Radiografía del movimiento
sindical
Informe
CITE/CODPL,
elaborado por sindicalistas de La Paz
Econoticias, especial para Argenpress, 05/04/04
Desde que concluyó el levantamiento popular de octubre,
varias cosas han cambiado en el escenario social boliviano. El régimen
de Carlos Mesa distribuyó cargos gubernamentales 'a diestra y
siniestra'. Producto de este hecho, varios 'caudillos' de
organizaciones sociales, entre bambalinas, se treparon al carro
gubernamental.
Según varias denuncias que se realizaron en asambleas de
base de varios sectores, los últimos ampliados de la Central Obrera
Departamental (COD) de La Paz y de la Central Obrera Boliviana (COB),
existe una explicación coyuntural y lógica a la aparente 'paz
social' que existe en este momento en el país.
Parece que la conciencia de varios dirigentes se cambia con
'cuotas de poder (puestos de trabajo en las instituciones estatales)'.
La violenta y sorprendente 'suspensión' del máximo dirigente de la
Federación de Juntas de Vecinos de El Alto y militante del Movimiento
al socialismo (MAS), Mauricio Cori, el miércoles 31 de marzo, es un
ejemplo concreto de lo que sucede en las cúpulas gremiales, que, en
muchos casos, se encuentran enfrentadas con sus bases.
En ese marco, el último ampliado de la COD La Paz ordenó a
sus dirigentes hacer público una especie de radiografía sindical,
donde se explica la esencia de la nueva correlación de fuerzas de los
movimientos sociales bolivianos, muchos de los cuales han dado un giro
de 180 grados en sus posiciones políticas e ideológicas con respecto
a lo que pensaban antes de octubre del 2003.
El 'Informe: Burócratas sindicales del MBL, MAS, MIP y la
'mega' se subieron al carro del poder' desmenuza el actual mapa político
y sindical y da algunas pautas para entender la forma como el gobierno
intenta llevar adelante el 'pacto social', el referéndum del gas y la
Asamblea Constituyente.
En varios de sus incisos también revela como la izquierda
boliviana, el MAS, algunos periodistas, la Iglesia Católica,
representantes de los derechos Humanos y algunos 'caudillos' de la
clase media están utilizando el anuncio de un presunto 'golpe de
Estado' para evitar una nueva eclosión social que nuevamente pondría
en el tapete de la discusión el tema del poder.
A continuación, se pone a disposición de los lectores el
informe CITE/CODLP/265/04 elaborado por los sindicalistas del
departamento de La Paz:
1) Polarización internacional
Bolivia no es una isla. Lo que ocurrió en octubre del 2003
es un episodio más de lo sucede a diario en gran parte de los países
atrasados de todo el mundo: un sistemático y ascendente conjunto de
levantamientos que, esencialmente, buscan respuestas concretas para
enfrentar la aguda crisis económica y social.
Este ascendente proceso social, en términos generales, gira
alrededor del enfrentamiento -como dicen los últimos trabajos del
Centro de Estudios para el Desarrollo Laborar y Agrario (CEDLA)- entre
1) el mundo del trabajo y 2) el mundo del capital.
A fines del anterior siglo y en casi gran parte del planeta,
las políticas de puertas abiertas al capital financiero (más
conocido como 'el neoliberalismo') han ingresado en un proceso de
'agotamiento'. Han vuelto más pobres a los trabajadores y más ricos
a quienes comandan las empresas transnacionales y el capital
financiero. Los ejemplos sobran. La valiente inmolación con dinamita
del mártir de la lucha contra la pobreza, el hambre, el desempleo y
la miseria, Eustaquio Picachuri, el martes 30 de marzo, se inscribe
dentro de este contexto.
La crisis, incluso, ha empezado a sentirse en el propio seno
del coloso del norte.
La lucha por el dominio de mercados entre los 'tigres del
Asia', la Comunidad Europea y Estados Unidos ha generado diversas y
profundas contradicciones en todo el planeta.
En América latina, las rígidas políticas económicas
implementadas desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no han
logrado dar solución a temas vitales como ser el trabajo, la mejora
salarial, la alimentación, la educación, la salud y un largo etcétera
de necesidades humanas elementales.
Estas instituciones digitadas desde las esferas de poder de
Estados Unidos están más preocupadas en sus ganancias y van en
detrimento de las necesidades vitales de los pueblos.
Un ejemplo concreto de la forma como las instituciones
financieras imponen políticas económicas rígidas a los gobiernos de
turno es lo que ocurrió en el último convenio que el Banco Mundial
firmó con Carlos Mesa y su equipo económico (véase el punto 13: El
'nuevo' gobierno y el Banco Mundial).
Todo esto ha generado en Latinoamérica una serie de
eclosiones sociales que han puesto al desnudo la irracional influencia
económica, política y militar estadounidense en el continente.
La lucha continental contra el ALCA, los levantamientos indígenas
en Ecuador y lo que sucede en este momento en Colombia, Uruguay,
Venezuela, Brasil, Perú, Argentina, República Dominicana, Haití y
otros países corroboran lo mencionado.
Sin embargo, según los analistas, estos movimientos sociales
aún tienen tres pecados originales: 1) su atomización (división)
nacional e internacional, 2) su falta de objetivos y propuestas
alternativas a la crisis y 3) su limitada organización -que en
general sólo alcanza a ser sindical y reivindicativa ('economicista').
2) Los levantamientos espontáneos y atomizados
En este contexto, los movimientos sociales bolivianos no se
escapan de esta cruda realidad. Poseen su particularidad, pero tienen
una raíz regional casi común.
Para la casi mayor parte de organizaciones sociales, que
pusieron el pecho en los conflictos de febrero y octubre, ha quedado
claro que estos dos levantamientos fueron, en general, 'espontáneos'.
No fueron conducidos por un proyecto de poder y organizativo único y
claro. Ninguna organización política y social dirigió hegemónicamente
las históricas y radicales movilizaciones del 2003.
Algunos 'politólogos' aseguran que el tema de la
'industrialización del gas' fue uno de los ejes que 'unió' al pueblo
boliviano en contra de Gonzalo Sánchez de Lozada. Pero, esto es una
verdad a medias. En realidad, todos los que batallaron en octubre
plantearon este tema como bandera de lucha, pero, al mismo tiempo,
cada sector peleó por sus propias reivindicaciones sectoriales.
Algunos, como los vecinos de la ciudad de La Paz se sumaron al
conflicto por solidaridad y otros sectores incluso lo hicieron guiados
por el miedo.
En resumen, el conflicto de octubre surgió atomizado y sin
proyecto político revolucionario claro. Al final, como es natural,
retornó a su propio cauce: se volvió a fragmentar.
Como en febrero y octubre no existió un proyecto histórico,
económico, social y político alternativo visible, aglutinante y
viable, la gente se resignó a la 'salida constitucional' que la clase
media propuso e impuso con una 'pacífica' huelga de hambre, luego de
la muerte a bala de cerca de 80 bolivianos y más de dos centenares de
heridos.
Producto de esa valiente, pero espontánea lucha del pueblo
boliviano, el empresario de una red de medios, Carlos Mesa, el 17 de
octubre, se encumbró en el poder. El cuestionado Parlamento lo
posesionó, bajo la atenta mirada del ejercito, la Embajada de Estados
Unidos y la COB que decretó un 'repliegue táctico'.
Desde entonces, los dirigentes de los distintos movimientos
sociales, de acuerdo a sus propias posiciones ideológico-políticas e
intereses, tomaron rumbos distintos.
El gobierno, como una hábil medida táctica, ofreció cargos
a diestra y siniestra a los caudillos de los movimientos populares que
derribaron a Gonzalo Sánchez de Lozada.
Conocidos investigadores de algunas Organizaciones No
Gubernamentales (ONGs) ligadas a movimientos sociales también fueron
comprometidos. Unos aceptaron. Otros, no.
Algunos dirigentes, sin que se enteren sus sectores,
negociaron ministerios y prefecturas.
De este modo, desde el 17 de octubre, se vive todo un
complejo proceso de reacomodo de la correlación de fuerzas a escala
nacional y regional. Hay que aclarar que esta transformación de la
correlación de fuerzas aún no se ha consolidado. Las pugnas en
muchos movimientos sociales por 'espacios de poder' aún continúan.
Algunos dirigentes de agrupaciones sociales, con su presencia
en el 'nuevo' gobierno, han desequilibrado y transformado la correlación
de fuerzas que le dio vida a la rebelión de octubre y que,
finalmente, hizo fugar a toda una cúpula gobernante afín a los
designios de los organismos financieros internacionales.
Pero, ojo, todo estas 'negociaciones' se han realizado al
margen de las bases, que los vienen observando atentamente -este hecho
es muy importante a la hora de hacer el balance.
Ninguna negociación de 'cuotas de poder' en el aparato
estatal fue consultada en asambleas, ampliados, directorios y otras
instancias de decisión.
3) Sindicalistas 'tutistas' respaldan al gobierno de
Mesa
El mayor levantamiento popular de América latina contra las
transnacionales y el neoliberalismo, momentáneamente, ha hecho un
alto en su camino, luego de derrocar a Gonzalo Sánchez de Lozada ('Goni').
El ex vicepresidente de 'Goni' hoy es Presidente. Muchos de
los ex ministros de línea neoliberal son otra vez autoridades de
gobierno. El aparato político, militar, parlamentario y judicial de
las masacres de febrero y octubre sigue intacto.
Coyunturalmente, el escenario de las luchas sociales se ha
trasladado de las calles al parlamento y las mesas de negociación.
En este ínterin, varios dirigentes han aprovechado muy bien
su tiempo para hacer algunas 'negociaciones políticas' sin el control
de sus bases, que tuvieron un papel protagónico en febrero y octubre
del año pasado.
En este nuevo escenario social, donde las bases han dejado
las calles, el margen de negociación de los dirigentes se amplió.
Por lo tanto, desde el 17 de octubre, varias cosas han cambiado en los
distintos sectores sociales.
De este modo, hábilmente, como un buen alquimista, Carlos
Mesa ha organizado un gabinete multifacético y con varios rostros.
Bajo la batuta de Jorge 'Tuto' Quiroga -heredero político
del dictador Hugo Banzer Suárez y ahora líder de la fracción
renovadora y 'tecnocrática' de Acción Democrática Nacionalista
(ADN)-, varios 'connotados tutistas' fueron introducidos en el
gabinete de Mesa. Tales son los casos de los ministros de Hacienda,
Javier Cuevas, y de Desarrollo Económico, Javier Nogales. Es de
conocimiento público que ambos, además, fueron consultores del BID y
el BM.
La presencia de los recomendados de 'Tuto' en algunos
ministerios y viceministerios ha hecho que sus militantes, que aún
tienen influencia en algunos sindicatos, pasen a ser los brazos
operativos del 'nuevo' oficialismo.
En ese marco, sus activistas sindicales, que todavía
quedaban en la empresa nacional de correos (ECOBOL), la Corporación
Minera de Bolivia (COMIBOL), la Caja Nacional de Salud, las
organizaciones de Médicos, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones
Rurales (SENATER), las municipalidades y algunas direcciones
intermedias de las Centrales Obreras Departamentales (CODes), han
optado por respaldar al nuevo régimen.
En el gabinete de Mesa también encontramos a ex funcionarios
del gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), como
por ejemplo el Ministro sin Cartera Responsable de Participación
Popular, Roberto Barberí, y al Prefecto de Santa Cruz, Carlos Hugo
Molina. Ambos, igualmente, muy ligados al BID y el Banco Mundial.
4)
'Emebelistas' se subieron al carro del poder
Mesa también reclutó a varios militantes y ex militantes
del hasta ayer alicaído Movimiento Bolivia Libre (MBL), que, a través
de varias ONGs, tienen una gran influencia en varios movimientos
sociales, sindicales y vecinales.
Los ministerios, viceministerios y direcciones de Gobierno,
de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, Trabajo, Salud, el Programa de
Alimentación de la Niñez (PAN) y el Instituto Nacional de Reforma
Agraria (INRA), sólo para tomar algunos ejemplos, fueron copados por
militantes y 'personalidades' ligadas al MBL.
El escandaloso nombramiento del nuevo ministro de
Hidrocarburos, Antonio Aranibar, demuestra que los militantes del MBL
son parte del nuevo oficialismo dirigido por Carlos Mesa.
En ese marco, es obvio que las organizaciones sociales donde
tienen influencia los emebelistas -ubicadas básicamente en el área
rural: colonizadores, las organizaciones de indígenas del Oriente y
algunas organizaciones intermedias de la Confederación Única de
Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB)- hayan dado también un
giro hacia posiciones progubernamentales y proimperialistas.
5) El MAS y el gobierno
Un partido insurgente que tiene gran influencia en varias
organizaciones sindicales es el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo
Morales.
En estos primeros meses del gobierno de Mesa, una verdad ha
salido, poco a poco, a flote: los militantes masistas han optado por
el 'apoyo crítico' al gobierno de Mesa.
Pero esto, no es obra de la casualidad. Es de conocimiento de
varias organizaciones sindicales que el ministro de Educación, Donato
Ayma Rojas, y el ministro sin Cartera Responsable de Asuntos Indígenas
y Pueblos Originarios, Justo Seoane Parapaino, asumieron sus cargos
con 'aval' del MAS.
El señor Justo Seoane reconoció públicamente que fue
candidato a concejal por el MAS.
También se conoce que varios viceministros y directores de
algunas prefecturas fueron 'avalados' por las organizaciones sociales
que controla este partido.
Sin embargo, según los mismos dirigentes sindicales y
militantes del MAS, en el Ministerio de Educación, por ejemplo, se ha
hecho difícil cambiar gente porque gran parte del presupuesto y
cargos de esta institución estatal está controlada por los
'representantes' del Banco Mundial. Hay que recordar que casi todos
los cargos 'técnicos' de la Reforma Educativa en su momento fueron
'institucionalizados' por el régimen de Banzer, Quiroga y Sánchez de
Lozada.
Esta realidad parece que no es una simple denuncia para
desprestigiar a Evo Morales, pues engrana con lo que está ocurriendo
en las organizaciones sociales de todo el país donde existen
militantes masistas.
El MAS ha propagado en las filas de los trabajadores el
argumento de que hay que asumir el poder 'progresiva' e
'inteligentemente' porque en este momento hay una 'contradicción
coyuntural muy peligrosa': 1) el mantenimiento de la 'democracia' -es
decir, el gobierno constitucional de Mesa- o 2) la arremetida
'golpista' de la 'oligarquía' -conformada por el MNR, el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR) y la Nueva Fuerza Republicana (NFR)-,
que en octubre fue desplazada del poder.
Con este caballito de guerra, el MAS se ha dado a la tarea,
en las organizaciones sociales, de 'rechazar' de forma vehemente la
'posición extremista' del ejecutivo de la COB, Jaime Solares, quien,
junto a varias organizaciones sindicales, cuestiona la 'línea
continuista y neoliberal' de Carlos Mesa.
Los militantes masistas viene divulgando en las
organizaciones sociales la necesidad de ganar espacios de poder con el
voto en el referéndum, la asamblea constituyente y las próximas
elecciones municipales, como lo hicieron en el Chapare.
En su último Congreso Nacional en Oruro, el MAS ha
ratificado la consigna de la toma 'constitucional y pacífica' de 200
alcaldías.
6) El MAS y el Bloque
Hasta antes de octubre, el 'Bloque Sindical Antineoliberal'
-conformado por varias organizaciones que hacen vida orgánica en la
COB como las Centrales Obreras Departamentales y regionales, la
Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), la
Confederación de Fabriles de Bolivia, la CSUTCB, la Confederación de
Jubilados de Bolivia, la Federación de Luz y Fuerza, la Federación
de Trabajadores de la Prensa, la Confederación de Maestros Urbanos de
Bolivia y otras- realizaba actividades conjuntas, primero, con el
'Estado Mayor del Pueblo' y, luego, con la 'Coordinadora de Defensa
del Gas', organizaciones que fueron sustentadas por los militantes del
MAS.
En agosto del 2003, el Bloque Antineoliberal y el Estado
Mayor del Pueblo, por ejemplo, hicieron un pacto político para
expulsar de la COB a los dirigentes sindicales neoliberales (más
conocida como la 'mega-sindical'), que durante más de una década
dirigieron la máxima organización de los trabajadores con apoyo e
incluso financiamiento de los gobiernos de turno.
Producto de este acuerdo coyuntural, Jaime Solares y su Comité
Ejecutivo fue posesionado en la COB. Aunque hay que recordar que el
Partido Comunista de Bolivia y el Movimiento al Socialismo tenían
como candidato potable a el actual secretario ejecutivo de la COD
Oruro, Pedro Montes.
Pero, luego del 17 de octubre del 2003, este acuerdo
coyuntural se rompió. Es más, la diferencia entre el MAS y el Bloque
se hizo irreconciliable debido a la propuesta del 'cierre del
parlamento' que fue lanzada por Jaime Solares, sin consultar orgánicamente
al Bloque. Este punto trajo consigo una gran controversia y la cancha
sindical se empezó a rayar nítidamente.
El sector laboral del MAS, desde entonces, se ha dado a la
tarea de 'copar' direcciones sindicales de base y de cuestionar a los
dirigentes que critican al Parlamento y al régimen de Mesa, que para
ellos es sinónimo de 'democracia'.
En resumen, algunas cúpulas del MAS, sin pensarlo dos veces,
se han subido al carro del poder dirigido por Mesa.
7) Influencia sindical del MAS
El MAS, sin lugar a dudas, tiene una gran influencia en las
organizaciones sociales.
Se conoce que tienen a sus militantes en algunas direcciones
de las influyentes Confederaciones de Maestros Rurales de Bolivia, la
Federación de Maestros Rurales de La Paz, La Central Obrera Regional
de El Alto (dirigida por Juan Melendres, quien es parte de la más
alta cúpula del MAS), la Federación de Juntas Vecinales de El Alto
(dirigida por otro dirigente masista, Mauricio Cori), la Confederación
de Colonizadores de Bolivia, las 6 Federaciones del Trópico de
Cochabamba, la Federación de Cocaleros de los Yungas.
Las federaciones departamentales de campesinos de Oruro,
Cochabamba, Chuquisaca, Tarija, Potosí, Pando y varias centrales y
subcentrales igualmente están copadas por sus militantes. A partir de
esto estructuró una Confederación de Campesinos 'paralela' a la de
Felipe Quispe, dirigida por Román Loayza.
El MAS también tiene influencia en el Movimiento de los Sin
Tierra, los desocupados, la Asociación Nacional de Cooperativas
Mineras, la Universidad de El Alto y la UMSA, en algunas direcciones
intermedias de las Centrales Obreras Departamentales de Oruro,
Cochabamba, Chuquisaca, Tarija, Potosí y Pando, la Confederación de
Fabriles de Bolivia, algunas federaciones departamentales de fabriles
y un sector de los gremiales de Bolivia y La Paz.
Desde octubre, varias federaciones de juntas de vecinos de La
Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz también se
sumaron al proyecto electoral masista.
Como se puede observar la presencia del MAS en varias
organizaciones sociales es importante. Sin embargo, su estructura
partidaria, por la falta de proyecto político claro, deja mucho que
desear. Y esto se traduce en una actividad exigua, 'caudillista' y
espontánea de sus militantes al interior de las organizaciones
sociales.
Pese a todo, queda claro que el MAS dio, desde el 17 de
octubre, un viraje en su accionar político. De una cerrada oposición
pasó al 'apoyo crítico'. Los dirigentes de sus organizaciones
sociales le han declarado una abierta 'tregua' al gobierno de Mesa y
su proyecto de estabilización económica acordada con los organismos
financieros internacionales.
Todo esto, indudablemente, ha modificado radicalmente la
correlación de fuerzas en el movimiento social boliviano. Esto
explica la aparente calma que reina en el país. Todos los sindicatos
masistas están en negociaciones con los personeros del gobierno. Y
esto no es obra de la casualidad. Es más, responde a un balance político.
Este partido es el que hizo correr el rumor de un posible golpe de
Estado para limitar la lucha de los sectores sociales.
8) ¿Y qué pasó con el MIP del
'Mallku'?
Después de octubre, el Movimiento Indígena Pachacuti (MIP)
de Felipe Quispe sufrió también una transformación.
De ser un acérrimo crítico de los gobiernos neoliberales,
ahora mantiene un 'extraño silencio', muy cuestionado en varios
ampliados y asambleas de su sector. El 'Mallku' ha decidido,
sorprendentemente, bajar su perfil en los medios de información.
Evita hablar con los medios de difusión con el argumento de que 'los
periodistas distorsionan sus declaraciones'.
Sin embargo, parece que esta nueva posición de Quispe y sus
seguidores es sólo una pose. Pues es de conocimiento general de
varias organizaciones sindicales que el Prefecto de La Paz, Nicolás
Quenta, fue nombrado en este cargo con aval del MIP y el propio MAS.
Connotados dirigentes campesinos, muy ligados a Quispe, de la
noche a la mañana, aparecieron como 'asesores' y 'jefes' de algunas
reparticiones de la Prefectura. Cuando son cuestionados por otros
sectores, en ampliados y asambleas, ellos aducen que tienen 'derecho a
trabajar' y que 'ganaron esos cargos en concurso de méritos'.
La posición laboral de los seguidores de Quispe es
respetable, pero lo cierto es que esto ha incidido igualmente en la
reestructuración de la actual correlación de fuerzas social.
La ayer radical Confederación Única de Trabajadores
Campesinos de Bolivia de Felipe Quispe le ha declarado un largo
'cuarto intermedio' al gobierno de Mesa.
Para tomar otro ejemplo concreto, la Empresa Rural de
Electricidad de La Paz (EMPRELPAZ), bajo el gobierno de Mesa, en la práctica
ha vuelto a manos de la Federación de Campesinos de La Paz, que es
uno de los principales sustentos de 'El Mallku'. Hay que recordar que
antes de octubre esta empresa de electricidad fue intervenida porque
se denunciaron actos de presunta 'corrupción' que involucraban
incluso a Quispe. El tema aún no fue esclarecido.
Este conjunto de hechos ha generado duras críticas en las
centrales y subcentrales de campesinos, que han empezado a cuestionar
el accionar 'pasivo' del 'Mallku'.
Este proceso de críticas está siendo rápidamente
capitalizado por los sectores contrarios al MIP. El MBL y el MAS, por
ejemplo, están en la tarea de ganar espacios en el área rural. La
victoria de los masistas en las últimas elecciones del magisterio
rural de La Paz va en este rumbo.
La lucha por espacios de poder entre el MIP y el MAS, con
miras a las elecciones municipales, es, sin lugar a dudas,
encarnizada. Y ha dejado en un segundo plano las reivindicaciones
inmediatas de sus afiliados.
9) El grupo 'Comuna', el Bloque y el MAS
El grupo 'Comuna' dirigido por Alvaro García Linera es otro
sector que tiene influencia en los sectores sociales. Junto con el
MAS, fueron los que estructuraron el 'Estado Mayor del Pueblo'. Uno de
sus máximos representantes sindicales es el dirigente fabril de
Cochabamba, Oscar Olivera.
Antes del levantamiento de octubre, el grupo 'Comuna' tenía
una fluida relación con los sindicatos del Bloque Sindical
Antineoliberal y las organizaciones del MAS.
Después de octubre, esta estrecha relación se ha
extinguido. A los masistas, los integrantes de 'Comuna' les cuestionan
su posición 'progubernamental', mientras que a los miembros del
Bloque les critican su posición 'ultraizquierdista', como, por
ejemplo, la propuesta del 'cierre del parlamento'.
En este momento, el grupo 'Comuna' no tiene bajo su dirección
organizaciones sindicales ni barriales representativas, porque ellos
plantean que lo importante, en este momento, es generar 'amplios
movimientos sociales' que, poco a poco, vayan minando las actuales
estructuras de poder.
Su foco de influencia se reduce a algunas organizaciones
sindicales de Cochabamba, algunas carreras universitarias de La Paz y
Cochabamba, agrupaciones de 'intelectuales', empresarios progresistas
y defensores de los derechos humanos a escala nacional y regional.
Su posición 'anarquista' es criticada, a su vez, por los
sectores del Bloque Sindical. Y, en torno a este tema, se abrió una sórdida
polémica, que aún es muy elitista.
Si bien no fueron atrapados por la telaraña ministerial de
Mesa, Oscar Olivera coincide de alguna manera con el MAS en sentido de
que el MNR, el MIR y la NFR están en 'peligrosos aprestos golpistas y
dictatoriales', lo que, de concretarse, 'pararía en seco el
importante proceso de avance de los distintos movimientos sociales'.
En otros términos, los miembros de la 'Comuna' tienen una
posición intermedia entre lo que plantea el MAS y el Bloque.
10) La desorientación del Bloque
El viraje del MAS y la nueva posición del grupo 'Comuna' ha
restado fuerza al Bloque Sindical Antineoliberal.
El Bloque, con todas sus limitaciones organizativas, es la
agrupación sindical que ha cuestionado con mayor énfasis al nuevo régimen
y las estructuras de poder que después de octubre aún no han sido
removidas.
Sin embargo, las osadas e individualistas declaraciones de
uno de sus representantes, Jaime Solares, han generado 'anticuerpos'
en los movimientos sociales del MAS y la Comuna, que acusan a este
sector de 'extremista'.
Las organizaciones del Bloque, en este momento, están en
pleno proceso de reorganización y discusión. En su interior se
observan varias posiciones.
El debate central que este grupo está apuntalando es la
'necesidad de construir una organización que vaya más allá de las
reivindicaciones sectoriales y gremiales'. No hablan de un 'partido
revolucionario' en términos clásicos, pero van, más o menos, por
ese camino.
Sin embargo, se nota que la actual reconfiguración de la
correlación de fuerzas ha desorientado a muchos de sus dirigentes que
aún no encuentran una luz que ilumine su accionar diario.
11) La 'megasindical', el MAS y el 'cuoteo de pegas'
Las jornadas de febrero y octubre han sido letales para los
dirigentes sindicales neoliberales. La conocida 'megasindical'
-compuesta por militantes del MNR, MIR, ADN, NFR y UCS- vive un
proceso de aguda crisis. No desaparecieron, pero sus sectores de base,
a diario y como Judas, los niegan más de tres veces.
Ahora, en varias reparticiones estatales nadie es del MNR, el
MIR y la NFR. En el Servicio Nacional de Caminos, por ejemplo, los
trabajadores de base los han expulsado con 'ignominia' de la dirección
sindical. Lo mismo ocurre en COMIBOL, ECOBOL, COTEL, la Federación de
Petroleros y otras instituciones del Estado. Sin embargo, se conoce
que su dirección sindical (el 'comando laboral') continúa
funcionando clandestinamente, bajo la batuta del tristemente celebre
David Olivares.
Pese a todo, aún controlan la Confederación de Gremiales de
Bolivia de Francisco Figueroa (UCS), la Confederación de Trabajadores
Gráficos, la Confederación de Harineros, la Confederación de
Trabajadores Municipales, la Confederación de Luz y Fuerza, el
sindicato de COTEL (manejado por el emenerista Pierre Chain,
presidente del consejo administrativo), la Confederación de
Ferroviarios, algunos sindicatos mineros de las empresas que
pertenecen a Gonzalo Sánchez de Lozada, algunas federaciones de
fabriles, algunas direcciones intermedias de las CODes de Santa Cruz y
Tarija y algunos sindicatos del sector salud.
En Santa Cruz, Tarija, Cochabamba y Beni son la 'base social'
de los radicales y proempresariales Comités Cívicos que han
conformado la famosa 'media luna' regional.
Este grupo no reconoce al actual Comité Ejecutivo de la COB.
Incluso han planteado a algunos dirigentes del MAS 'tener un acuerdo
coyuntural' para reducir el mandato de Jaime Solares, por ser
'extremista', 'antidemocrático' y 'dictador'.
En ese marco, no es casual que los gremiales de El Alto
dirigidos por Braulio Rocha (militante del MNR), el dirigente Juan
Melendres (MAS) y máximo representante vecinal, Mauricio Cori (MAS),
hayan logrado distanciar a la COR de El Alto de las filas de la COB.
Hay que aclarar que estas organizaciones son las más masivas e
importantes de la urbe alteña y si no se integran a los demás
movimientos sociales los próximos conflictos, inevitablemente, van a
ser muy débiles. Aunque también hay que destacar que varios sectores
de base de los gremiales, las juntas vecinales y la COR de El Alto,
desde abajo, han empezado a cuestionar acremente la actitud
'negociadora', 'prebendalista' de sus máximos dirigentes. En este
plano todo puede ocurrir. No queda otra que seguir atentamente el
curso de los acontecimientos.
La tremenda golpiza que recibió, el martes 30 de marzo, el
dirigente vecinal y militante del MAS, Mauricio Cori, demuestra que
varias organizaciones de base y vecinos ya no están dispuestos a que
se negocie vergonzosamente los muertos de octubre. El 31 de marzo,
Cori fue suspendido por las juntas vecinales por 'cuoteo de pegas
(puestos de trabajo)' en la Prefectura y 'corrupción' sindical.
En fin, no se sabe si el MAS, de manera oficial, está en
estos trajines para destituir a Solares, sin embargo, algunos de sus
dirigentes han empezado ejecutar medidas en este sentido.
La
'megasindical', con un discurso ahora radical, está
aprovechando esta coyuntura para cuestionar a varios dirigentes del
Bloque. Por ejemplo, hace semanas, han intentado nuevamente destituir,
en un ampliado nacional, a Miguel Zuvieta, secretario Ejecutivo de la
Federación de Mineros de Bolivia, quien es uno de los integrantes
importantes del Bloque y, por ende, el sustento fundamental del minero
Jaime Solares.
Los dirigentes de la 'megasindical' son buenos equilibristas.
Tienen un pie en el gobierno y otro en la oposición. En general y
para los medios de difusión, no cuestionan al gobierno de Mesa porque
varios de sus militantes continúan en varias reparticiones estatales.
Por ejemplo, en ECOBOL, SENATER, COMIBOL, el Servicio Nacional de
Caminos y algunos Ministerios varios de sus militantes y dirigentes
sindicales aún detentan importantes cargos.
Sin embargo, también respaldan a los sectores del oriente
que cuestionan las últimas medidas impositivas de Mesa.
El militante del NFR y alto dirigente de la Confederación de
Choferes de Bolivia, Angel Villacorta, es un ejemplo concreto de la
forma como la 'megasindical' se mueven en la actividad gremial. Por un
lado, es opositor de derecha del gobierno y por otro busca acuerdo con
los críticos de izquierda para presionar a Mesa.
12) Mesa y la clase media
De manera paralela a esta compleja reestructuración de la
correlación de fuerzas sociales, un amplio grupo de intelectuales,
empresario 'progresistas', periodistas y medios de comunicación se
han planteado como tarea prioritaria mostrar que el gobierno de Carlos
Mesa no se parece en nada al de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Muchos presentan a Mesa como 'progresista', como 'antineoliberal'.
Otros, que no ven más allá de su entorno, dicen que es el presidente
con mayor apoyo popular de la historia reciente y lo han consagrado
como el 'personaje del año', con la intención de confundir y
desarmar ideológicamente a los sectores sociales que se han sublevado
en octubre.
Pero esto tampoco es casual. Sucede que varios colegas de
Mesa ahora también se han arrimado al poder. Del mismo modo que la
'zarina anticorrupción', Lupe Cajías, varios periodistas han copado
cargos importantes en canal 7, radio Illimani, la Agencia Boliviana de
Información (ABI), varias reparticiones de Relaciones públicas y el
nuevo aparato propagandístico de Mesa que busca imponer las medidas
'pactadas' con los organismos internacionales.
Carlos Mesa, además, ha sido respaldado políticamente por
algunos grupos de periodistas y medios de comunicación, que
obviamente han dejado de cuestionar sus medidas apegadas al Banco
Mundial.
Es también por esa razón que los dirigentes críticos del
actual régimen han sido, prácticamente, desplazados de la agenda pública
de los medios.
La Iglesia, Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo,
desde su propio punto de vista, han ingresado también en esta
corriente de apoyo directo y 'crítico' a Mesa (1).
13) El 'nuevo' gobierno y el Banco Mundial
Mesa es igual o peor que 'Goni'. Hasta ahora, el gobierno de
Mesa no se apartó ni un milímetro de las políticas diseñadas por Sánchez
de Lozada y sigue dócilmente las instrucciones de las instituciones
financieras. Razón por la cual su relación con los sindicatos y
organizaciones populares, poco a poco, tiende a reavivarse, pese al
accionar neutralizador y concertador de sus dirigentes.
El informe 'Estrategia de Asistencia al país' del Banco
Mundial es claro en este punto y pone una especie de camisa de fuerza
al 'nuevo' gobierno de Mesa y sus coyunturales socios sindicales.
Establece que los funcionarios del organismo internacional
evaluarán, a fines de junio del 2004 y a fines de diciembre del 2004,
si el país está cumpliendo o no con las exigencias acordadas para
lograr un crédito de 300 millones de dólares para el bienio
2004-2005.
En el acápite 73 se establece que 'Bolivia recibirá un
apoyo anual de 150 millones de dólares, siempre y cuando cumpla con
las condiciones acordadas con el gobierno de Carlos Mesa'.
El informe del Banco Mundial añade que a 'fin de poder
evaluar si las condiciones macroeconómicas están empeorando o
mejorando, el Banco revisará las metas macroeconómicas clave a corto
plazo incluidas como criterios de desempeño cuantitativos en el
programa económico del gobierno que tiene del apoyo del convenio con
el FMI'.
A fin de complementar estos indicadores a corto plazo, el
Banco también 'evaluará las tendencias recientes (en los últimos 24
meses) y las perspectivas a corto y mediano y largo plazo (en los próximos
dos o tres años) de indicadores económicos y financieros específicos
como ser el equilibrio fiscal, la razón deuda a corto plazo / deuda
total, razón deuda total / PIB y RIN (como el número de semanas en términos
de importaciones de bienes). La combinación de indicadores
cuantitativos específicos, tendencias y perspectivas suministraría
una base sólida para hacer evaluaciones sobre cambios en las
condiciones macroeconómicas'.
Otro compromiso del gobierno de Mesa con el Banco Mundial es
la obligatoria 'venta del gas a Estados Unidos' (2).
14) Perspectivas
Estas rígidas medidas económicas son una especie de chaleco
de fuerza que van a limitar el accionar de los dirigentes sindicales
que se subieron, abierta o subrepticiamente, al barco gubernamental de
Mesa.
El tema del trabajo, el pan, el salario justo, la educación,
la salud y otras necesidades vitales de los trabajadores no está
siendo solucionado por el actual régimen.
Los sectores sindicales de base, poco a poco, están
empezando a despertar. Las huelgas de hambre y manifestaciones, aunque
muy aisladas todavía, otra vez están en la palestra pública. Todo
hace ver que los conflictos, impulsados desde abajo, van a retornar.
Si bien las bases han aprendido en octubre a luchar, las
direcciones son las que, lamentablemente, tienen aún un margen de
definición.
Parece que el referéndum, la Asamblea Constituyente, las
elecciones municipales, los compromisos de poder y fuentes de trabajo
de varias cúpulas sindicales con el gobierno de Mesa son procesos que
van a limitar la polarización de los conflictos sociales.
Pero, ojo, uno nunca sabe. Los movimientos tienen su propia
dinámica que a veces sorprende a los políticos más esclarecidos. Si
uno no cree esto, solo hay que recordar la historia, ponerse a
reflexionar lo que ocurrió en febrero y octubre del 2003, cuando las
bases desplazaron, sobrepasaron e incluso atropellaron a sus
direcciones.
En este ámbito, planteamos superar orgánicamente y desde
las bases los tres 'pecados originales' planteados en el punto 1)
Polarización internacional.
Como planteó nuestro último Seminario Internacional,
debemos superar la atomización (división) nacional e internacional
construyendo un Frente Único anticapitalista y antiimperialista. Es
urgente la estructuración de un programa revolucionario para sacar de
la crisis al país. Y, finalmente, contra la engañosa Asamblea
Constituyente organizar desde las bases la Asamblea Popular que
transforme estructuralmente el país.
Notas:
(1) Véase 'El gobierno de Carlos Mesa', en http://www.econoticiasbolivia.com/
(2) Véase 'Las condiciones del Banco Mundial', en http://www.econoticiasbolivia.com/
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