Corea del Norte–EEUU
Neoconservadores derrotados
Análisis de Jim Lobe
Inter Press Service
(IPS), 13/02/07
Washington.– Al acceder a los reclamos de
desarme nuclear a cambio de concesiones políticas y económicas,
Corea del Norte le anotó una victoria al sector "realista"
del gobierno de Estados Unidos. En otras palabras, una derrota al ala
neoconservadora.
El régimen de Kim Jong Il, tras soportar la
presión de representantes de cinco países, entre ellos Estados
Unidos, aceptó en Beijing este martes tomar los primeros pasos
concretos hacia el desarme nuclear a cambio de asistencia económica y
normalización de relaciones diplomáticas.
El acuerdo fue anunciado este martes, luego
de varios días de negociaciones. Los neoconservadores que dominaron
la política exterior estadounidense en la primera presidencia de
George W. Busn (2001–2005) lo consideraron una derrota para el país.
Esa fue, al menos, la interpretación del ex
embajador de Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), John Bolton, figura cercana al vicepresidente Dick Cheney.
El acuerdo "envía exactamente la señal
equivocada a los aspirantes a 'proliferadores' (de armas) de todo el
mundo", dijo Bolton, entrevistado por la cadena televisiva CNN.
"Contradice las premisas fundamentales
de la política que ha seguido el presidente en los últimos seis años"
y muestra "al gobierno muy débil en momentos" en que
"necesita lucir fuerte" por la situación en Iraq, agregó.
Pero la declaración oficial de la Casa
Blanca eliminó toda sombra de duda: el presidente Bush apoya el
acuerdo.
"Me complace el acuerdo alcanzado hoy en
las conversaciones de seis partes en Beijing", indica el
comunicado emitido en nombre del mandatario. "Estas
conversaciones representan la mejor oportunidad de usar la diplomacia
en relación con los programas nucleares de Corea del Norte."
El acuerdo detalla pasos que deberán tomar
en los próximos 60 días todos los gobiernos que intervienen en las
negociaciones desde 1994: Corea del Norte, Corea del Sur, China,
Estados Unidos, Japón y Rusia.
Aún está por verse si esta última ronda de
diálogo, iniciada la semana pasada, podría ser el precedente de
negociaciones directas entre Estados Unidos e Irán, el miembro supérstite
del "eje del mal" enunciado en 2002 por Bush, también incluía
a Corea del Norte e Iraq.
Los neoconservadores intentaron impedir que
el principal negociador estadounidense con Corea del Norte, el
secretario de Estado adjunto Christopher Hill, se involucrara en
negociaciones directas con su contraparte norcoreano, Kim Kye–gwan,
fuera del marco de las negociaciones de seis partes.
Pero en los últimos ocho meses se sucedieron
los ensayos con misiles balísticos de Corea del Norte –el 4 de
julio, día de la independencia estadounidense– y una detonación
nuclear subterránea a modo de prueba.
Bush aceptó entonces las sugerencias de la
secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice de admitir una reunión
entre Hill y Kim en Berlín, la cual se celebró en enero y en la que
se delinearon los elementos básicos del acuerdo anunciado este
martes.
"Este acuerdo pudo haberse logrado hace
mucho tiempo, con una buena posibilidad de impedir la adquisición de
material físil y la prueba de un arma nuclear por parte de Corea del
Norte", dijo el experto en cuestiones de la península coreana
Don Oberdofer.
"Sólo ahora el gobierno de Bush está
dispuesto a negociar con ellos en serio", evaluó Oberdofer, de
la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad
Johns Hopkins.
El acuerdo de este martes obliga a Corea del
Norte a cerrar su reactor nuclear en Yongbyon, volver a aceptar las
inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA)
para que fiscalicen el cumplimiento del pacto y preparar una lista
"completa" de todos los restantes programas e instalaciones
nucleares en dos meses.
Y en 30 días, el Departamento del Tesoro
(ministerio de hacienda) de Estados Unidos deberá revisar y levantar
parcialmente las sanciones económicas impuestas a Corea del Norte a
fines de 2005 por supuestas actividades financieras ilícitas, entre
ellas falsificación.
Washington también deberá ayudar a
financiar un embarque inicial de 50.000 toneladas de combustible
pesado a Pyongyang e iniciar el proceso hacia la remoción de ese país
de su lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Además, las seis partes deberán crear cinco
grupos de trabajo para atender las cuestiones pendientes con Corea del
Norte.
Entre ellas figuran su total desnuclearización
como condición para el envío de asistencia, la normalización de las
relaciones diplomáticas con Japón y Estados Unidos y un acuerdo de
paz que ponga fin formalmente a la guerra de Corea de los años 50,
por la que nunca se firmó un armisticio.
En caso de que se hayan registrado avances
satisfactorios para las partes en 60 días, se celebrará una reunión
de cancilleres que lanzará la segunda fase del proceso, que incluiría
un suministro continuo de combustible pesado a Corea del Norte a
cambio del desmantelamiento total de sus instalaciones nucleares.
"Esto es el primer cuarto", dijo
Rice a la prensa, en un parangón deportivo. "Todavía queda
mucho para hacer, pero las seis partes han tomado un paso promisorio
en la dirección correcta."
Analistas tanto de derecha –como Bolton–
como de izquierda advierten similitudes entre el acuerdo de este
martes y el Acuerdo Marco de 1994, propiciado por el entonces
presidente estadounidense Bill Clinton.
Aquel convenio establecía el suministro de
combustible pesado y otros mecanismos de asistencia en materia de
energía, como la instalación de dos reactores nucleares de agua
liviana a cargo de Japón y Corea del Sur, a condición del
congelamiento permanente del programa de plutonio en Yongbyon.
Pero el gobierno de Bush acusó en 2002 al régimen
de Kim Jong Il de violar ese acuerdo al implementar un programa
secreto que incluía el procesamiento de uranio altamente enriquecido
con fines armamentísticos.
Washington se basó para eso en las
investigaciones sobre la red de comercio de insumos nucleares que
dirigía el científico pakistaní A. W. Khan. Pero Pyongyang se
apresuró a negar la existencia de tal programa.
Más tarde, en 2005, Corea del Norte se
comprometió ante sus cinco contrapartes a completar un proceso de
desnuclearización.
El acuerdo de este martes no especifica el
destino del plutonio hasta ahora producido en Yongyon, suficiente, según
fuentes de inteligencia estadounidenses, para producir hasta ocho
bombas nucleares. Tampoco dice nada sobre el programa de misiles balísticos
norcoreano.
Eso vuelve al convenio vulnerable a ataques,
en particular por parte de los halcones que, si bien simpatizan y
colaboran con el gobierno de Bush, aseguran que Kim Jong Il no es un líder
confiable y que no tiene intenciones de renunciar a su arsenal, del
cual, advierten, depende la supervivencia de su régimen.
Pyongyang
recibirá una ayuda inicial de 50.000 toneladas de gasóleo en
contraprestación
Corea
del Norte se compromete a desactivar su programa nuclear en 60 días
El Periódico, 13/02/07
Pekín
(Agencias).– Corea del Norte se ha comprometido a clausurar su
principal reactor nuclear en un plazo de 60 días tras llegar a un
acuerdo durante las conversaciones a seis bandas que se celebran en la
capital china que incluye como contrapartidas el suministro de
importantes ayudas energéticas a Pyongyang y una serie de concesiones
diplomáticas por parte de EEUU y Japón.
Según
ha anunciado el representante de la delegación china, Wu Dawei, los
norcoreanos recibirán una ayuda inicial de 50.000 toneladas de gasóleo
en contraprestación por el cierre de su reactor, un hecho que deberá
ser confirmado por inspectores internacionales. Posteriormente, Corea
del Norte recibirá otras 950.000 toneladas por desmantelar
definitivamente su reactor.
Reanudación
de las relaciones
El
documento conjunto alcanzado por los seis países participantes en las
negociaciones (Corea del Norte y del Sur, Estados Unidos, China, Japón
y Rusia) incluye también la reanudación de las relaciones diplomáticas
entre norcoreanos y estadounidenses, cuando se cumplen cuatro meses
del primer ensayo nuclear de la historia de Corea del Norte.
"La
República Democrática Popular de Corea y Estados Unidos iniciarán
conversaciones bilaterales con el fin de resolver asuntos pendientes y
avanzar hacia unas relaciones diplomáticas plenas", se afirma en
el documento.
Fuera
del "eje del mal"
Estados
Unidos, además, se compromete a dejar de considerar a Corea del Norte
como parte del conocido "eje del mal" y de calificarlo como
un Estado defensor del terrorismo, así como a dar por terminadas las
sanciones comerciales que actualmente impone al país asiático,
aunque sobre este punto no se han facilitado fechas.
Japón,
el otro país participante en las negociaciones sin vínculos diplomáticos
con Corea del Norte, también buscará vías para normalizar sus
relaciones, de acuerdo con Wu.
Primer
avance desde el 2003
El
de hoy es el primer avance hacia el desarme desde que se iniciaron las
negociaciones en el 2003, un diálogo retrasado por continuos boicot y
desencuentros entre Washington y Pyongyang que habían puesto en duda
la validez del formato a seis.
La
crisis norcoreana es uno de los dos conflictos nucleares más
candentes en el planeta junto con el iraní. La prueba nuclear de
Pyongyang el pasado 9 de octubre desencadenó una profunda crisis política
internacional en el norte de Asia.
Corea del Norte:
Cambio de planes, no de régimen
Análisis de Antoaneta Bezlova
Inter Press Service
(IPS), 14/02/07
Pekín.– El acuerdo por el cual Corea del
Norte accedió a desmantelar su programa de desarrollo nuclear echó
por tierra los planes de Estados Unidos de procurar un "cambio de
régimen" en ese "reino ermitaño" de Asia Pacífico.
El acuerdo, redactado por China y aprobado el
martes en Beijing, marca el primer gran avance en tres años de
tortuosas negociaciones en la mesa de las Seis Partes (China, Corea
del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia).
Bajo sus términos, Pyongyang se comprometió
a clausurar su principal reactor atómico, en el complejo de Yongbyon,
poner fin a su programa para el desarrollo de armas nucleares y
permitir el ingreso de inspectores internacionales para que verifiquen
sus acciones a cambio de recibir asistencia energética.
Aunque fue descrito como un documento muy
similar al borrador de un acuerdo previo de 2005, el actual convenio
es más específico y contiene un calendario preciso.
Pyongyang tiene 60 días para sellar la
planta de Yongbyon, admitir a los inspectores de la Agencia
Internacional de Energía Atómica y revelar todos sus programas
nucleares. Mientras, recibirá 50.000 toneladas de combustible o ayuda
económica de igual valor.
La próxima fase, que no tiene plazo, obliga
al régimen norcoreano a desmantelar todas sus instalaciones nucleares
y a elaborar una lista con todas sus reservas de plutonio, elemento químico
que le permitió llevar a cabo ensayos atómicos en octubre pasado. A
cambio, recibirá otras 950.000 toneladas de combustible.
El acuerdo establece que Estados Unidos y Japón
darán los primeros pasos para normalizar las relaciones con
Pyongyang. Washington aceptó iniciar un proceso para eliminar a Corea
del Norte de su lista de países que patrocinan el terrorismo.
El gobierno estadounidense también se
comprometió a levantar dentro de 30 días el congelamiento de las
cuentas de Pyongyang en el Banco Delta Asia de Macao.
El presidente estadounidense George W. Bush
celebró el acuerdo como "un primer e importante paso" hacia
la implementación de un plan para hacer que la península coreana esté
libre de armas nucleares.
"Las conversaciones (de las Seis Partes)
representan la mejor oportunidad para usar la diplomacia con el fin de
abordar los programas nucleares de Corea del Norte. Estas reflejan el
compromiso común de los participantes de lograr que la península
norcoreana esté libre de armas atómicas", afirmó.
China, sede de las conversaciones por más de
tres años, calificó el resultado de un "gran paso
adelante" en un proceso muy arduo, y lo consideró resultado de
una "poderosa diplomacia".
"No hace mucho tiempo había muchas
dudas sobre si las conversaciones podrían superar el estancamiento.
El exitoso fin de la quinta ronda recuperó la confianza de la
comunidad internacional en el mecanismo", señaló este miércoles
el periódico oficialista China Daily.
A pesar de que tanto Estados Unidos como
China celebran el éxito de las conversaciones multilaterales, algunos
observadores coreanos señalaron que este resultado hubiera sido
imposible sin un diálogo directo entre el gobierno de Bush y el de
Kim Jong Il.
El mes pasado, altos funcionarios
estadounidenses mantuvieron encuentros con sus pares norcoreanos en
Berlín y discutieron vías para acabar con el estancamiento en que
cayeron las conversaciones en 2005, cuando Washington impuso sanciones
financieras contra Pyongyang.
"Los importantes progresos alcanzados
durante esas reuniones bilaterales en Berlín disminuyen la necesidad
de un foro multilateral como las Seis Partes", dijo el analista
chino Li Dunqiu, experto en asuntos de la península coreana en la
Academia China de Ciencias Sociales.
China estuvo dispuesta a usar cualquier
herramienta diplomática para resolver la crisis con Corea del Norte.
Luego de que Pyongyang realizara los ensayos
nucleares subterráneos en octubre, Beijing mostró una inusual
solidaridad con los países más amenazados por la crisis, votando a
favor de sanciones no militares contra el gobierno norcoreano en el
Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
La resolución llamaba a Corea del Norte a
abandonar todo plan de desarrollo nuclear y la fabricación de armas
de destrucción masiva de forma "completa, verificable e
irreversible".
El acuerdo alcanzado esta semana en Beijing
es menos integral y específico en este punto, ya que omite
referencias a los planes norcoreanos para fabricar armas biológicas y
químicas. También posterga una resolución del supuesto programa
clandestino de enriquecimiento de uranio de Pyongyang.
China rápidamente se comprometió a trabajar
para que el nuevo acuerdo efectivamente sea puesto en práctica.
"El gobierno chino apoya firmemente el
documento y no escatimará esfuerzos para asumir sus
responsabilidades", afirmó Tang Jiaxuan, consejero del Estado
chino, al término de las conversaciones, según reseñó la agencia
de noticias gubernamental Xinhua.
Sin embargo, otros han criticado el acuerdo
porque preserva el status quo del régimen norcoreano, aislado de la
comunidad internacional.
Activistas han documentado una larga historia
de violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen contra
su propio pueblo. Entre otras cosas, lo acusan de recluir a enfermos
mentales y discapacitados en campos especiales, así como de realizar
persecuciones políticas.
Se calcula que más de dos millones de
norcoreanos han muerto en una gran hambruna a fines de los 90, causada
por las prácticas económicas del gobierno de Kim Jong Il.
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