel
regional y mundial, debido a la forma de cómo está maximizando sus
recursos energéticos de acuerdo a sus intereses estratégicos. En
2002, Rusia, Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán, firmaron un
acuerdo sobre cooperación en la esfera del gas; este acuerdo le brindó
a Rusia el poder de control sobre las reservas mundiales, ya que la
Comunidad de Estados Independientes (CEI (2)), actualmente posee algo
más del 40% de las reservas mundiales y, virtualmente todos los
gasoductos de la CEI atraviesan el territorio ruso. (3)
En la cumbre, Moscú y Pekín, acordaron la
construcción de dos nuevos gasoductos, entre la compañía rusa
Gazprom y la China Nacional Petroleum Corporation (CNPC) que van desde
la zona este de Siberia a China. Rusia suministraría a China de 30 a
40 mil millones de metros cúbicos de gas natural, el costo de estos
gasoductos será de U$S 10 mil millones de dólares.
Así mismo, la compañía china (CNPC) y la firma
rusa Transneft acordaron un estudio de factibilidad conjunto para
darle impulso al oleoducto que va a China, su valor aproximado es de
U$S 11,5 mil millones. Este oleoducto iría desde el Este de Siberia
al terminal de Nakhodka en el Océano Pacifico, estimándose su
terminación para el 2008, dicho proyecto ha sufrido cambios en su
trazado debido a que Japón asumió el compromiso de pagar el costo
total, obligando a que éste no vaya directamente hacia China como se
había planeado inicialmente, sino que, sea un ramal desprendido desde
Skovorodino en Rusia, a la frontera con China; esto va acompañado de
otro convenio para refinar la venta de productos petrolíferos por
parte de la compañía rusa en China (Ria Novosti, 23–03–2006).
Moscú, además, construirá dos plantas de poder
nuclear con tecnología rusa en China, una primera planta generará
electricidad en lo inmediato. “Esta primera unidad será la más
avanzada del mundo” afirmó Alexander Krykov, vocero del monopolio
ruso Atomstroiexport y, la segunda, entrará en funcionamiento en el
2007 (Ria Novosti, 23–03–2006).
Todos estos enormes movimientos están fraguando
una sólida alianza entre Rusia y China, iniciada hace más de una década
con la Asociación Estratégica de Coordinación 1996, ampliada en el
año 2001 con el Tratado de Amistad y Cooperación y Buena Vecindad,
que como bien lo expresó Hu Jintao: “son pasos importantes de los
dos países para profundizar la amistad, mejorar la cooperación y
promover la asociación estratégica de cooperación entre las dos
naciones”, (China Daily, 21–03–2006).
Los dos países encuentran en sus intereses
vitales el mejoramiento de sus relaciones, a la vez que Rusia logra
garantizar un aliado estratégicamente importante con quien compartir
sus grandes recursos energéticos. Por su parte, China asegura,
garantiza y obtiene a largo plazo, el suministro de petróleo y gas;
esto hace que la relación se realce y se manifieste más
profundamente con sus políticas estratégicas en la Organización de
Cooperación de Shangai (Rusia, China, Kazajstán, Kirguizistán,
Tayikistán y Uzbekistán), con el fortalecimiento de sus relaciones
militares, el mejoramiento en la relaciones comerciales, y por
supuesto, en los substanciales compromisos energéticos, y a la vez,
una mayor similitud en sus posturas diplomáticas a nivel
internacional.
A la par que se vienen dando estos desarrollos en
el continente asiático, EEUU ha implementado una serie movimientos,
tratando de evitar que otros de los grandes poderes de este continente
–el caso de India– establezcan relaciones estrechas tanto con Moscú
como con Pekín.
Para Washington, su verdadero rival es China, por
ello, está tratando de crearle cercos e impedimentos, tal como fue la
reciente visita del presidente de EEUU, George Bush, a su homologo de
India, Manmohan Singh, donde acordó que le entregaría material
nuclear, no siendo otra cosa que una jugada de Washington para alejar
a Nueva Delhi de Moscú y Pekín.
En la “Estrategia de Seguridad Nacional 2006”
(www.whitehouse.gov), la Casa Blanca hace referencia explícita a
Rusia y a China, pero fundamentalmente a esta última, señalando:
“China no debe actuar como si pudiera acaparar los recursos energéticos”
o “tratar de manejar los mercados, en lugar de abrirlos”. Además,
según Bill Gertz en el diario The Washington Times de 18–03–2006,
afirma que: “el Pentágono está movilizando aviones bombarderos,
portaviones y submarinos para la isla Guam en el pacífico, como parte
de un nuevo ‘cerco’ estratégico con la intención de prepararse
para un conflicto con China…”, “Peter Rodean, asistente del
secretario de defensa para asuntos de seguridad, sentencia: esto es
“la respuesta al surgimiento de la amenaza militar de China y que
hace parte de la Estrategia Nacional de Seguridad 2006 de la Casa
Blanca”.
En cuanto a la oferta nuclear hecha por Bush a la
India, –sin importarle que la política de la AIEA vuele por los
aires–. El proceso de este ofrecimiento tiene un largo recorrido y
diferentes oponentes al interior de Estados Unidos; por esto, Rusia se
movió rápidamente, dado que las necesidades energéticas de Nueva
Delhi son acuciantes; Moscú ya comenzó a hacer entrega de uranio
empobrecido para la planta de poder nuclear de Tarapur, y entregará
50 toneladas de material nuclear para los generadores Tarapur 1 y 2,
que serán suficientes hasta el 2012 (The Hindu, 30–03–2006).
Todos estos cambios que se están precipitando a
nivel mundial, son el reajuste internacional de los diferentes actores
que aspiran a ser poder a escala regional o mundial. Hecho que a su
vez, demuestra que EEUU dejó de ser el poder hegemónico global,
enfrentado ahora a nuevos rivales y bloques de poder; esta nueva etapa
que surgió tras la agresión unilateral de Washington contra Irak y
la posterior derrota militar que le viene infligiendo el pueblo iraquí,
marca el inicio del nuevo orden internacional en el que se avizora cómo,
los nuevos poderes están abogando por un mundo multipolar y
multilateral.
En este momento decisivo de las relaciones y de
la política internacional hay que tener presente cuatro elementos
relevantes, sin que ello nos lleve a descartar ni a dejar de lado
otros actores y poderes importantes en el contexto global:
1) EEUU no va a permitir fácilmente ni a querer
la pérdida de su rol de poder hegemónico, tratando por todos los
medios de continuar y implementar sus políticas unilaterales
conculcando el derecho internacional y desconociendo a las
instituciones multilaterales, adelantando acciones agresivas que
comprometan la seguridad y la paz mundial.
2) Rusia y China quizá será la alianza o eje de
poder más determinante en ese nuevo orden internacional, este bloque
centrará sus esfuerzos en fortalecer su Cooperación Estratégica, la
Organización de Cooperación de Shangai y el entorno de influencia
político de Rusia –la CEI y la Organización del Tratado de
Seguridad Colectiva–.
3) La India estará presente como un nuevo poder
indiscutible en esta nueva etapa debido a su crecimiento económico,
tecnológico y militar.
4) Independientemente de cómo se conformen los
diferentes bloques de poder, el escenario de ese nuevo orden
internacional es el Continente Asiático.
La segunda parte de este análisis tratará sobre
los Acuerdos y Cooperación Militar y Relaciones Comerciales
Ruso–Chinas.
Parte II
1. Tratado de Amistad y Cooperación y Buena
Vecindad (2001)
Con la firma del Tratado de Amistad y Cooperación
y Buena Vecindad entre Rusia y China en Moscú en julio de 2001, los
dos países apuntaban a una importante asociación y el comienzo de
una nueva era de aproximación y de coordinación estratégicas. Las
perspectivas que se presentan hacia el futuro como consecuencia de la
firma de este tratado, que tiene una extensión de calidad de miembro
y de constitución de una alianza político–militar en el Asia
Central más allá del marco de la Organización de Cooperación de
Shanghai (SCO(1)), de la que dos países hacen parte. Por eso, no es
de sorprender que China hubiese intentado anteriormente subestimar la
preocupación de EEUU y de Occidente sobre la profundización de esta
asociación sobre seguridad sino–rusa opinando que el Tratado político
de la Amistad y Cooperación no sería 'nada especial (2).”
La conformación de esta sociedad estratégica no
alude a terceros socios; pero hay voces, al interior de Rusia, que
urgen la necesidad de que Moscú debe reestructurar su política
exterior y contemplar asociaciones y desarrollos más cercanos, además
de China, con la India, Irán y Corea del Norte, debido al
unilateralismo continuado de EEUU(3). Esto lo sustentan, como
consecuencia de las diferentes crisis presentadas a escala mundial y
que han llevado a que Rusia y China intensifiquen cada vez mas sus
intercambios y coordinación en foros bilaterales y multilaterales.
Esto se pudo ver, más acentuado, en el asunto iraquí que dominó
casi todas las reuniones e intercambios de alto nivel ruso–sino.
Rusia y China apoyaron la continuación de las inspecciones en Irak
para satisfacer la resolución 1441 del Consejo Seguridad de la ONU y
para encontrar una solución diplomática para la crisis. Ello realzó
la importancia de coordinar sus actuaciones sobre el asunto iraquí,
así, como en otros temas internacionales.(4)
La relación entre estos dos grandes poderes asiáticos
puede ser una forma de alianza en contra de la hegemonía de los EEUU,
lo que a su vez hace más difícil que cualquiera de los dos Estados
llegue a acuerdos con Washington. Aunque, con el reciente giro en la
política internacional, como resultado de los acontecimientos geopolíticos,
las estrechas relaciones bilaterales no han evitado que rusos y chinos
prometan una fuerte ayuda a los EEUU y a sus aliados en la nueva
“Guerra Global contra el Terrorismo”. Y esto se debe, en gran
medida a que los dos países sufren en sus propios territorios la
amenaza terrorista de corte islamista y del separatismo radical. La
erradicación de estas amenazas, son un punto de convergencia común
en lo doméstico, igualmente, a más largo plazo, los une intereses
estratégicos como protagonistas en la disputa en la que se ha
convertido actualmente el Asia Central.(5)
El artículo 9 del y Cooperación de Amistad
ruso–chino, contiene en líneas generales un pacto de
mutua–defensa siempre que una de las partes 'crea que hay una
amenaza de agresión.' El tratado también llama a rechazar los planes
de EEUU para desplegar un escudo antimisiles de defensa nacional. Y
aboga por un “nuevo orden internacional justo y racional.” El
Senador por el Estado de Oklahoma en los EEUU, James Inhofe(6), dice
que 'con este tratado, resultaría, por ejemplo, que cualquier
movimiento militar de China contra Taiwán ahora sería sostenido por
el enorme arsenal nuclear de la antigua Unión Soviética.'
Respondiendo, a una pregunta sobre una posible respuesta rusa–china
por el retiro de EEUU del Tratado de Misiles Anti–Balístico (ABM),
el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin dijo, “que
Rusia es bastante fuerte para responder con lo que posee ante
cualquier cambio en la esfera de la estabilidad estratégica.”
El presidente ruso, Putin, ha repetido en varias
ocasiones que “China es socio estratégico de Rusia', y que los EEUU
y la Unión Europea son sus 'socios de confianza', en una clara
yuxtaposición de los dos tipos de socios. Aunque estas observaciones
fueron en respuesta a quienes están llamando a una estrategia de
futuro que le haga frente a la “expansión” y “amenaza” china.
En su respuesta Putin les recordó que Rusia tiene una estrategia a
largo plazo para las relaciones con China, y esta es el Tratado de
Amistad y Cooperación. Es por lo tanto importante tomar decisiones
comunes 'sobre la base del consenso y de mutuo respeto con los
intereses de los dos países.'(7) Pekín describió a Moscú como
“socio estratégico vital de China.' Es por eso que, 'decidimos
crear tal mecanismo con Rusia porque nuestras posiciones son afines en
una amplia gama de asuntos internacionales y regionales, en nuestra
evaluación de la situación internacional, y también en la tarea de
mantenimiento de la paz y cooperación en el desarrollo global en
general, afirmó el Consejero de Estado Chino, Tang Jiaxuan. (8)
Pese al llamado a unificar la 'coordinación' en
cuanto a la política extranjera y a que los dos gobiernos han
denunciado las políticas unilaterales de EEUU, además de abogar por
la construcción de un mundo multilateral, la alianza rusa–china aún
tiene lazos superficiales. Esto se debe en gran medida al temor ruso
por el mayor potencial económico y el aumento del poder militar
chino, que podría traer posibles implicaciones para su seguridad.
Igualmente, encuentra que China utiliza la misma frase de “sociedad
estratégica” para describir sus relaciones con Rusia, con EEUU y
con Japón. Que se sintetiza en la política de los “tres noes”
que rigen la política de China hacia Rusia: “Ninguna alianza,
ninguna oposición y ningún blanco contra un tercer país.”(9)
También hay voces que manifiestan que la alianza
rusa–china representa una grave amenaza y que, además, está
orientada contra los EEUU, situación que podría implicar un cambio
en el equilibrio estratégico de poder en el ámbito mundial. Que
incluso este pacto, no solamente ampliará las ventas de armas rusas a
China, sino que también compromete a los dos países en una amplia
agenda internacional, ya que el tratado llama a extender la cooperación
e información tecnológica en áreas tales como: la espacial y
nuclear; así como la coordinación de la política en las Naciones
Unidas, el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Comercio
(WTO).(10)
Rusia y China continúan trabajando conjuntamente
para alcanzar metas comunes. Los sucesos de los últimos años
–especialmente las intervenciones militares de EEUU en Serbia,
Afganistán, e Irak– hubieran podido ser una oportunidad para
consolidar la alianza ruso–china, pero esto no se ha dado, debido,
en gran parte, a las desconfianzas mutuas, presiones internas y
externas, y las relaciones e intereses internacionales que tiene cada
Estado; pero no por ello, se puede desconocer que los dos países han
venido actuando en algunos importantes temas de manera conjunta, como
por ejemplo: el aumento de las inversiones y las relaciones
comerciales, fundamentalmente en petróleo y gas; los intercambios
tecnológicos y el incremento de las ventas de armas y material
militar ruso a China; y el apoyo mutuo en ciertos asuntos
internacionales como es el respaldo de Moscú a Pekín de una sola
“China dos sistemas” –aplicado al tema de Taiwán–. China, en
reciprocidad, apoya el dominio ruso sobre Chechenia. Igualmente, en
los logros progresivos en el Asia Central y sobretodo, en el tema que
los inquieta tanto a los dos países, los grupos fundamentalistas islámicos
y los movimientos separatistas radicales dentro de sus fronteras
nacionales.
2. Acuerdos militares y transferencias de
armas por parte de Rusia a China
Las ventas de armas a China es quizá el elemento
más dinámico de las relaciones ruso–chinas. Que por un lado, han
contribuido a la modernización militar china; y por el otro, a
mantener el complejo militar–industrial ruso en actividad. Esta
tendencia se ha venido dando desde los tempranos años ‘90, con unas
transferencias de unos (11) U$S 12 mil millones de dólares
americanos, incluyendo equipo avanzado.(12) Ventas que se han visto
aumentadas por el embargo que sostienen EEUU y la Unión Europea (EU)
a China, lo cual a permitido que en Rusia algunos sectores se planteen
la necesidad de proveer a China de armas tecnológicamente más
sofisticadas antes de que se levante el embargo europeo.
Estas ventas de armamento han venido
constituyendo la dimensión más destacada de la relación bilateral.
Con la firma del Acuerdo de Cooperación Técnico–Militar en 1992,
las estimaciones anuales de entregas que iban de los U$S 600 millones
a los U$S 1000 millones de dólares durante los años 90’s y de los
U$S 1500 millones a los U$S 2000 millones durante el periodo
comprendido entre el 2000 y el 2002.(13)
En 2003 las exportaciones de hardware militar
producido en Rusia ascendieron a los U$S 3400 millones de dólares y
las nuevas órdenes solicitadas alcanzan los U$S 4300 millones, siendo
éste, el promedio más bajo de los 4 años anteriores, pues éste se
ubicó en los U$S 5400 millones anuales. Siendo la India y China el
mercado base del material militar ruso. En 2004 los ministros de
defensa de Rusia y China firmaron un protocolo de trabajo bilateral en
la continuación de la Cooperación Técnico–Militar por el valor de
U$S 2000 millones, planteándose que esto se va a modificar en el
futuro. China prefiere adquirir más licencias y emprender progresos
comunes de hardware militar, que continuar con la política de simple
comprador de sistemas terminados. (14)
Las necesidades chinas a solventar en las
relaciones con Rusia son: equipo y armamento militar, suministro de
energía y fuentes de comercio. La demanda china en el área militar
se debe a que su producción militar aún se encuentra lejos de los
estándares estadounidenses, rusos y europeos. Por lo que para poder
aumentar su poder militar, sus miradas se centran en Moscú. (15) A la
par de estas necesidades, existe para China el complejo tema de Taiwán,
y por ello, Pekín también busca el apoyo político internacional de
parte de Moscú. Aunque no ha logrado todo lo deseado, a pesar de ser
Rusia bastante generoso. En el caso de la reciente venta de dos
submarinos “Clase–Kilo”, dotados de misiles anti–portaaviones
SS–N–22 Sunburn, diseñado para hundir porta–aviones de EEUU,
Moscú decidió parar su entrega último momento, material militar que
podría haber alterado el equilibrio entre las fuerzas chinas y
estadounidenses.(16)
Los principales pedidos de China son aviones
Su–27 y aviones avanzados de combate Su–30, helicópteros de
transporte Mi–17, aviones de transporte Il–72, aviones de
advertencia y control A–50, misiles de defensa aérea SA–10 y
SA–15, tanques T–72, submarinos diesel Clase–Kilo, destructores
de Clase–Sovremenny (equipados con mísiles supersónicos,
SS–N–22 Sunburn), y otros sistemas militares convencionales
avanzados. En 2002 China pidió dos destructores Sovremenny y ocho
submarinos Clase–Kilo, y ha intentado comprar cuarenta bombarderos
Su–30. Además, en febrero de 1996 China compró una licencia
multi–anual a Rusia para montar doscientos Su–27 (sin derecho a
exportarlos a terceros países). China también requiere importar las
piezas de repuesto rusas de los sistemas operacionales por años.(17)
Las entregas de Rusia a China han estimulado las
compras de material y armamento militar y de sistemas de alta tecnología
por parte de la India, lo que gustosamente, aprovechan los rusos. De
esta forma, logran diversificar sus exportaciones de material bélico
a la vez que activan su complejo militar–industrial. Esto a su vez,
hace que China trate de adquirir más y mejor material militar. Todas
estas ventas que en un comienzo fueron en forma de trueque, hoy se
llevan a cabo en moneda fuerte o en condonación de deuda externa del
Estado de la Federación Rusa.
Una consecuencia resultante de las transferencias
militares rusas a China, es que ésta ha aumentado su poder militar,
tornándose en uno de los principales rivales para EEUU Desplazando
del foco a la misma Rusia, por lo que el crecimiento del poderío
militar chino puede resultar inquietante para la Casa Blanca y el Pentágono.
De ahí que la orientación que plantee Washington hacia Pekín podría
ser un factor positivo para Moscú. (18)
Voces inquietas al interior de los EEUU
argumentan que la transferencia de tecnología y la venta de armas
rusas a China hace que “(...) la modernización militar china
proveniente de la asistencia de Rusia, le dé la idea al gobierno (de
EEUU) de enfocarse en la emergencia de la relación estratégica entre
Rusia–China.”(19) En el 2000 el Congreso de EEUU creó la China
Commission, a instancias de los republicanos en el Consejo de
Seguridad Nacional, y un año después requirieron al Pentágono el
“Reporte Anual” sobre el poder militar chino.(20)
China también ha avanzado en otras áreas
importantes como son los ejercicios militares conjuntos con Rusia, y
con otros Estados de Asia Central y del sureste asiático. En el
primer trimestre de 2005 la agenda de las relaciones bilaterales ha
estado muy activa. Tras varias visitas a alto nivel, incluyendo la
primera consulta inter–gubernamental de Rusia–China sobre temas de
seguridad y tres rondas de negociaciones para preparar el primer
ejercicio militar conjunto en el otoño, con observadores de la
Organización de Cooperación de Shanghai, SCO.(21)
Ya en el 2002 China y Kirguizistán condujeron el
primer ejercicio bilateral anti–terrorista dentro del marco de la
SCO. Siendo las primeras maniobras militares de China con otro país,
también otros Estados SCO han anunciado el deseo de sostener
ejercicios similares.(22) El primer ejercicio naval ruso–chino,
entre dos flotas de guerra, la flota pacífica rusa y de la flota
china del mar del este, basados en Shanghai, tuvo lugar en octubre de
1999.
La cooperación substancial que se desprende del
acuerdo entre Rusia y China de 1993, ha permitido que los chinos
capten especialistas rusos en armas para trabajar en China y en contra
parte, los especialistas chinos han sido empleados en institutos
aeroespaciales rusos. Entre los años 1991 a 1997, 5205 consejeros
militares rusos fueron a China y en el mismo periodo, 1646
especialistas chinos en defensa fueron graduados en las academias
militares de Rusia.
3. Evolución de las relaciones comerciales
ruso–chinas
La dimensión económica es cada vez mayor en la
asociación rusa–china, veamos:
En mayo de 2003, la visita del presidente de la
República Popular China, Hu Jintao a Moscú, finalizó con un tratado
de suministro de petróleo a 25 años que fue firmado entre la empresa
petrolera Yukos de Rusia y China National Petroleum Corp (CNPC), de
China. Este acuerdo requiere la construcción de un oleoducto de 2400
kilómetros, desde Siberia del este a la norteña ciudad china de
Daqing.(23)
En el 2004, fue anunciado que el programa de
desarrollo marítimo de Kray, región en el lejano este de Rusia, prevé
atraer a cerca de 500000 trabajadores chinos antes de 2010 (hoy emplea
a unos 15000).
Después de la cumbre de octubre de 2004, China
está planeando invertir U$S 12 mil millones en la economía rusa. Sin
embargo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha exigido que esta
inversión esté en el centro de la tecnología emergente de Rusia y
no en el sector de los recursos naturales.(24)
En febrero de 2005, en su reunión con el Primer
Ministro de Rusia, Mikhail Fradkov, el consejero diputado del Estado
chino, Tang Jiaxuan, expresó sus esperanzas de avanzar en algunos
'campos clave de la cooperación,' incluyendo economía y comercio,
los sectores de energía, ciencia, tecnología e inversión; se espera
que el volumen del comercio bilateral ruso–chino alcance los U$S 60
mil millones antes de 2008, más de U$S 20 mil millones que en el
2005. La meta es aumentar el volumen comercial anual entre U$S 60 a
U$S 80 mil millones en el 2010.(25)
Rusia tiene necesidad del dinero chino. Y China
requiere de la economía rusa para una inversión continuada. Estas
necesidades son resueltas constantemente por las compras militares
chinas y la exportación de petróleo y gas. Entre los años 1990 al
2001, China compró a Rusia equipo militar por un valor de U$S 10 mil
millones, rubro que ha continuado incrementándose en el transcurso de
los últimos años. Además, las compras chinas de energía han
constituido una porción significativa de la cifra de negocios anual.
Armamento y petróleo son el eje central de la extensión del comercio
ruso–chino, mientras que la venta de las mercancías habituales
generan solamente una pequeña parte del mercado.
Se argumenta que Rusia ganará más en su relación
comercial con China y con el resto del mundo cuando Moscú,
eventualmente, se adhiera a la Organización Mundial del Comercio,
WTO.(26) Parece que China necesita a Rusia más de lo que Rusia
necesita a China. Rusia requiere de la inversión china para mantener
su industria militar en pie, mientras tanto la situación para China
es diferente ya que no tiene ninguna alternativa más que comprarle a
los rusos (mientras Europa y los EEUU mantengan el embargo). Sin las
armas rusas la seguridad nacional de China estaría en peligro.
Igualmente, la creciente demanda energética china obliga a Pekín a
adquirir los recursos energéticos rusos. Mientras que por el
contrario, en un mercado global, Rusia no tiene problema para
encontrar compradores para sus hidrocarburos.(27)
Durante la década pasada los intercambios
comerciales ruso–chinos han crecido, pero no en la misma proporción
que los militares. El gobierno ruso ha intentado convencer a los
chinos de que inviertan en gran escala, en el empobrecido lejano este
ruso, pero los chinos prefieren hacerlo en el Asia sur–oriental.
'Rusia desea balancear su comercio con China de modo que no dependa
tanto de ventas militares. También esperan atraer la inversión china
en Rusia,' decía un miembro de la delegación rusa en Pekín en marzo
de 2000.(28)
Los dos países a la hora de emprender las
relaciones comerciales mutuas se encuentran frente a una serie de
impedimentos como son: los sistemas jurídicos financieros, las políticas
reguladoras de seguros, que hacen ineficaces los esfuerzos comerciales
de ambos Estados, exponiendo a comerciantes y a inversionistas ante
obstáculos adicionales. A finales de 2002, solamente 1100 firmas que
implicaban un cierto capital ruso han invertido en China (con U$S 250
millones de dólares), y menos de quinientas empresas con un cierto
capital chino han invertido en Rusia (con aproximadamente el mismo
monto de dólares en inversiones). Relativamente son pocas las
empresas a riesgo compartido ruso–chino registradas que han llegado
a ser funcionales.(29)
La complementariedad comercial extendida y
creciente que se da entre los dos países, queda rota cuando se trata
de atraer recursos de inversión extranjera a sus territorios, pues
ambos Estados son competidores por la inversión estadounidense,
europea y de otras fuentes de recursos. A Rusia le interesa
comercializar sus artículos disponibles mientras que China está
interesada en alta tecnología y en la fabricación en su propio
territorio, con licencias cedidas.
La parte III estará dedicada a tratar los temas
sobre cooperación energética, tecnológica, las relaciones de
cooperación de Rusia y China con la India.
Parte III
1. Acuerdos y cooperación energética: petróleo
y gas
La necesidad de recursos energéticos y
fundamentalmente de petróleo y gas está haciendo que Rusia haya ido
adquiriendo un papel protagónico no solo en Asia sino a escala
mundial por su enorme capacidad de reservas energéticas con las que
cuenta hoy. China, con su acelerado aumento de consumo de energía y
la necesidad de cubrir tal déficit (en el 2015 será de 7,4 millones
de barriles diarios, de los cuales la mitad tendrá que ser importada
(1)), ha hecho que estos dos importantes Estados del Asia se vean como
socios en varios temas tanto a escala regional como internacional.
El reciente período se puede definir en cuatro
componentes importantes en el área de los recursos energéticos:
1. Acuerdos y desarrollos de proyectos energéticos
entre Rusia y China;
2. Ventas de productos energéticos de Rusia, que
lo conviertan en un actor de peso en el plano regional y mundial;
3. Mejor manejo por parte de Rusia de sus
recursos; y,
4. Choques entre diferentes poderes por la
competencia de recursos y la estabilidad regional y mundial.
Primero, China a través de la compañía China
National Petroleum Corporation (CNPC) se comprometió en 2001 a
construir un oleoducto entre Kazajstán y la provincia china de
Xinjiang, y otro entre Kazajstán e Irán por una comisión de cerca
de U$S 9000 millones de dólares. Esta presencia china en Asia Central
ha ido acompañada de más acuerdos ruso–chinos como el de la
extracción en los campos de gas natural en Liberia, y en la
construcción de un gasoducto en la región de Irkustk en China, que
conectará posiblemente a Japón y a Corea del sur, estrechando así
los lazos.
China y Rusia acordaron en 2001 construir un
oleoducto de 2400 kilómetros que llevará petróleo desde Siberia a
China nororiental (2). Incluso en el año 2003, acordaron examinar
conjuntamente los recursos de petróleo y gas natural en las cuencas
de sus zonas fronterizas de Muhe–Ushumun, Sunwu–Zeysko,
Bureinskaya y Sanjiang–Amur, que se estiman con una reserva de 80
millones de toneladas de petróleo (3).
En diciembre de 2004, Yugansk, la compañía
petrolera más importante del consorcio Yukos, vendió por U$S 9350
millones de dólares al Baikal Finance Group el 76.79%; luego de ello
el ministro de energía e industria ruso dijo que los activos de
Yugansk serían entregados a una compañía enteramente estatal y que
hasta un 20% de ésta se pueden ofrecer a la compañía china CNPC;
ese mismo día, Rosneft de propiedad del Estado ruso compró las
finanzas de Baikal. La verdad tras la compra emergió en el periódico
ruso Vedomosti quien divulgó que la CNPC ayudó al pago de Rosneft
subsidiario principal de Yukos ofreciendo un crédito por U$S 6000
millones de dólares a cambio de 48,4 millones de toneladas de petróleo
antes del 2010.(4)
Segundo, el crédito de la CNPC tuvo un efecto
importante añadido para China y fue revivir el oleoducto del lejano
oriente ruso, acordado en un primer momento en 2001, con recursos
chinos, esperando que lleve a China, 20 millones de toneladas de petróleo
bruto al año, hasta llegar a 30 millones antes de 2010(5). Viktor
Khristenko, quien actuó como Primer Ministro de Rusia, del 24 de
febrero al 25 de marzo de 2004, anunció que China recibirá petróleo
a través de este ramal, que sería construido y concluido en mayo de
2005. Japón anteriormente se comprometió con Rusia a construir éste
por lo que el destino final del petróleo siberiano de Angarsk, se ha
convertido en tema candente. A pesar de los acuerdos ruso–chinos y
del reparto de la firma Yukos, Rusia se ha visto abocada a cambiar la
ruta del transporte del crudo a su puerto de Nakhodka. Este cambio
permitirá a Japón acceder al petróleo primero que China (6). Esta
opción es más eficiente económicamente para Rusia, dado que Japón
asumiría los costos totales de la construcción de este oleoducto.
Tercero, los intercambios comerciales y acuerdos
de cooperación entre Rusia y China han mantenido un crecimiento
constante y han mejorado cualitativamente, sin alcanzar aún el grado
ideal. Con la decisión rusa sobre el oleoducto y el cambio del
recorrido original de éste –de Angarsk a Daqing–; que ahora irá
en una ruta favorable a Japón (Angarsk–Nakhodka), demuestra la
naturaleza de las políticas globales de Rusia en el control de sus
recursos energéticos (petróleo y gas), viéndolos como herramienta
para aumentar su papel político y económico en Asia(7), maximizando
así sus intereses estratégicos.
Por lo que parece, ahora Rusia es mucho más
cuidadosa con su petróleo como “arma” que vendiendo armamento a
otros(8). Quizás el uso del petróleo de Siberia del este y del
lejano este, cuyas reservas de 2800 millones de toneladas, le sirvan a
Rusia para cimentar una relación más sólida con China. Por ello,
está tratando de hacer un manejo más cuidadoso de estos recursos, ya
que si se mira, cuál es la mejor opción, en caso de inversiones y de
tecnología, estarían en mejor condición de transferirlos y
brindarlos a los EEUU(9). Pero para Rusia, hoy, es más importante una
empresa estratégica conjunta con China con la que comparte una
frontera de más de 4000 kilómetros; más muchos otros intereses
regionales e internacionales.
Cuarto, los elementos que influyen en las
relaciones en Asia, y principalmente en el oriente de Asia Central,
son las necesidades cada vez mayores de asegurar el acceso a los
recursos energéticos por parte de todos los Estados interesados e
implicados en la región, en la que hay que incluir a EEUU; la
importancia estratégica de estos recursos pueden, en el futuro,
conllevar a que de ellos dependan Japón, Europa y EEUU, además de
otros Estados y regiones. China es un consumidor importante y sus
necesidades de petróleo, gas y carbón irán en aumento progresivo,
por lo que necesita de Rusia, Kazajstán y Turkmenistán. Japón
compite con China por los recursos de Rusia. Las compañías de EEUU
se esfuerzan en lograr participar en proyectos regionales de energía,
centrando más su atención en los recursos de la zona del mar Caspio
(10).
Ello convierte al Asia en una zona en la que
hacen presencia diferentes Estados y poderes regionales y globales a
la caza de esos importantes recursos; contribuyendo a aumentar la
inseguridad no solo de la zona, sino del ámbito mundial. Todo esto,
ha hecho que Rusia se movilice más cerca de sus recursos energéticos
siberianos, caspianos y centro asiáticos. Recursos que, además de
aumentar las arcas rusas y de contribuir a su crecimiento económico,
están convirtiendo a Moscú en el jugador asiático más activo, con
posibilidades de alianzas muy fuertes e importantes en el mundo
entero.
2. Rusia–China: cooperación tecnológica y
técnica
Aunque las transferencias de petróleo continúan
siendo enormes, así como las ventas de equipo militar, Rusia y China
se ofrecieron mutuamente por primera vez varios proyectos para el
desarrollo económico y científico. Dicha cooperación incluye el
desarrollo de proyectos de circuitos integrados (IC), del diseño,
montaje y entrega de equipo de aviación civil, de la fabricación de
carros pesados Ural y de la construcción de un ferrocarril entre
Ussuriisk, Primorye, y Dongning en la provincia de Heilongjiang en
China, para exportar hasta 20 millones de toneladas del carbón de
Dongning a través de la ciudad portuaria rusa de Ussuriisk.(11)
Rusia carece de experiencia en el control de
calidad de la producción y del manejo gerencial. Igualmente, no
cuenta con la sofisticación en los sistemas de armas y principalmente
en áreas de la electrónica y del software, haciendo que esté por
detrás de otros países del área asiática y de otros continentes.
Ese factor es palpable en los aviones de combate SU–30MKK y en la
segunda adquisición e instalación de dos destructores
Clase–Sovremenny del plan naval de China, proyecto 956EM, que serán
entregados en 2006. El sistema de control de armas del SU–30MKK se
construye sobre tecnología obsoleta, el radar N–001, aunque fue
aumentado, aún sigue estando fuera de los estándares tecnológicos
de hoy (12). Por lo que China a pesar de haber recibido tecnología
avanzada de Rusia en los campos militar, nuclear y espacial, ha
preferido acudir a los mercados del oeste para adquirir tecnologías
avanzadas.(13)
Las principales tendencias en la cooperación técnico–militar
ruso–chinas a finales de 2003, buscaban levantar el techo tecnológico
de las demandas chinas en las transferencias de armamentos
sofisticados, con un fuerte énfasis chino en adquirir sistemas
avanzados de armas marítimas.
China no seguirá satisfecha con la compra de
armamento cuyo nivel tecnológico corresponde al de hace dos décadas.
Por ello, los conocedores de esta situación levantan voces al
interior de Rusia haciendo llamados para que se le entregue a China
armamento más moderno (14). Los militares chinos saben del nivel
tecnológico, de los aviones de combate y de las naves entregadas a la
India, por parte de Rusia. Sí Moscú quiere preservar su actual
posición respecto al mercado chino, será solamente a condición de
ofrecerle armamento más sofisticado (15). De todas formas, el
acercamiento que se está originando entre Rusia y China, puede
traducirse en lo inmediato, en una cooperación más estable y
profunda en transferencias de armas y tecnología y, en temas de
seguridad regional y mundial.
3. Acuerdos de cooperación ruso–chinos con
la India
El avance de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte, OTAN, hacia el este, los bombardeos a la antigua Yugoslavia y
la acción unilateral en la “guerra de Kosovo” llevaron a Rusia a
plantearse un acercamiento con China y con la India. Puede que ese
posible triangulo no se materialice debido a que cada uno está
tratando de consolidar sus intereses, y a su vez ampliar su relación
con los EEUU.(16)
Hoy, estos tres Estados comparten intereses
mutuos que van desde problemáticas internas a agendas regionales e
internacionales que los acercan. Lo cierto es que en caso de formarse
este “triangulo estratégico,” sugerido hace cuatro años por el
que fuera Primer Ministro de Rusia, Yevgeny Primakov (17), plantearía
de por sí, el esbozo de una posible nueva era de grandes bloques de
poder político y militar, y quizás esto sería el inicio de un nuevo
periodo de “Guerra Fría”.
El que esta potencial unidad se consolide,
depende de diferentes circunstancias, que los pueden forzar a su
conformación. Los factores que conllevarían a precipitar una posible
alianza Rusia–China–India, serían los siguientes:
1.– Rusia entiende que para crear un nuevo
balance de poder en el Asia necesita de un mayor acercamiento con
China, que a su vez le brinde ventajas. Esta posible alianza requiere
que además sean incluidas la India e Irán. El objetivo primordial de
tal unidad es prevenir el afianzamiento de los poderes occidentales en
el Asia central y en el Cáucaso. La Organización de Cooperación de
Shanghai, SCO, puede proporcionar un foro adecuado para el avance de
este eje estratégico: Rusia–China–India. La SCO incluye
actualmente a Rusia, China, Kazajstán, Uzbekistán, Kirguizistán y
Tayikistán, la India se perfila como candidato potencial; con la
adhesión de la India, la significación de la SCO aumentaría, afirmó
el presidente Putin (18), en la reciente cumbre de la SCO, en julio de
2005, donde estuvieron presentes con carácter de observadores la
India, Irán y Pakistán.
2.– Rusia, China y la India entienden que por
tener una serie de intereses convergentes a escala regional e
internacional, puede de hecho, añadir sustancia para la construcción
de ese posible bloque de poder. Los tres estuvieron inquietos por la
guerra emprendida por EEUU contra Irak y protestaron porque lo
entendieron como un rechazo a las reglas internacionales. Estos tres
Estados dan respaldo a la primacía de dirimir la solución de las
crisis en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas(19).
Tiempo atrás, Rusia se había ya comprometido a trabajar junto con la
India por el establecimiento de un mundo multipolar basado en igualdad
de la soberanía de los Estados. Moscú y Nueva Delhi expresaron 'su
determinante oposición al unilateral uso o amenaza de utilizar la
fuerza en violación de la carta de la ONU, y a la intervención en
los asuntos internos de otros países, incluyendo el tipo de
intervención humanitaria.”(20)
3.– La venta de armas y de recursos energéticos
juegan un gran papel en esta relación trilateral. Rusia y China han
llegado a discutir la posibilidad de desarrollar conjuntamente un
Sistema Regional de Escudos de Misiles Defensivos, sí EEUU ignora sus
objeciones y continua llevando adelante el sistema de escudos
anti–misiles. En el área militar Rusia y la India realizaron
ejercicios navales en 2003, en el Océano Indico en el que se simuló
un ataque con misiles de travesía de largo alcance. (21)
En octubre de 2000, Rusia y la India firmaron una
declaración de asociación estratégica, entre los que se encuentran
la unión en la Investigación y Desarrollo (I+D), los acuerdos de
cooperación tecnológica–militar y, la continuación con el
entrenamiento en los aspectos de interés común. Esta asociación
generó un atractivo más, para el acercamiento de China a este
posible triangulo estratégico (22). Tras varios años de
negociaciones, en enero de 2004, la marina hindú podía finalmente
firmar un arreglo con Rusia para la adquisición del portaaviones
almirante Gorshkov de 44500 toneladas (23). En 2004 se comenzó a
hablar de que Rusia y la India en colaboración con China trabajan en
la unión en la Investigación y Desarrollo (I+D), para la creación
de cazas de quinta generación. (24)
4.– Lo multi–étnico de los tres Estados los
lleva a preocuparse por el aumento del separatismo étnico
nacionalista y el islamismo fundamentalista. La preocupación rusa son
sus porosas fronteras y las relaciones volátiles con los Estados
vecinos al sur y en el Asia central; para China la presencia del
nacionalismo separatista y el islamismo radical principalmente en la
provincia Xinjiang. Lo mismo que le acontece a la India en la región
de Cachemira.
Rusia y China se han brindado mutuo apoyo en
materias regionales. China apoya los esfuerzos rusos para contener el
separatismo doméstico ruso y las acciones de Moscú en Chechenia; por
su parte, Rusia apoya a China en el tema de Taiwán, Tíbet, y rechaza
la presión por parte de occidente en el tema de Derechos Humanos. La
India a su vez, teniendo presente el principio de no–interferencia
en asuntos internos de otros Estados, tuvo cuidado y abandonó la
valoración en política de asuntos extranjeros en cuanto a China,
cesando increíblemente su posición con respecto al Tíbet; por su
parte China retiró el apoyo a los separatistas en Assan y el Noroeste
hindú, Pekín asume a su vez, una 'posición de cuidadosa
neutralidad' en el tema de Cachemira(25), las tensiones pasadas por
las agudas disputas fronterizas han sido tratadas, hoy el principal
conflicto sino–hindú se centra en el abastecimiento de armas
nucleares por parte de China a Pakistán, pero la India ha sido
tranquilizada por la decisión por parte de Pekín de unirse y de
trabajar constructivamente con el Comité Zangger.(26)
Por su parte Rusia y la India, preocupados por la
situación del fundamentalismo islámico han experimentado un mejor
acercamiento, lo que a su vez a traído el deterioro de la relación
de Rusia con Pakistán, agravado por la posición paquistaní frete al
islamismo y a su incondicional sumisión hacia los EEUU; proximidad
que se traduce también en el apoyo ruso a la India para que ésta se
incluya en la directiva de foros internacionales como en el de
Cooperación Económica Asia–Pacífico, APEC.(27)
La parte IV de este análisis tratará sobre la
Organización de Cooperación de Shanghai.
Parte IV
1. Organización de Cooperación de Shanghai
(SCO)
Después de la desintegración de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el presidente del gobierno
regional de Xuar, China, visitó los países Uzbekistán y Kazajstán,
explorando futuros compromisos en la región. En 1991, China y Kazajstán
firmaron un acuerdo intergubernamental por cinco años, que reduce las
tarifas en las importaciones y exportaciones, promoviendo una mayor
cooperación en temas de seguridad y economía. El progreso de este diálogo
multilateral, creó medidas de confianza militar y de seguridad a lo
largo de las fronteras de China con Asia Central (28), y animó a
nuevos compromisos cuyo resultado fueron diferentes discusiones entre
Moscú y Pekín, que dan vida en 1996, al Acuerdo Bilateral sobre las
Fronteras.
Inmediatamente firmado este acuerdo, China
encabeza los esfuerzos que darán lugar al nacimiento en abril de 1997
de la organización conocida como “Shanghai Cinco” (Rusia, China,
Kazajstán, Kirguizistán, y Tayikistán). Moscú eleva su interés en
esta iniciativa china, debido al descontento con diferentes Estados
occidentales a raíz del conflicto balcánico (29). Uzbekistán que en
un comienzo participó como observador, opta más adelante por
adherirse. Cinco años más tarde, en la cumbre de Shanghai 2001,
“Shanghai Cinco”, se convierte en la Organización de Cooperación
de Shanghai (SCO), una organización internacional con estructura
formal y componente militar, el Grupo Anti–Terrorista, con base en
Uzbekistán(30); siendo hoy la estructura de seguridad más importante
de la región, con secretaría en Pekín. El desarrollo de esta
organización ha despertando el interés de la India y Pakistán por
integrarse (31), países que en la última cumbre de la SCO en julio
2005, participaron al igual que Irán como Estados observadores.
La SCO crea en 2004 una fuerza regional
Anti–Terrorista en Bishkek, capital de Kirguizistán. En su primer
plan militar la SCO llevó a cabo ejercicios militares comunes en
Kazajstán implicando a las fuerzas armadas de los seis países
miembros (32). Además, de la Convención Anti–terrorismo de
Shanghai, la organización ha impulsado iniciativas para que Naciones
Unidas desempeñen un importante papel a escala mundial. Ya en el 2000
habían afirmado públicamente que 'inquebrantablemente promoverán la
consolidación del papel de la ONU como el único mecanismo universal
para salvaguardar la paz y la estabilidad internacional'; y que se
'oponen al uso de la fuerza o de la amenaza de la fuerza, en las
relaciones internacionales sin la antes aprobación del Consejo de
Seguridad de la ONU.'(33)
Con la firma de la Declaración de Tashkent,
Uzbekistán, en mayo de 2004, se extienden los objetivos de la
organización a otros asuntos de interés común, como son la
cooperación para la erradicación de la pobreza, y en el comercio;
también se formaliza la ayuda para el mantenimiento de la seguridad
en el Asia Central.
Los países miembros reiteran su firmeza conjunta
para combatir las fuerzas desestabilizadoras tales como el
“terrorismo, separatismo y extremismo”(34), así como el tráfico
de drogas, para contener y “enfrentar las nuevas amenazas a la
seguridad”(35). Dado que el terrorismo es el tema de más preocupación
(36), se comprometieron a consolidar sus acuerdos realizando
ejercicios militares conjuntos anti–terroristas, para el control del
comercio ilegal de armas, munición y explosivos, así como la entrada
de mercenarios dentro de sus fronteras. Además, la Declaración de
Tashkent, emanan acuerdos, sobre el deber de especificar todo tipo de
ejercicios militares, su número, alcance y escala, debiéndose
informar toda actividad militar importante que ocurra en un área
dentro de los 100 kilómetros cercanos a la frontera de los Estados
miembros. Y así mismo se eliminan todos aquellos ejercicios militares
que intenten oponer un Estado contra otro al interior de la SCO.
La organización también está trabajando por la
integridad y reforzando la ayuda comunitaria contra las amenazas
separatistas que padece cada Estado miembro. Por ello, y como
consecuencia de la situación de inestabilidad política, económica,
social de la región, los Estados centro asiáticos, Kazajstán,
Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán, se vieron obligados a
asociarse a la SCO, que poco a poco se ha convertido en un ente
importante de seguridad colectiva(37). El desarrollo sobrevino así,
en primer lugar, porque ninguno de estos Estados aisladamente podía
derrotar estas amenazas y sediciones violentas; en segundo lugar, la
presencia de EEUU aumentan la inestabilidad de la región, ya que
incentivan las contradicciones, fracturando de un lado a las naciones
más incipientes, y de otro, acarreándole conflictos a los Estados más
cimentados. En este panorama internacional, sería inverosímil
imaginar que EEUU brinde su apoyo a Rusia, a China o los otros países
de la zona, para enfrentar estas amenazas; escudándose principalmente
en el manejo de las tensiones en el conflicto chechenio, en las
diferencias sobre la solución del tema taiwanés, y en tratamiento a
los abusos contra los derechos humanos en el Asia central.
Tres factores que se han convertido en los
problemas más acuciantes en el Asia Central hoy:
1. Competición geopolítica entre Rusia, China,
Irán, y de otros Estados centro asiáticos, además de EEUU, por el
control del petróleo y el gas;
2. La aparición de fenómenos fronterizos, como
el tráfico ilegal de armas y de drogas; y
3. Las insurrecciones y el terrorismo de corte
islamista.
Entre los grupos señalados como una seria
amenaza para la estabilidad de la región, están el movimiento de los
Talibán en Afganistán; el Hizb ut–Tahrir que anhela la instauración
de un califato en las repúblicas centro asiáticas; el Movimiento Islámico
de Uzbekistán (IMU), grupo que emergió de los uzbeks que habían
luchado junto al Partido Islámico del Renacimiento (IRP) en la guerra
civil de Tayikistán. El IMU ha lanzado repetidas ofensivas en el
Valle de Fergana, desde bases en Mazar–e–Sharif y Konduz al norte
de Afganistán. Países como Uzbekistán, Tayikistán y Kirguizistán
comparten el área del valle de Fergana, por lo tanto, todas las
actividades que tengan lugar en este importante valle del Asia Central
tienen un gran impacto sobre los tres Estados.(38)
Las dos principales organizaciones
internacionales de seguridad de carácter regional, la Organización
de Cooperación de Shanghai (SCO) y la Organización del Tratado de la
Seguridad Colectiva (CSTO) de la Comunidad de Estados Independientes
(CIS), se han comprometido a cooperar sobre estos temas. La SCO ha
realizado ejercicios conjuntos militares anti–terroristas en
diferentes momentos y con distintos alcances. Algunos de estos
ejercicios han tenido lugar en China y Kazajstán, y varios de éstos
incluían a comandos de la Fuerza Colectiva de Despliegue Rápido(39)
(CRDF) de la SCO. China y Kazajstán por su parte han comenzado ha
cooperar en la lucha contra las organizaciones clasificadas como
terroristas por parte de la ONU y EEUU; como al Movimiento Islámico
del Este de Turkestán (ETIM)(40). La SCO y la CSTO han dando muestras
de cooperación, resultado lógico, dado que los objetivos y calidades
de miembro de estas dos organizaciones son similares, y ambas ahora
tienen bases de anti–terrorismo en Kirguizistán.(41)
Rusia y las naciones centro asiáticas miembros
de la SCO, han insistido para que la organización ponga más énfasis
en la cooperación económica, mientras que los representantes chinos
han mostrado más interés en la cooperación militar y
anti–terrorista, con el objetivo de construir una sólida organización
de seguridad que le haga frente a las amenazas regionales comunes(42).
Por lo que los acuerdos bilaterales ruso–chinos, se prestan y se
revelan como herramienta para el mantenimiento de la estabilidad en la
región.(43)
La SCO ha realizado pasos significativos, desde
la década pasada, en la esfera económica, impulsando el desarrollo
de una mayor cooperación y competencia económica entre los seis
Estados miembros. China se ha convertido en el socio comercial,
no–CIS, más importante de Kazajstán, Uzbekistán y Kirguizistán.
El comercio bilateral de China con Kazajstán alcanzó US $497
millones aproximadamente en 1996.
Sin duda, la conformación y el desarrollo de la
organización “Shanghai” como foro regional ha beneficiado más a
China que a todos los demás Estados miembros. El foro ha ido
incluyendo progresivamente temas económicos, políticos y problemas
regionales de seguridad, de los que no ha habido escasez en el período
1996–2002(44). Así mismo, han reconocido la necesidad de forjar
lazos económicos más fuertes, como medio indispensable para
erradicar la pobreza en la región; para este fin, establecieron
grupos de trabajo, tales como: comercio, promoción de inversiones,
costumbres y otros. La agenda de la SCO, incluye acuerdos sobre
medidas para elevar el comercio en la región y para formular la
legislación que apoya el libre flujo de mercancías, de capitales, de
servicios y de tecnologías(45), siendo esto un logro de los Estados
de menor tamaño de la organización.
Los principales factores que impiden que se
produzca una mayor profundización en la cooperación en la SCO son:
a) las desconfianzas y suspicacias que persisten
entre los diferentes países miembros. Las naciones central asiáticas
no comparten del todo las opiniones chinas sobre las amenazas
regionales, y mucho menos no comparten en su totalidad las
preocupaciones por las amenazas terroristas;
b) las carencias de las repúblicas del Asia
Central de los suficientes mecanismos políticos, sociales y de
seguridad para oponerse a sublevaciones nacionalistas internas y a los
ataques de los agitadores islamistas. Hoy, estos Estados se encuentran
en medio de un ambiente potencialmente explosivo;
c) la incapacidad de Rusia y de China de
construir un mecanismo capaz de proporcionar verdadera seguridad
regional en áreas de interés común, situación que demanda mayores
esfuerzos. Pues, hasta ahora, este sistema de seguridad no ha ayudado
mucho a contener la presencia del fundamentalismo islámico en la región
(46);
d) la ineficacia de los Estados asiáticos
centrales para constituir una eficaz fuerza militar que ejerza
influencia contra el terrorismo y las fuerzas insurgentes;
e) el incumplimiento de la en la SCO como
organización de sus cometidos militares en la guerra contra el
terrorismo (47); y,
f) sumado a todo esto, la presencia militar de
los EEUU en la región, como consecuencia de la “Guerra Global
contra el Terrorismo”, en su sedienta necesidad por controlar los
recursos energéticos de petróleo y gas, han contribuido a
desestabilizar la precaria situación de seguridad en la región y
fundamentalmente a aumentar los peligros procedentes del “triangulo
de la eterna guerra” (48), Tayikistán–Afganistán–Pakistán.
Los factores de cohesión más destacados que han
ido convirtiendo a la SCO en una indispensable y primordial organización
regional de cooperación y seguridad, son:
a) el trascendental rol que desempeña la
organización, en el mantenimiento de la seguridad y estabilidad en
Asia Central y en el extremo oriente del continente. Su desarrollo
podrá ayudar a formar una zona de paz al sureste y al este de Rusia
(49);
b) los acelerados progresos en cooperación en el
área de seguridad y defensa de la región han dado resultados
inmediatos, como la puesta en marcha de ejercicios militares conjuntos
con la participación de sus miembros, como el realizado por Rusia y
China(50), de agosto a septiembre de 2005, denominado “Misión de
Paz 2005”.
c) facilitar los acuerdos para la seguridad de
las fronteras entre los miembros de la organización, como en el caso
de China, que ha delimitado sus fronteras con Rusia, Kazajstán,
Kirguizistán, y Tayikistán;
d) los persistentes emplazamientos que ha
realizado la organización para que la ONU y su Consejo de Seguridad,
sea el mecanismo que resuelva los diferentes contenciosos y conflictos
que se dan, ya sean a escala regional o mundial. Demandando la
construcción de un mundo multilateral;
e) la preocupación por parte de los arquitectos
de las políticas ruso–chinas frente a las diferentes problemáticas
de la región, como son las actividades de Irán, Pakistán, Turquía,
Arabia Saudita, y la ingerencia de Estados Unidos en Asia central
(51);
f) el creciente incremento comercial y de mercado
entre las diferentes naciones participantes en la organización; y,
g) agregado a todo esto, el despliegue bélico
estadounidense a lo largo del continente y fundamentalmente en Asia
Central ha obligado, a que Rusia y China estrechen más sus relaciones
de cooperación para salvaguardar sus intereses estratégicos.
Debido a la importancia del Asia Central, las
rivalidades geopolíticas han comenzado a tener diferentes respuestas
y soluciones en el marco regional e internacional, que pueden implicar
serios desarrollos y trascendentales cambios en el inmediato futuro.
Una de estas manifestaciones fue la posición adoptada, al finalizar
la última cumbre de la SCO, en Astana capital de Kazajstán, del 5 al
6 de julio de 2005, en la que, los Estados miembros llaman a 'la
coalición anti–terrorista' liderada por EEUU a definir un plazo
sobre su presencia militar sobre el territorio de países miembros de
la SCO. Recalcada con vehemencia por parte de Uzbekistán, a la que el
ministro de los Asuntos Exteriores, Roza Otunbayeva de Kirguizistán,
se unió, proclamando, 'Somos parte de la coalición anti–terrorista
(...) Sin embargo, hay un plazo limitado para cada uno de los que
viene a algún sitio. Somos miembros SCO. Ponemos a la vista este tema
junto con otros Estados miembros”(52).
Aunque Washington trató de desviar este serio
llamado contra sus intereses en la región, argumentando que su
presencia allí se debe a tratados bilaterales; no por ello, esta
exigencia deja de ser un duro golpe para los objetivos e intereses
estadounidenses en el Asia Central. Finalmente, esta situación llevó
a un ultimátum por parte de Uzbekistán para que EEUU se retire en
menos de 180 días de la base que tiene en su territorio.
Finalmente Washington se vio obligado a retirarse
de la base que tenía en Uzbekistán a finales de 2005, y actualmente
tiene problemas con la base en suelo de Kirguizistán. Pero muchos de
los interrogantes sobre la presencia de EEUU en el Asia Central se
podrán aclarar en la próxima de cumbre de la SCO que tendrá lugar a
mediados de 2006.
Notas:
(*) Víctor Wilches es Lic. Ciencias Políticas.,
Investigador del Grupo Interdisciplinario REDALCES–España.
1) Wilches, Víctor. Rusia y China: Una Posible
Alianza. GrönMåne Ed. Dic. 2005
2) Los miembros de la Comunidad de Estados
Independientes son: Rusia, Ucrania, Kazajstán, Bielorrusia, Armenia,
Georgia, Azerbaiyán, Kirguizistán, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán,
Uzbekistán.
3) Wilches, Víctor. pg. 91. ob. cit.
Notas Parte II:
1) SCO: Organización de Cooperación de
Shanghai. Todas las Siglas que aparecen en el estudio corresponden a
la forma inglesa, exceptuando la ONU y la OTAN.
2)
Irvin Lim Fang Jau. Dragon Dance: China's Global Charm Offensive as
Grand Strategies of Dalliance and Distraction. Journal of the
Singapore Armed Forces, Journal V27 N3 2001.
3)
Bin, Yu. At the Dawn of a Unipolar World…cit.
4)
Bin, Yu. At the Dawn of a Unipolar World. Wittenberg University. 1st Q
u a r t e r 2003: China–Russia Relations. Center for Strategic and
International Studies, CSIS; Enero–marzo, 2003.
5)
Irvin Lim Fang Jau. Dragon
Dance…cit.
6)
Timmerman, Kenneth R. China and Russia Align against U.S – sign
Sino–Russian Friendship Treaty; United States. Insight on the News;
agosto 13, 2001.
7)
Bin, Yu. At the Dawn of a Unipolar World…cit.
8)
Bin, Yu. Back to Geostrategics. Wittenberg University. Center for
Strategic and International Studies, CSIS; agosto 3, 2003.
9)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance – Russia and Eurasia. Naval War College
Review, FindArticles; Otoño 2003.
10)
Timmerman, Kenneth R. China and Russia Align Against U.S – sign
Sino–Russian Friendship Treaty; United States…cit.
11) U$S : Significa que son dólares americanos,
y válido para todo el documento.
12)
Bin, Yu. Back to Geostrategics… cit.
13)
The Military Balance. Central and South Asia. Volume 103, Number 1 /
October 01, 2003; pgs: 126–144; octubre 1, 2003.
14)
The Military Balance 2004. Russia Part II. Volume 104, number 1, 2004
15)
Oresman, Matthew. Challenges To The Sino–Russian Relationship. CHINA
BRIEF, Volume 4, Issue 24. Jamestown Foundation; diciembre 7, 2004
16)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance – Russia and Eurasia…cit.
17)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance – Russia and Eurasia…cit.
18)
Makiyenko, Konstantin. The Russian–Chinese Arms Trade: an Attempt at
Qualitative Analysis. Centre for Analysis of Strategies and
Technologies. Moscow Defense Brief, No. 1, 2005.
19)
Waller, J. Michael. New
reports detail the China threat; for the first time, an official
policy document clearly states that Beijing's military buildup against
Taiwan is a clear and present danger to U.S. interests in the Pacific
– World: China. Insight on the News; agosto 19, 2002.
20) Ibíd.
21) Bin, Yu. Back
to Geostrategics…cit.
22)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance – Russia and Eurasia…cit.
23)
Blagov, Sergei. Russia–China–India: An axis of denials…cit.
24)
Oresman, Matthew. Challenges To The Sino–Russian Relationship…cit.
25)
Bin, Yu. Back to Geostrategics…cit.
26)
Oresman, Matthew. Challenges To The Sino–Russian Relationship…cit.
27)
Ibíd.
28)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance – Russia and Eurasia…cit.
29) Ibíd.
Notas Parte III:
1)
Oresman, Matthew. Challenges To The Sino–Russian Relationship…cit.
2)
Irvin Lim Fang Jau. Dragon Dance: China's Global Charm Offensive as
Grand Strategies of Dalliance and Distraction…cit.
3)
Blagov, Sergei. Russia–China–India: An axis of denials. Asia
Times, julio 3, 2003
4)
Stelzer, Irwin M. The axis of oil: China and Russia find a new way to
advance their strategic ambitions, The Weekly Standard, febrero 7,
2005. Y también en, Bin, Yu. Back
to Geostrategics…cit.
5)
Blagov, Sergei. Russia–China–India: An axis of denials…cit.
6)
Oresman, Matthew. Challenges to the sino–russian relationship…cit.
7)
Bogaturov, Alexei. International relations in central–eastern Asia:
geopolitical challenges and prospects for political cooperation. The
Brookings Institution Center For Northeast Asian Policy Studies; junio
2004.
8)
Bin, Yu. At the Dawn of a Unipolar World…cit.
9)
Stelzer, Irwin M. The axis of oil: China and Russia find a new way to
advance their strategic ambitions…cit.
10)
Bogaturov, Alexei. International relations in central–eastern Asia:
geopolitical challenges and prospects for political cooperation...cit.
11)
Bin, Yu. At the Dawn of a Unipolar World…cit.
12)
Makiyenko, Konstantin. The Russian–Chinese Arms Trade: an Attempt at
Qualitative Analysis…cit.
13)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance – Russia and Eurasia…cit.
14)
Lim Fang Jau. Dragon Dance: China's Global Charm Offensive as Grand
Strategies of Dalliance and Distraction…cit.
15)
Makiyenko, Konstantin. The Russian–Chinese Arms Trade: an Attempt at
Qualitative Analysis…cit.
16)
Rahm, Julie M. Russia, China, India: A New Strategic Triangle for a
New Cold War? –international relations. Parameters, diciembre 22,
2001.
17)
Blagov, Sergei. Russia–China–India: An axis of denials…cit.
18)
Ibíd.
19)
Ibíd.
20)
Rahm, Julie M. Russia, China, India Strategic Triangle for a New Cold
War?…cit.
21)
Blagov, Sergei. Russia–China–India: An axis of denials…cit.
22)
Rahm, Julie M. Russia, China, India: A New Strategic Triangle for a
New Cold War?…cit,.
23)
The Military Balance. Central and South Asia. Volume 104, Number 1 /
January 1, 2004 Pages: 309 – 317.
24)
Bin, Yu. Back to Geostrategics…cit.
25)
Rahm, Julie M. Russia, China, India: A New Strategic Triangle for a
New Cold War?…cit.
25) El Comité Zangger fue formado a principios
de los años 1970 para establecer directrices y poner en práctica las
provisiones de control de exportación del Tratado de No–Proliferación
Nuclear (Artículo III (2). Según este Artículo ' Cada Estado Parte
del Tratado se compromete a no proveer: (a) fuentes o el material
especial fisionable, o (b) el equipo o el material sobre todo diseñado
o listo para el tratamiento, uso o producción de material especial
fisionable, a cualquier Estado no–nuclear para objetivos pacíficos,
a no ser que la fuente o el material especial fisionable estén
sujetos a los salvaguardas requeridos por este artículo. ' La lista
de artículos controlados desarrollados por el Comité Zangger se
conoce como la Trigger List porque la exportación de aquellos artículos
tiene salvaguardas de la Agencia Internacional de Energía Atómica
(OIEA). (Nota del Autor)
26)
Ibíd.
27)
Clarke, Michael. Xinjiang and China’s Relations with Central Asia,
1991–2001: Across the ‘Domestic–Foreign Frontier’? School of
International Business and Asian Studies, Griffith University;
Brisbane, Australia. Asian Ethnicity, Volume 4, Number 2, June 2003.
Taylor and Francis Group; junio de 2003.
Notas Parte IV:
28) Ver la página 11.
29)
Marquand, Robert. Go west: China looks to transform its frontier. –
Edition The Christian Science Monitor; septiembre 26, 2003.
30)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance …cit.
31)
Blagov, Sergei. Russia–China–India: An axis of denials…cit.
32)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance …cit.
33)
Sharma, Devika. China's new security concept. Observer Research
Foundation, apareció en Pioneer, New Delhi; julio, 2 2004.
34)
Ibíd.
35)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American alliance…cit.
36)
Engelhardt, Tom. Moving out of the superpower orbit. Asia Times; mayo
4, 2005.
37)
Clarke, Michael. Xinjiang and China’s Relations with Central Asia,
1991–2001: Across the ‘Domestic–Foreign Frontier’?...cit,.
38) CRDF: Fuerza militar que depende de la
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, CSTO.
39) ETIM: Grupo separatista islamista del Uighur
en la provincia de Xinjiang de China.
40)
The Military Balance. Central and South Asia...cit.
41)
Bogaturov, Alexei. International relations in central–eastern Asia:
geopolitical challenges and prospects for political cooperation...cit.
42)
Bin, Yu. Back to Geostrategics…cit.
43)
Clarke, Michael. Xinjiang and China’s Relations with Central Asia,
1991–2001: Across the ‘Domestic–Foreign Frontier’? ...cit.
44)
Sharma, Devika. China's new security concept…cit.
45)
Malik, V. P., General. Global Trends And Strategic Changes: The Asian
View From India. Observer Research Foundation, Análisis; diciembre
27, 2004.
46)
Engelhardt, Tom. Moving out of the superpower orbit…cit.
47)
Bogaturov, Alexei. International relations in central–eastern Asia:
geopolitical challenges and prospects for political cooperation...cit.
48)
Sergei, Ivanov. Russia's Geopolitical Priorities and Armed Forces.
Russia in Global Affairs; abril 16, 2004.
49)
Bin, Yu. Back to Geostrategics…cit. Y también en, Novosti,
Russian–Chinese troops conduct landing and assault exercises in
China. Novosti, agosto 24, 2005.
50)
Weitz, Richard. Why Russia and China have not formed an
anti–American…cit.
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