De las calles a las urnas
Socialismo Revolucionario
Periódico de Socialismo o Barbarie Bolivia, 24/09/05
A casi tres meses de las heroicas jornadas de mayo y junio,
la burguesía y el imperialismo, con la inestimable ayuda del MAS de
Evo Morales, han logrado imponer el desvío electoral. Y lo han hecho
con el claro objetivo de frenar, usurpar y reencauzar la movilización
popular que echó a Mesa, Vaca y Cossío, y para evitar que ésta
impusiera sus reclamos: expulsar a las transnacionales y nacionalizar
el gas. Pero las cuestiones de fondo no se han resuelto, y antes o
después de las elecciones los trabajadores y el pueblo bolivianos
deberán tomar la palabra.
Luego de mayo-junio decíamos que: “los partidos
tradicionales de la ex megacoalición, junto a Evo Morales y el MAS,
han decidido, por encima de toda voluntad popular, designar un nuevo
presidente para el país, quien deberá llamar a elecciones
anticipadas para fin de año. Esto es una nueva trampa y un nuevo engaño.
Inmediatamente un nuevo grito se hizo escuchar desde los sectores
movilizados de todo el país: el pueblo no ha peleado para cambiar un
presidente por otro, el pueblo pelea y quiere la nacionalización de
todos los recursos naturales”.[1]
Una vez más, la falta de una dirección política que pelee
consecuentemente por una programa y una salida clasista e
independiente (de la burguesía, sus partidos y sus agentes
reformistas) a la crisis, son los factores que han facilitado, tanto
en octubre como en mayo / junio, que se impongan las maniobras de la
burguesía de recambio por arriba para encauzar dentro de las
instituciones los levantamientos populares.
De esta manera, se ha dejado el campo libre a
que los partidos tradicionales y el MAS, cuestionados, repudiados por
amplios sectores en las calles y que han dado pruebas de sobra de cuál
es su proyecto político, emprendan la carrera electoral sin ningún
tipo de obstáculo. Esto es, se le ha dado la oportunidad de rearmarse
y preparar el escenario más favorable a sus intereses y los del
imperialismo.
Por esto mismo es que lamentablemente, y a pesar de los
esfuerzos, no se ha logrado poner en pie o construir una expresión
política propia e independiente de los trabajadores y el pueblo pobre
que lo represente y que pelee por sus intereses. Que enfrente las
maniobras de la burguesía y los reformistas en todos los terrenos.
Queda claro que la tregua otorgada (como tantas otras) por las
distintas direcciones del movimiento de masas en junio no fue parte de
una táctica pensada y elaborada en base a una estrategia, sino más
bien la falta de ésta, por lo que siempre se quedan sometidos a los
proyectos electorales de nuestros enemigos de clase.
Fiebre electoral
En este sentido el cambio de escenario es claro y notorio. En
mayo y junio, el grito que unificaba las masivas marchas y bloqueos de
trabajadores y campesinos que aumentaban en todo el país era:
nacionalización sin indemnización, Fuera Mesa y Cierre del
Parlamento, en claro rechazo, oposición y cuestionamiento al orden
dominante.
Dos meses después las calles quedaban vacías. Los mismos
políticos cuestionados de los repudiados partidos tradicionales se
lanzaban a la búsqueda frenética de nuevas alianzas para
reacomodarse frente al nuevo panorama. Tuto Quiroga cambiaba de nombre
para regresar. El empresario cementero cerraba filas con Dabdoub y
comenzaban su campaña. El MAS, fortalecido por la ubicación y la
perspectiva que le dan las encuestas luego del acuerdo con García
Linera, terminaba de fagocitar los restos del descompuesto Frente
Amplio de los Alcaldes y empezaba a negociar con distintos sectores
sociales y sindicales, apoyo y votos por pegas y cargos.
La mayoría de los dirigentes de los movimientos sociales,
protagonistas de las jornadas de mayo y junio, se olvidaban de sus
bases, de sus reclamos y de su protagonismo y dejaban al descubierto
su verdadero rostro prebendario y sin principios, al negociar hasta último
momento cargos, pegas y favores con el MAS. Pues, hasta hoy, los que aún
no han acordado con el MAS, no lo han hecho por diferencias políticas,
programáticas o de proyectos, sino por no acordar o negociar cargos.
Y cuando la marea cambia, las ratas huyen e intentan ponerse
a salvo reacomodándose al mejor postor. Los reciclados politiqueros
de siempre de los podridos tradicionales (MNR, MIR NFR, Tuto y Doria),
los nuevos arribistas y oportunistas del MAS y la mayoría de los
dirigentes de los movimientos sociales se han lanzado a la búsqueda
del queso en una carrera feroz, desenfrenada y sin principio alguno
por ubicarse en algún lugar expectable.
Pero por otro lado, también es cierto que a pesar del clima
y la polarización electoral que se vive, las demandas de los
trabajadores y el pueblo en mayo-junio están ahí, no se han
resuelto. Y el futuro del próximo gobierno estará determinado por
esta dinámica. Será una prueba de fuego para cómo intentará
resolverlas.
Nuevas siglas, viejos reciclados
Las cartas ya están sobre las mesa. Luego de semanas de
negociaciones, peleas, pactos, insultos, alianzas, rupturas, disputas
y transfugadas para quedarse con alguna tajada del pastel, los ocho
binomios que competirán por la presidencia ya se han terminado de
conformar y se han presentado al país.
Del lado de la derecha y los partidos tradicionales es muy
clara la crisis por la que atraviesan. El caso más paradigmático es
el del MIR, que hoy no se presenta con candidatos propios. Hormando
Vaca Diez se bajó de la candidatura a último momento, y su jefe
nacional Jaime Paz Zamora se unió a Tuto a través de Convergencia
regional en Tarija. Otros miristas al verse frente a la posibilidad de
quedarse sin el pan y sin la torta, también fueron a engrosar las
listas de Tuto y Doria respectivamente. Y el MNR, a pesar de presentar
una candidatura propia, (Nagatani, la apuesta gonista) también se ha
visto debilitado y en crisis. Queda claro que ésta no es la
oportunidad de los partidos tradicionales, y probablemente vivan uno
de los procesos electorales más tristes de su historia.
Tuto Quiroga (ex ADN) regresa con nuevo nombre,
“Podemos”. Pero en su seno no se encuentra otra cosa más que ex
adenistas, miristas, movimientistas y se sumó a última hora el
alcalde de El Alto, José Luis Paredes, quien 48 horas antes mantenía
negociaciones con Unidad Nacional de Doria Medina (ex MIR). Como
vemos, tanto Podemos como UN no son más que nuevas cuevas para viejos
ladrones.
El MAS
Tal vez le faltó algún militar “bonachón” (porque cura
ya tiene), pero sacando este detalle, el MAS de Evo Morales ha logrado
juntar en un frente popular de centroizquierda a todo lo que no se le
puede llamar derecha. Decimos frente popular porque se trata de un
acuerdo entre organizaciones básicamente campesinas con dirigentes
pequeño-burgueses funcionarios o aspirantes a funcionarios del Estado
capitalista, entusiasmados por los cargos y la posibilidad de hacer
carrera, todos supuestamente “anti-neoliberales” pero expresamente
pro-capitalistas.
Y si algún distraído pretende confundirlos con una
alternativa realmente de izquierda, su candidato a vice, el
intelectual Alvaro García Linera, ha dejado claro que el MAS “no
tiene nada que ver con eso, ya que no es viable en Bolivia el
socialismo”, por tratarse “de un país sin capitalismo y sin clase
obrera”. Por el contrario, propone un proyecto nuevo: un
“capitalismo de Estado, andino”; “un régimen capitalista donde
las potencialidades familiares, indígenas y campesinas son
equilibradas, son articuladas en torno a un proyecto de desarrollo
nacional y de modernización productiva. Si usted quiere hacer futuro,
¿cuál es el modelo para Bolivia? Un fuerte Estado, y eso es
capitalismo; el Estado no es socialismo, sino un fuerte Estado en
hidrocarburos, en inversión extranjera, en inversión privada local,
economía familiar artesanal y microempresarial, y economía
comunitaria. No es un régimen ni siquiera mixto”. [2]
Más claro échele agua: el MAS se presenta como la versión
andina del reformismo, que ya tiene sus hermanos mayores en Brasil,
Uruguay, Argentina y su versión más a la izquierda de éstos en
Venezuela, proponiendo una Bolivia donde convivan pacíficamente los
explotados con los explotadores, conciliar con los empresarios, los
terratenientes y las transnacionales, el FMI, el Banco Mundial, etc.
Es decir, otra versión de cómo humanizar el capitalismo, utilizando
la demagogia de que el Estado (capitalista) supuestamente sería
nuestro y podría trabajar al servicio de los explotados, de los
oprimidos, alimentando esta confusión con el reparto de una serie de
migajas.
Porque para el MAS sólo es posible
un proyecto de país que siga dejando de lado al pueblo empobrecido, sólo
que de una manera más humana. Y para darnos una idea de lo humano que
puede ser el capitalismo, tenemos el ejemplo de Lula en Brasil, que de
obrero no le queda nada, uno de los mejores alumnos del FMI, y cuyo
gobierno está atravesando una ola de denuncias por corrupción, con
marchas en su contra y 180 millones de habitantes que todavía no
salen de su asombro.
Ante esto, queda claro que el MAS no es la opción
independiente que muchos esperaban, sino más bien la opción más de
“izquierda” de la burguesía, y el descontento en sus bases al ver
que no todo es tan democrático dentro de su partido, sobre todo a la
hora de elegir candidatos, nos da una muestra del equilibrio que van a
tener que hacer para llegar a las elecciones manteniendo contentos a
todos los sectores que han incluido en este frente, donde hay de todo.
Polarización electoral
Es en este marco que se perfilan dos coaliciones: la del
“neoliberalismo con rostro humano”, la de la demagogia
frentepopulista del “capitalismo andino”. Tuto y Evo, dos caras de
una misma moneda: el primero a la derecha y el segundo disfrazado de
izquierda. Pero ambos son opciones de un sistema burgués muy
deteriorado que está jugando ante la posible apertura de un abismo.
Frente a esta polarización, la gente debate a quién dará su voto,
sabiendo que una expresa un neoliberalismo hecho y derecho y Evo se
ubica como el mal menor frente a la primera, y su voto a éste impediría
darle campo a la derecha.
La nueva alianza de Tuto, “Podemos”, expresa la opción
burguesa neoliberal pura y dura. Ya ha dicho que no va a nacionalizar,
por supuesto que continuará pagando la deuda externa y sabiendo que
Tuto fue vicepresidente de Banzer no podemos descartar el uso del
garrote para establecer el orden si es que a los trabajadores,
campesinos u originarios se les ocurre protestar.
El MAS, que se ubica como uno de
los preferidos en esta carrera, con el papel que ha venido jugando
desde octubre a la fecha como el claro defensor y sostenedor de esta
democracia de los ricos, no ha ocultado sus afanes electoralistas. En
octubre estuvo ausente y en mayo/junio, cuando todos exigían la
nacionalización, el MAS se plantó en su 50%.
Con esto queda claro también que el proyecto de Evo Morales
y el MAS para Bolivia no expresa un verdadero cambio radical de la
estructura del país. Se propone un capitalismo “humanizado”. Se
trataría de pacificar el país por medio del asistencialismo, la
limosna estatal, repartiendo un poco la miseria, y dejando contentas a
las burguesías nacionales y a las transnacionales, pidiéndoles solo
un poco más de lo que nos estarían “dando” ahora, pero sin tocar
ni afectar la propiedad privada actual y la convivencia pacífica con
terratenientes, empresarios y petroleras. Seguramente, también, habrá
algunas concesiones menores de tipo democrático que deje conformes a
los sectores más excluidos, pero nada que haga enojar demasiado a los
amos del Norte y a la burguesía local.
Por ahora, van peleando cabeza a cabeza, ubicándose como
tercera fuerza el voto en blanco, nulo y los indecisos. Esto llevaría
a un gobierno con poca popularidad –en el caso de ganar el Tuto
Quiroga–, o uno que al principio seguramente jugaría con todo al
engaño y la demagogia hacia las amplias masas populares de que las
cosas cambiarán porque por primera vez en la historia ha llegado
“un indígena a la presidencia”. Por nuestra parte, podemos
anticipar que se tratará de una tremenda estafa mediante la utilización
de las justas expectativas de la población originaria. Eventualmente
un gobierno de Frente Popular, que se verá enfrentado con problemas
inmensos pendientes de la agenda del octubre: el tema de la
nacionalización de los hidrocarburos y la Asamblea Constituyente, que
no son temas olvidados y mucho menos resueltos, dependiendo de esto el
futuro de cualquiera que gane.
La Fejuve y la COR: de la rebelión a la democracia
El papel que han jugado estas dos organizaciones a la cabeza
de sus dirigentes ha sido clave para el desenlace de la crisis de
mayo-junio. La aceptación del último recambio presidencial por parte
de los sectores llamados radicales (desde Jaime Solares, las
direcciones de la Fejuve y la COR de El Alto) pone nuevamente en el
centro de la discusión la falta de una salida independiente de los
trabajadores, campesinos y el pueblo pobre en general. Y si bien es
verdad que en un primer momento se mostraban “en contra de
desmovilizar y levantar los bloqueos”, no hubo por parte de las
direcciones una política en cuanto a cómo sostener los reclamos de
nacionalización superando la maniobra del adelantamiento electoral.
Si hacemos un poco de memoria, veremos que las políticas que
han llevado adelante en los conflictos las distintas direcciones
“radicales” del movimiento de masas (a pesar del discurso “ultra
revolucionario” que las caracteriza) han terminado siempre
contribuyendo, de hecho, a disminuir y / o encauzar el proceso de
movilización en las calles dentro de los canales “democráticos”
del podrido régimen. Y no necesariamente porque sea su estrategia
expresa candidatearse a algún cargo electoral (como es el caso del
MAS y Evo), sino por su total falencia a la hora de plantearse una
perspectiva independiente de todo sector patronal, del Estado
capitalista boliviano, sus partidos y sus instituciones, por parte de
los trabajadores, explotados y oprimidos.
Así, tanto la Fejuve como la COR, se han acomodado al nuevo
mapa político preelectoral, a la búsqueda de algún puestito, y han
mantenido negociaciones hasta último momento con el MAS. Es decir:
con los que en mayo-junio, mientras el pueblo estaba en las calles
siendo reprimido día a día exigiendo la nacionalización, seguían
manteniendo su propuesta del 50% e intentando encauzar por arriba el
proceso que se daba por abajo. Y como decíamos más arriba, si no se
ha llegado a un acuerdo con el MAS es sencillamente por no acordar
cargos, no por diferencias políticas. Porque a pesar de las promesas
del MAS, éste no tuvo ningún problema en ponerse firme y, sabiendo
que es uno de los frentes con posibilidades de ganar, hizo prevalecer
esto en las negociaciones, y sin ningún empacho favoreció a sus
candidaturas por sobre las de Mamani y la COR.
Los “radicales”, fuera de la contienda
Resulta irónico, que hoy, a casi dos meses de la insurrección
popular que derribó a Mesa, el bloque neoliberal de derecha presente
al menos tres opciones (Tuto, Doria y MNR). El MAS también se
presenta hoy a pesar de haber sido el principal promotor del recambio
presidencial, mientras que los trabajadores y el pueblo pobre,
protagonistas de la rebelión, no tengan ninguna expresión política,
viéndose obligados a elegir entre las opciones de la derecha y de
centro.
Empresarios, terratenientes, militares, evangelistas, curas,
transnacionales... todos ellos, nuestros reciclados enemigos de clase,
los que se pusieron de acuerdo para frenar la movilización hoy,
tienen o apoyan candidaturas que representan y defienden sus
intereses.
Lamentablemente, los protagonistas de mayo-junio con sus
organizaciones hoy no tienen representación política que exprese y
defienda los intereses de los trabajadores, explotados y oprimidos.
El MIP de Felipe Quispe, a pesar de no haber jugado un rol
destacado en las jornadas de mayo y junio, hoy es el único frente
“radical” que se presenta a la contienda. Pero su proyecto, aunque
propugne la nacionalización, es puramente indigenista y se
desentiende de las perspectivas de la clase trabajadora como tal y de
la necesidad de apropiarse de las principales palancas del capitalismo
como base material ineludible para crear las condiciones económico-sociales
de una sociedad emancipada.[3]
Es irónico ver como los politiqueros reciclados de siempre
vuelven a escena, mientras que, por la falta de un verdadero criterio
de independencia de clase y afanes personales por parte de los
dirigentes del movimiento de masas, los que estuvimos en las calles
hoy vemos pasivamente desde afuera como se va reconfigurando el nuevo
mapa político del país.
Contra la derecha de Tuto y Doria y la conciliación de
clases del MAS
Frente a este cuadro de situación debemos sentar nuestra
posición frente a las elecciones y frente al futuro gobierno.
Sabiendo que sea cual fuere el ganador, deberá enfrentarse con las
demandas postergadas en mayo-junio, como la nacionalización y la
asamblea constituyente.
Hay que prepararse desde ahora mismo para enfrentar al próximo
gobierno, ya sea el de Tuto o el de Evo. Ambos serán gobiernos
procapitalistas y de engaño. Ninguno realmente plantea atacar y/o
transformar la Bolivia capitalista.
En este sentido, nuestra perspectiva debe ser la de
profundizar el camino de las movilizaciones de octubre del 2003 y de
mayo y junio del 2005, por un gobierno de los trabajadores y el
pueblo, poniendo en pie la Asamblea Popular Nacional Originaria que se
expresó embrionariamente en las últimas jornadas como una semilla de
un poder realmente alternativo desde abajo. Hay que plantear desde
ahora no darle tregua ni confianza al futuro gobierno, aunque se vista
de más democrático o de indígena.
En este sentido es que creemos que en el terreno
estrictamente del voto, en principio, la mejor y única opción que
hay es apoyarse en la tendencia que se está expresando entre diversos
sectores descontentos tanto con las candidaturas patronales
principales, como la del frente popular del MAS, llamado a un voto en
blanco y/o una abstención masiva en la perspectiva que realmente
necesitamos: la construcción de un verdadero Instrumento Político de
Trabajadores, cuestión que en lo inmediato quedó frustrada, pero por
la cual hay que seguir trabajando con vistas a las luchas que se abran
a partir del próximo gobierno y a la Constituyente.
Notas:
1. “El pueblo debe decidir el
futuro del país”, Carla Punkoya, Socialismo Revolucionario Nº1.
2. Entrevista a Alvaro García
Linera, Econoticiasbolivia 30/08/05.
3. Roberto Sáenz, “Crítica del
romanticismo anticapitalista”, Socialismo o Barbarie revista Nº 16.
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