Arde Bolivia

 

Crisis y auge de la minería

Por José Pimentel Castillo
Especial para Econoticiasbolivia, 30/05/04

Cada año, la rosca minera saquea los recursos naturales no renovables del país. Exportan oro, plata, zinc y estaño y obtienen cerca de 250 millones de dólares, inflando su fortuna y poder sin ningún beneficio para Bolivia. Estos potentados apenas pagan como impuestos 5 millones de dólares

La subida de los precios de los minerales ha hecho pensar que vivimos una nueva época de auge de la minería. El precio del mineral sin duda es un elemento importante para alentar la actividad minera, sin embargo no es todo para que se derive una reactivación económica y mucho menos un despegue del occidente del país. En este sentido es necesario saber a quién beneficia la actual política minera impuesta por el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni) y qué podemos esperar de ella para beneficio del país.

La actual política minera condena a la empresa estatal (COMIBOL) al simple rol de administrador de contratos a la vez que promueve las exportaciones dando facilidades a la empresa privada: Un tipo de cambio favorable a través de flotación, la libre comercialización (exportación de los minerales), la flexibilización laboral, baja tributación por la explotación de los minerales, liberación de impuesto por internación temporal de maquinarias y equipos, inversión de impuestos y regalías en obras de infraestructura de las empresas, devolución de IVA por exportación, además que se puso a su disposición todo el capital de la empresas estatales: concesiones mineras, infraestructura física, Know-how, maquinarias y equipos de COMIBOL, ENAF, BAMIN, KARACHIPAMPA, etc.

Esta política implementada por los empresarios mineros desde puestos gubernamentales, (Gonzalo y Antonio Sánchez de Lozada, Killman, Iturralde, Maclean, Mercado, Alandía, etc.) les ha beneficiado ampliamente. Desde la implementación de estas políticas en Bolivia (1991) no han dejado de exportar minerales a un promedio de 400 millones de dólares anuales, mientras la tributación minera ( Impuesto Complementario Minero y patente minera) no ha llegado a 5 millones. Del impuesto a las utilidades no hay información sobre las empresas mineras, lo que pone en duda su eficiencia empresarial, o, como en los tiempos de Patiño, existe una doble contabilidad.

Esta afirmación tiene algunos matices interesantes.

Relación de producción y tributación por sectores mineros 2002 (en $us)

Mineral

Minería mediana

Tributación

%

Minería
chica y cooperativa

Tributación

%

Estaño

19,656.000

406,804

2.06

42.197.000

555.016

1.29

Oro

90.041.000

3.335.783

3.70

22.254.000

7.690

0.03

Plata

43.530.000

710.351

1.63

23.078.000

390.848

1.69

Zinc

91.640.000

945.581

1.03

8.538.000

170.688

1.99

TOTAL

247.515.000

5.432.420

2.10

116.477.630

898.009

0.77

Elaboración propia con datos de la Memoria 2002 Asociación de Mineros Medianos

Si se pone a un lado el caso del oro, la tributación en ambos sectores es casi la misma, sin embargo el impacto es diferente en las regiones, por cuanto la mayor utilización de mano de obra en las cooperativas, 50.000 obreros, tiene un impacto grande en el mercado local, lo que no ocurre con el gasto de los cerca de 3.000 obreros de las empresas medianas. Lo propio podemos decir de la compra de materiales y maquinarias, porque una cosa es trabajar con pico y pala y otra con tecnología de punta.

¿Qué puede esperarse de un aumento de los precios de los minerales, con esta política?, casi nada.

Por un lado el aumento de la mano de obra en el sector de las cooperativas cuya explotación es aleatoria a la riqueza del yacimiento o la fluctuación de los precios; también es el sector donde se han precarizado las condiciones de trabajo: Sin administración empresarial, sin dirección técnica, sin seguridad industrial ni social. El trabajo es una ruleta, verdadera lucha por la sobrevivencia: vivir el día sin pensar en el futuro.

Por otro lado se intensificará la explotación de los actuales yacimientos, que en su mayoría son de propiedad de COMIBOL, con lo cual aumentará la producción e ingresos para beneficio de la empresa privada. A mediano plazo no hay ningún nuevo proyecto a ser implementado por la iniciativa privada.

La explotación de los minerales como política nacional, en el marco del nacionalismo revolucionario, ha pretendido transferir el valor de estos recursos naturales no renovables al Estado para su redistribución en nuevas actividades económicas. Diversificación e integración del país, como se proclamaba entonces.

La diferencia de estas políticas se explicita en la escala de regalías e impuestos:

AÑO

Precio 
estaño por libra

Regalía %

Impuesto

1965

1.70

10.58

 

1974

2.95

18.00

 

1980

8.22

28,50

 

1982

7.00

27.00

más 7 % de impuesto adicional a la exportación

1991

2.00

2,50

Anticipo al impuesto a las utilidades del 30 %

1996

2.00

1,00

Anticipo al impuesto a las utilidades del 25 %

2004

4.15

3.64

Anticipo al impuesto a las utilidades del 25 %

Elaboración propia en base a disposiciones legales.
El precio es representativo del período de vigencia de la disposición legal.

En las últimas disposiciones la regalía cambia su nombre por Impuesto Complementario Minero que es un anticipo al impuesto a las utilidades, que se consolida a favor del Estado si es mayor a éste. Cosa que ocurre, porque ninguna de las Empresas Mineras declara utilidades mayores.

El Código Minero dispone que las propiedades de COMIBOL no paguen la patente minera, este criterio estatista adoptado por el carácter social de la empresa y el papel dinámico en el desarrollo nacional, que se pierde cuando los yacimientos son transferidos a privados, vía arrendamiento o riesgo compartido, siendo en este caso perjudicados los municipios con el 30% de estos ingresos.

Como se ve desde que se implantó la política de libre mercado, la tributación minera cambio drásticamente, en vez de ser un actividad que sustente al Estado se convirtió en una actividad subvencionada bajo el eslogan de que lo importante es exportar, sin tener la garantía que las divisas retornen y se reinviertan en el país.

Por lo cual urge definir una política minera que reivindique el beneficio de las regiones y del país por la explotación de un recurso natural no renovable. Con perversidad un dirigente tarijeño nos echó en cara la indolencia de los occidentales para con nuestros recursos, cuando mostramos preocupación por el gas; tiene razón, los conceptos políticos, económicos y morales tienen un carácter universal. Por eso la industrialización de los minerales (fundición-refinación-laminación), una tributación justa y la Refundación de COMIBOL son de carácter perentorio.

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