Aymaras forman gobierno
Por Luis
Crespo
Corresponsal de la
BBC en Bolivia, 25/06/04
El linchamiento del alcalde de un
pequeño pueblo aymara del altiplano boliviano ha tenido como
inesperada consecuencia la constitución de un gobierno local con un
sistema judicial y una policía independientes del Estado y
confrontados a éste.
Los aymaras nombraron a su
"gobernador" y su propia policía
Los indígenas que habitan el
poblado de Ayo Ayo protagonizan esta rebelión porque se oponen a que
las autoridades investiguen el linchamiento de su alcalde.
Según los habitantes de Ayo Ayo,
el linchamiento fue la aplicación de la "justicia
comunitaria" y no corresponde la intervención de la fiscalía ni
de la policía para encontrar a los responsables.
Los casi 3.000 habitantes de Ayo
Ayo amenazan con cortar la carretera que pasa por el pueblo y con
destruir un gasoducto cercano y torres eléctricas de alta tensión si
el gobierno insiste en investigar el linchamiento, ocurrido el pasado
15 de junio.
Mesa no negociará
El gobierno presidido por Carlos
Mesa ha dejado claro que no negociará este caso, que se considera un
crimen común que debe ser tratado en los estrados judiciales.
Pero en Ayo Ayo, situado a 80 kilómetros
al sur de La Paz, el pasado lunes, el indígena Cecilio Huanca fue
posesionado como una especie de gobernador y 25 campesinos como
miembros de su propia policía y un supuesto organismo de
"inteligencia sindical".
"Por la memoria de Tupac
Katari y Bartolina Sisa quedan posesionados como inteligencia
sindical", dijo Ramón Copa, uno de los dirigentes campesinos del
altiplano, al tomar juramento a las "autoridades de un nuevo
Estado histórico".
Tupac Katari y Bartolina Sisa
fueron líderes de rebeliones indígenas contra los españoles en el
siglo XVIII.
El enfrentamiento de Ayo Ayo contra
los poderes del Estado parece reforzar las intenciones que desde hace
algunos años han manifestado algunos dirigentes campesinos aymaras en
sentido de crear una "república del Kollasuyo".
El alcalde de Ayo Ayo fue torturado
en su residencia antes de ser quemado
Mientras tanto, la
"inteligencia sindical" recibió el encargo de investigar el
linchamiento del alcalde Benjamín Altamirano, cuyo cadáver quemado
fue encontrado en la plaza del pueblo el pasado 15 de junio.
Los campesinos organizados en este
gobierno propio han exigido que sean liberadas cuatro personas
acusadas del crimen y que sean quemados los expedientes del caso.
En cambio, el nuevo
"gobierno" de Ayo Ayo anunció que su "policía
sindical" se trasladará a La Paz a investigar a la familia del
alcalde asesinado, quien estaba acusado de malversar fondos públicos.
El "gobernador" indígena
Cecilio Huanca incluso anunció su intención de "autorizar"
que la policía sindical allane las casas de los parientes del alcalde
en La Paz.
Según
Huanca, la familia del
alcalde acusó sin razón a los habitantes de Ayo Ayo de ser
responsables del linchamiento.
El nivel de organización de
quienes perpetraron el crimen queda en evidencia si se considera que
el alcalde Altamirano fue secuestrado a plena luz del día en una
calle del centro de La Paz por un grupo de campesinos el lunes 14 de
junio.
La madrugada del día siguiente, el
cadáver quemado del alcalde apareció en la plaza principal de Ayo
Ayo, con carteles que lo acusaban de corrupción.
Cuando los policías y fiscales hacían
el levantamiento legal del cadáver, los campesinos los agredieron y
los hicieron huir del pueblo.
Desde entonces, en Ayo Ayo no hay
ninguna autoridad que represente al gobierno, cuya sede está situada
en La Paz, a sólo 80 kilómetros de distancia.
|