El
juego de las grandes potencias y sus posibles efectos colaterales
La
inserción de China en África
Por
Ariel González (*)
OPCh,
Casa Asia e IGADI, 15/04/07
Introducción
China
está creciendo a un ritmo vertiginoso en estas últimas décadas en
materia económica. El mismo se ha reflejado no sólo en el contexto
asiático, sino en regiones alejadas y no tradicionales de influencia
como América Latina y el Caribe (ALC) y África. El interés en este
último continente responde a una política exterior basada en la
adquisición de recursos naturales (esenciales para el crecimiento del
país), como así la apertura de un nuevo canal de influencia política
en aquellos países africanos proclives a recibir "ayuda" de
Beijing en materia económica y de inversión.
En
este trabajo nos proponemos interpretar la inserción de la República
Popular China (RPCh) en el África Subsahariana, comparando las
acciones de la misma con la de otras grandes potencias destacadas en
la región: Estados Unidos (EEUU) y Francia. Analizaremos las
percepciones de este nuevo rol que China contrajo en África,
asumiendo que el mismo puede generar un nuevo contexto geopolítico,
en donde la Republica de China (mundialmente conocida como Taiwán)
tiene presencia.
1. La vuelta del Dragón en África
Los
patrones actuales de la conducta global de la RPCh y su vinculación
con los países del tercer mundo, tienen sus raíces en el "Gran
Salto" que el país dio a fines de los 70. Los principales
componentes que llevaron a un incremento permanente del factor económico
y una estabilización política, fueron la renovación del liderazgo
político y la apertura exterior hacia las principales economías
occidentales (Cardozo, 2005a). En base a estos dos criterios puntuales
entendemos la apertura económica, la cual fue acompañada de un
proceso de modernización y reforma; situación que motivó la
emergencia de China como potencia regional y generó que el Partido
Comunista Chino (PCCh) asumiera una postura revisionista de sus
relaciones globales (Wilhelmy, 2000).
Con
un crecimiento previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) del
10 % para el 2007, y posicionándose entre las tres primeras economías
del mundo, la estrategia global china tuvo en cuenta una virtud básica
de la política internacional: la prudencia. Las declaraciones de Hu
Jintao, formuladas en abril de 2004 contenían ideas–fuerza
expresadas en "cuatro no" ("No a la hegemonía; No a la
política de la fuerza; No a la política de bloques; No a la carrera
armamentista"), manifiestos de principios rectores en política
exterior y defensa; exponentes de una "diplomacia asimétrica"
(Bulard, 2005). Esto viene a cuenta de la visión que Beijing promueve
en el sistema internacional, con el establecimiento de un orden económico
y multipolar que refleje los objetivos de la comunidad internacional y
en particular, de los países en desarrollo (Shelton, 2005).
El
desarrollo temporal de la política exterior china en torno al Tercer
Mundo y específicamente en África se puede clasificar en cuatro
etapas(2); la primera denominada expansión ideológica, surgida en la
"Nueva China" de Mao Tse–Tung entre 1949–1978, que bajo
el impulso de Deng Xiaoping, centralizó las preocupaciones en gestar
la posición denominada Open Door Policy de modernización económica
y estabilidad del régimen interno. La segunda etapa, denominada de
introspección equilibrada, transcurre desde 1978 hasta 1989, en la
cual, si bien las relaciones entre China y África tuvieron un perfil
más bajo, no por ello se desatendió las relaciones bilaterales y
multilaterales(3). La tercera etapa que denominamos de pragmatismo
concertador, se desarrolló entre los años 1989 y 2000; la misma
estará signada por la cooperación política y la ayuda para el
progreso. Estas cuestiones fueron usados ante la pérdida de la imagen
china con la represión de Tiananmen; y su finalización viene sellada
por la primera reunión ministerial del Foro de la Cooperación
China–África (Forum on China–Africa Co–operation – FOCAC).
También es de destacar el crecimiento del intercambio comercial entre
China y África, sumado a la creciente IED (Inversión Extranjera
Directa) de la nación asiática, principalmente en rubros
relacionados con la minería y los hidrocarburos; proceso que se venía
dando desde mediados de los 90. La cuarta etapa, que se desarrolla
desde el 2000 hasta la fecha, denominada expansión limitada, estará
marcada por la explosión de vinculaciones comerciales y la revisión
positiva en materia de cooperación de desarrollo humano. Sin embargo,
la limitada oferta de inversión extranjera china y la implementación
en algunas áreas de una realpolitik, podría afectar la imagen china
en el continente.
1.1
Ejes de vinculación
i.
Político – Diplomático
El
gobierno de Beijing ha desarrollado en estos últimos años un amplio
despliegue, que le permitió volver a entablar relaciones diplomáticas
con la Republica Centroafricana, Liberia, Sudáfrica, Chad y Senegal
entre el periodo de 1998 hasta mediados del 2006. Bajo este contexto,
la llamada "diplomacia presidencial" y la "diplomacia
ministerial" que se ha desplegado desde la visita del presidente
Jiang Zemin en Mayo 1996, han sido factores primordiales en los diálogos
bilaterales. Este tipo de visitas de alto rango se ha intensificado
hasta el día de la fecha. El presidente Hu Jintao ha realizado dos
visitas a la región desde que asumió el poder, asistiendo a Kenya,
Marruecos y Nigeria. También es de destacar las recientes visitas del
Primer Ministro Wen Jiabao a siete países africanos, entre los cuales
se cuentan Angola y la República Democrática del Congo. A principios
del 2006, el ministro de relaciones exteriores Li Zhaoxing siguió los
mismos pasos que sus colegas.
Siguiendo
la línea de análisis, podríamos agregar que una mayor complementación
se logró producto del intercambio de Miembros del Cuerpo Legislativo,
Partidos Políticos y Funcionarios de Menor Jerarquía de ambas
partes. La condición básica del establecimiento de relaciones diplomáticas
viene de la mano de la aceptación del principio de "una sola
China".
En
el ámbito multilateral, el principal instrumento de interrelación es
el Foro de la Cooperación China–África, un mecanismo de diálogo y
cooperación colectiva ideado por China, en el que se celebran
reuniones ministeriales entre altos funcionarios chinos y africanos
(García Encina, 2006), siendo su propósito central fortalecer la
cooperación económica y consolidar áreas de común interés
(Shelton, 2005). El Foro está formado por más de 45 países y su
alcance no solo abarca los temas económico – que sin duda es el
motor fundamental de esta relación –, sino intercambios culturales,
cooperación en el ámbito de Naciones Unidas, formación de técnicos
y profundización de los lazos educativos, entre otros(4).
El
desarrollo de las relaciones sino–africanas ha encontrado su mayor
sustento en el componente económico, sin olvidar los factores políticos,
clave en la interrelación. El trasfondo de su posicionamiento no
tiene que ver directamente con la importancia política del continente
africano, sino con el desarrollo.
ii.
Económico – Comercial
Esta
dimensión ocupa la mayoría de las miradas, principalmente por la
creciente expansión de los intereses económicos chinos, basados en
tres factores claves. En primer lugar, la favorable situación
macroeconómica de los países africanos que durante la década de los
90 ha permitido el acceso de empresas multinacionales mediante la
privatización de los servicios públicos y la reforma de sus economías;
en segundo lugar, la relativa complementariedad de las economías; y
en tercer lugar –el más importante–, el acceso seguro a recursos
naturales y materias primas, relacionado con él área de
hidrocarburos y minerales (Taylor, 2005).
La
situación macroeconómica de las economías africanas, permitió
incrementar el ingreso de capitales chinos como Inversión Extranjera
Directa (IED), la cual se elevó de 0,4% en 1991 a 5,1% en el 2003
(OECD, 2006). Estas (inversiones) incluyen a más de 670 empresas
chinas trabajando en casi todos los países africanos en campos como
las telecomunicaciones, infraestructura, minería y recursos
naturales, agricultura, químicos, el sector farmacéutico, alimentos,
textiles y micro–emprendimientos, sin embargo hay limitaciones
estructurales por parte de la oferta de la RPCh.
La
creciente importancia del intercambio ha llevado a China a ser el
tercer socio económico de África y a incrementar su relación
comercial en un 1.000% desde 1995 hasta 2005, llevando el intercambio
de 4.000 millones U$S a casi 40.000 millones (Reinoso, 2006). Si bien
hay esbozos de ventajas complementarias directas (insumos para las
industrias chinas y venta de bienes de consumo a bajo precio hacia África)
o indirectas (suba de precios globales de las exportaciones
africanas), se perciben signos de alerta, producto de la
competitividad de ambas economías, siendo sensibles los mercados
africanos al desplazamiento de los productores locales por los chinos
en el ámbito regional, como en los mercados externos (Kaplinisky,
McCormick y Morris, 2006).
En
torno a la búsqueda estratégica de recursos naturales
"seguros", principalmente petróleo, China desarrolló una
política de "outward–looking oil economy". La misma se
implementó a partir de 1993, producto del boom importador chino, y
fomentada por cuestiones económicas; dado que invertir en explotación
de nuevos yacimientos en territorio representaba un costo mayor que
ejecutarlas en África o Medio Oriente (Taylor, 2005). El objetivo
chino es integrar verticalmente la cadena industrial, desde la
exploración, transporte y el estipendio de petróleo para lograr una
mayor seguridad energética (García Encina, 2006). La demanda china
en hidrocarburos llevó a establecer relaciones de preferencia con
ciertos Estados, considerados claves, como Sudán y Angola; Nigeria,
Guinea Ecuatorial, Gabón y últimamente en Chad(5).
China
importa casi el 25% del petróleo que consume del continente africano,
siendo sus principales socios: Angola (11% del total) y Sudán (7%),
países con los cuales Washington tiene grandes intereses (esto podría
provocar en un futuro tensiones entre China y EEUU). En su afán
estratégico por conseguir recursos necesarios, el PCCh ha utilizado
el principio de "no intervención en los asuntos internos de
otros Estados", para apoyar a regímenes dictatoriales como
Mugabe en Zimbabwe o Umar al–Hasan Ahmad al–Bashir en Sudán a
cambio de concesiones.
iii.
Estratégico – Militar
Con
referencia al ámbito de la cooperación estratégica en seguridad, si
bien no se mencionan en las instancias anteriores, no ha perdido
relevancia como tema de vinculación bilateral y multilateral. En este
marco se resaltan dos aspectos significativos. El primero lo podemos
abordar desde el apoyo de China en el campo de la paz y la seguridad
internacional, ya sea en el ámbito de las Naciones Unidas (ONU) como
en las organizaciones regionales (AU, SADC y ECOWAS). Esto generó dos
posicionamientos políticos claves, por un lado, el apoyo chino a las
pretensiones de Nigeria y Sudáfrica para que ocupen un puesto en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; y por el otro, la decisión
de incrementar la cantidad de tropas en Misiones de Paz las bajo el
mandato de Naciones Unidas y la AU(6).
La
segunda cuestión que ha originado puntos encontrados entre Beijing y
algunos países occidentales, ha sido las ventas de armas por parte de
China a algunos países incluidos en el eje del mal por los EEUU, como
Sudán y en menor medida Zimbabwe. Según el Congressional Research
Service norteamericano., entre 1996 y el 2003, el 10% de las ventas de
armamento chino se destinó al mercado africano, siendo los
principales receptores Sudán, Guinea Ecuatorial, Tanzania, Zimbabwe,
Etiopía y Eritrea (Pan, 2006). Beijing está crecientemente
interesado en ver a África como un centro para la cooperación
militar y como un mercado para su industria bélica (Eisenman y
Kurlantzick, 2006).
2. El juego de las grandes potencias
La
renovada y creciente importancia de África en materia económica y
comercial, ha tenido como correlato las renovadas posturas de inserción
regional por parte de las grandes potencias. Este cambio se debió al
escenario internacional planteado luego del 11–S y la guerra contra
el terrorismo que llevó adelante los Estados Unidos con la cooperación
de la Comunidad Internacional. En este apartado vamos a analizar las
políticas exteriores de Estados Unidos y Francia en la región, su
correlato con respecto a la creciente presencia de China.
2.1
Francia
Las
relaciones entre Francia y África se pueden concebir desde la
descolonización del continente como "relaciones
multidimensionales de (in)dependencia institucionalizada",
entendiendo estas como relaciones monopólicas (permitidas por las
otras grandes potencias) en las cuales miembros de la elite política,
diplomática y económica de Francia, vinculada a los beneficios de un
modelo neo–colonial (mediante las françafrique networks) llevan
adelante operaciones políticas y económicas tomando en cuenta los
intereses privados y públicos(7).
Ya
a partir de los años 90, la disputa micro–sistémica entre Francia
y los Estados Unidos en algunas partes de África Subsahariana; como
África Central o en la Crisis de los Grandes Lagos generó malestar
entre ambas potencias. Con el comienzo del nuevo siglo, París percibe
en su entorno de influencia nuevos competidores: En primer lugar, la
inserción norteamericana en materia de seguridad dentro del África
Francófona, una región que estuvo siempre bajo la égida francesa
con presencia estable de tropas en varios de sus países. En segundo
lugar, la inserción de firmas comerciales anglosajonas y chinas en
esa área, potenciada con el bajo interés del sector privado francés
a seguir invirtiendo, lo que lleva a la Inversión Extranjera Directa
francesa en África a solo el 4% global. A esta situación han
contribuido las limitaciones de la Unión Europea para el desarrollo
de una política sin restricciones inmediatas ya que en ciertas
situaciones se ha encontrado con pugnas, especialmente con Gran Bretaña,
por ejemplo en el caso de Mugabe en Zimbabwe.
La
reacción francesa con respecto a China ha tomado la forma de acciones
subterráneas. Los medios de comunicación y cierta parte de la plana
política han advertido que la presencia del gigante asiático es
peligrosa para los intereses franceses(8). Un ejemplo de estas
acciones se puede encontrar en la última Conferencia de Jefes de
Estado de África y Francia que tuvo lugar en Cannes en Febrero del
2007. Francia utilizó su tradicional influencia para que los
presidentes de la República Centroafricana, de Sudán y del Chad
puedan favorecer la vuelta al diálogo y la continuación del proceso
de reconciliación mediante el respeto de la soberanía de cada uno de
ellos, situación afectada por el conflicto de Darfur(9). Si bien en
esa Cumbre el presidente Chirac le deseó buena suerte a China en su
inserción por África, hay una preocupación cierta sobre un
crecimiento desmedido del predominio chino en zonas tradicionales de
influencia francesa(10).
2.2
Estados Unidos
Los
Estados Unidos suelen encarar sus políticas globales desde un punto
de vista relacionado con la seguridad, para luego llevar adelante sus
intereses económicos y comerciales. En este mundo post 11–S, la política
norteamericana ha decidido encarar en África un manejo global en
materia de seguridad con la creación reciente del AFRICOM (Comando
Africano), ente que funcionara a partir de septiembre del 2008 y
regulará las tres iniciativas impulsadas por el Pentágono en la región.
En
primer lugar, la Combined Joint Task Force–Horn of Africa (CJT–HF)
con sede en Djibouti se encarga de luchar contra células terroristas
y entrenar personal extranjero en Djibouti, Eritrea, Etiopia, Kenya,
Somalia, Sudan y Yemen (iniciativa que tuvo su bautismo de fuego en la
crisis reciente en Somalia). La segunda recae en la iniciativa
denominada Pan–Sahelian Initiative (PSI), que incluye a cuatro países
del Sahara: Chad, Mali, Mauritania y Níger; iniciativa que se
expandiría hacia la Trans–Saharan Counter Terrorism Initiative
(TSCTI) con la inclusión de Senegal (país clave de la Francofonía),
Nigeria y los países del Magreb. La tercera iniciativa regional es
East Africa Counter–Terrorism Initiative (EACTI), con el objeto de
ayudar a la CJT–HF y expandir las acciones a Tanzania y Uganda(11).
El anuncio de la creación del AFRICOM se dio al mismo tiempo que los
países Africanos y China estaban inmersas en el desarrollo de la III°
Reunión del Foro de Cooperación.
En
cuestiones económicas, EEUU está desarrollando inversiones en
materia de hidrocarburos en el África Occidental. Según las
previsiones del US National Intelligence Council, Washington importará
hacia el 2025, casi un 25% del total producido. Esta administración
se ha acercado a seis países africanos petroleros: Angola, Chad,
Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón y Nigeria. En contraste, la Casa
Blanca es consciente que el nivel de inestabilidad de dichas economías
puede limitar su Modus Operandi regional(12). La ayuda al desarrollo
se ha triplicado conforme a lo delineado por el G–8, el cual
pretende alcanzar en el 2010, 50.000 millones de dólares de cooperación
para África.
La
política exterior de EEUU tiene diferencias sustanciales con respecto
a la conducta china: A– acceso a recursos naturales y trasparencia;
B– derechos humanos y gobernabilidad, C– ayuda al desarrollo bajo
las normas internacionales. Sobre estas divergencias podemos analizar
dos conductas clásicas que encarnan dos prestigiosos centros de
estudio. Los representantes de la conducta pesimista están
caracterizados por un informe del Council on Foreing Relations que
resume la importancia del continente africano para la política
exterior de Estados Unidos sobre la base de cinco aspectos: energía,
terrorismo, cuestiones de salud, cooperación global en organismos
internacionales y prevención de genocidios. En ese informe del año
2006, se preveía la aparición de China como un desafío para la política
externa por su tendencia a apoyar económicamente a regímenes que
aceptaban las reglas de transparencia del Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional; y apoyaba diplomáticamente a regímenes que
violan los derechos humanos como en Zimbabwe o Sudán; aunque
destacaba las ganancias en materia económica de los países
africanos(13).
Otro
informe, que se podría denominar optimista, pertenece al Center for
Strategic and International Studies (CSIS), sobre la base de cooperación
entre funcionarios, académicos norteamericanos y chinos, ha puesto de
manifiesto los puntos en común para encarar un diálogo entre ambas
partes en su inserción en África. Este informe ha destacado las
motivaciones chinas por el interés en África, sus falencias a largo
plazo, como también ha dejado en claro los niveles y acciones de
cooperación entre EEUU y China que, a su vez, deben ser incorporados
en un diálogo global sobre las relaciones entre ambas naciones. Las
recomendaciones abarcan el nivel multilateral, bilateral como también
actividades relativas al comercio y al desarrollo de una relación con
instituciones no gubernamentales(14).
En
estos momentos, la relación sino–norteamericana está en un momento
crucial en el ámbito político, ya que se gestaron dos crisis en
escenarios claves para ambos actores: por un lado, Darfur y por el
otro el problema de gobernabilidad en Zimbabwe. Tanto el
comportamiento como el resultado de estas crisis podrían marcar las
relaciones entre bilaterales a futuro, como también iniciar de una
manera más peligrosa un "new scramble for Africa".
(*)
Ariel González, investigador del Programa África del Centro
Argentino de Estudios Internacionales (CAEI). El autor agradece las
recomendaciones y correcciones de Gustavo A. Cardozo (Coordinador
Programa Asia–Pacifico, CAEI) y de Xulio Ríos (IGADI–OPCh).
Bibliografía:
Africa
Energy Intelligence, "Beijing Advances in Nigeria", June 21,
2006.
Bulard,
Martine, "China altera el orden asiático". Le Monde
Diplomatique, IX, 118, 2005.
Cardozo,
Gustavo, "China en Movimiento", Programa Asia–Pacífico,
Working Paper N° 2, Centro Argentino de Estudios Internacionales,
2005.
Delage,
Fernando, "La política exterior china en la era de la
globalización", Revista Afers Internacionals, 63, 2003.
Eisenman, Joshua y Kurlantzick, Josh, "China's
Africa Strategy", Current History, May 2006, pp. 219–224.
García
Encina, Carlota, "La política africana de Pekín: ¿oportunidad
o amenaza?", África Subsahariana, ARI Nº 27/2006, Real
Instituto Elcano, Marzo de 2006.
Gill, Bates; Huang , Chin–Hao; Morrison, Stephen,
"China's Expanding Role in Africa and Implications for the United
States", CSIS, 5 de Febrero 2007.
Guijin, Liu, "China–Africa Relations: Equality,
Cooperation and Mutual Development", Seminar on Sino–African
Relations, Institute for Security Studies, November 9, 2004.
Kaplinisky, Raphael; McCormick, Dorothy; Morris, Mike;
"The impact of China on Sub Saharan Africa", Asian Drivers
Programme, Institute of Development Studies (IDS) , 2006
Kern,
Soeren, "Cómo la demanda de petróleo determina la política
exterior estadounidense", Real Instituto Elcano, ARI Nº 74/2006.
Lake, Anthony y Todd Whitman, Christine, "More
than Humanitarianism: A Strategic US Approach toward Africa",
Council of Foreign Relations, 2006.
Prunier,
Gérard, "Darfur: La crónica de un genocidio negociado", Le
Monde Diplomatique, Año VII (93), Marzo 2007, Edición Argentina.
Ríos,
Xulio, "China y la diplomacia del petróleo", La Insignia,
Abril de 2006.
Ríos,
Xulio, "China–Taiwán, el goteo diplomático", Rebelión,
9 de Agosto del 2006.
Shelton, Garth, "China, Africa and Asia Advancing
South–South Co–operation" en Politics and Social Movements in
an Hegemonic World: Lessons from Africa, Asia and Latin America. Boron,
Atilio A.; Lechini, Gladis (Eds.), CLACSO, Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, Buenos Aires, Junio. 2005. pp: 347–383.
Schraeder, Peter, "The African Dimension In U.S.
Foreign Policy In The Post–9/11 Era", Presentation Prepared for
IV FLAD–IPRI International Conference "Strategy And Security In
Southern Africa", october 12–13, 2006, Lisbon, Portugal.
Taylor, Ian, "Beijing's arms and oil interests in
Africa", China Brief, Volume 5, Issue 21, October 13, 2005.
Touati, Sylvian, "French Policy in Africa: Calls
for Change", Chatham House – Africa, December 2006.
Wilhelmy,
Manfred, "El proceso de reformas en China y su política
exterior", Estudios Públicos, n° 78, 2000.
Notas:
(1) Schraeder, Peter J., The African Dimension In U.S.
Foreign Policy In The Post–9/11 Era; Presentation Prepared for IV
FLAD–IPRI International Conference "Strategy And Security In
Southern Africa", October 12–13, 2006, Lisbon, Portugal.
(2)
Cada una de estas etapas son a nivel descriptivo pero permiten una
ubicación temporal de las relaciones entre África y la China
continental.
(3)
El ámbito temporal de las dos primeras etapas están desarrolladas en
Taylor, Ian; "China´s Policy towards Africa in the 90´s",
The Journal of Modern African Studies, Vol. 36, N° 3, (Septiembre,
1998), pp. 443–460.
(4)
Por ejemplo, hacia el 2004, diez mil africanos se están formando en
Beijing, en el marco del Fondo de Desarrollo de los Recursos Humanos
para África creado por el gobierno chino (Yao, 2005; Liu Guijin,
2004).
(5)
En la espera de la visita oficial del Presidente Hu Jintao en mayo del
2006, la compañía China National Offshore Oil Corporation (CNOOC),
obtuvo los derechos de cuatro de las catorce licencias que estaban en
venta para inversores extranjeros (Africa Energy Intelligence, 2006).
(6)
En estos momentos se están llevando a cabo las siguientes operaciones
de paz en el marco de Naciones Unidas: UNMIS (Sudán), MINURSO (Sahara
Occidental), MONUC (República Democrática del Congo), UNMEE (Etiopía
y Eritrea), UNMIL (Liberia), UNOCI (Costa de Marfil), ONUB (Burundi).
(7) Touati, Sylvian, "French Policy in Africa:
Calls for Change", Chatham House – Africa, December 2006.
(8)
Por ejemplo la Ministra de Defensa Michele Alliot–Marie dijo que había
demasiadas armas chinas en África y particularmente en Sudan vide
"France says finding too many Chinese arms in Africa",
Reuters News, 14 de Diciembre 2006.
(9)
Prunier, Gérard., "Darfur: La crónica de un genocidio
negociado", Le Monde Diplomatique, Año VII (93), Marzo 2007,
Edición Argentina.
(10)
"France–Africa Summit: Chirac Hails China's Role", Le
Figaro, 19 de Febrero 2006.
(11)
Peter J. Schraeder, op.cit.
(12)
Kern, Soeren., "Cómo la demanda de petróleo determina la política
exterior estadounidense", Real Instituto Elcano, ARI nº 74/2006.
(13) Lake, Anthony y Todd Whitman, Christine,
"More than Humanitarianism: A Strategic US Approach toward
Africa", Council of Foreign Relations, 2006.
(14) Gill, Bates; Huang , Chin–Hao; Morrison,
Stephen, "China's Expanding Role in Africa and Implications for
the United States", CSIS, 5 de Febrero 2007.
|