Encuesta:
Evo ganaría las elecciones, pero no la presidencia
Econoticiasbolivia,
19/09/05
La
Paz. Aunque encabeza las encuestas y sería el ganador de las
elecciones de fin de año, el líder cocalero indígena Evo Morales
podría perder la presidencia de Bolivia, si se cumplen los pronósticos
de las grandes cadenas informativas del país que le asignan escasa
diferencia sobre sus competidores.
Y
esa precisamente sería la intención de quienes difundieron la
encuesta este domingo en la que muestran una mayor preferencia
electoral para el reformista Evo Morales del 28%, seguido por el ex
presidente el neoliberal de extrema derecha Jorge Tuto Quiroga con 22%
y del neoliberal de centro derecha Samuel Doria Medina.
Con
estos resultados, Morales, a pesar de tener la mayor votación, no
contaría con el apoyo parlamentario suficiente para ser presidente,
por lo que una eventual alianza entre Quiroga y Doria Medina convertiría
a uno de ellos en el próximo gobernante de Bolivia. La legislación
boliviana establece que si un candidato no logra la mayoría absoluta
de votos (50% más uno), es el Congreso el que elige al presidente de
entre los dos candidatos más votados.
La
encuesta, realizada por encargo de la cadena de noticias de La Razón
tanto en el área urbana como rural, reconoce abiertamente por primera
vez el favoritismo de Morales del Movimiento al Socialismo (MAS) lo
que sin embargo ya era evidente para casi todos, tanto que el mismo
Tuto Quiroga, de la agrupación ciudadana de extrema derecha Podemo,
tuvo que dar marcha atrás en su promesa inicial de respetar la
primera mayoría y hacer presidente al candidato que gane en las urnas
aunque sea solo por un voto. Ahora Quiroga quiere que sea el Congreso
el que defina quién gobernará Bolivia.
En
la misma intención está el tercero en discordia, el millonario
empresario del cemento Doria Medina de la neoliberal Unidad Nacional
(UN) que aspira a desalojar a Quiroga del segundo lugar.
En
el Congreso, es más viable una alianza entre el segundo y el tercero,
lo que alejaría totalmente a Evo Morales de la presidencia. Tanto
Quiroga como Doria Medina pugnan, en lo esencial, por mantener en pie
el neoliberalismo y las grandes ventajas concedidas a las
transnacionales, especialmente a las petroleras. Morales, en cambio,
plantea un capitalismo de Estado y que las transnacionales paguen más
impuestos.
Por
ello, la eventual alianza de Quiroga y Doria Medina significaría un
apoyo del 41% frente al 28% de Morales, según las cifras de la cadena
de noticias, que al ya no poder ocultar la clara preferencia electoral
de la población por Morales, se orienta a reducir al mínimo la
ventaja del líder cocalero al minimizar el peso del voto rural y de
los más pobres.
En
general, en los sectores ligados al poder político y económico no
quieren que Evo sea presidente, a pesar de que éste ha renegado del
socialismo y que postula un programa moderado de centro izquierda, sin
nacionalizaciones ni expropiaciones, y con una política respetuosa de
la inversión extranjera y la propiedad privada de los medios de
producción.
Los
datos de la encuesta
Según
destaca la cadena noticiosa, el tamaño muestral de esta encuesta,
cuyo método fue el probabilístico, fue de 2.150 personas ente los 18
y 70 años de edad de ambos sexos, que residen en el área urbana de
La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz y de las zonas rurales de
Guaqui (La Paz), Cliza (Cochabamba) y Porongo (Santa Cruz).
El
trabajo, efectuado entre el 9 y el 15 de septiembre, tiene un margen
de error de más o menos 2,1 por ciento, con una confiabilidad
estimada de 95 por ciento.
Tomando
en cuenta la preferencia por ciudades, según esta encuesta, en La
Paz, el MAS ganaría con 31 por ciento, contra 25 por ciento obtenido
por Podemos y 19 por ciento por el partido UN. En El Alto, la
diferencia se hace más grande y pone al MAS en primer lugar con 49
por ciento, a UN con 16 por ciento y a Podemos con 14 por ciento.
La
población consultada en Cochabamba, en cambio, preferiría a Quiroga
como su presidente con 28 por ciento. Muy cerca se encuentra Morales
con una diferencia de apenas dos por ciento, y más abajo está Doria
Medina con 12 por ciento.
En
Santa Cruz, las cosas toman un giro y ubican en primer lugar a UN con
31 por ciento (partido en el que su candidato a la vicepresidencia es
el ex dirigente cívico Carlos Dabdoub), a Podemos con 26 por ciento y
al MAS con 17 por ciento.
En
comparación con los datos de la penúltima encuesta desarrollada el
mes de agosto, Morales subió siete puntos; Doria Medina aumentó
cinco puntos y Quiroga se mantuvo con 22 puntos.
El
total de estos resultados reflejan que la población rural consultada
pondría a Evo Morales en primer lugar con 29 por ciento, a Samuel
Doria Medina con 18 por ciento y a Jorge Quiroga con 15 por ciento.
Evo
se somete y promete respetar los contratos petroleros
Econoticiasbolivia,
21/09/05
La
Paz. En su desenfrenada carrera por llegar al poder, el Movimiento al
Socialismo (MAS) del diputado indígena y cocalero Evo Morales, que
encabeza la preferencia electoral en Bolivia, se somete ante los
organismos internacionales y promete no afectar los intereses de las
transnacionales y respetar los contratos de las petroleras, a pesar de
que éstos son ilegales y lesivos para el país.
"Han
sido reuniones cordiales de mutuo respeto donde un equipo de
profesionales y técnicos de alto nivel planteó con solvencia -técnica
y política- lo que vamos a hacer en el país", dijo el candidato
a vicepresidente del MAS, Alvaro García Linera, tras la reunión que
sostuvo con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI),
del Banco Mundial (BM) y de otros organismos que son los que definen
lo fundamental de la política económica que sigue el país más
saqueado y empobrecido de Sudamérica.
El
programa de gobierno del MAS, elaborado por García Línera, el
guerrillero converso que ahora predica la conciliación y colaboración
entre las clases sociales, fue puesto a consideración de los
organismos internacionales y de sectores empresariales para tender
puentes que hagan viable un posible gobierno de Evo Morales, el líder
indígena que encabeza la preferencia electoral con el 28%. Este
programa plantea la construcción y desarrollo de un fuerte
capitalismo de Estado, pero sin afectar la inversión extranjera ni la
estabilidad macroeconómica, sustentada por los acuerdos anuales que
el país firma con el FMI y el Banco Mundial.
Según
explicó García Linera, que tiene influencia decisiva sobre el líder
indígena Morales, el programa de gobierno del MAS, cada vez más
volcado hacia la derecha, tiene como eje central la "recuperación"
de los recursos naturales, pero respetando los contratos firmados con
las empresas extranjeras.
El
objetivo, dijo, es avanzar también hacia la industrialización de los
hidrocarburos para beneficiar al pueblo boliviano. La propuesta del
MAS pretende que a futuro las empresas petroleras no controlen los
recursos naturales, aunque "nadie las va a sacar a empujones del
país".
"El
Estado tiene intereses muy importantes que va a mantener y ampliar,
respetando contratos. Para aquellas empresas que no lo hagan, tendrán
que atenerse a las consecuencias", agregó al ratificar que en un
gobierno del MAS, que emergería de las urnas el próximo diciembre,
no habrá ni expropiaciones ni confiscaciones de la propiedad y
riqueza de las petroleras, que de manera dolosa se apropiaron de más
de cien mil millones de dólares.
Los
78 contratos firmados por las petroleras de Repsol, Petrobras, Total,
British Gas, Vintage, Enron, Shell y otras con los gobierno
neoliberales han sido reputados como ilegales por la justicia
boliviana al no haber sido refrendados por el Congreso, tal como
estipulan las leyes. Por ello, los sectores sociales demandaron su
desconocimiento inmediato, dando lugar a la nacionalización sin
indemnización y la expulsión de las transnacionales que operan en
Bolivia al margen de la ley.
Sin
embargo, otra es la posición del MAS en esta etapa electoral, y en la
que deja atrás sus cuestionamientos a los contratos petroleros para
dar lugar al respeto a la "inversión extranjera".
Según
García Linera, los temas abordados en la reunión del MAS con los
organismos internacionales fueron los relativos al modelo productivo,
hidrocarburos, tierra y territorio, fomento empresarial, estabilidad
macroeconómica y política fiscal.
"Se
notó caras de relativa tranquilidad en los organismos de apoyo, no
fueron de espanto ni menos de temor", dijo satisfecho el
candidato a vicepresidente al concluir la reunión. Todos los
compromisos adquiridos por el MAS serían refrendados el próximo miércoles
en España, lugar donde se ha previsto una nueva reunión con los
principales organismos internacionales y a la que asistirán Morales y
García Linera, complementó el diputado masista Santos Ramírez.
En
el mismo tono, aunque por separado, el candidato a la Presidencia, Evo
Morales, aseguró que garantizarán la estabilidad macroeconómica,
sin vulnerar los acuerdos internacionales, en un tácito acercamiento
a los postulados de los organismos internacionales que priorizan la
estabilidad y el control del déficit fiscal.
En
lo que sí no pareció retroceder el MAS fue en el tema de la coca.
Morales dijo que una de las propuestas centrales de su plan de
gobierno es la despenalización de la hoja de coca. Al exponer su
posición respecto a la política de erradicación de la hoja de coca
excedentaria, Morales comentó que iniciará una campaña radical de
despenalización de la hoja. "No habrá cero de coca, pero sí
cero de narcotráfico".
El
líder cocalero aseguró ante la prensa que no seguirá la política
estadounidense de perseguir a los productores de coca, que tiene como
objetivo no sólo terminar con las plantaciones excedentarias, sino
también "atormentar a los cocaleros de la zona del Chapare y de
los Yungas".
La
Shell chantajea a Bolivia
Econoticiasbolivia,
16/09/05
La
Paz. Shell, heredera de los turbios negocios de Enron y que tiene el
monopolio del transporte de hidrocarburos en el centro de Sudamérica,
puso la soga al cuello al endeble Estado boliviano al exigirle mayores
concesiones económicas a cambio de poner fin a la amenazante crisis
energética, que paradójicamente comenzó a vivir el país con las
segundas reservas de gas más importantes del continente.
El
presidente de Transredes, filial boliviana de la Shell, Ernesto
Blanco, ratificó este viernes la exigencia para que el Estado firme
un contrato que le garantice a esta transnacional la obtención de
financiamiento internacional, la ampliación de la demanda interna de
carburantes, el aumento de la tarifa de transporte y el logro de
mayores utilidades (12,2%).
Si
el Estado accede a este requerimiento, Transredes recién dará inicio
a los trabajos de la segunda ampliación del gasoducto que incrementará
la capacidad de transporte al Altiplano a más de 85 millones de pies
cúbicos de gas por día (MMPCD). La obra estaría concluida a fines
de 2006, poniendo fin a los apagones y racionamientos de energía y
carburantes que han comenzado a agobiar a las principales ciudades
bolivianas.
Así,
el gobierno provisional del presidente Eduardo Rodríguez, quedó en
la disyuntiva de ceder al chantaje de Transredes y así superar la
inminente crisis energética o, por el contrario, apegarse a la ley y
rechazar la exigencia transnacional, pero dejando en lo inmediato sin
abastecimiento de gas natural a las industrias de La Paz, Oruro y
Cochabamba.
Un
monopolio secante y millonario
En
lo inmediato, el gobierno neoliberal de Rodríguez, que sigue en la
misma línea de sumisión ante las transnacionales como los derrocados
ex presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa, parece
dispuesto a ceder a las exigencias de la empresa, que tiene
millonarias utilidades gracias al control monopólico del transporte
de gas natural, gas licuado, petróleo crudo y petróleo reconstituido
dentro y fuera de Bolivia.
Actualmente,
la filial de la Shell opera una red de aproximadamente 6.000 kilómetros
de oleoductos y gasoductos e instalaciones asociadas en todo el
territorio nacional, adjudicadas al amparo de onerosas concesiones
hechas por los gobiernos neoliberales en la década de los 90 y por
una fraudulenta acción de la quebrada Enron, otra transnacional
experta en timar a los países más pobres.
La
Shell tiene el control del transporte para los mercados internos de
Bolivia y de los mercados de exportación a Brasil, Argentina y
ultramar a través de la Terminal de Arica en Chile. Su portafolio de
inversiones incluye el 51% de las acciones de Gas TransBoliviano S.A.
(GTB) y el 12% de las acciones de Transportadora Gasoducto
Bolivia-Brasil (TBG). Ambas compañías componen el sistema de
gasoductos Bolivia-Brasil, el más extenso en Sudamérica.
Al
operar estos ductos, la filial de la Shell declaró haber obtenido
112,8 millones de dólares en ingresos para el 2004, un 9,5% más que
el 2003, producto de los mayores volúmenes de líquidos
transportados. Otras cifras destacadas, aunque minimizadas por el
constante fraude contable en el que usualmente incurren las
transnacionales que operan sin ningún control efectivo en el país más
pobre y saqueado de Sudamérica, muestran que la utilidad neta de
Transredes aumentó en 10,6% desde 2003 llegando a 37,5 millones de dólares,
pagándose 32,3 millones de dólares en dividendos para sus
accionistas.
Herederos
de un fraude
La
posición monopólica de la Shell en el transporte de hidrocarburos en
la región se vio fuertemente reforzada al recibir el millonario
paquete accionario que la Enron se adjudicó en los gasoductos de
Bolivia y Brasil con grave daño a la economía boliviana.
En
su momento, las propias autoridades polítiicas y judiciales
bolivianas denunciaron que el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada
firmó en Washington un contrato lesivo a los intereses del Estado
boliviano entregando a la Enron, a cambio de nada, parte del gasoducto
Bolivia-Brasil.
Así,
el fallecido ex delegado presidencial Juan Carlos Virreira, a nombre
del Estado, inició acciones judiciales contra la Enron, exigiendo la
devolución de 130 millones de dólares. El Delegado explicó que la
documentación a la que accedió le permitió establecer que la
transnacional nunca cumplió el contrato. "Efectivamente había
un beneficio ilícito para la compañía Enron, que terminó ganando
17 por ciento del gasoducto del lado boliviano y cuatro por ciento del
lado brasileño, gracias a un contrato lesivo a los intereses del
Estado".
Pese
a las abundantes e irrefutables evidencias, el juicio contra la Enron
fue fondeado por el ex presidente Carlos Mesa y la transnacional se
apresuró a ponerse a buen recaudo al entregar estas acciones a la
Shell y a otras compañías menores.
Presión
a fondo
Con
este poder, adquirido dolosamente, la Shell presiona al gobierno
boliviano para lograr aumentar sus ganancias, aumentando la tasa de
retorno de sus inversiones y exigiendo la vigencia de un nuevo sistema
tarifario, además de reclamar la asignación de los recursos
comprometidos en donación al Programa Nacional de Electrificación
Rural (Proner) hasta un monto de 10 millones de dólares.
El
presidente de Transredes exigió, asimismo, la firma de contratos con
las empresas productoras de gas natural y la puesta en vigencia de la
nueva Ley de Hidrocarburos, favorable a las petroleras como Repsol,
Total, British Gas, Petrobras, Vintage y otras que se han apoderado de
las reservas de gas y petróleo de Bolivia y que han sido valuadas en
por lo menos cien mil millones de dólares.
Mientras
tanto, en el extremo de la impotencia, la Superintendencia de
Electricidad explica que los constantes cortes de energía eléctrica
en varias ciudades del occidente de Bolivia se originan en el escaso
abastecimiento de gas natural a las plantas hidroeléctricas que
generan esa fuerza motriz y también a fallas técnicas en el sistema
de transmisión de la energía eléctrica. Otro argumento más que
refuerza la convicción nacional, y cada vez más popular, de que la
única solución es la nacionalización de los hidrocarburos, sin
indemnización, y la expulsión de las transnacionales.
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