Evo
vira más a la derecha
Econoticiasbolivia,
05/09/05
La
Paz. Obsesionado por captar el voto de las clases medias y así
convertirse en el nuevo presidente de Bolivia, el líder indígena Evo
Morales está empujando a su Movimiento al Socialismo (MAS) hacia la
derecha pactando con grupos socialdemócratas, moderando su discurso
electoral y haciendo nuevas concesiones a empresarios y
transnacionales.
A
tres meses del verificativo de las elecciones, la principal instrucción
de Evo a sus seguidores es "suavizar el discurso",
eliminando toda referencia a confiscaciones o expropiaciones de las
inversiones y propiedades de las transnacionales petroleras y de los
grandes latifundistas de tierras, confirmando de este modo su
alejamiento de posiciones "radicales",
"revolucionarias" o "socialistas" y consolidando,
por el contrario, su posición de coalición de
"centroizquierda", orientada a construir un
"capitalismo de Estado" en el país más pobre y rebelde de
Sudamérica (ver: "Evo, la última carta del capitalismo en Los
Andes" en www.econoticiasbolivia.com).
Ahora,
el tono dominante en las filas del MAS es hablar de la recuperación
de los hidrocarburos, en un proceso "progresivo" y
"pactado" de nacionalización, buscando que las empresas
petroleras paguen más impuestos, pero sin desconocer ni vulnerar los
derechos que les entregaron los gobiernos neoliberales. Todo lo
contrario de los que demandan los sectores más pobres y combativos de
Bolivia que luchan por expulsar a las transnacionales como Repsol,
British Petroleum, Total, Petrobras, Enron y Shell, entre otras, que
se han apoderado de las reservas de gas y petróleo, valuadas en al
menos cien mil millones de dólares.
En
materia de tierras, la instrucción de Evo es no hablar más de la
segunda "reforma agraria", a pesar del hambre de tierra que
hay entre cerca de dos millones de campesinos, que subsisten a duras
penas en el minifundio o "surcofundio". Es más, el propio
Evo aseguró la pasada semana en Santa Cruz, donde se concentran las
tierras y el poder de los latifundistas, que no avalaría la toma y
ocupación que periódicamente realiza el Movimiento Sin Tierra. Hay,
ahora, garantías expresas del MAS para no afectar los derechos de los
latifundistas y empresarios agropecuarios, por lo que los campesinos sólo
accederían a las tierras que vayan a ser saneadas por el Instituto
Nacional de Reforma Agraria (INRA).
Alianza
con los moderados
Con
esta orientación, el diputado y líder cocalero, que está a la
cabeza de la preferencia electoral a nivel nacional (incluida el área
rural, donde tiene masivo apoyo de campesinos e indígenas), cree ser
capaz de vencer en las urnas a las opciones neoliberales de derecha
por lo que aspira a neutralizar la resistencia que levanta su
candidatura entre algunos sectores de clase media y entre empresarios
nacionales y extranjeros, además de lograr la "no objeción"
de los organismos internacionales y de la poderosa Embajada de Estados
Unidos.
Con
este mismo propósito, este viernes Morales logró un acuerdo
electoral con el moderado socialdemócrata Movimiento Sin Miedo (MSM)
del actual alcalde de la ciudad de La Paz, Juan Del Granado,
tipificado hace menos de un año por los propios dirigentes y
concejales del MAS como un impulsor de las políticas neoliberales en
la ciudad (al privatizar todos los servicios públicos) y apoyar las
políticas del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Días
antes, Morales también alcanzó acuerdos con los empresarios privados
de La Paz, con profesionales y artistas vinculados a los regímenes
neoliberales, como Gastón Ugalde, y militares de derecha, como el
general, César López, ex comandante del Ejército que tiene serias
responsabilidad en la masacre de febrero y octubre del 2003.
A
los empresarios de La Paz, Evo les ha prometido hacer un gobierno que
fomente la inversión nacional y extranjera, reduciendo impuestos y
otorgando ventajas tributarias y otros incentivos para que produzcan más
y exporten, con total seguridad jurídica y política.
"Los
indios y los campesinos van a gobernar. Quiero decirle al pueblo que
aquí están los profesionales que van a gobernar con Evo y con los
movimientos sociales", dijo el líder del MAS en el encuentro con
estas "personalidades", desarrollado en el Círculo de
Oficiales del Ejército de la zona sur.
"Los
empresarios son los actores fundamentales", añadió en el mismo
acto el intelectual y ahora guerrillero converso, Álvaro García
Linera, candidato a vicepresidente por el MAS y que tiene enorme y
creciente poder en el movimiento dirigido por Morales.
Fuera
los radicales
Convertido
en el nuevo ideólogo del MAS, García Linera, que ahora predica la
conciliación en vez de la lucha de clases y cree que es posible
articular una alianza productiva entre la inversión extranjera y los
intereses nacionales y populares, ha tejido un acuerdo con los
sectores empresariales, profesionales e intelectuales
"progresistas" y con dirigentes sociales y laborales.
"Los
radicales están fuera de este bloque", dice en referencia a
Jaime Solares de la Central Obrera Boliviana (COB), del Mallku Felipe
Quispe de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos
y de Roberto de la Cruz del M–17, que han levantado, en contraposición
al MAS, la bandera de la nacionalización de los hidrocarburos y la
expulsión de las transnacionales.
El
peso del guerrillero converso
Al
interior del MAS, la voz de García Linera es definitiva, a pesar de
que no es militante del movimiento construido por los campesinos
cocaleros, en tenaz y heroica lucha contra los gobiernos neoliberales,
el Ejército y la Embajada de Estados Unidos.
En
lo formal, el poder de decisión en el MAS está en manos de los
Congresos y ampliados campesinos, donde los representantes de
cocaleros y otros sectores definen los temas fundamentales. Sin
embargo, es Evo el que toma las decisiones, bajo directa influencia de
grupos de intelectuales reformistas y nacionalistas, y ahora de García
Linera.
En
el entorno más próximo del líder cocalero están ex dirigentes de
orientación indigenista, marxistas y nacionalistas como David
Choquehuanca, Hernán Vega, Iván Morales, Ricardo Días, Iván Iporre,
Román Loayza y otros.
El
jefe del MAS los escucha, pero se siente más inclinado a seguir la
orientación de García Línera y de Wálter Chávez, jefe de campaña
y director propietario del quincenario izquierdista "El Juguete
Rabioso" y de la agencia de prensa Bolpress. La opinión del
analista Carlos Villegas y del dirigente de los periodistas Freddy
Morales también tiene peso en el ánimo del jefe del MAS, un partido
que tiene escasa vida orgánica (salvo las asambleas y luchas
sindicales) y que carece de una clara identidad programática.
Tres
tendencias
En
el seno del MAS, además de las organizaciones cocaleras y campesinas
que siguen a Evo y que no tienen mayor horizonte ideológico que la
defensa de la pequeña parcela campesina y de la microproducción
artesanal, hay tres tendencias claramente delimitadas tanto por el
origen de su militancia como por sus propuestas y proyecciones.
La
tendencia más fuerte y antigua es la de los "indigenistas",
con un programa más reivindicativo en lo económico y social en
defensa de la pequeña producción campesina y de la hoja de coca. Las
otras corrientes, de "marxistas" y "masistas", le
cuestionan su escaso aporte propositivo, a pesar de que controlan la
mayor parte de las direcciones intermedias del MAS.
El
grupo de los "marxistas" está conformado por ex militantes
de partidos estalinistas, maoistas, trotskystas, guevaristas y otros
que intentan, con escaso éxito, conciliar la doctrina de Marx con los
postulados de los grupos campesinos, tratando de articular un proyecto
que vaya un poco más allá del estatismo y del nacionalismo
practicado en Bolivia entre la década de los 50 y los años 70.
La
tercera corriente está conformada por dirigentes sindicales y ex
militantes de partidos centristas y de derecha, y que siguen a pie
juntillas las opiniones y directrices de Morales y su entorno. Su
aporte se reduce a la repetición de las consignas y hacer número en
las concentraciones y reuniones.
En
algunas regionales, como en La Paz, estos tres grupos están
fuertemente enfrentados por la nominación de candidatos, por lo que
su trabajo político con la población es poco menos que inexistente.
Por ello, la campaña electoral del MAS en la ciudad de La Paz ha sido
encargada a los seguidores del MSM del alcalde Del Granado y a los
intelectuales y activistas que pueda organizar García Linera.
Un
programa al margen del partido
Ante
esta extrema debilidad organizativa y programática, Evo ha definido
que las propuestas centrales y el programa de gobierno del MAS sean
elaboradas por García Linera. Así, casi todos los integrantes de las
18 comisiones encargadas de elaborar este programa han sido reclutados
entre intelectuales y profesionales independientes, ajenos al partido
de los cocaleros.
"Son
más de 150 intelectuales que están trabajando un plan de 20 años",
dice optimista García Linera, que admite públicamente que "no
habrá radicalismos" en el nuevo proyecto político y que se
buscará armonizar los intereses de los inversionistas extranjeros y
de los empresarios nacionales con las demandas de campesinos e indígenas.
"Las
élites del oriente, las élites del gran capital tienen que compartir
el poder con las élites aymaras, con las élites quechuas y de todas
las nacionalidades" que existen el país, agrega el
vicepresidente del MAS, que cree que la única salida a la crisis y
pobreza de los bolivianos es el capitalismo de Estado, construido por
un presidente indígena.
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