La
OCS apaña al presidente iraní, que pide “una organización fuerte
que sirva para bloquear las amenazas e injerencias”
La
Organización de Shanghai, pesadilla de Estados Unidos
Por
Rafael Poch
Corresponsal en China
La Vanguardia, 15/06/06
La Organización de
Cooperación de Shanghai (OCS) comienza a ser algo serio. Implicando a
seis países miembros, cuatro ex soviéticos de Asia Central, más
China y Rusia, es la mayor organización regional del mundo.
Representa a una cuarta parte de la población mundial, y va a más.
A la quinta cumbre
anual de esta organización euroasiática chino–rusa, celebrada en
Shanghai, asisten también los jefes de estado, de gobierno o altas
delegaciones de; India, Paquistan, Mongolia, e Irán, en calidad de
“observadores”, lo que eleva la cuenta al 44% de la población
mundial. El presidente de Afganistán, aquel hombre de la CIA, asiste
como “invitado”. Aleksandr Lukashenko, el caudillo bielorruso
también llama a la puerta.
La OCS no hace más
que desmentir que no es una “OTAN de oriente”, y que sus
relaciones militares, “no apuntan contra ningún país”. El
problema es que su mera existencia ya significa que al poder global de
Estados Unidos le están saliendo enormes agujeros. Junto con la otra
gran realidad asiática, la ASEAN, la OCS recuerda, 'urbi et orbe',
que el mundo se organiza al margen de Washington.
El eje de este fenómeno
es China. Su necesidad de energía topa con el expansionismo militar
de Estados Unidos. Washington, y la seguidista Europa, están empeñados
en la estéril presión contra Irán, por perseguir, en ese país, lo
que en Israel no es delito: tener armas nucleares en Oriente Medio. Se
intenta marginalizar a Irán, convertirlo en un paria patrocinador de
terroristas. Pero he aquí al Presidente Mahmoud Ahmadinejad arropado
por varios grandes en Shanghai. Ayer se entrevistó con Putin y hoy
con Hu Jintao. Su discurso, pidiendo que la de Shanghai sea, “una
organización poderosa que sirva para bloquear las amenazas e
injerencias ilegales y brutales de diferentes países”, se
retransmitió en directo por la televisión china. “Si consideráramos
que es un patrocinador de terroristas, no le habríamos invitado”,
dice el jefe de la OCS, Zhang Deguang, respondiendo a Donald Rumsfeld.
China y Rusia
invalidan por completo el escenario euroamericano de las sanciones
contra Teherán en el Consejo de Seguridad de la ONU. En todo el mundo
se constata “el factor norcoreano”; que el que tiene la bomba
nuclear no es invadido como lo han sido Yugoslavia, Irak o Afganistán,
así que la lógica es aplastante.
Si Occidente quiere
algún día hablar en serio de la no proliferación nuclear, lo que
implica predicar con el ejemplo, tanto en Oriente Medio como
globalmente, ya se verá, mientras tanto, Irán proporciona el 13% de
la importación de crudo a China, y está negociando un millonario
contrato con Pekín para desarrollar el yacimiento de gas de Yadavarán.
Naturalmente, Irán está pidiendo que la próxima cumbre de la OCS se
celebre en… Teherán.
En julio, la OCS se
dirigió directamente a Estados Unidos para que ponga fecha a la
retirada militar de las tropas que desplegó en Asia Central, en 2001
con la excusa de la “guerra contra el terrorismo”. De Uzbequistán
ya los han echado, ahora queda Kirguizstán. La presencia de India
como observadora es muy irritante para Washington, cuyo plan era
convertirla en ariete contra China en Asia. Pero las relaciones entre
Delhi y Pekín mejoran. Tras el arreglo de la disputa fronteriza con
Rusia, China está avanzando mucho en ese mismo capitulo con India.
“No consideramos a China una amenaza, ni ellos a nosotros”, dice
el ministro de defensa indio Pranab Mujerjee. Y Pakistán, descontento
con el trato de favor nuclear que le ha concedido Washington a India,
recibe motivos adicionales para acercarse a la Organización de
Shanghai: ya ha pedido ser miembro pleno y se muestra favorable a
llevar el gas iraní a China por un oleoducto a través de su
territorio.
En la OCS son pocas
las naciones “democráticas”: ninguno de sus miembros lo es y solo
dos de los observadores merecen tal etiqueta, pero su discurso es
mucho más democrático e integrador que el del hegemonismo. El
comunicado conjunto de ayer habla de configurar la OCS como, “un
buen ejemplo de dialogo entre civilizaciones”. Se propone, “un
modelo no confrontacional de relaciones internacionales, desmarcado de
la mentalidad de guerra fría”, decidido a apoyar la multipolaridad
y el papel central de la ONU, como, “organización internacional más
representativa” y salvaguarda del “orden en la ley
internacional”. De paso, se dice que el próximo Secretario general
de la ONU, “debería ser un asiático”.
En un mensaje
claramente dirigido a las repúblicas situadas entre China y Rusia, se
dice que los estados miembros de este club, “no integrarán ninguna
alianza u organización internacional que perjudique la soberanía y
la integridad territorial de otros miembros. No es una OTAN de
oriente, desde luego, pero es un espacio autónomo en clara expansión.
Los
datos
Miembros
* China: 1,314
(población en millones), 2,225 (PIB),17,100 (reserva de crudo–
millones de barriles),2,255 (Ejército)
* Rusia: 143 (población en millones), 766 (PIB), 72,300
(reserva de crudo– millones de barriles), 1,170 (Ejército)
* Kazajstán: 15 (población en millones), 57 (PIB), 39,600
(reserva de crudo– millones de barriles), 66 (Ejército)
* Kyrgyzstán: 5 (población en millones), 2 (PIB), 11 (Ejército)
* Tadjikistán: 7 (población en millones), 2 (PIB), 6 (Ejército)
:* Uzbekistán: 26 (población en millones), 15 (PIB), 600
(reserva de crudo– millones de barriles), 60 (Ejército)
Observadores
* Irán: 69
(población en millones), 196 (PIB), 132,500 (reserva de crudo–
millones de barriles), 420 (Ejército)
* India: 1,095 (población en millones), 775 (PIB), 5,600
(reserva de crudo– millones de barriles), 1,325 (Ejército)
* Pakistán: 166 (población en millones), 119 (PIB), 342
(reserva de crudo– millones de barriles), 619 (Ejército)
* Mongolia: 3 (población en millones), 1 (PIB), 9 (Ejército)
Organización
de Cooperación de Shangai
Acercamiento
a Irán consolida vía independiente
Por
Antoaneta Bezlova
Corresponsal en China
Inter
Press Service, IPS, 14/06/06
Beijing.– Al
invitar al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad a la reunión de esta
semana de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), bloque de
seguridad de seis países, China dio otro paso hacia la consolidación
de su influencia en Asia central y Medio Oriente.
La OSC, creada en
2001 para promover la cooperación económica entre las repúblicas ex
soviéticas de Asia central, se transformó rápidamente en un bloque
para fortalecer la seguridad en la región y ahora considera la
integración de India, Irán, Mongolia y Pakistán, entre otros.
La invitación para
que Ahmadinejad participe en la cumbre del jueves ––y en una reunión
al margen con su par chino Hu Jintao–– coincide con las presiones
de Occidente contra Irán para que interrumpa su programa de
desarrollo nuclear, que incluye enriquecimiento de uranio.
China se opone a que
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intervenga con fuerza
contra el programa iraní, como propone Estados Unidos.
Beijing, en su carácter
de miembro permanente del Consejo de Seguridad del foro mundial,
cuenta con la facultad de vetar sus resoluciones, por lo que su voto
es crucial para alcanzar un consenso al respecto.
Los desacuerdos entre
Beijing y Occidente respecto de Irán hicieron que Washington
decidiera el mes pasado un viraje en su política de rechazo al diálogo
directo con el régimen islámico de ese país, pues accedió a
participar en negociaciones multilaterales con sus representantes.
A cambio, Teherán
debería aceptar un paquete de incentivos, interrumpir el programa
enriquecimiento de uranio y congelar por tiempo indeterminado el
programa de desarrollo nuclear.
La invitación de
Ahmadinejad a la reunión de la OCS podría alentarlo a adoptar una
actitud desafiante en las próximas instancias de negociación.
El principal objetivo
común que comparten los países integrantes de esta organización e
Irán es su deseo de reducir la influencia estadounidense en Asia
central.
"Occidente ya no
considera a la OCS como una tertulia. Hace ya un tiempo que existe y
se puede decir, con cierta certeza, que sus propósitos de largo plazo
tensan más el vínculo con Estados Unidos" en la región,
sostuvo un diplomático occidental asignado a Beijing.
Hasta tal punto son
así las cosas que Beijing debió desmentir las acusaciones de que
trata de formar una "OTAN oriental", en referencia a la
occidental Organización del Tratado del Atlántico Norte.
"Esto no tiene
ningún fundamento. La OCS no es una versión oriental de la OTAN.
Nunca buscó enfrentamientos con nadie y entre sus objetivos de
ninguna manera figura convertirse en un bloque militar", dijo la
semana pasada el presidente chino de la organización, Zhang Deguang.
La reunión del
jueves en Shangai reunirá a los presidentes de China, Kazajstán,
Kirguizstán, Uzbekistán, Rusia y Tayikistán y a los de países
observadores (Irán, Mongolia y Pakistán).
El presidente afgano
Hamid Karzai participará como invitado, al tiempo que India enviará
a su influyente ministro de Petróleo, Murli Deora.
Beijing debió
desechar la idea de que el foro de la OCS promoviera la posición de
Irán respecto de su programa nuclear. Ese país asegura que su único
propósito es la generación de electricidad. "Dada la naturaleza
regional de la OCS, no creo que el problema iraní será una
prioridad", dijo Deguang.
La alineación
evidente con Irán en la próxima reunión de la OCS ayudaría a
aumentar el peso de Beijing en una región tradicionalmente fuera de
su influencia y reforzaría su posición en las negociaciones entre
ese país y las potencias occidentales.
Existe la casi
certeza de que la reunión serviría para fortalecer las relaciones
económicas, diplomáticas y aun las de seguridad de China y Rusia,
los dos fundadores de la OCS, e Irán. Moscú y Beijing tienen
importantes intereses económicos en ese país.
Beijing considera sus
relaciones con Irán vitales para su seguridad energética. China,
segundo importador mundial de petróleo, compra 13 por ciento del
crudo que procesa a ese país, y quiere aumentar sus adquisiciones de
gas natural. En los cuatro primeros meses de este año, sus
importaciones de crudo iraní aumentaron 25 por ciento respecto del
mismo periodo del año pasado.
Al poner la alfombra
roja a los pies de Ahmadinejad en este contexto particular, China está
marca sus prioridades en Asia central y en todo el mundo.
Beijing compra
grandes cantidades de petróleo a sus vecinos a pesar de las críticas
en todo el mundo al desempeño de la región en materia de derechos
humanos.
China cerró el año
pasado un importante acuerdo petrolero con Uzbekistán apenas unas
semanas después de la sangrienta represión de protestas opositoras
en ese país de Asia central.
En claro contraste
con las intenciones "democratizadoras" de Estados Unidos en
Asia central, la OCS ya dejó claro que no se involucraría en asuntos
de seguridad dentro sus fronteras comunes.
"Al promover un
modelo propio de desarrollo asiático y diferente al de Estados
Unidos, China se convierte en un líder cada vez más atractivo para
otros países. Es un asunto que preocupa a ese país", indicó un
investigador del Instituto de Estudios de Investigación sobre Asia
Pacífico de la Academia China de Ciencias Sociales.
Cuando el año pasado
Irán participó en la reunión de la OCS como observador, Washington
pidió explicaciones tanto a Beijing como a Moscú, pues entienden que
su "impulso al terrorismo" lo hace incompatible con una
organización que lo combate. China y Rusia desecharon las objeciones
de Washington: "No lo hubiéramos invitado si creyéramos que
patrocinan el terrorismo", indicó Deguang.
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