Arde Bolivia

 

Incendiario mensaje de Mesa desató represión e intolerancia en Cochabamba

Con sus palabras "satanizó" deliberadamente a líderes y organizaciones sociales

Por Cesar Arellano
Bolpress, 11/03/05

(Cochabamba).- Jóvenes de la zona norte, cívicos y militantes de agrupaciones ciudadanas agredieron y quemaron material de grupos contestatarios. "Respaldamos al presidente contra el intento de Evo Morales de derrocarlo", manifestaron. Lo que el discurso del presidente desató en El Alto y Cochabamba, está muy lejos de su manifiesta intención de un país unitario.

La manifestación de los "pañuelos blancos", a que convocaron la mañana de ayer sectores de la clase media alta cochabambina bajo el slogan de "por la paz y la democracia", degeneró en un brutal enfrentamiento con rentistas, desocupados y universitarios contestatarios que ocupaban la plaza 14 de septiembre y que fueron víctimas de golpes, persecución y quema de su propiedad por activistas de agrupaciones ciudadanas, organizaciones cívicas y grupos juveniles de la zona norte.

Según las víctimas y algunos testigos, el vandalismo en que incurrieron los "pacíficos" defensores del Presidente expuso la intolerancia natural latente en Cochabamba, que fue detonada por el "tendencioso" discurso del Presidente.

Se temen mayores enfrentamientos hoy, durante la marcha a la que convocó el Comité Cívico de Cochabamba con el manifiesto motivo de "defender" la institucionalidad del país y respaldar al Presidente Mesa. Hasta la medianoche de ayer y primeras horas de la madrugada de hoy, los marchistas del movimiento "pañuelos blancos" hicieron una vigilia en puertas de la Prefectura de Cochabamba.

Incendiario

El domingo pasado, el mensaje a la nación del Presidente Carlos Mesa, "satanizó" a los líderes y organizaciones sociales de todo el país desatando el odio contenido de grupos políticos y cívicos locales hacia las organizaciones sociales con sede en Cochabamba.

La retórica incriminativa de Mesa criminalizó a los dirigentes populares y polarizó el ambiente social en la ciudad suscitando una marcha de respaldo al presidente en la que se introdujeron operadores de partidos políticos, que disfrazados de ciudadanos descontentos marcharon con el deliberado propósito de agredir verbal y físicamente a miembros de la Coordinadora y la COD.

Todo indica que las enardecidas palabras del Presidente, vertidas el domingo por la noche, estuvieron dirigidas a crear tales situaciones y muy bien orquestado para desprestigiar a los sectores que más batalla le dieron a Mesa desde que asumió el mando presidencial, manifestaron las víctimas de la golpiza.

La marcha se inició aproximadamente a horas 9:00, a convocatoria del presentador de televisión Álvaro García Meza y de algunos otros dueños de medios de comunicación y ciudadanos "ilustres". Aunque los marchistas declararon que fue espontánea, ya la noche del domingo un grupo de ciudadanos había salido a la plaza para manifestar su respaldo al presidente.

"Olivera donde estas traidor, aún no tenemos agua, muera Evo Morales, exilió a todos los dirigentes", fueron los gritos frecuentes de la multitudinaria que marchó el día lunes.

La cabeza de la marcha, denominada de "pañuelos blancos", llegó a la Plaza de Armas, pasadas las 10:00. Aunque al grueso de marchistas tardó algo más, los primeros el llegar tomaron los sitios estratégicos donde suelen concentrarse los grupos sociales contestarios al Gobierno.

Las tempranas provocaciones también ocasionaron el cierre del edificio que alberga las oficinas de las tres organizaciones sociales más importantes de Cochabamba: la Coordinadora de Defensa de los Recursos Naturales, la Federación Departamental de Regentes y la Central Obrera Departamental (COD).

Por temor a ser agredidos, Oscar Olivera, Omar Fernández y Alberto Machaca, principales líderes regionales, tuvieron que abstenerse de desempeñar sus actividades cotidianas y no llegaron a sus respectivas sedes.

Cerca de mediodía el centro de la Plaza 14 de septiembre, otro sitio que alberga en Cochabamba a miembros de grupos contestarios, fue tomado por los miembros de dicha marcha y los temores de los dirigentes se materializaron.

A la sombra del Monumento central de dicha plaza, los grupos "troskistas" y la red Tinku Juvenil constituyeron un ágora que cotidianamente alberga a maestros, universitarios y desocupados que debaten y socializan con los ciudadanos la doctrina marxista y debaten la situación del país. Los defensores de Mesa iniciaron enfrentamientos y reyertas que terminaron con la quema del panel de prensa de la Red Tinku y con la evacuación de los sectores contestatarios.

Enfrentamientos

Una mujer de pollera cargada de su pequeño hijo de apenas un año de edad lloraba desesperada, pues fue blanco de agresiones físicas por parte de los jóvenes marchistas que la confundieron con una cocalera. "Ustedes los cocaleros sólo vienen a la ciudad a perjudicar, son campesinos, no entienden, parecen ovejas o llamas con coca en su boca", gritaban.

Por su parte los seguidores de la Coordinadora de Defensa de los Recursos Naturales, del Partido Obrero Revolucionario (POR), de línea troskista y de la Red Tinku Juvenil, fueron también blanco de insultos y empujones teniendo que desalojar el centro de la plaza principal y dejando que quemen sus paneles informativos.

Lo que creíamos superado

Si René Zavaleta Mercado acertó en que la mejor manera de analizar y comprender una sociedad determinada es en momentos cuanto esta está convulsionada, seguramente ayer lunes en Cochabamba fue una ocasión invaluable para ver lo poco que ha cambiado Cochabamba en función a tolerancia.

La situación de ayer en Cochabamba y el resto del país se enmarca en la concepción zavaletiana de "el poder dual", pues al estar esta compuesta principalmente por la clase media cochabambina y oficinistas "de cuello blanco", develó que todavía persiste la intolerancia hacia "el otro" por parte de las elites castizas, aunque también los cocaleros y obreros mostraron su resentimiento y reaccionaron a la provocación "k´ara".

Fobia y odio hacia diferente fueron el común denominador. ¿Cómo un cholo que ni siquiera se lava las patas nos va gobernar? No tenemos que permitirlo", decían los pañuelos blancos.

"Los que están marchando son los k´aras, los que siempre se aprovechan de nosotros, los que lo tienen todo agua caliente para bañarse, alcantarillado y un buen trabajo, no tenemos que permitir que nos humillen de nuevo", replicaron los campesinos reprimidos.

Lo que las palabras del presidente desataron en El Alto y Cochabamba, está muy lejos de su manifiesta intención de un país unitario.

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