Referéndum: la trampa
transnacional
Por Andrés Soliz
Rada
Rebelión,
16/07/04
El decidido apoyo del comandante
del Comando Sur de los EEUU, general James T. Hill, al referéndum del
18 julio próximo (Periódico “El Diario”, 13-7-04, en el que se
preguntará si se está de acuerdo con exportar gas natural, ha
cerrado la campaña oficialista destinada a conseguir ese objetivo,
sin haberse incluido la consulta fundamental: “¿Apoya la
nacionalización del gas y del petróleo? El arribo de Hill
coincidió con el del Presidente del BID, Enrique Iglesias; de
la CAF, Enrique García; y
del Brasil, Ignacio Lula da Silva, quien llegó para defender a
Petrobrás, empresa que controla en Bolivia, en importantes
porcentajes, los mega campos de “San Alberto” y “San Antonio”,
todas las refinerías, el gasoducto a San Pablo y Cuiabá y el mercado
interno de ambos países. El Presidente Kirchner de Argentina anunció
su venida, pero la canceló por los problemas sociales que se
agudizaron en su país.
La combinación del palo y la
zanahoria fue casi perfecta. Mientras el Banco Mundial desembolsaba un
millón de dólares para la campaña en favor del “sí” y prometía
un crédito de 120 millones de dólares destinado a aliviar al
asfixiado presupuesto nacional, las voces que exigían la
nacionalización del energético fueron aterrorizadas por el anuncio
de la inminente disgregación del país. Una de ellas fue la del
Ministro de Defensa argentino, Jorge Pampurro, quien declaró que
Bolivia estaba viviendo un proceso de “libanización” (“La Epoca”,
4-07-04). La otra correspondió a Mark Falcoff, asesor de Dick Cheney,
vicepresidente de George W. Bush, según el cual Bolivia se encaminaba
al suicidio, si defendía su gas (“La Epoca” 4-07-04). El
Presidente Carlos Mesa añadió que Bolivia dejaría de ser sujeto de
crédito sino aceptaba la exportación inmediata. De manera pasarela
ofreció “fomentar” la industrialización para las calendas
griegas.
Noam Chomsky ha recordado
(”Rebelión. Org. 03-07-04), que, en 1916, el pueblo norteamericano,
imbuido de espíritu pacifista, no deseaba que su país participara en
la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el complejo
industrial-militar, mediante el uso intensivo de radios y periódicos,
cambió radicalmente esa opinión en pocas semanas. El “lavado
cerebral” también fue utilizado en Bolivia. El Presidente Mesa
apareció, cada 15 minutos, durante semanas, en todos los canales
televisivos y radios del país explicando los “beneficios” que de
la enajenación del gas. Las posibilidades de que las corrientes
nacionales y patrióticas manifestaran su desacuerdo fueron casi
nulas.
La resistencia al poder petrolero
quedó gravemente debilitada por un grave error del Movimiento al
Socialismo (MAS) de Evo Morales, que apoyó tres de las cinco
preguntas del referéndum, aduciendo que en la interrogante número
dos se consultaba si se desea que Bolivia recupere la propiedad de sus
hidrocarburos en boca de pozo. La tramposa pregunta no se especificó
si tal recuperación se produciría en forma inmediata, anulando los
78 contratos suscritos con las transnacionales, o dentro de 36 años,
cuando acaben su vigencia. El MAS anunció que el “sí”, a la
pregunta dos, permitirá que el Parlamento apruebe una nueva Ley de
Hidrocarburos en la que haría prevalecer su punto de vista.
Lo que el MAS no advirtió es que
el gobierno suscribirá nuevos contratos sin esperar la nueva ley de
hidrocarburos, cuya aprobación podría tardar tres semanas, tres
meses o tres años. Tal error se agravó cuando su diputado Antonio
Peredo Leigue se declaró contrario a la nacionalización (“La Epoca”,
4-07-04), aduciendo que Bolivia no tenía 5.000 millones de dólares
para indemnizar a las petroleras, cuyos ejecutivos habían declarado
que sus inversiones se hallaban en 3.000 millones de dólares. Ambas
cifras son arbitrarias ya que no emergen de una auditoria, la que, en
caso de realizarse, demostraría que esas cantidades no alcanzan ni al
diez por lo ciento de lo declarado. El mismo diputado indicó que en
el país existía una derecha “gonista” (partidaria del ex
Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada) el régimen de Mesa y la
izquierda representada por el MAS. Lo cierto es que encontrar
diferencias entre el “gonismo” y el “mesismo”, en materia de
hidrocarburos, es tarea de biólogos especializados en microorganismos
invisibles para microscopios modernos.
|
|