Arde Bolivia

 

Balance de las jornadas de mayo y junio

La lucha por la nacionalización de los hidrocarburos

FSTMB (Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia), 20/07/05

Presentación de Econoticiasbolivia, La Paz, julio 26, 2005.– Crítica y autocrítica. La Federación de Mineros explica por qué el poderoso ascenso de masas del pasado junio no concluyó en una revolución. La Asamblea popular fue un paso adelante, las elecciones y la Constituyente una distracción y la presidencia de Rodríguez una salida para frenar la lucha contra el imperialismo y el neoliberalismo.

Bolivia y la ausencia del partido revolucionario: La falta de un instrumento revolucionario, detectada ya en la insurrección popular de octubre del 2003, fue definitiva para que la gigantesca ofensiva popular de mayo – junio del 2005 no concluyera en una revolución y en la toma del poder por el pueblo, asegura la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia.

En un ejercicio de crítica y autocrítica, los mineros, que son la vanguardia de la lucha revolucionaria contra las transnacionales, el imperialismo y el neoliberalismo, advierten que la ausencia de un partido revolucionario, enraizado en las masas y con presencia mayoritaria en los sindicatos y organizaciones de base, no permitió que los obreros, campesinos y clases medias empobrecidas expulsen a la burguesía del poder.

Por ello, la elección de Eduardo Rodríguez como nuevo presidente de Bolivia y la convocatoria a elecciones para fin de año fue una salida concertada entre el gobierno saliente de Carlos Mesa, la embajada de Estados Unidos y el Movimiento al Socialismo (MAS) del diputado cocalero Evo Morales para preservar el sistema dominante con su parlamentarismo corrupto, señala la Federación de Mineros en un pronunciamiento público.

Según este análisis, las elecciones generales de fin de año son "distraccionistas" y tienen como objetivo aplacar la lucha popular que se encaminaba hacia la expulsión de las transnacionales del gas y el petróleo y a destruir el Estado burgués. "La Asamblea Popular (constituida casi al culminar la gigantesca movilización popular) era ya el germen del gobierno del pueblo".

El avance de la lucha popular sirvió para cohesionar a los sectores sociales en torno a la nacionalización del gas y el petróleo y para frenar los intentos de la oligarquía empresarial que intenta dividir Bolivia para preservar la propiedad y la explotación de recursos naturales por las transnacionales, agrega la evaluación.

A continuación, el balance completo elaborado por la Federación de Mineros, en el que se evalúa las fortalezas y debilidades de la lucha popular y sus organizaciones, el rol del MAS de Evo Morales y las perspectivas revolucionarias en Bolivia.

La lucha por la nacionalización de los hidrocarburos (*)

La salida política que se dio en Octubre de 2003 con la ascensión de Carlos Mesa al Gobierno reemplazando s Gonzalo Sánchez de Lozada fue un episodio obligado por las condiciones reales en que se encontraba el movimiento popular. La verborrea demagógica de Mesa ya fue detectada en ese entonces y se conocía por los medios de comunicación su inclinación a la política neoliberal gonista. El hecho de acompañar a Sánchez de Lozada en las elecciones de 2002 no era casual, así haya encubierto su decisión en una promesa de barrer con la corrupción que reinaba en el país. Con todo, el abandono de Mesa a Goni en los últimos días de su gestión, no fue un argumento del todo creíble para las masas. Entonces el ingreso de Mesa en el Gobierno fue debido, principalmente a que carecíamos del instrumento político que sustituyera a un régimen totalmente abandonado hasta por sus, hasta entonces, fieles sirvientes. Fue una crisis nacional con una salida constitucional impuesta al pueblo. Fue una constatación de que el instrumento político del pueblo boliviano no existía a pesar del testarudo intento del Movimiento al Socialismo (MAS) de autocalificarse de instrumento del pueblo. La posición incoherente y oportunista del MAS demostrada en Octubre del 2003 fue una constante en todo el período de Mesa. En conclusión, Octubre del 2003 demostró que se debía construir el instrumento político que encare también junto al programa el armamento de las masas. Las decenas de muertos así lo exigían.

Carlos Mesa hizo lo que la Embajada norteamericana le recetó y lo que Sánchez de Lozada dejó como recomendaciones a su mejor alumno. La política continuista fue más allá. Mesa se vendió en cuerpo y alma a las petroleras y no cedió un solo milímetro en las demandas del pueblo, dejando de lado la Agenda de Octubre y sólo interpretándola de acuerdo a los intereses de las trasnacionales y empresariado privado.

Ya antes del Referéndum, el pueblo expresó su decisión de lucha por la Nacionalización de los Hidrocarburos, sin embargo Mesa elaboró junto a las trasnacionales sus cinco preguntas tramposas. A pesar del instinto popular que expresó sabiamente sus respuestas, el gobierno ni siquiera las cumplió dejando en claro que no afectaría para nada, ni un pelo, los intereses de las trasnacionales petroleras. Así, más pronto de lo que se esperaba, la máscara se le cayó a Mesa y, por más esfuerzos que hizo, el uso de sus habilidades de actor tragicómico no le bastaron.

En Marzo del 2005 nos mostró su verdadero rostro, lleno de resentimientos raciales. Incondicional sirviente de las trasnacionales y su desvergonzada decisión de preferir ser un mendigo de la comunidad internacional, tal cual lo señaló sin ambages ni rubor alguno. Bastaron Abril y la primera quincena de Mayo para preparar la lucha nacional que finalmente terminó uniendo a todos los bolivianos con la consigna histórica de Nacionalización de los Hidrocarburos, aún cuando partidos populistas como el MAS prefirieran, en resguardo de sus intereses parlamentarios, confundir consignas y finalmente conformarse con salidas trilladas y que no son solución a las demandas del pueblo boliviano.

La consigna de Nacionalización de los Hidrocarburos se convirtió en una demanda nacional y, hoy, es irrebatible. En los cuatro confines de la Patria a través de sus nueve departamentos existe la decisión de continuar la lucha por esta trascendental medida de recuperación de nuestros hidrocarburos para su posterior industrialización, que significa el despegue industrial de nuestro país en otros rubros.

Es tan trascendental esta medida y de tanta significación que la clase dominante a través de sus gobiernos prefiere los recambios y cualquier salida a ceder ante la demanda del pueblo. El pueblo derrocó no sólo a Mesa sino a Hormando Vaca Díez (presidente del Congreso y primero en la línea de sucesión constitucional, NdR) y también a Mario Cossío (presidente de la Cámara de Diputados y segundo en la línea constitucional, NdR) representantes del neoliberalismo caduco.

La salida por nuevas elecciones a cargo de Fernando Rodríguez (presidente de la Corte Suprema de Justicia, tercero en la línea, NdR), un perfecto desconocido al servicio de la embajada yanqui no es pedido del pueblo mayoritario. Fue un arreglo entre las trasnacionales, Mesa, el Parlamento y Evo Morales a contrapelo de sus bases. El objetivo:_preservar el sistema dominante con su parlamentarismo corrupto, razón y vida de la bancada masista.

La confusión a la que arrastró el Partido de Evo desmovilizando a sectores campesinos de los bloqueos nacionales, más la situación aguda de desabastecimiento en El Alto y La Paz son argumentos importantes para entender la salida política con Rodríguez en el Gobierno.

Sin embargo estos argumentos no son los definitivos ni fundamentales. El pueblo entiende, ahora más que nunca, la Nacionalización de los Hidrocarburos como una medida no sólo económica sino política que realizará solo un gobierno del pueblo, impuesto por éste. En este sentido la falta del instrumento político fue una vez más el problema fundamental.

La movilización fue mucho mayor que la de Octubre del 2003, fue más nacional, más contundente, se creó un tremendo vacío de poder y se vivió un período de clara crisis nacional. Todas las instituciones del Estado estuvieron a punto de sucumbir. El Poder Ejecutivo prácticamente no existía, mientras que el Legislativo huyó en desbandada de sus funciones. El Ejército y Policía estuvieron en el umbral de su desarticulación institucional y el Poder Judicial sin lograr desprenderse de su estigma de corrupción.

Al no existir el instrumento político del pueblo, el vacío de poder sólo podía llenarse con los recambios constitucionales o, si el caso ameritaba, por un golpe militar fascista.

Está claro que las Elecciones Nacionales que prepara Rodríguez son distraccionistas y no solucionarán los problemas de la pobreza y el desempleo, simplemente se iniciará un nuevo periodo de lo que ya el pueblo conoce hasta el cansancio. La repetición de la demagogia, corrupción y el servilismo a las trasnacionales y los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Después de Octubre del 2003 se decía que nunca más tendríamos jornadas insurreccionales como los que se vivieron en ese mes, sin embargo, el hambre, la pobreza y la desocupación desesperante hicieron ingobernable la gestión de Mesa hasta llegar a las jornadas de mayo–junio, mucho mayores y con mayor contenido político e ideológico. Este periodo de recomposición de las fuerzas, que se dio el 11 de junio por parte de las organizaciones movilizadas, significa según han señalado las propias bases que la lucha continuará y eso es cualitativamente un avance respecto de Octubre.

La constitución, a finales de las jornadas de movilización, de la Asamblea Nacional Popular Originaria es histórica y es el germen de poder popular que debe ser gobierno de las mayorías, sin embargo su estructura sólo es local y aún no fue organizado en los diferentes departamentos. Es la respuesta política de las masas y de ahí el terror de la clase dominante a aceptarlo. Cualquier Constituyente no será más que una caricatura ante la Asamblea Nacional Popular Originaria, cuya tarea de constitución a nivel nacional debe ser responsabilidad de todos.

El peligro de cercenamiento del país

Después de Octubre, en el 2003, y ante la creciente demanda de recuperación de los recursos naturales, principalmente de los hidrocarburos, la oligarquía trasnacional establecida en Santa Cruz diseñó una estrategia de defensa de los intereses trasnacionales petroleros que en el fondo significa una defensa del modelo neoliberal y del propio sistema capitalista caduco.

En realidad se trata de revivir la estrategia que ya fue utilizada en 1970 y 1971 cuando se produjo un histórico ascenso de masas que estuvo a punto de instaurar un gobierno de los explotados. En ese entonces se habló de solicitar protectorado al Gobierno dictatorial brasilero o ir por el camino de la autonomía o secesión. El fondo de todo, en ese entonces, como hoy, es el de preservar las riquezas naturales de ese departamento en manos de las trasnacionales.

El 70% de pobreza en el país, así como los niveles insostenibles de desocupación producidos por la imposición del modelo neoliberal y la entrega de nuestras riquezas a las trasnacionales son totalmente ignorados y rechazados por esta oligarquía descarada e hipócrita. Para ellos los culpables son, ahora, el centralismo y el sistema unitario de gobierno por lo que se debe conformar los gobiernos autónomos que además de desmembrar al país permiten a las trasnacionales detentar departamentalmente el poder de decisión sobre la propiedad de los recursos naturales y, muy especialmente, de los hidrocarburos.

La Nacionalización así, no sería efectiva porque el gobierno departamental la inviabilizaría al punto de hacer estéril la lucha de los bolivianos por esa medida histórica. En ese entendido, las banderas autonomistas impregnadas de fuerte contenido racial fueron impuestas al pueblo cruceño de manera violenta y chantajista. Los instrumentos ejecutores de ese tenebroso plan son la cara legal de las logias ligadas como la uña y mugre a las trasnacionales petroleras. Estas son el Comité ProSantaCruz, CAINCO (la asociación empresarial de Industria y Comrecio), CAO (Cámara Agropecuaria del Oriente), Federación de Empresarios Privados y la temible banda fascista de la Unión Juvenil Cruceñista.

Todos los responsables de estas organizaciones son empresarios, terratenientes y burócratas rentados por las petroleras. Sin embargo, sus objetivos van más allá de las autonomías y eso es lo peligroso. Junto al Departamento de Estado y las oligarquías y gobiernos vecinos, especialmente de Chile, han diseñado un Departamento de Santa Cruz que debe convertirse en un país enclave del Imperialismo con parecidos fines a los de Israel, el país monigote de los EE.UU. en el Medio Oriente. En esta aventura pretenden arrastrar también a Tarija, Beni y Pando.

Este peligro real de cercenamiento de nuestro país ha sido atenuado por el último gran movimiento de mayo y junio. Al trascender la lucha más allá del Alto y La Paz y el haber llegado hasta los más alejados rincones de la Patria, la lucha por la Nacionalización de los Hidrocarburos demostró que en Santa Cruz también se tiene plena conciencia de la necesidad de preservar la integridad nacional y la lucha pasa por derrotar a los dueños logieros de las instituciones cruceñas, es decir a la oligarquía trasnacional afincada en Santa Cruz. El sentimiento nacional surgido en las provincias productoras de hidrocarburos y la decisión de estas de conformar un nuevo departamento es un síntoma de que los planes de la oligarquía no serán fáciles de ejecutar.

Asamblea Constituyente, una consigna tramposa

La consigna de la Asamblea Constituyente enarbolada desde mediados de la década del 90 fue un objetivo y una denuncia en contra de un sistema que no funciona y cuyas leyes son discriminatorias y excluyentes. Los movimientos campesinos surgidos tras esta bandera tenían un fuerte sustento de las ONGs (organizaciones no gubernamentales) conservadoras quienes vieron la gran oportunidad de arrinconar siquiera temporalmente el concepto enraizado de la cada vez más aguda contradicción de la lucha de clases, motor de la Historia Universal.

Sustituir esta realidad indiscutible con la valorización del concepto étnico hasta convertirlo en principal es parte de la estrategia imperial de preservación y consolidación del Capitalismo. Sus efectos derivan en minimizar el rol de los sindicatos y de las organizaciones que basan su accionar en la confrontación clasista entre proletarios y capitalistas.

La sustitución de la lucha de etnias por las de clase fue el ideal del sistema aprovechando el derrumbe de países del Este de Europa y la imposición del Modelo Neoliberal. Así el objetivo sólo es perseguir la humanización de la explotación y dejar de lado la lucha por la conquista del poder político y el derrumbamiento del sistema opresor. Buscan nuevos actores emergentes y estimulan su crecimiento sin sospechar que se está creando los futuros actores que, con el fragor de la lucha, necesariamente llegan a cuestionar los objetivos para los que fueron creados.

Estos llamados movimientos sociales son una realidad en el presente y su accionar es cada vez más radical, recuperando la esencia de las luchas clasistas de otrora. El planteamiento de Asamblea Constituyente en las actuales circunstancias y después de las jornadas de mayo y junio fue rebasado por el de la Nacionalización. La politización de las masas en este conflicto desnuda el carácter oportunista de la consigna. La Asamblea Constituyente bajo un gobierno como el de Mesa no tenía futuro ni lo tendrá bajo un gobierno surgido de las Elecciones mañosas que se preparan.

El propio proyecto de Ley de convocatoria elaborada por el MAS es discriminatorio y no atiende ni siquiera las expectativas de los originarios que son el 62% de acuerdo a las estadísticas del INE. En la política de aislar a la clase obrera el proyecto de ley no contempla en lo mínimo la presencia organizada de la clase, considerando que su porcentaje supera el 15% de la población boliviana.

Finalmente la elección de los constituyentes sigue los tramposos moldes con las que se eligen a los parlamentarios. Así la mentada Asamblea Constituyente, originaria, fundacional, soberana es simplemente una falacia y será un engaño más que distraerá y retrasará la lucha de los bolivianos por su verdadera liberación.

Oponer a la Asamblea Constituyente una Asamblea Nacional Popular y Originaria significa un avance cualitativo trascendental, sin embargo su construcción difícil y con muchos obstáculos debe ser in imperativo de todos los revolucionarios.

El papel de la FSTMB en el conflicto

Durante la gestión de 2004, en los diferentes Ampliados Nacionales de la COB, la Federación de Mineros planteó la lucha unitaria bajo una consigna única que esté enraizado en el pueblo después de las jornadas de Octubre. Por la situación económica crítica y por el potencial gasífero del país esta consigna no podía ser otra que el de la Nacionalización de los Hidrocarburos.

Aunque la movilización de Mayo del 2004 no tuvo esas características, sin embargo, posteriormente, después del tema de Aguas del Illimani, la Nacionalización de los Hidrocarburos cobró fuerza. Es necesario recordar que el sector minero sindicalizado fue bloqueado por el sector cooperativo minero en las movilizaciones de Mayo 2004, debiendo atender con prioridad las diferentes tomas que se dieron por parte de ese sector a los yacimientos mineros.

Posteriormente es en el Ampliado Nacional Minero de 28 de Octubre que se resuelve exigir a la COB la lucha por la Nacionalización de los Hidrocarburos como único punto del Pliego cobista. Fue también impulso de la FSTMB la realización de los Ampliados de Secretarios Generales tanto departamentales como nacionales las que sin embargo no se realizaron, al margen del realizado en la ciudad de La Paz a principios del 2005.

Asimismo fue una permanente exigencia de nuestra organización el de efectivizar la constitución del instrumento político a nivel nacional. El Pacto suscrito por varias organizaciones con el MAS y el MIP, aunque tuvieron ese objetivo, según el documento, sólo sirvió para constatar que el MAS no es más que un partido oportunista y aferrado a sus beneficios parlamentaristas.

La inauguración del XXIX Congreso Ordinario de la FSTMB, realizado en Huanuni con muchas dificultades y amenazas determinó el traslado masivo, a convocatoria de la COB, de todos los delegados a la ciudad de La Paz para incorporarse a la lucha iniciada, con fuerza, el 16 de Mayo. La participación siempre combativa del sector fue un impulso para la incorporación de otros sectores que paulatinamente fueron parte de las movilizaciones.

La incorporación de más trabajadores fue dificultosa debido al peligro siempre latente de la toma de los yacimientos por parte de los cooperativistas que volvieron a jugar el papel de aliados notorios del Gobierno de Mesa. Sin embargo, a pesar de esas dificultades la incorporación fue gradual y paulatina.

Sin embargo la falta de decisión de las direcciones medias en los diferentes sindicatos más la indecisión de los secretarios generales que se encontraban en La Paz fueron factores que imposibilitaron una inserción masiva de los trabajadores, especialmente en Potosí y Oruro donde hubo una débil presencia de mineros sindicalizados.

La participación disciplinada de la empresas mineras Tiwanaku, Totoral, Proyecto Poopó y principalmente Tierra que estuvo desde el principio, fueron importantes para sentar la presencia en los bloqueos de caminos y vías férreas.

En la ciudad de La Paz la presencia de los delegados al Congreso, todos los trabajadores de Sayaquira, los estudiantes de la Universidad Nacional Siglo XX, trabajadores minero–metalurgistas sin jubilación, trabajadores de COMIBOL La Paz, además de la llegada posterior de los trabajadores de Colquiri y la incorporación final de los trabajadores de Caracoles fueron la base de la movilización combativa junto a las demás organizaciones sociales y sindicales, destacándose la coordinación con la Federación de Maestros Urbanos de La Paz.

En la ciudad de Oruro se tuvo la participación esporádica de distritos como Inti Raymi en las movilizaciones programadas por la COD. Un contingente de trabajadores de Huanuni reforzaron las movilizaciones, donde lo más descollante fue la toma de la brigada parlamentaria por parte de universitarios combativos.

Así también se tuvo en Potosí bloqueos de caminos de parte de sindicatos mineros que tuvieron que afrontar enfrentamientos con cooperativistas mineros. Una participación más decidida en la ciudad de Sucre era responsabilidad de los trabajadores del sector de Potosí, especialmente para dejar en claro la consigna de Nacionalización de los Hidrocarburos, antes que las intenciones desmovilizadores y confusas que manejaron los sectores masistas y cooperativistas aliados al gobierno de Mesa que fue el gran impulsor de la salida constitucional por Rodríguez, desviando de ese modo el objetivo central de la lucha de los trabajadores y pueblo movilizado.

Merece especial atención la participación del sector cooperativo minero que antes que luchar por el objetivo de la Nacionalización siempre estuvo tras acuerdos sectoriales que fueron capitalizados por el gobierno de Mesa en su favor. El 16 de Mayo bloquearon las carreteras capitulando con un acuerdo sectorial intrascendente traicionando el objetivo central.

La presión de las bases de ese sector impusieron una nueva movilización que fue nuevamente manipulada por el gobierno arrastrando al sector a una lucha equivocada por la salida constitucional ajena a los objetivos e intereses del pueblo. Esta deformación de los objetivos derivó en una desmovilización concertada entre FENCOMIN, Evo Morales y el gobierno de Mesa. La muerte del c. Carlos Coro Mayta fue una bandera utilizada sin reparos ni consideración por los negociadores del conflicto.

La prensa servil nuevamente deforma la realidad

Como en todo movimiento popular, social y reivindicativo, la Prensa que está alineada con las trasnacionales y el empresariado privado jugó su papel, deformando la realidad e incentivando los odios regionales que nunca fueron objetivos de la lucha nacional. El rol de esa prensa amarilla y antipopular basó su accionar en la mentira y en la deformación de la información, justificando la reacción de los pobladores que se opusieron tenazmente al ingreso a la mayoría de las zonas y distritos especialmente de El Alto. Su empeño en desviar el objetivo de la Nacionalización fue patente desde octubre 2003.

Para la prensa, la Constituyente, autonomías, elección de prefectos, las sucesiones constitucionales, próximas elecciones, etc. son temas urgentes y prioritarios para distraer al pueblo y de ese modo resguardar los intereses de las petroleras. Sus deformadas encuestas en contra del movimiento fueron constantes. Se dan el lujo de ubicar en primer lugar al privatizador y corrupto de Tuto Quiroga como primero en las preferencias electorales, sin que se haya pronunciado nunca sobre los problemas nacionales a lo largo del conflicto. La deformación de los objetivos de la Asamblea Nacional Popular Originaria también fue una tarea mediática proempresarial y a la que se tiene que combatir.


(*) Este documento fue elaborado por la Federación de Mineros el 20 de junio del 2005, pero recién es dado a conocer un mes después por Econoticiasbolivia, silenciada todo ese tiempo por un artero ataque externo.

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